De palabras precisas al hablar, el artista José Francisco Pelletier nos demuestra con sus atinadas respuestas que sabe lo que quiere. Egresado de la Escuela Nacional de Bellas Artes, en su obra cada lienzo pasa a ser un espejo que reproduce el esplendor de la luz y sus vibraciones.

En la plástica nacional se destaca como un dibujante que ha logrado provocar que el observador se detenga más en la esencia que en la apariencia.

En sus dibujos define los postulados de la postmodernidad del arte, procurando que el significado psíquico, emotivo y el trasfondo teórico de su impronta desborde el contenido analítico. Pelletier impacta por el modelado de la línea, los contornos del espacio y de la atmósfera. De ahí que no sólo se esfuerce en conseguir la simplificación de las líneas, sino también en añadir belleza. El historiador de arte dominicano, Cándido Gerón, al hablar del artista sancristobalense, afirma que “su trabajo está penetrado de inteligencia, rigor y emoción, permitiendo que la libertad de dibujar no tenga freno y se exprese libremente hasta alcanzar el rigor técnico y la sabia invención”.

¿Qué tipo de mensajes prefieres plasmar en tus obras?
Mi mensaje son las imágenes y su efecto en el espectador. Aunque parta siempre de un concepto, prefiero ser interpretado por la fuerza expresiva de mis imágenes más que por su posible contenido literario.

De todos tus trabajos, ¿sientes un especial cariño por alguno?
Los trabajos que más aprecio son los que estoy por realizar, porque son los que mantienen viva todas mis inquietudes creativas. Pero tengo que señalar que con los dibujos mantengo una mayor relación de diálogo, éstos son mi gran archivo emocional.

¿Recuerdas el día que iniciaste tu primera obra formalmente?
Lo más remoto que puedo recordar de mi práctica artística son los dibujos escolares. Claro, para ese entonces el concepto de obra como tal era más una actividad lúdica que un proceso artístico.

¿Cómo reaccionas ante las críticas?
Veo la crítica como una mirada no comprometida, la posición de quien interpreta contenidos e intenciones. Es el elemento que nos permite repensar lo creado, fortalecer nuestro punto de vista y abrir el camino del diálogo.

¿Existe en el país gente realmente especializada en esto?
Claro, hay muchos críticos con gran formación y capacidad crítica.

Existe una tendencia en los artistas de solo “provocar” con sus obras. ¿Qué opinas de esto?
En todo arte hay provocación, provocación de los sentidos, las ideas, el diálogo. La provocación es un valor importantísimo en la obra. El creador no se puede dar el lujo de pasar desapercibido. El artista es un provocador natural, unos son sutiles, otros abiertamente provocadores.

¿Te consideras algo más que artista?
Un observador que se cuestiona.

¿Cómo evalúas nuestro escenario artístico?
Lo veo en un proceso que apunta a la profesionalización general, donde las iniciativas de los artistas como individuos siguen siendo más que las institucionales; eso es normal dentro del contexto en que vivimos.

¿Qué andas preparando para el público?
Actualmente tengo la mirada puesta en nuestra problemática social. Quiero desarrollar algunas series que tengan como base la denuncia de ésta, sin ser demasiado explícito, por supuesto.

Muchos no le encuentran sentido al arte. A tu entender, ¿cuál es su finalidad?
La finalidad del arte es el arte mismo, el sentido se lo dan el contexto y las circunstancias.

¿Cómo esperas que reaccione el público ante tu obra?
Quien reacciona ante el público soy yo, de alguna forma el público es quien completa la obra y me proporciona una visión inédita de lo que he querido hacer.

Ahora que se habla mucho de globalización, ¿crees que nuestro arte va paralelo a ésta?
Si te refieres al arte contemporáneo te diría que sí, aunque faltaría cambiar el efecto, es decir, en vez de las propuestas foráneas, tener una incidencia en nuestro contexto. Nuestras propuestas deben procurar tener una presencia en el extranjero.

¿Qué le hace falta a nuestra política cultural?
Dejar de ser un proyecto y no permitir que la ilusión del activismo sustituya las verdaderas directrices de lo que es en realidad la política cultural.

¿Qué es lo que aporta como elemento esencial el paso del tiempo, la experiencia?
Definitivamente consolida nuestra exprimida experiencia, y nos da una perspectiva más clara de por qué y cómo creamos.  

Derribar mitos… ¿Cuáles serían aquellos con los que hay que acabar como sea, en el mundo del arte?
El de la visceralidad.

Su sello
La simplicidad de su obra refleja la incansable búsqueda de perfección en su lenguaje visual”.