A propósito del 16 de agosto

“La sociedad es un contrato… entre los que viven, entre aquellos que han muerto, y aquellos que están por nacer”.

“La sociedad es un contrato… entre los que viven, entre aquellos que han muerto, y aquellos que están por nacer”.

Edmund Burke.

“En el nombre de la Santísima, Augustísima e indivisible Trinidad…”.

Juramento Trinitario.

Reafirmación y comienzo en la independencia dominicana
La independencia dominicana no puede ser analizada sin tomar en cuenta la de Haití. Ambas fueron influenciadas por los eventos en Francia. La bandera haitiana de 1803 tiene los colores de la de Francia, sin la franja blanca y con un escudo que proclama, “La Unión hace la Fuerza”.

La bandera dominicana tiene los colores rojo y azul, divididos por una cruz blanca. La cruz blanca hace de nuestra bandera una bandera tricolor, que como gran parte de la simbología de nuestra independencia, evoca la trinidad, como la esencia de la religión católica, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Es el caso de la sociedad La Trinitaria y por alguna razón, curiosamente extendida a los tres padres de la Patria, con Juan Pablo Duarte al centro, quien es la figura trágica y redentora de nuestra historia, El Cristo de la Libertad de acuerdo a Joaquín Balaguer.

La simbología religiosa está igualmente presente en el escudo que tiene una Biblia abierta donde anuncia: “ Y la verdad os hará libres”, y en nuestro lema Dios, Patria y Libertad, que nos separa más de lo que podríamos pensar de las revoluciones francesa y haitiana.

La Revolución Francesa proclamó la Libertad, Igualdad y Fraternidad, tres ideas que sirvieron de pilares a una república laica. La expresión “La unión hace la fuerza” es un grito de guerra del pueblo haitiano contra un régimen social que lo esclavizaba.

Sin embargo, la expresión “Dios, Patria y Libertad” es esencialmente conservadora, pues en primer lugar evoca una relación del creyente con Dios, que quizás surgió de la necesidad de reafirmar el carácter y las creencias de nuestro pueblo, al momento de declararnos libres. En cierta manera era una mirada a nuestros orígenes, al momento de proclamar un comienzo. Si es así, está muy ligada al  concepto de la Patria, que hace referencia al pasado, las tradiciones y carácter de los pueblos como resultado de su evolución histórica, que en ocasiones sirven de muro de contención a los intentos de dominación externa o de una remodelación radical de la sociedad, una idea utilizada por el conservador Burke, en su crítica a la revolución en Francia.

Podríamos afirmar que la independencia dominicana fue proclamada más como una reafirmación que como una ruptura, pues se sustentó en la creencia en Dios y en esa medida, en nuestras tradiciones, y como un comienzo, basado en un concepto de la libertad, que proclamaba la independencia de nuestro pueblo de la dominación externa y al individuo como ciudadano, con derechos y dignidad humana.

Desafortunadamente, debido al atraso social de la época, Pedro Santana, Buenaventura Báez y otros no aceptaron este comienzo que hacía referencia a nuestro pasado, pues ni creyeron en la independencia de la nación, buscando su anexión a otras potencias, aún después de la Restauración; ni en los derechos humanos que esta independencia proclamaba, pues gobernaron de manera autoritaria.

La historia política y social del país desde nuestra  independencia ha sido una larga y dolorosa lucha por instaurar plenamente la libertad proclamada por los  Trinitarios y los liberales dominicanos del siglo XIX.

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