Los meses de otoño- invierno significan mucho más que mañanas y noches frescas. La brisa y el frío pasan factura a la piel, desmejorándola y resecándola.El principal problema de la piel en esta temporada es la deshidratación, ya que el frío provoca que aumente la sequedad de la piel y, en el peor de los casos, se agraven los problemas de la misma. Por este motivo, la esteticista Mayte Gutiérrez, aconseja “extremar” los cuidados.
“El frío vuelve la piel más seca, por lo que hay que centrar los cuidados en hidratar la piel para combatir la resequedad”, señala, al tiempo que recuerda que, pese a tratarse del invierno, no hay que olvidarse de la protección solar.
Gutiérrez explica que este problema puede afectar en mayor medida a las personas que tienen la piel seca de manera fisiológica o con problemas por una base patológica. Asimismo, recuerda que conforme va avanzando la edad, sobre todo en las mujeres tras la menopausia, la piel se vuelve mucho más seca. En estos casos, la piel de la mujer pierde gran parte de su componente hídrico y se seca mucho más, por tanto las mujeres posmenopáusicas deben tener mucho más cuidado en hidratarse y humectarse de manera constate.
Hay que elegir una buena crema hidratante y para ello debe contener componentes “humectantes”, que atraigan el agua dentro de la piel, como la glicerina, glicol o urea, y sustancias con efecto oclusivo, que sirven de barrera, para impedir la pérdida de agua epidérmica, como son la lanolina, silicona y sus derivados. En cuanto a cuándo hay que empezar a extremar los cuidados, explica que lo aconsejable para tener la piel “tersa” durante estos meses frescos es empezar desde ya a utilizar productos hidratantes.
Cambios de hábitos
A las mujeres que quieren disminuir las arrugas superficiales, que “aumentan” con las bajas temperaturas, Gutiérrez aconseja emplear cosméticos que contengan hidroxiácidos, retinol y/o vitamina C. “La resequedad acentuada va a hacer que las arrugas se noten más, y cuando pase el invierno aumentarán si no se hidratan bien la piel”, añade.
Asimismo, esta experta aconseja añadir a la dieta complementos orales con vitaminas antioxidantes del grupo A, B, C y E, que, aunque no reviertan el envejecimiento, sí mejoran su apariencia. “Al organismo no le da tiempo a eliminar los radicales libres, por lo que tenemos que alimentarnos con sustancias que nos ayuden a eliminarlo”, afirma.
La especialista pone especial atención a la piel de la cara, que es, quizás, a la que puede afectar en mayor medida este problema. Así, señala que “hay que tener en cuenta que los vasos sanguíneos faciales, cuando entramos en un ambiente muy frío se contraen y con el calor se dilatan, esto para una persona sin problemas puede que no le afecte, pero si se tienen problemas dermatológicos puede favorecer que se queden permanentemente dilatados”. Finalmente, indica que durante todo el año, para mantener un buen estado de la piel, hay que disminuir la ingestión de alcohol y el consumo de tabaco.
Agua para mantener la salud de la piel
Una recomendación básica para mantener la salud de la piel en óptimas condiciones es el consumo de agua , ya que es el principal componente del organismo y ayuda, entre otras cosas, al buen funcionamiento de las vías urinarias, el tracto intestinal, evita la deshidratación, e incluso, ayuda a mantener el peso.
El agua no sólo calma la sed, sino que ayuda a regular la temperatura corporal, hidratar la piel, limpiar y desintoxicar el cuerpo, propicia el buen funcionamiento de los riñones y activa la digestión, entre otras cosas.
