INTRODUCCIÓN

Me propongo ofrecer tópicos que motiven y faciliten la lectura, el estudio, la meditación y la puesta en práctica, de los contenidos de la Carta Pastoral de los Obispos Dominicanos en este enero 2013. Recordemos, una vez más, que esta tradición o costumbre, se remonta a aquella célebre Carta Pastoral en tiempos del dictador Rafael L. Trujillo, en la que denunciaba y enfrentaba la represión del régimen y sus esbirros. He aquí mis siete “tópicos de presentación”, llamémosle así, de la del presente año.

1. Tema y título
El tema e hilo conductor de dicha Carta Pastoral es la fe, en consonancia con el Año de la Fe (octubre 2012 – noviembre 2013), determinado por el Papa Benedicto XVI. Lleva por título una diciente expresión de la Primera  Carta de San Pablo a los Corintios (6, 13):  “Manténganse firmes en la fe”.  Es mandato, exhortación y motivación al mismo tiempo; y como epígrafe, esta otra de Jesús a María de Betania, cuando, al visitar la familia ante la muerte de Lázaro, antes de resucitar al muerto  enterrado hacía cuatro días: “El Señor está ahí y te llama” (Juan 11, 28).

2. Esquema del texto
Sin contar ahora los párrafos clásicos de una Introducción y una Conclusión, hay que decir que la estructura del texto mismo resulta muy interesante y muy clara, facilitando su compresión.  Son siete subtemas, que nos ofrecen una visión muy completa y resumida sobre la fe, con un esquema muy preciso.  Helos aquí:

  1. La Fe en el Antiguo Testamento (#6-11)
  2. La Fe en el Nuevo Testamento (#12-15) 3.La Fe en la Teología (#16-18)
  3. La Fe y el Compromiso (#19-27)
  4. La Fe y los Desafíos (#28-32)
  5. La Fe y la Actitud Espiritual (#33-40) 7. Líneas de Acción (#41-47)

3. Definición de fe
De este rico y apretado conjunto doctrinal y práctico, podemos destacar de inmediato varios aspectos muy luminosos.  Entre ellos, la detallada definición de fe que nos ofrece.

“Es bueno precisar, desde el primer momento, que cuando el Papa nos habla de la fe, no se trata de la fe humana, mediante la cual creemos y confiamos en algunas personas, porque sabemos que no nos van a fallar, como es la fe y confianza que tienen los niños en sus padres; tampoco se trata de la confianza del científico que verifica los resultados de su investigación; o la fe religiosa por la cual muchas personas tienen diferentes creencias. La fe de la que nos habla el Papa es la fe cristiana, que no es creer idea o doctrina, sino aceptar y seguir a la persona de Jesucristo, que nos dice muy a menudo “crean en mí” (Jn 14, 1).

Es la fe que está más cerca de una actitud de búsqueda que de una seguridad total. Es hacer nuestra la actitud de Abrahán que confió en la promesa de Dios . Es la fe que nos pone en contacto y nos compromete con la vida familiar, social, política, económica, cultural y religiosa. Es un estar dispuesto a renunciar a todo y romper con la seguridad del dinero, del prestigio y del poder”.

4. Los tres movimientos de la fe
Luego de exponer las enseñanzas del Antiguo Testamento (#6-11) y del Nuevo Testamento (#12-15), volviendo la mente hacia ellas, dentro de una reflexión que llamamos “teológica” (#16), caemos en la cuenta de que la fe, de la que hablamos, es un don de Dios, que tiene tres movimientos. Cito:
“Es bueno destacar que la fe desde el punto de vista teológico es un don de Dios, un regalo de la Providencia Divina, que como todo don, hay que pedirla y cuando la aceptamos tenemos que convertirla en una fe virtuosa, es decir, debemos dar fruto de conversión, lo que equivale a decir: renovar nuestra mente y nuestro corazón, y convertirnos así en criaturas nuevas . Según eso, la fe tiene tres movimientos: a) Es obra del Espíritu Santo (In Spiritu), b) Es una respuesta personal, libre y de obediencia a Cristo (Cum Christo), c) Es un peregrinar consciente hacia la casa del Padre (Ad Patrem). Aquí aparece la dimensión trinitaria de la fe: El Padre por medio del  Espíritu Santo es quien suscita y llama; el hombre y la mujer responden de un modo personal en Cristo y de ahí nos encaminamos al Padre”  (#16).

5. Rasgos de la fe
Otro aspecto que ayuda a una mejor comprensión de la fe, es la explicitación de cinco rasgos, que le son propios. Igualmente, a la luz de las  enseñanzas del Antiguo y Nuevo Testamento, podemos descubrir estos cinco rasgos, como hechos dichos:

a. “El primer rasgo es el sentido de promesa, que empieza con la llamada de Abrahán, al cual Dios le hace una triple promesa: a) Una tierra, b) Una descendencia y c) una alianza; a esas promesas Abrahán creyó y le fue reputado como justicia. Esas promesas se cumplen con la venida de Jesús, quien es el descendiente mesiánico como Siervo Sufriente según el cántico de los pobres de Yavhé; y la promesa de la tierra es la presencia del Reino, que es la irrupción del poder liberador de Dios, y la alianza se cumple con la identidad del creyente en Jesús; pero con Jesús se continúa ese sentido de promesa: me voy pero vuelvo de nuevo.

b. El segundo rasgo de la fe es la conciencia de gratitud, que se expresa en el poder salvador de Jesús para quien nada hay imposible; ya que Dios desde la pequeñez hace obras grandes, como fue el caso de Gedeón que con sólo trescientos hombres venció a los madianitas; o bien, David que venció al gigante Goliat en el nombre de Yavhé. En el Nuevo Testamento esa gratitud se expresa en el poder de trasladar montaña y en la virginidad de María, “porque nada hay imposible para Dios” (Lc 1, 34-38).

c. El tercer rasgo es el carácter de aventura o de éxodo; que se expresa en salir de lo conocido a lo desconocido, o de la seguridad humana a la confianza en Dios (Abrahán y Moisés), o bien, la aventura de los primeros discípulos que inmediatamente lo dejaron todo y siguieron a Jesús.

d. El cuarto rasgo es el compromiso que implica la respuesta de fe que se expresa en la capacidad de amar al prójimo, perdonar y amar hasta a los enemigos y hacer el bien y hacerlo más allá de las normas o de la ley.
e. El quinto rasgo es el dinamismo interpretativo de la fe, que debe capacitarnos para mirar todas las cosas con los ojos, y a la luz, de la misma fe” (#18).
6. Fe, compromiso, desafíos y acción

La fe es un don de Dios, que pide una respuesta libre y personal (#16-17), es doctrina (véase Fe en el Antiguo y Nuevo Testamento y en la Teología), es una actividad espiritual que busca imitar a Jesucristo (#34-40) y conlleva asimismo, una dimensión de compromiso (#19-27) acompañada de desafíos (#28-32) y acciones (#41-47).  Citemos a propósito de estos tres últimos aspectos, a modo de rápida ilustración, los siguientes tres párrafos:

Compromiso: “La fe es también un compromiso de servicio a nuestros hermanos. Esa fe tiene que iluminar las distintas dimensiones donde se mueve y se desarrolla el hombre y la mujer, vale decir, la dimensión social, política, económica, cultural y religiosa, para ayudarle a ser más” (#19).

Desafíos:  “Después de observar el modo de actuar de Jesús frente a las personas y a los acontecimientos, y siendo la fe cristiana un seguimiento a Él y a su mensaje, entonces surge preguntarnos casi de un modo espontáneo ¿Cómo vivir hoy nuestra fe en esta situación que ahora nos toca enfrentar?, ¿Qué o cuáles cosas debemos aprender del Maestro, para iluminar los desafíos que se nos presentan?” (#28).

Líneas de acción. “La Iglesia con sus agentes de pastoral, tiene la responsabilidad de formar a los cristianos y sensibilizarlos sobre la justicia social, el bien común, el desarrollo integral, la economía solidaria, la ética cristiana, el gasto social, la dignidad humana y la cultura de la responsabilidad, que son elementos fundamentales de la fe cristiana“ (#41).

7. La fiel creyente
La Conclusión de la Carta Pastoral 2013, en ocasión de la Fiesta de Nuestra Señora de la Altagracia, nos presenta a María,  la Madre Jesús, como la “fiel creyente” y “modelo”  de fe para todo creyente: “ Que la Virgen María de la Altagracia, la fiel creyente, la primera evangelizada y la gran evangelizadora de nuestro pueblo, nos ayude a ser servidores como ella, quien con su espíritu virginal, fue la enteramente disponible para servir a Dios y a los demás; que ella desde su humildad, su espíritu fuerte manifestado en el Calvario; su profundidad espiritual que la llevó a hacer la voluntad de Dios en todas las cosas, nos inspire para que asumamos desde nuestra fe, el compromiso que implica decir sí a la llamada de Jesús, con conciencia clara de que es un don que nadie merece y que el Señor regala a quien quiere y donde quiere, motivado por su amor y su misericordia”  (#48).

CONCLUSIÓN

CERTIFICO que he buscado ser fiel, en mi artículo “CARTA PASTORAL ENERO 2013”, al contenido de dicha carta Pastoral.

DOY FE, en Santiago de los Caballeros, a los diecisiete días del mes de enero del año del Señor  dos mil trece (2013).

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