En el marco de la inauguración de la XVI Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2013, que tiene como país invitado al Ecuador, el presidente Rafael Correa realizó una corta pero intensa visita a la República Dominicana. Este presidente compartió con nosotros su visión del desarrollo y los pilares que sustentan su gobierno desde que asumió el primer mandato el 15 de enero de 2007. Conocer de esta experiencia es de gran interés para la República Dominicana, pues el Ecuador pasó a ser un país de una gran inestabilidad política y económica, a consolidar una democracia que hace esfuerzo reales por garantizar los derechos fundamentales de sus ciudadanos.
El crecimiento económico de este país suramericano durante los últimos años, no se ha concentrado en los tradicionales grupos de poder como pasa en gran parte de la región. Desde el 2008, según datos de la CEPAL, los índices de pobreza y desempleo en Ecuador muestran una constante reducción. El propio presidente Correa informó que durante su mandato más de un millón y medio de personas han salido de la pobreza. Esto se ha logrado gracias a la concepción de que la economía debe buscar el bienestar de la gente y no sólo mejorar los indicadores macroeconómicos.
Para el presidente ecuatoriano, es fundamental evitar los errores cometidos en el pasado, de pretender enfrentar la crisis económica y social sobre la base de la aplicación de programas de ajustes económicos impuestos por organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI). Estas recetas han tenido cómo único propósito el pago de los intereses de la deuda y no reducir la crisis de los países de la región o mejorar las condiciones de vida de la gente. Para Correa, es necesario abandonar la visión de la economía como simple ideología en función del poder dominante y recuperar una economía política al servicio de las personas.
Este es un tema esencial para la República Dominicana, ya que una parte importante de su presupuesto tiene que ser destinada a la amortización de la deuda tanto interna como externa. Sólo para este año el Estado tendrá que destinar alrededor del 26% de su presupuesto al pago de la deuda. En Ecuador se destina apenas el 6% del presupuesto. Esto permite una mayor disponibilidad de recursos para la inversión social. La experiencia ecuatoriana deberá tomarse en cuenta en los debates nacionales sobre temas fundamentales como el establecimiento o no de un acuerdo con el Fondo Monetario, la realización de un pacto fiscal y la necesidad de una mayor racionalidad del gasto público.
