El delantero Charlie Villanueva se encuentra en su séptima temporada en la prestigiosa liga de baloncesto de la NBA.
Con un salario de US$8,060,000, el tercero mejor pagado de Detroit, aún no juega. Los Pistones, sin incluir el de ayer, llevan tres partidos jugados y ni siquiera está en la rotación del tiempo basura para el dirigente del conjunto, Lawerence Frank. Se recuerda la paliza que le dio los Lakers a Detroit el pasado 4 de noviembre en la que el conjunto angelino ganó 108-79 y Villanueva no fue usado.
Según reportes, trabajó duro en la temporada muerta, pero aparentemente eso no convence a Frank.
Cuál será el destino para este jugador que en su primera temporada promedió 13 puntos con los Raptors de Toronto. Eso le valió quedar en el primer equipo de novatos de la NBA, que incluyó también a Andrew Bogut (centro), Channing Frye (delantero), Chris Paul (armador), y Deron Williams. Ese grupo, excepto Charlie, ha seguido una trayectoria de estrellas y el dominicano se ha quedado rezagado. El balón está en sus manos y sólo él decidirá lo que quiere hacer con el resto de su carrera.
Entre inmortales
Aun cuando ha pasado poco más de un par de semanas es más que justo precisar algunos casos de grandes figuras. La marginación a Manolo Prince y a Héctor Báez carece de explicación alguna. Como tampoco tiene fundamento el que sea ahora cuando es exaltado Gioriver Arias. ¿Cómo es que entra Arias y doña Mayo Sibilia se queda afuera?
Retornando a los casos de Prince y Báez, el primero es visto como uno de los mejores armadores de la historia y junto a Báez es miembro de la selección dorada de 1977 que se coronó en Panamá. Pero además, Báez tiene, como dirigente, la medalla más alta que en Juegos Panamericanos ha alcanzado el país, cuando ganó plata. Son sólo dos casos, pues el debate se encendería si se mencionan a Víctor Chacón, Alejandro Tejeda y el dirigente Humberto Rodríguez, únicos que faltan del grupo de 1977.
Lo extraño a todo esto es que en béisbol, contadas veces, un pelotero es pasado por alto.
