Miles despiden a Héctor Camacho en NY

NUEVA YORK— Un carruaje jalado por caballos blancos condujo el cadáver de Héctor «Macho» Camacho cuando recibió el viernes el adiós de sus fanáticos en el barrio de Nueva York donde el carismático boxeador p

NUEVA YORK— Un carruaje jalado por caballos blancos condujo el cadáver de Héctor «Macho» Camacho cuando recibió el viernes el adiós de sus fanáticos en el barrio de Nueva York donde el carismático boxeador puertorriqueño creció.

Cientos de personas acudieron al velorio en la iglesia Santa Cecilia en el Spanish Harlem, el barrio en la zona este de Manhattan que concentra muchos puertorriqueños.

«Gracias Nueva York, gracias a todos», dijo la madre de Camacho, María Matías.

«El salió de aquí, del Spanish Harlem y pudo hacer algo con su vida», dijo su hijo Christian Camacho. «Aquí está toda esa gente que le quería, expresándole todo ese cariño».

En un día de otoño nublado y de mucho frío, el velorio derivó en un despliegue del folclore de Puerto Rico. Los compungidos asistentes agitaron banderas de la isla, hicieron retumbar la música salsa y coreaban «Macho Time» alrededor de la manzana.

Tras un recorrido por el barrio, el féretro —cubierto con la bandera de Puerto Rico— fue subido por la escalinata.

«Que bonita bandera, que bonita bandera, que bonita bandera es la bandera puertorriqueña», se pudo escuchar alrededor de la manzana, en la que las personas, desde amas de casa hasta niños pequeños y ancianos, hicieron cola pacientemente para entrar a la iglesia a ver el cadáver.

Al salir de la iglesia, las personas mostraban las fotos del cuerpo que habían captado con sus teléfonos inteligentes e iPads. En la calle se vendían camisetas con la imagen de Camacho por 10 dólares.

Camacho fue atacado a tiros el 20 de noviembre, cuando estaba sentado en el interior de un automóvil, con un amigo, frente a un bar en Bayamón, su ciudad natal. El amigo, Adrián Mojica Moreno, murió en el lugar de la agresión y el púgil falleció tres días después, cuando los médicos lo desconectaron de un respirador artificial. La policía ha informado que cuenta con sospechosos, pero aún no ha detenido a nadie.

«Era una bella persona, que nos dio muchas alegrías. Todo esto ha sido muy doloroso, porque no se merecía una muerte así», dijo Fanny Castillo, de 50 años. «Fue un gran boxeador, que nos hizo sentir orgullosos».

Camacho, de 50 años, salió de Puerto Rico en su niñez, cuando su familia se mudó a Nueva Yok.

Llegó a conquistar los títulos superpluma, ligero y welter junior en la década de 1980, y libró combates memorables contra su compatriota Félix Trinidad, el mexicano Julio César Chávez y el estadounidense Sugar Ray Leonard. Tuvo una foja de 79-6-3 en su carrera y se le consideró todo un «showman» en el cuadrilátero al subirse ataviado con joyas, batas y calzoncillos extravagantes.

Tras dos días en los que fue velado en Puerto Rico, el cadáver fue trasladado a Nueva York. La noche del jueves, la familia se reunió para un velorio privado.

«Vine muy triste, muy sentido, pero toda esta gente me ha dado fuerza», dijo otro de sus hijos, Héctor Camacho junior. «Todos vinieron para rendirle su respeto y admiración».

«Macho» Camacho será sepultado el sábado en el cementerio Saint Raymond en el Bronx.

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