La chica de Ipanema cumple 50 años

Niña de cuerpo dorado, con un contoneo de caderas que es todo un poema. Ya sabe de qué estamos hablando. De la Chica de Ipanema.…

Niña de cuerpo dorado, con un contoneo de caderas que es todo un poema. Ya sabe de qué estamos hablando. De la Chica de Ipanema.

Este clásico del bossa nova es tan popular que seguramente lo escuchó en el teléfono, en un ascensor o en un café de Beirut o Bangkok. De lo que no hay duda es de que lo escuchó. Lo ha cantado todo el mundo, desde artistas mediocres hasta Frank Sinatra y Amy Winehouse, y es el segundo tema más grabado del mundo, según la revista Performing Songwriter. 

La canción, inspirada por una muchacha que pasó delante de los autores del tema, que estaban sentados en un bar de la playa, fue una especie de presentación mundial de Río de Janeiro. Ahora, con 50 años de vida, el paso del tiempo no ha hecho sino aumentar su encanto, añadiéndole un toque de nostalgia a este himno a la belleza y la juventud.   

El álbum de «Getz/Gilberto» ganó el Grammy al mejor disco del año en 1965 y de pronto todos estaban hablando de «La chica».

Excepto por la misma chica, que de hecho existió. Heloisa Eneida Menezes Paes Pinto, tenía entonces 17 años y sus amigos le decían Helo. Sus días como adolescente los pasaba entre la casa, la escuela y la playa, una ruta que la llevaba cerca del bar donde Moraes y Jobim pasaban horas frente a sus bebidas. Sus ojos seguían a Helo cuando pasaba por ahí, extasiados por su piel brillante y su largo cabello oscuro.

Helo no tenía idea de esto. Cuando escuchó la canción en el radio le gustó y la solía silbar algunas veces, pero nunca sospechó que había inspirado la letra.

Los chicos en el bar decían que hablaba de ella, pero ella no les creía. Finalmente en 1965, Moraes reveló la prueba definitiva y escribió en una revista que Helo era la belleza detrás de la canción «esa chica dorada, una mezcla entre flor y sirena, llena de luz y gracia, pero cuya vista también es triste porque lleva con ella, hacia el mar, la sensación del paso de la juventud, la belleza que no sólo nos pertenece a nosotros».

A pesar del revuelo que generó, Helo tuvo una educación tradicional que no cambió con la canción. Entre sus padres estrictos y su prometido (esposo después), negó las invitaciones que se le hicieron para aparecer en películas y programas de televisión.

Su prometido, que había sido su novio en secundaria, se apresuró a casarse y ella pasó los años siguientes como ama de casa. Ahora, a los 68 años, está mucho más cómoda con su notoriedad, hace dos programas de televisión y planea publicar un libro en inglés sobre su historia.

«En ese entonces nunca pensaba que iba a envejecer», dijo. «Pero la juventud pasa, tenemos que vivir cada momento».

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