Benjamín Cruz

El pasado martes asistimos a una singular muestra, donde el color parece haberse apropiado de las paredes de la Galería de Arte Nader -ahora…

El pasado martes asistimos a una singular muestra, donde el color parece haberse apropiado de las paredes de la Galería de Arte Nader -ahora también Centro Cultural FIARTE-, propiciando un ambiente fantástico, pero sobre todo de aire caribeño que demuestra la capacidad creadora y el gran dominio de la técnica de Benjamín Cruz.

Desde hace varios años hemos venido estudiando la producción visual del artista y nos hemos percatado de que cada vez más su postura con el arte se va afianzando, como resultado de su constancia y disciplina. Cada una de las piezas se muestra como ente legitimador del gran compromiso que siente por su arte. Se trata de un universo mágico, de seres y objetos que nos parecen familiares a la vista, pero que por la especial manera con que son representados, nos dan la impresión de que han sido extraídos de un espacio “otro” y no dudaríamos que ese espacio sea el propio mundo interior del artista, de ahí posiblemente germine el título de la muestra: “fuera de mí”.

Conscientes de que las palabras cobran sentido en función del énfasis que pongamos en ellas y que así se determina el mensaje que queremos transmitir. Desde una perspectiva muy nuestra, entendemos que ese “fuera de mí” deviene como resultado de un deseo imperioso del artista por pronunciarse y mostrar a su público un conjunto de expresiones surrealizante que transmutan sus más recónditos deseos.

Títulos como: “Séptimo jinete”, “Yo soy el código”, nos conducen a un universo en el que todo es tan importante en el mundo como el sujeto que lo ocupa, desatándose así un estado del cosmos que sin lugar a duda nos lleva a cuestiones profundas sobre nuestra realidad, haciendo un stop en cada pieza para descubrir en qué momento empezamos a dar paso a la enajenación en sí mismos. Estas categorías nos hacen suponer que en el proceso de creación, Benjamín Cruz es asumido por  una quimera de la que no puede zafarse hasta plasmarla en el lienzo, donde cobra vida a partir de lo artístico, mostrándose como un llamado al goce y a la vida.

No dejen de visitar esta muestra, les aseguramos que la van a disfrutar tanto o más que nosotros.

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