Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer

Hace unos 50 años, en los Estados Unidos, Johanna Crawford presenció los horrores de la violencia doméstica. Su padre, borracho,…

Hace unos 50 años, en los Estados Unidos, Johanna Crawford presenció los horrores de la violencia doméstica. Su padre, borracho, estaba estrangulando a su madre cuando Crawford y su hermano entraron al dormitorio. Con la ayuda de su hermano lograron sacar al padre de la casa. El padre había abusado de su madre durante años, pero la Policía no reconocía este abuso como un crimen.

“La Policía venía a nuestra casa y le decían a mi madre: ‘Arregle su matrimonio’”, comenta. En los Estados Unidos, durante las décadas de los cincuenta y sesenta, no existía la violencia doméstica”.

Los tiempos han cambiado. Hoy, los Estados Unidos está a la vanguardia de los esfuerzos que se realizan para combatir el flagelo de la violencia de género a nivel nacional y de fomentar acciones similares en el exterior.

La violencia contra niñas y mujeres afecta a la República Dominicana de la misma manera que afecta a los Estados Unidos, y a todos los demás países del mundo. Una de cada tres mujeres a nivel mundial experimentará algún tipo de violencia de género durante su vida. Las víctimas de estos crímenes son nuestras esposas y madres, nuestras hermanas y nuestras hijas.

La violencia contra las niñas y mujeres es un tema que involucra los derechos humanos a nivel internacional. Es por esto que el procesamiento judicial de los casos de violencia de género es tan importante, y las propuestas para hacer más difícil el procesamiento de estos casos constituyen un retroceso.
Necesitamos contar con leyes que puedan ser ejecutadas y de responsabilizar a las personas por sus acciones. La impunidad genera más violencia.

Tal y como ha expresado la secretaria de Estado Hillary Clinton: “Es tiempo de que todos nosotros asumamos nuestra responsabilidad de no sólo condenar este comportamiento, sino de tomar pasos concretos para terminar con ella, de hacer inaceptable esta práctica, y reconocer que no es (un fenómeno) cultural; es un hecho criminal”.

Los Estados Unidos ha convertido la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer en un punto central de nuestra política exterior. Los países no pueden progresar cuando la mitad de su población está marginada y maltratada.  La evidencia demuestra que el empoderamiento de la mujer es crítico para la construcción de sociedades estables y democráticas; de una gobernabilidad abierta y responsable; de fomentar la paz y seguridad internacionales; de garantizar las economías crecientes y activas; y de confrontar los retos que presentan los temas de salud y educación. Cuando las mujeres y las niñas pueden vivir libres de violencia, y se les brindan oportunidades equitativas en las áreas de educación, salud, laboral y participación política, contribuyen al crecimiento de sus familias, de sus comunidades y de sus naciones, actuando como agentes de cambio.

Johanna Crawford es una de estas agentes de cambio. Cincuenta años después que ella presenciara la golpiza que su padre le propinaba a su madre, hoy, Johanna Crawford es la directora ejecutiva y fundadora de “Web of Benefit”, una importante organización sin fines de lucro que le brinda apoyo a un significativo número de mujeres con recursos financieros y emocionales para superar la historia de una relación abusiva.

Tal y como Crawford le comentara a un reportero recientemente en el estado de Massachusetts: “Tenemos la opción de poder crecer de una situación podrida, lo que para mí es ser una sobreviviente, o podemos dejar que esa situación podrida arruine nuestras vidas. Yo trabajo con sobrevivientes, con aquellas que están dispuestas a crear una nueva vida para ellas”.

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