Crecida de lagos Enriquillo y Saumatre aislaría a Jimaní

El municipio de Jimaní está bajo la amenaza de quedarse aislado e inundado debido a las crecidas de los lagos Enriquillo, en la fronteriza…

El municipio de Jimaní está bajo la amenaza de quedarse aislado e inundado debido a las crecidas de los lagos Enriquillo, en la fronteriza provincia Independencia, y el Saumatre, en el lado de la vecina república de Haití.

La situación mantiene en vilo a los munícipes no solo de Jimaní, sino de lugares como Boca Cachón, los cuales aseguran que no duermen pensando que cualquier aguacero fuerte puede desbordar el lago Enriquillo, cuyas aguas se mueven a menos de 300 metros del poblado, que ya está incomunicado con Jimaní por vía terrestre.

Tan pronto se circula por la carretera que bordea el lago, luego de Boca de Cachón, se aprecia que las aguas arropa al menos cinco kilómetros de la carretera 48, lo cual ha obligado a las autoridades a improvisar un paso en forma de herradura fuera del área inundada.

Sin embargo, en el lugar donde se retoma la carretera 48 las aguas amenazan con arropar este punto. Continuando sobre esta vía, por un tramo de unos ocho kilómetros, se observa a un lado las aguas del lago casi a nivel del pavimento, mientras a la derecha el panorama luce también inundado y con aguas en constante ondulación.

Es común ver en el lado derecho de la carretera a alguien bañándose en pequeñas pozas formadas poco a poco por el movimiento de agua bajo la vía, mientras las siembras de plátano y otros rubros se dañan debido al líquido salobre que inunda los terrenos.

Malpase

En Malpase, punto fronterizo entre República Dominicana y Haití, la carretera 48 se convierte en la ruta 8 del vecino país, la cual es bordeada al norte por el lago Saumatre.

En este punto, el de más alto flujo comercial entre ambos países, el Saumatre se desbordó sobre la carretera 48 y se internó hacia el lado criollo, por lo que las edificaciones donde funcionaban las aduanas se inundaron y debieron ser desalojadas. Para continuar el flujo comercial, las autoridades hicieron un relleno de tierra sobre el pavimento inundado, pero las aguas lo deshacen con tal rapidez que en muchos puntos se notan charcos y una estrechez tal que dificulta el cruce de camiones. Mientras, en el lado oriental del municipio el lago Enriquillo continúa expandiéndose.

Baitoa

Saliendo de Jimaní y bordeando el lago, continuando sobre la carretera 48 y a pocos kilómetros de El Limón, se encuentra el poblado de Baitoa, a menos de dos kilómetros del distrito municipal de Vengan a Ver.

En un tramo lineal de algunos 300 metros, a la izquierda se observa el lago Enriquillo casi a nivel de la carretera. Las aguas han erosionado el pavimento hasta tal punto que ya no es posible el uso de los carriles que permiten la doble circulación, debido a la estrechez. Al igual que en Boca Cachón, el vaivén de las aguas del lago se observa en los terrenos inundados a ambos lados de la carretera.

Viviendo con miedo

En Jimaní la gente duerme con la pesadilla de que un día cualquiera amanecerán inundados. Virgilio Cuevas recuerda cuando hace unos 20 años disfrutaba de su finca en El Arenazo, frente al lago, sembrada de cocoteros y plátanos. Con la miseria encima señala los cocoteros y empalizadas que se han secado a más de un kilómetro  dentro del agua.

“Donde usted ve esos cocos ahí estaba mi casa, y hace como cinco o siete años que el lago se la tragó”, asegura. La casucha donde vive está a menos de 300 metros de la carretera 48. “Y el lago sigue caminando hacia acá arriba”, agrega preocupado. Una situación similar la describió Josefa Rodríguez, residente en Baitoa: “La siembra se ha secado y ya el marido mío no encuentra en qué trabajar porque no hay tierra para cultivar, y lo último que está haciendo es ser “pícher” en una guagua de las que van a la capital”.

Como buscando respuesta que le den aliento, la mujer mira hacia el Enriquillo y pregunta si el Gobierno piensa hacer algo, porque si de algo está convencida es que el lago arrasará con todo.

Varias teorías para explicar fenómeno

Diversas teorías tratan de explicar las causas de la crecida del lago Enriquillo. Una investigación llevada a cabo por la Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma de Santo Domingo concluyó que el aumento en el nivel de las aguas no sólo obedece a condiciones climáticas hidrológicas, sino a otros factores como las actividades sísmicas en la zona, que pudieron afectar la estructura de los suelos y el tiempo de escurrimiento de las aguas.

Otras teorías lo atribuyen al aumento del caudal en el río Yaque del Sur, además de plantear que el sedimento y la basura taponan el sistema acuático. También se atribuye a la severidad actual de las tormentas debido al cambio climático.

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