La pasión por el béisbol se vuelve a vivir en la nación dominicana

La fiebre del béisbol volvió a subir. Nueve meses de pausa culminaron ayer, luego de que los Leones del Escogido se proclamaran campeones al vencer a las Águilas Cibaeña.

La fiebre del béisbol volvió a subir. Nueve meses de pausa culminaron ayer, luego de que los Leones del Escogido se proclamaran campeones al vencer a las Águilas Cibaeña.Desde ayer, sin embargo, se cambió a otra página. Leones y Tigres del Licey abrieron el escenario en la capital en un Estadio Quisqueya que destaca con sus remodelaciones, mejoradas año tras año, con el fin de ofrecer una mayor acogida a los simpatizantes.

De azul y rojo, por completo, estuvo tintado el Quisqueya. Incluso en las nuevas gradas (antiguos bleachers), las cuales tienen ahora asientos numerados. En San Francisco y San Pedro hubo juegos y también torres apagadas, pero el parque lleno. Dentro era de fiesta. Pero aufera se libraba una batalla. Accesar al parque no fue tan fácil y los fanáticos, azules y rojos, se unieron por primera vez en mostrar su desacuerdo, ya que el nuevo dispositivo de acceso dejó ver una aglomeración de fanáticos, de los que algunos temieron por sus carteras. En gradas ampliadas (antiguos bleachers) las boletas se acabaron temprano. “Antes de la 1:00 p.m.”, dijo un fanático, pues el mercado negro lo acaparó todo.

Ya en el partido, cuando tocó el turno de Pablo Ozuna, los fanáticos rojos vociferaban “Boca Chica”, una manera de reconocer a su héroe clave del campeonato pasado, que ahora es un Tigre y fue quien definió la victoria azul ante los rojos con un toque hacia la derecha del lanzador Jonathan Arias.

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