Algunas preguntas a José Luis Perales

Dice que aún 40 años después sigue esperando poder escribir su mejor canción ¿Qué le hace pensar…

Dice que aún 40 años después sigue esperando poder escribir su mejor canción ¿Qué le hace pensar que no lo ha hecho? ¿Qué elementos se supone que debería tener ésta?

Estoy contento con las canciones que he hecho, pero uno siempre es inconformista, cuando terminas una canción y te gusta mucho, después de haberla escuchado dos veces dices “podría haberla hecho mejor”, así que no sé, algún día saldrá una mejor, pero tampoco está tan mal.

¿Qué ingrediente tiene Castejón, su tierra natal, que logra sacarle tanta poesía?

Nací allí, pasé parte de mi infancia y parte de mi adolescencia, donde he visitado a mis padres hasta hace poco que lo he perdido. ¿Qué tiene? Pues para la gente que no lo conoce dirá ¿pues qué tiene esto? Porque es una tierra y un pasaje muy árido, pero para mí tiene mucho sentido y para mí es un sitio muy mágico.

¿Por qué nos privó de su poesía todo este tiempo?

Soy un artista bastante atípico, porque de pronto me voy y de pronto no sé si he de volver, hago un disco nuevo y no sé si voy a ser capaz de hacer otro, siempre tengo una gran inseguridad sobre lo que va a pasar en el futuro. Entonces cuando hace años tenía un contrato con una disquera y me exigían un material nuevo, me veía muy condicionado, pero ahora que soy independiente, pues tengo la libertad de hacer un disco cuando quiero. La verdad es que las musas se han retrasado un poco también y se han hecho de rogar, me he retrasado seis años, pero bueno.

¿Cómo ha sido la experiencia de ponerse en manos de su hijo Pablo?

No me pondrían en las manos de mi hijo, por muy hijo que fuera, si no tuviera una fe ciega en que lo va a hacer bien porque no sería bueno ni para él ni para mí. Pero él tiene la música en las venas desde que era niño y conoce todo tipo de música, se relaciona con los músicos más vanguardistas, tiene un oído muy afinado y mira si el disco es bueno que fue nominado a los Grammys. Él es abogado y nunca ha ejercido como tal, tampoco es cantante, le gusta producir, le encanta la música.

Luego de más de 100 discos de oro y platino y más de 50 millones de copias vendidas ¿aún piensa que lo suyo es componer y no cantar?

Cuando canto ya en un teatro, creo que la gente vibra cuando se la cantas tú y es importante llevársela a la gente con tu propia voz. Hacer y escribir canciones es un momento mágico, totalmente apacible en el sitio que eliges, sin tensión, pero cuando lo llevas a un escenario se cumple el ciclo completo porque expresas realmente mucho más que en un disco. Si tuviera que elegir, seguiría escribiendo, pero ahora que estoy inmerso en la gira y veo la respuesta de la gente, como te agradece que vayas, como sienten las canciones, como se emocionan, como se saben las canciones y como te las cantan, entonces uno siente que ha hecho muy bien con dedicarse a cantar también.

Ahora quiere explorar otra vertiente de su carrera como compositor, esta vez componiendo una historia literaria ¿Sobre qué tratan?

Los dos podrían estar comprendidos en uno solo, pero en realidad son dos libros. Es una saga de una familia del siglo pasado hasta la actualidad, en un paisaje inventado, es una especie de realismo mágico, o no sé si es eso. Yo tengo una gran influencia y soy muy amigo de Gabo y no sé si influido mucho esta forma mía de redactar esta historia, entonces parto de unos personajes que fueron reales y los mando a unos mundos locos, inventados, quijotecos casi y me ha divertido mucho . Tengo que entregárselos a alguien de la Academia de la Lengua y un escritor importante con mucho criterio, que me diga si realmente no es una osadía y ha valido la pena, pero para mí ha sido una terapia dedicarme a escribir estos libros durante un año.

Ahora regresa con Calle Soledad, que es precisamente el nombre de la calle que llevaba a su casa en Castejón, a parte de la forma curiosa en que surgió el nombre al bautizar el disco ¿Transitó por la soledad al componerlo?

Siempre. Siempre he compuesto en la soledad absoluta, en kilómetros alrededor no hay nadie, lo que escucho cuando escribo y que es casi en otoño o invierno es el crepitar de los troncos en la chimenea de mi casa del campo, el viento en los árboles y algún ladrido de la perra. Ha sido una soledad afortunadamente elegida.

En este nuevo disco habla de “renovarse o morir”, sin embargo, son muchos los jóvenes que recurren a sus clásicos para mantenerse vivos en este mercado ¿Por qué robarnos al José Luis que admiramos?

Cuando me refiero a renovarse o morir, evidentemente es que las canciones siguen en la misma línea porque los autores siempre tenemos un sello que nos identifica, pero no tendría sentido grabar un disco con un sonido de los 70, esa es la renovación a la que me refiero. La canción es la misma, pero con arreglos de gente joven, con grandes músicos, creativos, que además sienten las canciones que les doy como suyas, lo que me hace sentir joven. Las canciones antiguas que toco en esta gira, que hay una renovación también en los arreglos, se equiparan un poco a este disco Calle Soledad y a la gente le ha gustado mucho, porque sigo siendo el mismo Perales, pero hay algo más moderno, más actual.

 

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