El cine sigue apostando a los actores extranjeros

El boricua Efraín Figueroa se pone en la piel del dictador Rafael Trujillo en el drama histórico El infierno…

El cine sigue apostando a los actores extranjeros

El boricua Efraín Figueroa se pone en la piel del dictador Rafael Trujillo en el drama histórico El infierno y la gloria, mientras que…

El boricua Efraín Figueroa se pone en la piel del dictador Rafael Trujillo en el drama histórico El infierno y la gloria, mientras que el venezolano Fernando Carrillo es el empresario Marcelo de la Costa en la película Lotoman 2.0, que se estrenará el primero de noviembre. La idea de los directores dominicanos de fichar a figuras internacionales para sus producciones no es nueva, pero cada día es más notoria en la creciente industria cinematográfica nacional.

Una estrategia de negocio que busca, no solo atraer a un mayor público dominicano con estas estrellas internacionales que disfrutan de buena popularidad en el país, sino también como forma de trascender en mercados extranjeros.

“Quise hacer esta película porque para nadie es un secreto que Lotoman ha sido la más taquillera del cine dominicano y me gustó mucho. Me contactó Gissel Mangual y una vez leído el guión quise venir de vuelta a la República Dominicana, un país que me ha dado tanto amor”, expresó Carrillo recientemente.

A pesar de que aún está por verse qué tan efectivo ha resultado para los cineastas locales contratar a actores extranjeros, lo cierto es que cada año son más las figuras que llegan a la pantalla grande a través de las historias dominicanas. Roberto Ángel Salcedo llegará al cine por segunda ocasión este año con Profe por accidente luego de I Love bachata, y a pesar de que en estos dos estrenos no apostó a caras extranjeras su pasada historia fílmica dice todo lo contrario. Y es que Mi novia está de madre (2007) fue protagonizada por la actriz mexicana Patty Manterola, mientras que en Megadiva (2009)  Robertico le dio el primer protagónico internacional a la venezolana Jessika Grau.

También Alfonso Rodríguez  ha tenido cierta preferencia en este renglón. En su cinta Un macho de mujer (2006), el polémico realizador dirigió a Daniel Sarcos y Ana Karina Casanova, con la idea de que le iba a ir de maravillas en el mercado venezonalo; y en Pimp Bullies: víctimas de un Prostíbulo (2011) armó un elenco internacional integrado por Adrián Bellani, Catalina Rodríguez, Ving Rhames, Steven Bauer y Chiquinquirá Delgado, por solo mencionar algunas de sus apuestas.

La filmografía de Archie López se mantiene más fiel al talento local. Para Mi novia está de madre, Cristiano de la secreta y Lotoman ha preferido elenco dominicano. Aunque en la continuación de su saga, Lotoman 2.0, sigue apostando al buen humor de Raymond Pozo y Miguel Céspedes, pero esta vez con los encantos del galán de telenovelas Fernando Carrillo.

La industria se abre al talento

Fernando Carrillo  se suma a la lista de actores venezolanos que han encontrado una brecha en la industria cinematográfica dominicana. También figuras puertorriqueñas, como Denise Quiñones (La soga), Andrés “Velcro” Ramos (La hija natural) y Raúl Carbonell (Nueba Yol y Lío de falda), y cubanas, como Adrián Más (Jaque Mate), han trabajado en producciones locales. La industria local tampoco le ha sido indiferente a actores haitianos como Gastner Legerme (La hija natural), entre otros.

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El boricua Efraín Figueroa se pone en la piel del dictador Rafael Trujillo en el drama histórico El infierno y la gloria, mientras que el venezolano Fernando Carrillo es el empresario Marcelo de la Costa en la película Lotoman 2.0, que se estrenará el primero de noviembre. La idea de los directores dominicanos de fichar a figuras internacionales para sus producciones no es nueva, pero cada día es más notoria en la creciente industria cinematográfica nacional.

Una estrategia de negocio que busca, no solo atraer a un mayor público dominicano con estas estrellas internacionales que disfrutan de buena popularidad en el país, sino también como forma de trascender en mercados extranjeros.

“Quise hacer esta película porque para nadie es un secreto que Lotoman ha sido la más taquillera del cine dominicano y me gustó mucho. Me contactó Gissel Mangual y una vez leído el guión quise venir de vuelta a la República Dominicana, un país que me ha dado tanto amor”, expresó Carrillo recientemente.

A pesar de que aún está por verse qué tan efectivo ha resultado para los cineastas locales contratar a actores extranjeros, lo cierto es que cada año son más las figuras que llegan a la pantalla grande a través de las historias dominicanas. Roberto Ángel Salcedo llegará al cine por segunda ocasión este año con Profe por accidente luego de I Love bachata, y a pesar de que en estos dos estrenos no apostó a caras extranjeras su pasada historia fílmica dice todo lo contrario. Y es que Mi novia está de madre (2007) fue protagonizada por la actriz mexicana Patty Manterola, mientras que en Megadiva (2009)  Robertico le dio el primer protagónico internacional a la venezolana Jessika Grau.

También Alfonso Rodríguez  ha tenido cierta preferencia en este renglón. En su cinta Un macho de mujer (2006), el polémico realizador dirigió a Daniel Sarcos y Ana Karina Casanova, con la idea de que le iba a ir de maravillas en el mercado venezonalo; y en Pimp Bullies: víctimas de un Prostíbulo (2011) armó un elenco internacional integrado por Adrián Bellani, Catalina Rodríguez, Ving Rhames, Steven Bauer y Chiquinquirá Delgado, por solo mencionar algunas de sus apuestas.

La filmografía de Archie López se mantiene más fiel al talento local. Para Mi novia está de madre, Cristiano de la secreta y Lotoman ha preferido elenco dominicano. Aunque en la continuación de su saga, Lotoman 2.0, sigue apostando al buen humor de Raymond Pozo y Miguel Céspedes, pero esta vez con los encantos del galán de telenovelas Fernando Carrillo.

La industria se abre al talento

Fernando Carrillo  se suma a la lista de actores venezolanos que han encontrado una brecha en la industria cinematográfica dominicana. También figuras puertorriqueñas, como Denise Quiñones (La soga), Andrés “Velcro” Ramos (La hija natural) y Raúl Carbonell (Nueba Yol y Lío de falda), y cubanas, como Adrián Más (Jaque Mate), han trabajado en producciones locales. La industria local tampoco le ha sido indiferente a actores haitianos como Gastner Legerme (La hija natural), entre otros.

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