Susi nunca pensó que su relación de poco más de un año, con un hombre que por demás ella consideraba maduro, terminaría en un cliché. Y más aún, cuando su relación no daba señales de andar mal. Pero lo tocó.

«No eres tú soy yo», «vamos a darnos un tiempo» o «tú mereces algo mejor», acompañadas del «slogan»: «Espero que podamos seguir siendo amigos», son usadas recurrentemente por ellos -y muchas veces por nosotras- como una manera diplomática para dejar una relación, que ya no llena sus expectativas. Es su forma de no herir, pero sobre todo, como plantea la psicóloga clínica y terapeuta sexual y de pareja del Centro Vida y Familia, Virginia Pérez, es una estrategia para no cerrar las puertas completamente. «Si con el tiempo se dan cuenta que han cometido un error o no han encontrado a nadie que pueda superar a su anterior pareja, es más fácil para ellos volver hacia atrás y pedir disculpas», expresa.

Como ellos no han sido diseñados culturalmente para romper, las frases cliché seguirán siendo parte del día a día de las relaciones, mientras no exista comunicación real de ambos integrantes de la pareja. De hecho, muchas veces la ruptura se da por no comunicar lo que no te agrada del otro en el momento justo, o sencillamente, por no enfrentar cualqueir problemática que se presente. Ambas salidas son ejemplos de inmadurez. En cualquier caso, ¿te interesa seguir con una persona que no sabe lo que quiere?

Cómo romper

Linda Young, psicóloga y coach sexual, expresa en su blog Love Limbo (Limbo amoroso), del portalwww.psychologytoday.com, que lo mejor es obviar las líneas cliché para romper. En vez de «No eres tú, soy yo», explícales específicamente por qué «Tú» eres el eslabón que no mantiene unida la relación. «No uses «tú mereces algo mejor», mejor enúnciale cuáles son los factores que no estás listo o dispuesto a dar, para que las necesidades de tu pareja se satisfagan». En fin, aclarar todos lo puntos para que ella no se quede todo el tiempo pensando en que el error fue de ella. Esto puede desencadenar en varios factores: que ella crea que puede solucionar la situación que te haga una escena cuando te vea con otra persona.

En una entrevista para el Chicago Tribune, Young enumeró varios puntos de etiqueta, en los rompimientos amorosos.

– Nunca habrá un momento ideal. Toma la decisión, ten valor y háblalo.

– Hay excepciones. Si tu pareja está pasando por un momento traumático, como muerte de un familiar o de salud, pospón la ruptura.

– Lo ideal es hacerlo en un momento en que haya suficiente tiempo para hablar en privado (al menos que temas por tu seguridad), y cara a cara.

– Young aconseja como etiqueta post-ruptura cortar todo contacto con la persona. Aunque si decides mantenerlo porque tu pareja quedó demasiado impresionada con la noticia y necesita más respuestas, puedes hacerlo. Deja que sea él o ella quien inicie el contacto, para evitar confusiones. Ser amigos después de una ruptura nunca funciona de inmediato.

– Déjale saber que lo sientes y que sabes que duele. Escucha lo que la otra persona tenga que decir.

Mito desmentido

Ellos no superan una relación más fácil que nosotras. La terapeuta Virginia Pérez explica que los hombres saben esconder mejor los sentimientos, pero en el fondo lo que han hecho es poner una curita encima de una enorme herida.

Versus

Muchas veces los hombres se sumergen en el alcohol y en nuevas conquistas, para no enfrentar la realidad. Cuando se dan cuenta de que el sufrimiento es más lento y amargo, muchos se echan al abandono. En cambio, las mujeres se concentran más en ellas, por lo que tras una ruptura logran lucir mejor, ya sea rehaciendo su imagen o bajando de peso. En el lado emocional se vuelven más seguras e independientes.

Sé valiente

La especialista dice que sentir el dolor sin taparlo es necesario para seguir adelante. Entonces, el duelo es una etapa importante, pues en ella aceptarás que la relación ya terminó y puedes recuperarte con mayor facilidad.

«La otra persona necesita respeto y merece saber por qué la relación terminó. Esa es la única norma a seguir en esta materia», Virginia Pérez, psicóloga clínica y terapeuta sexual y de pareja, del Centro Vida y Familia.