Wilfrido Vargas aún está comprometido con la justicia social

Wilfrido Vargas mira el pasado con satisfacción, vive el presente sin prisa y visualiza un futuro como el que se merece un artista de su estatura.

Wilfrido Vargas mira el pasado con satisfacción, vive el presente sin prisa y visualiza un futuro como el que se merece un artista de su estatura.Un músico consagrado que se reencontró con su público en el homenaje que le rindió Premios Casandra en el 2012 por su 40 aniversario en la música, que intermitentemente va enriqueciendo su discografía, con un tema nuevo en merengue por aquí, una bachata a tiempo por allí. El intérprete de “El funcionario” está en su tierra natal, aunque todavía mantiene su residencia en Colombia, ahora está concentrado en darle calor a la plaza dominicana. Hace unos días estrenó “Bachata merengue” el punto de partida para la que podría ser su próxima producción discográfica.

Vargas, según comentó en una charla literaria organizada por la Fundación Global en su stand en la Feria del Libro el pasado jueves, aún se siente un “artista comprometido con las causas sociales que siempre defendí a través de mis canciones de contenido político desde que me inicié en la música en el 1972”, indicó.

Un artista con vena política

El merenguero Wilfrido Vargas acudió a una invitación de  Funglode para participar en la conferencia “Política social en el merengue de Wilfrido Vargas” en la que pudo compartir con el público y, para beneplácito de la concurrencia, interpretó dos canciones mientras tocaba la guitarra. Un encuentro muy ameno, sobre todo por el sentido de las canciones que hizo: “El comandante”, un homenaje a Francisco Alberto Caamaño y “Bella paloma”. El encuentro fue muy especial para el artista, según manifestó, y “ojalá que pudiera ser organizado en centros académicos y culturales del interior del país, para que la gente pueda conocer esa vena político-social de nuestra música”, dijo.

Su música sirvió para llevar un mensaje idóneo

La charla fue impartida por Máximo Jiménez, autor del artículo homónimo que publicó en la revista Global 51, en el que aborda la discografía de Vargas, a quien considera como “uno de los  intérpretes que abrazó la música como un medio para transmitir un mensaje que trascendió más allá del entretenimiento; desde su debut con Los Beduinos en 1972, se preocupó por desarrollar una carrera que dejara una referencia en el ámbito sociopolítico a través de los géneros populares”.

Entre los merengues que se inscriben en esta línea política, Wilfrido grabó “No matarás”, “Desiderio Arias”, “El Candidato”, “Jeremías”, “Lilís”, “El Comandante”, “El Funcionario”, “Por la plata baila el mono”, “El discurso”, “Bla, bla, bla” y “Trujillo”.

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