Los niños y la magia de la Navidad

Se podría decir que la Navidad es la época del año más esperada por la mayoría pues logra que las personas, se muestren…

Se podría decir que la Navidad es la época del año más esperada por la mayoría pues logra que las personas, se muestren más agradecidos el uno con el otro, en compartir y disfrutar de la compañía de los seres queridos.

Pero hay quienes anhelan la llegada de estas fiestas con mayor fervor, sin lugar a dudas son los pequeños de la casa, y por obvias razones, Santa Claus llega el 24 de diciembre con un “quintal” de regalos, y unos días más tarde (seis de enero) los Reyes Magos también traen detallitos.

Para los niños, pensar que un viejo regordete vestido de rojo, anteojos y mejillas coloradas entrará a la casa en medio de la noche para hacer realidad el deseo de tener un Nintendo Wii, una Barbie princesa o una bicicleta es una ilusión que se va “cosechando” durante todo el año.

Al igual que la llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar montados en camellos, una idea fantasiosa que los padres han hecho una tradición de generación en generación para celebrar junto a sus hijos una etapa de su vida que se caracteriza por su ingenuidad.

Pero… ¿qué pasa cuando la niña o el niño van descubriendo que en realidad quienes “ponen” los regalos son papá y mamá? Algunos padres prefieren hablarle con la “verdad” desde el principio y no crearles la ilusión para luego no decepcionarlos; mientras que otros consideran que esta es una forma de mantener su inocencia.

Para la psicóloga Clarissa Guerrero, cualquiera de las dos opciones que tomes como padre está bien, pues esto dependerá de las creencias de cada familia. Ahora bien, si piensa que estas tradiciones son perjudiciales para los niños, por el contrario, son parte de la inocencia y de la infancia que les hacen vivir una ilusión que cuando crecen ya no pueden tener.

Sin embargo, considera que, “hay que saber manejar el tema para que no se viva como un “engaño” y siempre tener en cuenta no sugestionar a los niños con que se deben portar bien para que le dejen regalos. Si se portan bien deben ser recompensados, y está muy bien reforzar esta idea, pero debemos portarnos bien no porque nos vayan a dejar regalos o no, sino porque moralmente es lo correcto”.

Cómo y cuándo decirles la “verdad”
Cuando los niños comienzan a tener dudas de la existencia de Santa o de los Reyes Magos suelen “bombardear” con muchas preguntas, comenta Guerrero.

¿Qué hacer cuando llegue el momento? Según la especialista en terapia infanto-juvenil, “es importante no tratar de extender la creencia de estos personajes si ya el niño o niña se está percatando de la realidad. Es un tema que debe llevarse hasta donde el niño quiera conversarlo y contestar todas las preguntas que este esté dispuesto a preguntar”.

“Si llega una edad en la que los padres deciden ser ellos que le comuniquen al niño, deben hacerlo preferiblemente ambos y en privado para que este sienta el apoyo de sus padres ante el tema, además de la confianza de poder preguntar”, agrega la experta.

En el caso que por algún descuido de los padres el infante se da cuenta de la “realidad” (que es solo una tradición), como por ejemplo, que el niño se despierte durante la noche y vea cuando los padres colocan los regalos o escucha hablar sobre el tema, Guerrero recomienda hablarle con la verdad al niño, hacerle entender que era un juego resaltando los aspectos positivos del mismo.

En fin, ya sea que decidas explicarles desde el principio a los niños que es una tradición o alentarlos a creer que estos personajes son los responsables de hacerle realidad sus sueños, recuerda que debes ser sutil al momento de revelarles la noticia para que no sea chocante para los pequeños, quienes reaccionarán diferente de acuerdo a su personalidad. Lo importante es contarles la realidad de un modo que no sea decepcionante, sino un lindo recuerdo de su niñez. l

Con el tiempo, los niños descubren la verdad 

Para Guerrero, poco a poco, según va evolucionando el pensamiento de los niños, el creer o no en Santa se va haciendo cada vez más obvio.

Comenta que la edad promedio en la que los infantes van “atando cabos” sobre la existencia de Santa Claus, los Reyes Magos o de la Vieja Belén, normalmente ocurre entre los siete u ocho años de edad, lo cual considera una edad adecuada para hacerse este tipo de cuestionamientos.

Una forma para ayudar en la transición de hacerles ver que es una tradición, puedes llevar a los niños donde se presenten estos personajes entregando regalos, para que de esta forma se vayan haciendo la idea que esta figura no es más que un símbolo festivo y de unión familiar.

¿Es positivo o no hacerles creer en estos personajes a los niños? A esta interrogante, la psicóloga considera que, “esto va a depender mucho del criterio de cada padre, pero si es cierto que es una etapa de ilusión que solo se puede vivir en la niñez y que resulta positivo vivirla como una más de las etapas de nuestra vida”.

 

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