Cuando se anunció que el cubano Guillermo Rigondeaux había decidido enfrentar al filipino Nonito Donaire, me llené de asombro.Pero no perdí tiempo en escribir un artículo en el que planteé que “hasta aquí llegó Guillermo Rigondeaux”.
Expuse en la ocasión que al estelar púgil cubano, pese a su condición de campeón del mundo, se le iba a ser muy difícil obtener una victoria sobre Donaire.
El próximo sábado ya no habrá teorías, ni mucho menos vocinglería por parte de ambos peleadores.
Este sábado, en la ciudad de Nueva York, Donaire y Rigondeaux van a contender por la unificación de los cinturones del peso súper gallo (122 libras). Rigondeaux, quien como boxeador olímpico realizó casi 400 peleas, se caracteriza por su boxeo técnico.
Se coronó monarca súper gallo con apenas siete peleas. De manera que emuló al estadounidense Leon Spinks quien, con esa misma cantidad de combates, logró conquistar la faja del peso completo al vencer al inmenso Muhammad Alí.
¡A correr!
Buen manejo de su baja, pegado constante con el recto (de mano izquierda), eficiente en la pelea a media distancia y con un poder ocasional, son sus principales características.
Frente a Donaire, ¿esas excelentes condiciones les servirán para acariciar una nueva victoria?
El estelar púgil cubano no conoce todavía el fracaso. Su expediente es de 11-0. Y cada vez que sube al cuadrilátero, sin importar el rival, sus posibilidades de salir airoso son de más del 70 por ciento.
Ante Donaire, ¿se cumplirá ese 70 por ciento de victoria?
Donaire, quien presenta registro de 31-1 (20 triunfos por KO), es un peleador “duro de vencer”.
Sin andar con rodeos: Frente a Donaire, Rigondeaux tendrá que “hilar fino”, correr, no dejarse atrapar por la anestesia del filipino.
Para tener oportunidad de ganar, debe de acudir a sus piernas, a la velocidad de manos y dominio de su guardia zurda. Pero creo que Guillermo Rigondeaux caerá ante la violenta ofensiva de Donaire.
