Ellos han sido sus musas, los animales

La historia ha hablado. Durante su transcurrir muchos artistas han dedicado su obra, o parte de ella, ha plasmar distintos animales, convertirlos protagonistas…

La historia ha hablado. Durante su transcurrir muchos artistas han dedicado su obra, o parte de ella, ha plasmar distintos animales, convertirlos protagonistas o parte importante de la misma. Y esto no es que sea una novedad; esta tradición es milenaria. Desde la antigüedad, el hombre de las cavernas pintaba en las paredes los animales con los cuales convivía o cazaba; muestra de ello lo son las cuevas de Altamira y Lascaux. Con el paso de los años esta actividad no se ha visto afectada, pues muchos artistas no se limitan a copiar fotos o pintar objetos o paisajes. Hoy en día, pinturas, esculturas y hasta instalaciones forman parte de interesantes propuestas como las que te presentamos a continuación.

Símbolo de la ciudad eterna, Roma. Luperca es el nombre de la loba que según la mitología amamantó a Rómulo y Remo cuando estos fueron mandados a matar por el rey Amulio. Actualmente la estatua dedicada a ella, llamada «La loba capitolina» se conserva en el museo del Capitolio romano. Cuenta la tradición que se trata de una escultura etrusca, aunque recientemente se ha puesto en duda esta datación, demostrándose finalmente que ésta data de la Edad Media. Los dos niños se añadieron durante el Renacimiento, en 1471, y probablemente son obra del escultor Antonio Pollaiuolo.

Palomas de la paz. Si de algo están orgullosos los dominicanos es del legado artístico que dejó  el maestro Cándido Bidó; quien supo hacer de su obra todo un ícono nacional. Sus obras se caracterizaban por tener un trasfondo sentimental; la maternidad y la unión en pareja fueron matices que nunca faltaron. La vida silvestre, el campo y la naturaleza por igual. Pero en lo que nos concierne, respecto al tema, las palomas fueron muchas veces protagonistas de sus lienzos. Las plasmaba en colores blanco, amarillo, rojo y azul, otorgándoles una impresión de alegría, frescor, ternura y poesía. ¿Quién no las conoce?

El gran canino. Puppy, obra de Jeff Koons es una amalgama de flores de diversos colores que esconde una armadura con un sistema de riego y abono para hacer posible su vitalidad. Pertenece a la serie denominada Celebration, que pretende ser un alegato de alegría y vitalidad. Quiere que sean unas obras universales, que todo el mundo contemple y entienda su esencia. Es un terrier de aproximadamente 12 metros de altura, realizado para una exposición en Alemania pero fruto de la compra por el museo Guggenheim se ha convertido en el símbolo del museo. Koons con su obra mezcla lo dadaísta con el pop art, huyendo de lo conceptual puro para crear obras que lleguen a la sensibilidad del espectador.

Un poco extremista. Uno de los artistas más controversiales de la historia del arte actual es Damien Hirst. La muerte es el tema central de su trabajo. Es conocido sobre todo por sus series de Historia natural («Natural History»), en las cuales, animales muertos (como tiburones, ovejas o vacas) son preservados, a veces diseccionados. Uno de sus trabajos más icónicos es “La imposibilidad física de la muerte en la mente de algo vivo”. Se trata de un tiburón tigre de 14 pies de largo inmerso en una vitrina con formol. Debido a la descomposición del tiburón tigre, fue reemplazado con un nuevo espécimen en 2006. Su venta por 10 millones de dólares, en 2004, hizo de él el segundo artista vivo más caro, después de Jasper Johns. Increíble, ¿no?

Amados por Frida. Animales exóticos como loros, gatos, monos y venados habitaban  en La Casa Azul de Coyoacán, donde Frida nació y vivió junto a Diego Rivera desde 1929 a 1954. Estas eran las mascotas de Frida y motivos presentes en casi todas sus pinturas. Posiblemente estos animales servían para confortar la soledad y el deseo frustrado de Frida por tener hijos. Dentro de los animales más famosos está el mono, el cual formó parte de su famoso Autorretrato.

Un caballo camuflado. Napoleón Bonaparte tuvo 130 caballos para su uso personal. Sus preferidos eran árabes (importados desde Egipto), los bávaros (animales colosales que lo hacían ver demasiado pequeño) y los rusos. Napoleón cruzando los Alpes es el título de las cinco versiones de un retrato ecuestre de Bonaparte pintado por el artista francés Jacques-Louis David entre 1801 y 1805. La pintura era ante todo propaganda; el General le pidió a David que lo representara «calmado, montado sobre un fogoso caballo», cuando en realidad había cruzado los Alpes en una mula. Después de la proclamación del Imperio en 1804, David se convirtió en el pintor de corte oficial del régimen.

Odiadas por muchos. Banksy es todo un mito. Uno de los personajes más conocidos de sus obras son las ratas. Sí. Esas mismas; esas que existen sin nuestro permiso. Son odiadas, cazadas y perseguidas. Viven en una agonía silenciosa entre la inmundicia. Así y todo son capaces de doblegar a civilizaciones enteras. Algunas de estas obras son ya un reclamo turístico. Sin dudas, sus obras son alucinantes.

Eternos jugadores. El famoso cuadro Perros jugando póker no es cualquier cosa, ni es novedad; de hecho fue pintado hace casi un siglo por el pintor americano CM Coolidge (Cassius Marcelus Coolidge). Éste, que se desempeñaba dibujando tiras cómicas para un periódico, fue contratado por una compañía que vendía tabaco para hacer una serie de pinturas publicitarias para su producto. De inmediato empezó a pintar una serie de cuadros (16 en total) que contenían perros en actitudes humanas, de los cuales nueve estuvieron dedicados a escenas de partidas de Perros jugando póker. De seguro en la casa de algún conocido lo has visto.

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