Por la dirección correcta

La administración del presidente Danilo Medina arrancó bajo la fuerte crítica al sobregasto de 2012, el famoso déficit fiscal que desató una cacería contra el gobierno anterior, y en efecto, se centró en una política económica restrictiva…

La administración del presidente Danilo Medina arrancó bajo la fuerte crítica al sobregasto de 2012, el famoso déficit fiscal que desató una cacería contra el gobierno anterior, y en efecto, se centró en una política económica restrictiva que tuvo sus efectos en los últimos cuatro meses del período, lo que parecía lógico. El presupuesto de 2013 fue elaborado bajo esas premisas.

La situación generada también fue útil para la aprobación de la reforma fiscal. Una política restrictiva del gasto para el nuevo período era más que justificada, pero los resultados del primer trimestre sugieren que en ese afán el gobierno se pasó de austero y la economía se contrajo. Con sobrada razón se ha escuchado el grito de sectores productivos y de la gente simple.

Nada más hay que ver el gasto del gobierno durante el primer trimestre, que se centró en servicios personales, servicio de la deuda y transferencias corrientes, es decir, pago de la nómina estatal, subsidios e intereses. A esas tres áreas se destinó el 80% de las erogaciones. Las inversiones del gobierno descendieron a 11.9%.

Eso no podía continuar. Afortunadamente, el presidente Medina y su equipo son sensatos, receptivos, y han reaccionado. El anuncio de que en lo inmediato invertirán 9 mil millones de pesos de los RD$16,440.4 millones que dejaron de gastar como se había previsto, es un alivio y obviamente, estimulará la economía.

El gobierno es el mayor agente económico de la Nación. Y el Presupuesto Nacional es, como proclama la Constitución, el principal instrumento de desarrollo. Un adecuado manejo del mismo puede vigorizar el desempeño de los agentes económicos y de la población en general.

Estamos muy conscientes de que nunca será muy prudente un sobrecalentamiento del gasto, porque el país está bajo los efectos del déficit de 2012, lo mismo que las políticas públicas, pero la reactivación es fundamental. El país no puede desfallecer en base a predicamentos que han resultado devastadores en otras economías.

Con tan bajo nivel de inversión en el primer trimestre, no hay forma de crear riquezas, y eso tenía que cambiar. El gobierno retoma la dirección correcta. Lo celebramos.

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