Los acontecimientos artísticos y comerciales del recién pasado fin de semana podrían darle a la ciudadanía la impresión de que el estancamiento económico del país no es tal y que la economía se mantiene más dinámica que nunca.
Dos artistas internacionales, Diego El Cigala y José Luis Perales, llenaron la sala principal del Teatro Nacional. El primero el jueves y el segundo viernes y sábado.
El mismo día sábado tres cantantes también extranjeros, Mark Anthony, Marco Antonio Solís y Chayanne, llenaron el estadio olímpico, mientras que desde el jueves y hasta ayer domingo, en varias presentaciones por día, el Cirque Du Soleil abarrotaba el Palacio de los Deportes. Todas estas presentaciones, con tarifas de boletos por varios miles de pesos por persona.
A esos acontecimientos artísticos se suma la realización de una feria de venta de vehículos organizada por Anadive en la Ciudad Ganadera y el famoso “Black Friday” que el pasado viernes puso a la gente a acudir en masa a diversas tiendas que montaron especiales en los precios de sus mercancías.
Pero todo este movimiento comercial y de aumento del consumo interno en un sector importante de la ciudadanía, especialmente la clase media, no es necesariamente una muestra de reactivación o dinamismo económico. Más bien, muestra las desigualdades sociales que son palpables en el país. República Dominicana tiene segmentos de la sociedad con ciertos privilegios en cuanto a los elevados niveles de ingresos que perciben y a otras facilidades que les permite participar activamente en el mercado consumista de bienes y servicios.
Otro sector, el más amplio, goza de un empleo formal, pero con salarios deprimidos, de menos de RD$10,000 mensuales, mientras que una proporción importante de la sociedad se mantiene desempleada o en actividades económicas informales. De todas formas el país siempre ha tenido una gran capacidad de recuperación en momentos de limitación económica.
