Al fin se reveló el rollo de la Cámara y su nómina, aunque a retazos, para cumplir la ley 200-04 sobre libre acceso a la información.
Esta ley es quizás uno de los grandes logros de los últimos años para fortalecer la institucionalidad de la función pública y contribuir a destrujillizar la débil democracia dominicana.
En la Era de Trujillo, y luego fortalecido por la corrupción balaguerista, cualquiera que tuviera un carguito se creía un jefazo, un mayimbe, que hacía y deshacía los presupuestos que el pueblo le confiaba para su manejo.
¡Bien por ti ! Abel, porque la Cámara no puede darse el lujo de quedarse en el cuarto oscuro y ocultar su funcionamiento, sus gastos, el uso de los recursos que se le pone en las manos. Ya eso es de dominio público. ¡ Por Ley Abel! …bien por ti ! Estos son los albores de la transparencia. Después de la nómina, te toca eliminar el barrilito con sus privilegios. No tiene sentido que se le dé a un diputado una cantidad de dinero extra para atender a Juanita cuando necesita una vacunita. Para eso están los hospitales y Salud Pública. De hecho, aquí entre nos, shhhh, la gente halla que diputados y senadores ganan demasiado para el servicio que dan; pero no se lo diga a nadie. Te puse al lado del Chapulín. ¡ Luz verde al cuarto de revelado !