En nuestro país, como en toda Latinoamérica y el mundo, se ha puesto muy de moda la cirugía de “abdomen y mamas”, es lo que técnicamente se conoce como abdominoplastía y mamoplastía (esta última puede ser a la vez levantamiento, aumento o reducción).
Estos procedimientos ofrecen una gran satisfacción a las pacientes ya que en una sola cirugía se pueden mejorar ambas zonas, obteniendo una silueta definida y un escote perfecto, según explica Franklin Peña, cirujano plástico.
Las razones más comunes para que una mujer decida realizarse una mamoplastía por lo regular se debe a que luego de uno o más embarazos los cambios en el peso, así como las variantes hormonales inducen a una atrofia del tejido mamario, lo que hace que los senos se pongan más flácidos tras cada bebé.
En el caso del abdomen, la expansión que sufre la piel abdominal produce estrías. También los músculos abdominales, ceden al crecimiento del feto, lo que produce diástasis de los rectos; que es la separación en la línea media de los músculos del abdomen.
Con relación a esto Peña comenta que, “la cirugía plástica es la solución total a los cambios producidos por dar a luz, así como de la flacidez, estrías, senos flácidos o caídos; atrofia o disminución de las mamas, entre otros detalles que afectan la autoestima de muchas mujeres. Afortunadamente ya pueden ser corregidas de forma segura mediante procedimientos de corta duración y de rápida recuperación, como son una lipoescultura, abdominoplastía, o un levantamiento mamario”.
