Los bleachers son siempre bleachers…

Dos días antes del juego entre New York Yankees y Los Angeles Angels, astutamente seleccionado, finalmente entregamos las boletas a los muchachos.…

Dos días antes del juego entre New York Yankees y Los Angeles Angels, astutamente seleccionado, finalmente entregamos las boletas a los muchachos. Nunca olvidaré la cara de incredulidad de Argenta cuando, al entregarle la boleta impresa, preguntó qué era eso y más aún si era verdad.

El día del juego, como buenos “locales”, subimos al primer metro que nos llevaría a nuestro destino. Luego al llegar a la parada de la 149, el primer dilema: ¿Cuál sería la ruta hasta el Yankee Stadium? Fue mientras escuchábamos el cuento de los japoneses que nos hacía Peluche, que me di vuelta e instantáneamente supe la respuesta, la mitad del vagón iba ataviada de T-shirts, jerseys y demás menesteres alusivos al equipo local.

Siendo ferviente fanática del eterno rival de los Yankees (Boston Red Sox), era y sigue siendo inexplicable la sensación que tuve cuando al bajar del tren nos recibiera el letrero enorme del Gate 6 del estadio y mucho más cuando al entrar donde quiera que miraba me encontraba con rayas blancas y negras.

El estadio, simplemente de otro mundo, pero lo que si no era de otro mundo era la gente de los bleachers (no había dinero para otro lugar) voceando a todo pulmón a los jugadores, sin cesar hasta que cada uno de ellos saludase; las mas de 25 personas, que pensándolo bien eran las mismas, que el acomodador mandó a parar ya que estaban ocupando otro asiento, el fanático del equipo contrario que los del home club hicieron irse porque no aguantó la presión y el chico pasado de tragos (antes de la séptima entrada que es cuando se deja de vender bebidas alcohólicas), que la policía tuvo que sacar.

No fue hasta que el seguridad, después de un pleito bastante controlado, se llevó al fanático que logró exiliar al del equipo contrario, con todo y poster tamaño real de Derek Jeter, que me di cuenta de la única similitud entre el Estadio Quisqueya y el Yankee Stadium, donde quiera que usted vaya y desde cualquier punto de vista que lo mire… Los bleachers, son los bleachers.

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