Archivo General y las bibliotecas

Poco se habla, y menos se escribe, sobre las inversiones millonarias que siempre dispuso Leonel Fernández cuando estuvo al frente del Gobierno. El discurso de alta política se lleva de paso los logros culturales no solo de los gobiernos del Partido&#823

Archivo General y las bibliotecas

Poco se habla, y menos se escribe, sobre las inversiones millonarias que siempre dispuso Leonel Fernández cuando estuvo al frente del Gobierno.

Poco se habla, y menos se escribe, sobre las inversiones millonarias que siempre dispuso Leonel Fernández cuando estuvo al frente del Gobierno. El discurso de alta política se lleva de paso los logros culturales no solo de los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana, sino de cualquier otro partido, porque la cultura –aunque es un asunto de todos– no a todos les interesa.

El pasado martes, cubríamos la reapertura al público de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña y ocasionalmente, visitamos las instalaciones del Archivo General de la Nación, una institución que ha experimentado un cambio impensable, con unas inversiones sistemáticas que hoy se refleja en sus instalaciones, en su servicio eficiente, en la digitalización de un catálogo que se puede consultar en línea, facilitando un servicio de búsqueda anticipada que solo el usuario regular de estas instituciones pueden valorar en su justa dimensión.

Ha sido un trabajo con visión de futuro, como deben marchar y actualizarse las instituciones estatales que se sostienen con los aportes de los impuestos que pagamos los ciudadanos. Gracias a esa gestión, la gente tiene a un solo click la colección completa de la revista Ahora! de un valor incalculable para todo el interesado. En esa dirección también las actuales autoridades deben seguir enriqueciendo estos fondos bibliográficos, desde ¡Funglode si así fuera necesario!
Entre el 2004 y el 2005 visitaba con frecuencia la Biblioteca Nacional, y lo que pude ver el martes, en un paseo fugaz, es digno de cualquier reconocimiento justo. Entre esa biblioteca y el Archivo General de la Nación se puede apreciar un trabajo serio, profesional y edificante para cualquier otro gobierno que esté en el poder, no importa la organización política.

Pero en un país como el nuestro, donde poco se reconoce la labor positiva de los gobiernos, la gestión cultural durante los últimos 10 años muestra un desarrollo que pocos esperaron. Lástima que a estas instituciones –culturales al fin– el público, el pueblo a gran escala, pocas veces entra en contacto con ellas. Pero hay que quitarse el sombrero ante el éxito en este sector.

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Poco se habla, y menos se escribe, sobre las inversiones millonarias que siempre dispuso Leonel Fernández cuando estuvo al frente del Gobierno. El discurso de alta política se lleva de paso los logros culturales no solo de los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana, sino de cualquier otro partido, porque la cultura –aunque es un asunto de todos– no a todos les interesa.

Ayer cubríamos la reapertura al público de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña y ocasionalmente, visitamos las instalaciones del Archivo General de la Nación, una institución que ha experimentado un cambio impensable, con unas inversiones sistemáticas que hoy se refleja en sus instalaciones, en su servicio eficiente, en la digitalización de un catálogo que se puede consultar en línea, facilitando un servicio de búsqueda anticipada que solo el usuario regular de estas instituciones pueden valorar en su justa dimensión.

Ha sido un trabajo con visión de futuro, como deben marchar y actualizarse las instituciones estatales que se sostienen con los aportes de los impuestos que pagamos como ciudadanos. Gracias a esa gestión, la gente tiene a un solo click la colección completa de la revista Ahora!, de un valor incalculable para todo el interesado. En esa dirección también las actuales autoridades deben seguir enriqueciendo estos fondos bibliográficos, desde ¡Funglode si así fuera necesario!

Entre el 2004 y el 2005 visitaba con frecuencia la Biblioteca Nacional, y lo que pude ver ayer, en un paseo fugaz, es digno de cualquier reconocimiento justo.

Entre esa biblioteca y el Archivo General de la Nación se puede apreciar un trabajo serio, profesional y edificante para cualquier otro gobierno que esté en el poder, no importa la organización política.

Pero en un país como el nuestro, donde poco se reconoce la labor positiva de los gobiernos, la gestión cultural durante los últimos 10 años muestra un desarrollo que pocos esperaron. Lástima que a estas instituciones –culturales al fin– el público, el pueblo a escala, pocas veces entra en contacto con ellas. Pero hay que quitarse el sombrero ante el éxito en este sector.

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