“Su estilista seleccionó el vestido. Como todo es una ruleta, pues suelen presentarle alrededor de 100 vestidos, sólo que daba esperar”, comentó Oriett en exclusiva a Pandora. Las palabras de la estilista de Rancic en un correo enviado a la diseñadora reenviado a este medio: “Buenas noticias. AMAMOS (sí, en mayúscula) el vestido de Oriett. Es perfecto, pues es muy fashion forward (innovador)”.
Definitivamente el 13 de enero quedará en la memoria de Oriett Doménech, y sobre todo, como un gran día para la moda dominicana. Para los que amamos esta creciente industria en RD, el que una figuras conocidas mundialmente como Giuliana Rancic o Kim Kardashian lleve un vestido de una de nuestras diseñadoras, es un escalón no sólo personal, sino para todos los que trabajan en pos del desarrollo de la moda dominicana.
Oriett ya tiene experiencia en que las famosas alaben sus piezas. La más reciente fue la mismísima Anna Wintour, quien en el reciente desfile de Oscar De La Renta en R.D., se acercó a ella y sencillamente le dijo que le encantaban sus diseños. Eso es prácticamente una sentencia. Sin embargo, la revolución inició hace unos años atrás aquí en su país, y los conocedores sabían que no pasaría mucho para que el Doménech fuera mundialmente conocido. Y por si el hecho de que Kim Kardashian llevara sus vestidos en varias presentaciones no bastara, la vida le daría otra sorpresa, literalmente en el cuerpo de Giuliana Rancic.
“Sabía dos días antes del premio que llevaría mi vestido, pero como cualquier cosa puede pasar, no lo hice público hasta que lo vi en la pantalla”.
No pudimos evitar preguntarle cuál fue su reacción cuando finalmente televisó la primera hora de la alfombra roja de E! Entertainment Television. “Lo vi en el área social del edificio donde me estoy quedando en NY, pues horas antes de empezar el show nos quedamos sin cable (risas). El área parecía una biblioteca por el silencio. Me encontraba con mis amigos Emmanuel y Josué y estábamos con la expectativa de si ella se había puesto el vestido o no… ¡Y sucedió! No podíamos gritar, pero fue una mezcla de sentimientos”. Igual podíamos decir nosotros, aunque a diferencia de Oriett, sí pudimos gritar, brincar y abrazarnos. ¡Bravo!
