En su humilde vivienda, rodeada de la pobreza y la marginalidad del sector Brisas de la Charles, en Santo Domingo Este, vive Julio Martínez «Elpidio» junto a su mujer, Dioselín Encarnación Santos, y sus seis hijos, quienes aparte de no saber leer y escribir, enfrentar otro grave problema: carecen de documentos de identidad y electoral.
«Elpidio» de 48 años, y Dioselín, de 40, desconocen que existe el Plan Nacional de Alfabetización para que ellos y sus hijos puedan educarse y poder conseguir mejores condiciones de vida y laborales. Su trabajo de guardián no le alcanza para sostener a sus hijos, pues apenas gana el sueldo mínimo, y quiere dejarlo porque es peligroso, según cuenta.
La familia emigró en 1995 desde La Estancia, en Azua, hacia Santo Domingo, y cuenta que no ha encontrado un trabajo decente por la precariedad escolar y documental. Mientras Elpidio trabaja desde las 12:00 del mediodía hasta las 12:00 de la media noche, Dioselín, de vez en cuando, sale a limpiar casas y a hacer trabajo doméstico para sobrevivir.
En tanto que a los muchachos, a quienes en el barrio le apodan «Los renegados», andan en la calle tratando de conseguir algo.
A Elpidio se le hace difícil recordar la edad de todos, después de indagar en su mente, sostiene que el más viejo es el que apodan «Chino», que supuestamente tiene 24 años.
«Chino», que ya es padre, dice que lamenta la situación, aunque siempre trata de estar sonriente, pero cuando recuerda el problema que atraviesa se pone melancólico. Para sostener a su hijo trabaja limpiando el jardín de un condominio, donde gana unos dos mil pesos mensuales, más otras chiripas que hace.
La falta de documentos le ha provocado problemas en la calle. «El otro día la Policía me atrapó en una passola sin papeles y cuando me llevaron al destacamento tuvieron que soltarme porque no tenía nada, ni cédula, ni papeles, ni celular -explota en risa- me dijeron que me vaya para mi casa y que busque papeles», relata «Chino» en chercha, pero él sabe que es algo grave por lo que atraviesa.
El otro renegado que le sigue a «Chino» en edad es «Tata», de 22 años, y quien trabaja como lavador de autos en un dealer. Con lo que gana se sostiene con la comida y ropa.
Del grupo la única que tiene documento es Reyes Isabel «Nena», de 20 años, porque se crió con una tía y ésta la declaró como su hija. Aunque logró estudiar en la primaria no siguió con sus estudios, debido a que se casó y actualmente tiene una hija.
Los otros hermanos son «Checha» y «Junior», cuyas edades oscilan entre los 15 a 18 años. Su diario vivir que consiste con andar en el barrio a ver qué se le pega. Aún no le dan mente a su difícil situación.
Y la última del grupo es Yissel, de 12 años. Vive en Azua, donde logró ingresar sin documentos a la escuela.
POR QUÉ NO SACARON DOCUMENTOS A TIEMPO?
El problema fue que Dioselín, no tenía documentos de identidad y electoral, sin los cuales no se podían obtener los de los seis hijos. Fue hasta el 2010, cuando ella obtuvo su cédula.
Elpido indica que hizo los intentos de darles educación a sus hijos, pero no se los aceptaron en la escuela al no tener papeles.
Sostiene que, actualmente, hay una persona gestionando las actas de nacimientos en Azua, a quien ya le dio mil, de cuatro mil pesos para resolver el problema, pero que eso se detuvo por falta de dinero. «Hemos tratado de declararlos, me dicen que hay que buscar testigo… un grupo de cosas, pero eso se lleva dinero y no tenemos», resaltó.
PIDEN AYUDA
La familia no sólo tiene problemas con la educación y documentación de sus hijos, también viven en precarias condiciones. Conviven en una casa, que a pesar que es de plato, se filtra el agua cuando llueve, por lo que solicitan ayuda para tener un techo digno.
PLAN DE ALFABETIZACION
A pesar de que el Plan Nacional de Alfabetización inició, ellos aún no han sido llamados para integrarse.
El Plan no se ha hecho eco en el sector Brisas de la Charles, donde hay decenas de personas sin alfabetizar.
