Fueron sepultados ayer, en el cementerio Cristo Redentor, los restos del periodista Francisco Comarazamy, quien falleció el pasado domingo a la edad de 103 años. Roosevelt Comarazamy, hijo del comunicador, destacó las cualidades de su padre y dijo que éste se consagró al periodismo veraz, honesto y justo, motivo por el cual, dijo, murió sin riqueza.
Periodistas, funcionarios del gobierno, amigos y familiares del destacado periodista acudieron al cementerio para darle el último adiós. Dentro de los funcionarios que asistieron figura el canciller Carlos Morales Troncoso.
Lo despiden en el Listín
Previo a ser llevado a su última morada, los restos mortales del comunicador fueron trasladados al periódico Listín Diario, donde por varios años se desempeñó como su director.
El cortejo fúnebre llegó al Listín Diario a las 3:30 de la tarde y en un breve acto, con una bandera de ese diario a media asta y otra cubriendo su féretro, ejecutivos y empleados pidieron a Dios por el terno descanso de quien fuera su director.
Allí el director del Listín Diario, Miguel Franjul, destacó las cualidades de Comarazamy, de quien dijo, hasta en sus últimos días se mantuvo escribiendo para ese diario.
Resaltó que el periodista se dedicó en cuerpo y alma al impreso durante el tiempo que lo dirigió.
Comarazamy nació en San Pedro de Macorís en octubre de 1908 del matrimonio de Daniel Comarazamy y Luisa Rangazamy, ambos de origen hindú.
Ejerció el periodismo en el periódico La Opinión, Diario de Macorís, El Mundo, La Nación y El Caribe. Fue director del Listín Diario desde 1994 hasta 1997.
Falleció de un paro respiratorio a las 5:00 de la tarde del pasado domingo mientras era trasladado a la clínica Corazones Unidos.
Reconocimientos a su gran trayectoria
Entre otras condecoraciones y premios, Comarazamy recibió El Caonabo de Oro, la Orden de Duarte, Sánchez y Mella; la Orden de la Estrella Brillante de China y la Orden al Mérito de Corea. Escribió los libros “Experiencias de un periodista”, “Comentarios de libros dominicanos”, “Más comentarios de libros dominicanos” y “San Pedro de Macorís. Memorias”.
