La versatilidad hecha postre

¿Quién no muere por un helado? Imaginamos que casi todos. Para aquellos que se desviven por una bola de este preciado manjar y no lo…

¿Quién no muere por un helado? Imaginamos que casi todos. Para aquellos que se desviven por una bola de este preciado manjar y no lo cambian por ningún otro, surgen en el mercado un sin número de propuestas que llegan con una única finalidad: complementar y ampliar el abanico de opciones que ofrece este mundo.

Y es que el helado es un postre fácil de combinar e ideal para crear otros tan apetitosos como él. ¡Claro!, tomándolo como base. Si aún no estás muy claro a qué nos estamos refiriendo, no te preocupes, a continuación te mostramos algunos ejemplos para sacarte de dudas.

Un perfecto complemento. Si hay algo que siempre está presente en todas las heladerías son las galletas, tostadas y conos, para que el disfrutar tu helado no se limite simplemente a una copa, que obviamente no podrás comer. Sin dudas, no es lo mismo degustarlo sin su agradable compañía. 

No sólo los monos. El guineo es la fruta favorita de este animal, y por lo visto del helado. ¿Por qué? El Banana Split es la respuesta. De esta deliciosa opción existen diversas variaciones, pero la versión clásica está hecha con bolas de helado de vainilla, chocolate y fresa, servidos en hilera sobre esta fruta, cortada en dos longitudinalmente (de ahí su nombre en inglés, “split”, corte).

Batidas. A la gran mayoría les encanta. Es una manera de comprobar lo cremoso que puede llegar a ser un rico helado, aunque en gran parte, esto se logra al agregar leche desnatada. Eso sí, tómala bien fría.

Paletas de frutas. Vivir en un país tropical nos hace amarlas con demasía. Y es que además de sus exóticos sabores, refrescan a cualquiera que tenga la oportunidad de probarlas. Coco, chinola, naranja, fresca y uva, son algunas de las variedades disponibles.

Tarta helada. ¿Quién no se muere por un pedazo? Esta combinación de helados con bizcocho, es desde hace muchos años una costumbre en los hogares dominicanos. Es una delicia elaborada con sabores y diseños alegóricos a diferentes temporadas, pero siempre tendrás la tradicional de fresa, chocolate y vainilla. En el país, los pioneros fueron los de Helados Bon.

Bombones y alfajores. Tentadores es la palabra que mejor los define. Ideales para todos, incluso para aquellos que no pueden comer mucho, y sobre todo para los más pequeños, pues dan seguidilla. Un postre que de seguro no vas a poder dejar de comer, primero por su relleno, helado; y segundo por su crujiente cubierta.

Cappuccino. Sí, así es. Combinar el helado con esta deliciosa bebida de origen italiano puede resultar una experiencia inolvidable para tu paladar. Si te gusta tomarte una taza de café te encantará esta propuesta.

Flan de helado. El flan casero es uno de los reyes de los postres. Es uno de los favoritos, hasta que prueban su versión en helado. Es para chuparse los dedos, sobre todo si lo sirves también con nata montada, caramelo o frutas.

Sándwiches. Se cree que fue inventado en 1890 por los vendedores ambulantes de Lower East Side de Manhattan, Nueva York.  La popularidad de éstos ha aumentado constantemente, lo que ha inspirado a compañías lecheras a crear sus propias versiones de sándwiches de helado para sus clientes. Es también conocido como alfajor.

Toppings y cremas. Este detalle le da un toque totalmente distinto, y hasta luce más atractivo. Mermeladas de fresa, guayaba o piña son las más ordenadas por los clientes en las heladerías, así como crema chantilly, almendras, nueces y los coloridos M&M’S. 

 

 

 

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