Montesinos: un grito por la justicia

Más de 500 años han pasado desde ese día en que fray Antón de Montesinos denunció el maltrato a que eran sometido…

Más de 500 años han pasado desde ese día en que fray Antón de Montesinos denunció el maltrato a que eran sometido los habitantes de la isla.

El Sermón de Adviento, pronunciado el 21 de diciembre del 1511, delante de los encomenderos de la Corona Española, causó gran alboroto y su contenido se consideró una falta de respeto. Sin embargo, este grito de justicia marcó el inicio de la defensa de los derechos humanos en América.

En el sermón, Montesinos describió la crueldad a la que fueron sometidos los taínos en la isla, lo que provocó su total exterminio. Montesinos fue portavoz de los frailes dominicos y se preguntó qué derecho tenían los españoles para matar a los indígenas por saciar su sed de oro. Los reproches fueron rechazados por los colonos españoles, quienes pidieron a los religiosos que se retractaran. Pero el domingo siguiente, el clamor fue más fuerte. Este fue el punto de partida para la creación de las Leyes de Burgos, que reconocían a España su conquista, pero no los abusos que se cometieran en el Nuevo Mundo. Todavía en la actualidad el sermón tiene sentido y en el Convento de los Dominicos y el Monumento a Montesinos recuerdan la historia por la defensa de los taínos.

Fray Antón: la historia de un monumento

Sobre el mismo lugar donde Fray Antón de Montesinos pronunció el Sermón de Adviento, pretendía elevarse un monumento que rindiera honor al religioso.  Al menos, ese era el propósito inicial que tenía México, cuando expresó su deseo de otorgarle a República Dominicana un busto que llevaría el nombre de Montesinos.

Dicen que el Sermón de Adviento fue pronunciado cerca del parque Colón, en la Ciudad Colonial. Sin embargo, el monumento a Fray Antón de Montesinos fue edificado en el 1982 en la avenida George Washington, próximo al Puerto de Santo Domingo. La obra fue donada durante la gestión del presidente mexicano José López Portillo y recibida por su homólogo en el país, el extinto Salvador Jorge Blanco.

Pero este monumento a Montesinos es relativamente nuevo, si se compara con el convento de los Dominicos, donde inicia, verdaderamente, esta historia de lucha por los derechos humanos y la equidad social.

El Convento de los Dominicos es una de las edificaciones más antiguas del continente. Fue iniciada en el 1510, el mismo año en el que llegaron los primeros dominicos a la isla: Pedro de Córdoba, Antón de Montesinos, Bernardo de Santo Domingo y el hermano Domingo.

El templo sigue cumpliendo con el propósito con que fue concebido. Allí aún se celebran misas en la iglesia, considerada como la más antigua del país, y funciona como convento y academia de teología.

Fue en el 1534 cuando se impartieron las primeras clases y en 1538, se transformó en la primera universidad de América, la cual fue llamada Universidad Santo Tomás de Aquino, hoy Universidad Autónoma de Santo Domingo.

Los estilo gótico tardío y románico predominan en esta edificación, que hace cuatro meses estrenó un novedoso sistema de audioguía, para que sus visitantes, en un recorrido de aproximadamente 45 minutos, puedan comprender y dejarse conquistar por las historias que esconden los muros del convento, ubicado en la calle Padre Billini, de la Zona Colonial.

Del monumento y las promesas

La parte más impresionante del Monumento a Fray Antón de Montesinos está en su planta alta. Frente a la enorme escultura de Montesinos, que escenifica el momento en que el fraile pronunciaba su discurso, está el mar Caribe. La combinación del mar y la figura se interpretan como los reclamos de justicia liberados desde aquí que fueron escuchados mucho más lejos de lo que Montesinos pudo gritar. No han sido uno ni dos los proyectos que se han planteado para el saneamiento, cuidado y mantenimiento del monumento.

En 1994, el entonces presidente Joaquín Balaguer dispuso la restauración de la plaza. Tres años después, se inició otro proyecto cultural con el mismo propósito que se vio frustrado por el paso del huracán George, en el 1998.

El fenómeno natural provocó serios daños en la infraestructura y no duró mucho tiempo para que se convirtiera guarida de delincuentes e indigentes, quienes se apoderaron del lugar y lo convirtieron en un arrabal.

Entonces, en el 1999 se anunció un plan de saneamiento y rescate del monumento, sin buenos resultados. Nueve años después, en el 2008, el Ayuntamiento del Distrito Nacional hacía lo mismo y, dentro de ese plan, se pretendía concebir un “centro cultural”.

En el 2010, se dijo que ese proyecto que ya tenía dos años, estaba en su etapa final e incluía el acondicionamiento de una biblioteca y un escenario para presentar conciertos y actividades culturales.

Actualmente, el monumento es cuidado día y noche por militares, luego de ser sometido a un proceso de reacondicionamiento durante los meses de junio y julio. Ligia Calero, subdirectora de Patrimonio Monumental, manifestó que  están en proceso de evaluación para definir el uso adicional que darán a ese monumento contemplativo.

Importancia del Sermón de Adviento

“No sé hasta qué punto hemos entendido ahora lo que en aquel entonces significaba el Sermón de Adviento y los desafíos que iban implícito en lo que Montesinos dijo…. Son muchísimos retos, y nos llenamos un poco la boca diciendo que aquí fue el primer grito liberador de América Latina  y no asumimos lo que implica ese compromiso de igualdad que Montesinos denunciaba”.

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