Salvador y yo

Tal vez ningún dominicano se sorprendió más que el autor de esta columna cuando se dio a conocer la noticia de que Salvador se…

Salvador y yo

En una entrevista que nos hizo una periodista que labora para un matutino capitaleño, nos preguntó si creíamos que los adversarios…

Salvador y yo

El inicio del juicio a SalvadorDesde mucho antes de Salvador abandonar la presidencia el 16 de agosto de 1986, ya yo había…

Salvador y yo

Una vez comenzaron a circular públicamente las pruebas por actos de corrupción contra Salvador y sus colaboradores, escribí el…

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La corrupción en la concienciaMuchas personas creen que las manifestaciones de repudio contra los actos de corrupción…

Salvador y yo

Aunque fue una decisión de Salvador que rompiéramos los vínculos profesionales, y no obstante que él contra mí había…

Salvador y yo

Para el año 1986 yo presidía las organizaciones de solidaridad en el país con los pueblos de Cuba y Nicaragua, además de…

Salvador y yo

Ante la persecución lanzada contra mí por el gobierno de Salvador, hice saber que no renunciaría a mi decisión de continuar…

Salvador y yo

En igual sentido, y con más amplia información y detalles, se pronunció el amigo y periodista Miguel Angel Velázquez Mainardi,…

Salvador y yo

Recuerdo que a los pocos días de Salvador plantearme la separación de su oficina de abogados en Santiago de los Caballeros, el periódico…

Salvador y yo

Mi creencia de que Salvador había roto con su pasado democrático se afianzaba cada día porque la represión se convirtió en una línea de su régimen.

Salvador y yo

1985El gobierno de Salvador, en 1985, ya no era el mismo de sus inicios; había cambiado totalmente, también yo…

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Una carta a SalvadorEstimado Salvador: El 16 de agosto del pasado año te dirigí una carta con motivo de…

Salvador y yo

La situación seguía difícil a nivel de libertades públicas, y funcionarios que habían demostrado prudencia y comedimiento,…

Salvador y yo

Ahora bien, ¿por qué Salvador me reprochó, en la conversación telefónica que sostuvimos el 24 de marzo de 1984, mis supuestas críticas a Eulogio?

Salvador y yo

En la citada comunicación a Salvador le hice referencia algunos de los temas que me había tocado en el curso de la conversación…

Salvador y yo

El año 1984, desde sus inicios no pintaba nada bueno para el pueblo dominicano, para Salvador ni para su gobierno. La crisis económica…

Salvador y yo

Esta es la continuación de mi artículo “Trabajo de espionaje chapucero”, que escribí tras enterarme de que mis teléfonos habían sido intervenidos luego de hacerme eco de la denuncia sobre irregularidades en C

Salvador y yo

En un artículo anterior dijimos que una comisión del Sindicato de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santiago -Coraasan-, nos había visitado para exponernos la situación que se ha presentado en la instituci

Salvador y yo

En un trabajo anterior, dijimos que en esta entrega abordaríamos el punto relacionado con la situación política que se presentaría…

Salvador y yo

Esta es la continuación de una carta que le escribí a Salvador en la que le hice precisas observaciones en lo referente a violaciones…

Salvador y yo

Cuando digo que la situación que viví en el curso de los primeros meses del gobierno de Salvador fue sumamente difícil, se debe…

Salvador y yo

De la misma forma que le cedía el espacio de mi columna a quienes daban respuesta a mis opiniones con relación a determinados actos del…

Salvador y yo

Ante la llegada al país de una comisión de la Organización Internacional del Trabajo, toqué nuevamente el tema de los braceros…

Salvador y yo

Hoy me he dado cuenta de que Salvador no llegó a comprender mi deseo de que él hiciera un buen gobierno, que no defraudara a las grandes…

Salvador y yo

Salvador y esos nuevos amigos En un artículo anterior nos referimos a la posición que han adoptado los oportunistas…

Salvador y yo

Los cuestionamientos a la administración de Salvador, me seguían llegando por distintas vías; no bien había recibido la denuncia del caso de la publicitaria y la Tabacalera, cuando me hicieron saber lo que estaba ocurriendo en

Salvador y yo

Se advierte con facilidad que los escritos que elaboré en todo el curso del mes de diciembre de 1982, respondían a una inquietud que buscaba que Salvador orientara su administración por un camino correcto, libre de abusos, de corrupci

Salvador y yo

La CDE, que le cobre a los ricosEn este país de nuestros amores y sinsabores, se ve bien clara la dominación…

Tal vez ningún dominicano se sorprendió más que el autor de esta columna cuando se dio a conocer la noticia de que Salvador se había asilado en la embajada de la República de Venezuela.

Cuando los periodistas nos llamaron por teléfono para conocer nuestra reacción con relación al asilo de Salvador, a todos les dimos la misma respuesta; “no creemos tal cosa, eso no puede ser; pueden llamarnos un poco más tarde hasta tanto nos informemos de la veracidad de lo que ustedes nos están preguntando”.

Nuestra reacción tenía que ser esa, porque jamás podíamos pensar que un hombre como Salvador, por su temperamento y formación, llegaría al extremo de buscar asilo en una embajada por alegada persecución política.

Respetamos el criterio de Salvador para buscar asilo por alegada persecución política, pero no lo compartimos. Creemos que hoy, en nuestro país, nadie puede decir que está siendo objeto de persecución por sus ideas o actividades políticas.

Es posible que algunos militantes de izquierda, por sus actividades políticas o sindicales, en forma aislada, no sistemática, hayan sido objeto de persecución política.

En la República Dominicana hay todo un grupo de hombres y mujeres que tiene una clara trayectoria en la defensa de los derechos humanos y las libertades públicas, y si fuera cierto que aquí existiera persecución política e ideológica, hace tiempo que estuvieran enfrentados con el gobierno sin importar que los perseguidos fueran de derecha, de izquierda, oficialista, ex oficialistas, civiles o militares o ex militares.

La vocación democrática es una línea de comportamiento político que se mantiene en todo momento, ante todo régimen y sin importar el pensamiento político de quien necesite ser defendido. La solidaridad, la más alta expresión del ser humano, se manifiesta en nuestro país cuando se lanza la represión, cuando se utiliza la persecución como medio de cercenar las libertades y derechos inherentes a la persona humana.

Sin importar el comportamiento político que tuvo Salvador como presidente de la República, si en su contra se lanza una persecución por motivos políticos, de seguro que muchos de los que han sido, son y siempre serán sus adversarios políticos, se pondrían a su lado contra el gobierno presidido por el doctor Joaquín Balaguer.

El sectarismo no existe en la conciencia de los dominicanos que tienen sensibilidad, que se preocupan para que los pueblos del mundo vivan en forma digna y decorosa. No creemos que contra Salvador se esté ejecutando una política sectaria contra su pensamiento político e ideológico. (177)
Leyes contra la corrupción
Una periodista que trabaja para un vespertino de la ciudad capital nos preguntó, doctor Veras, en su condición de presidente de la Asociación de Abogados de Santiago, ¿por qué usted no elabora un proyecto de ley que tenga como objetivo enfrentar la corrupción en el sector público? Le respondimos a la periodista, que en nuestro ordenamiento jurídico vigente existen disposiciones que, de ser aplicadas, tienen por finalidad sancionar el robo de los dineros del pueblo y que, además, en otras oportunidades hemos elaborado proyectos de leyes con el fin de enfrentar, dentro de lo posible, la corrupción que se dé en el sector público. Hace unos cinco años, le dijimos a la periodista, conjuntamente con el ingeniero Hamlet Herman, preparamos un proyecto de ley, lo pusimos en manos de los legisladores y el mismo fue engavetado.

Recordamos ahora que el doctor Salvador Jorge Blanco, durante la campaña electoral de 1982 lanzó la idea de que los expresidentes constitucionales fueran investidos con la calidad de senadores vitalicios.

Ante la idea lanzada por Salvador publicamos un artículo oponiéndonos a su sugerencia y dijimos, en esa oportunidad, que aquí, en nuestro país, en lugar de conceder el título de senadores vitalicios a los expresidentes constitucionales, los mismos debían de ser investigados con respecto a la situación de sus patrimonios antes, durante y después de su gestión gubernativa.

Con respecto a la misma idea lanzada por Salvador en el sentido de que se dispusiera que los expedientes constitucionales fueran declarados senadores vitalicios, también publicamos un artículo en el periódico “El Día” de fecha 8 de enero de 1983, con el título ¡Que Investiguen Esos Patrimonios!
Si aquí se investiga el patrimonio económico de los ciudadanos que han desempeñado la función de Poder Ejecutivo desde la muerte de Trujillo, es posible que solamente uno salga limpio; y seguimos diciendo en el artículo comentado:
En nuestro país la investidura de Presidente de la República de calidad para disponer, impunemente, de los dineros del pueblo. Basta con que un ciudadano cualquiera sea elegido Presidente de la República para que pueda robar, sin reservas ni limitaciones, todo lo que esté a su alcance y disposición, con la ventaja de que luego de terminar su mandato gozará de privilegios económicos, protección policial y una evidente inmunidad.

Si se sigue permitiendo que el hecho de desempeñar la función de Poder Ejecutivo entrañe también la de disponer de los dineros del pueblo para su propio beneficio, o el de sus familiares y amigos, por más que se quiera dar lustre a la democracia representativa ésta seguirá siendo la misma de siempre, fuente de enriquecimiento ilícito de los politiqueros oficialistas y sus más cercanos seguidores.

Todavía hoy seguimos con la creencia de que si en nuestro país se investiga el patrimonio de todos los presidentes constitucionales que ha tenido el país después de la muerte de Trujillo, solamente uno sale limpio.

Hay que seguir trillando el camino de la denuncia constante, permanente, contra los que se enriquecen desde el poder, o amparados en los resortes del poder. Hay que darle vida a los instrumentos legales que en nuestro ordenamiento legal sirven para sancionar a los ladrones de cuello blanco, a los pillos disfrazados de políticos honestos.

A los que han robado desde el poder hay que decirles: Políticos Pillos, vivirán avergonzados como un zorro capturado por una gallina. (178)
Salvador y sus colaboradores
La política errada y desacertada aplicada desde el poder por Salvador dio como resultado lo que el pueblo dominicano ve hoy expresado en denuncias, querellas, agravios, desavenencias y toda una serie de hechos y circunstancias que mantienen a todo el país en vilo.

En artículos que publicamos durante la gestión gubernativa de Salvador advertimos la impopularidad del pasado gobierno.

En fecha 6 del mes de diciembre de 1983, en esta misma columna y periódico, publicamos un artículo con el título “Salvador, Gobierno e Impopularidad”, y decíamos, entre otras cosas: “Si Salvador toma un carro del transporte urbano puede comprobar directamente el bajo nivel de popularidad que tiene hoy su gobierno. Creemos que si Salvador ocupa un vehículo, o se mueve a pie por las calles de la capital o Santiago, con un sombrero y en cuerpo de camisa, o en forma tal que no pueda ser identificado por su propia persona y considerado como un ciudadano común y corriente, advertirá de inmediato que la popularidad de su gobierno está por el suelo. Desde el gobierno presidido por el Profesor Juan Bosch., en el año 1963, no habíamos visto un gobierno con tanta popularidad como el que llegó al poder encabezado por Salvador en 1982. Pero esa popularidad que tenía el gobierno de Salvador, ha ido desapareciendo poco a poco, y ya hoy la impopularidad se observa por todas partes”.
Independientemente del comportamiento personal de Salvador, muchos de sus colaboradores no laboraron como manda Dios en su trato con el pueblo, ni mucho menos con el manejo de los dineros públicos.
En un artículo que publicamos en este periódico en fecha 7 de diciembre de 1983, con el título: “Salvador, Un Nuevo Equipo”, decíamos: “A nivel de colaboradores, Salvador tampoco ha tenido la mejor suerte. Si es cierto que ha logrado rodearse de algunos perredeístas que brillan por su honradez y capacidad, no es menos cierto que hay otros que no han aportado buena imagen, popularidad, honradez, capacidad ni destreza en las áreas que laboran.

Lo que se define como el equipo económico del gobierno, no creemos que le ha dado a Salvador las mejores orientaciones. Ha sido infeliz la asesoría que ha brindado a Salvador la generalidad de sus asesores económicos.
La práctica así lo demuestra”.

Con respecto a la aplicación de la ley a los delincuentes, en el mismo artículo dijimos: “Salvador no debió de continuar con la aplicación de la política de borrón y cuenta nueva.

El debió de llevar a los tribunales a todos los que aquí se han enriquecido con los dineros del pueblo, sin importar el rango, militancia o investidura política pasada, máxime si él sabía que estaba recibiendo “un gobierno en plena quiebra material y también moral”.

Cuando escribíamos artículos como los ya citados, sus amigos de ocasión, turiferarios, pelafustanes y malandrines les decían a Salvador, “que no había que hacer caso a lo que decíamos, que exponíamos nuestras ideas dominados por un sentimiento izquierdista”.

Hoy muchos de los colaboradores de Salvador, unos están perseguidos, otros en la cárcel, y Salvador, con su salud deteriorada, como prófugo de la justicia y su imagen pública también deteriorada.

Al más petulante de los colaboradores de Salvador, se le puede decir hoy gallina, aunque ayer él era como un gallo, que creía que el sol se había levantado para oírlo cantar. Lo único que lamentamos de todo esto es la precaria salud de Salvador. (179) l

FUENTES:
(177) El Nacional. 13 de mayo 1987.
(178) El Nacional. 20 de mayo 1987.
(179) El Nacional. 22 de mayo 1987.
Continuará la semana próxima

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En una entrevista que nos hizo una periodista que labora para un matutino capitaleño, nos preguntó si creíamos que los adversarios de Salvador, actuaban todos, por igual, movidos por el adecentamiento de la sociedad dominicana o si, porel  contrario, se movían diferentes intereses con el fin de hacer que el expresidente fuera llevado a los tribunales. Le respondimos a la periodista diciéndole que no nos gustaba opinar con respecto a los sentimientos, a las motivaciones personales; que al opinar sobre semejante tema podíamos caer en el campo de la especulación, hablar en sentido muy subjetivo; que en una sociedad escindida en clases sociales los sentimientos y motivaciones que movían a los seres humanos eran tan diferentes como los intereses clasistas que representan las clases sociales que componían la sociedad.

Nosotros creemos –le seguimos diciendo a la periodista- que no hay unidad de criterio ni identidad de motivaciones entre los adversarios de Salvador que mueven y accionan para que éste sea llevado a los tribunales.

Salvador tiene como adversarios: a)a los que por celo profesional o generacional, nunca han simpatizado con su persona; b) a algunos que en su oportunidad fueron sus adversarios profesionales en litis judiciales; c) a los que siempre fueron sus adversarios políticos en su partido y fuera de él; d) a los que él golpeó física, política, económica y moralmente desde el poder; e) a los que él no complació con las prebendas que solicitaron o los complació parcialmente; f) a los que él decepcionó con sus actuaciones negativas y las de sus colaboradores; g) a los que siempre se han opuesto a que en el país se gobierne en forma odiosa, despótica, favoreciendo la minoría nacional y extranjera, y permitiendo que se distraigan los dineros del pueblo para sí y sus familiares, amigos y colaboradores.

Como se puede advertir, conforme nuestra creencia, contra Salvador se mueve hoy todo un mosaico de sentimientos que dominan a personas que van desde dignas, decentes, honradas y con alto sentido de patriotismo, hasta “tigres”, vagabundos, pillos y resentidos sociales.

Todo este conjunto de personas, cada una con su objetivo dirigido contra Salvador, teniendo como caldo de cultivo primero el gobierno negativo pasado, y segundo las pruebas que se han presentado contra la administración que encabezó ha logrado construir un verdadero frente de lucha contra la corrupción, pero con una clara estrategia de que Salvador sea llevado a la cárcel, aunque sea por un segundo.

Muchos de los que aquí levantan bandera contra la corrupción, se sentirían satisfechos si ven que Salvador es llevado a los tribunales, aunque la justicia no alcance a los otros que robaron y asesinaron en los gobiernos anteriores.

El autor de esta columna apoya el movimiento contra la corrupción, pero difiere en lo que se refiere a las motivaciones. Queremos que se haga justicia contra todos los ladrones y asesinos, sin importar investiduras presentes y pasadas. Si Salvador es culpable, pues, para la cárcel; si  es inocente, que salga en libertad. Si algunos de sus funcionarios robaron dinero del pueblo, a la cárcel; si son inocentes, que salgan en libertad. Si algunos de sus funcionarios robaron dinero del pueblo, a la cárcel; los inocentes, a su casa. (174)

Nada de consejos

Hace unos días un amigo nos preguntó, con cierto sentido de picardía e ingenuidad, si durante el gobierno de Salvador y en razón de los vínculos de amistad que nos unían, en algún momento le señalamos los comentarios negativos que se hacían contra su gobierno a nivel de moralidad pública.

Le respondimos al amigo que en los primeros meses de gobierno manteníamos buena comunicación con Salvador, pero luego se limitaron hasta que llegaron a desaparecer, pero que durante el tiempo que mantuvimos contacto, más o menos permanente, le hicimos observaciones con relación a informaciones y datos que obtuvimos en su oportunidad.

Así, por ejemplo, en fecha 21 de septiembre de 1982, remitimos a Salvador una comunicación en la que le decíamos, entre otras cosas: “La pasada semana –el martes 14 de septiembre- si mal no recuerdo, por la vía telefónica te dije que en los periódicos “Listín Diario”, “Última Hora” y “El Nacional de Ahora”, se hacía mención de una compañía publicitaria que estaba recibiendo los favores de un alto funcionario para manejar cuentas de publicidad del gobierno y empresas estatales. Lo que me ha movido a tratarte nuevamente el tema es que en la calle se comenta con insistencia, que Bolívar Espinal, hermano del licenciado Fulgencio Espinal, es uno de los dueños de la publicitaria “La Latina, S. A.,” y que a esta empresa se le ha otorgado la cuenta de publicidad de la Compañía Anónima Tabacalera. Lamento haber ocupado parte de tu precioso tiempo, pero no puedo guardar silencio ante algo que yo sé puede afectar tu gestión gubernativa desde el punto de vista de la moral pública.

Además, en un artículo que publicamos en esta misma columna, en fecha 27 de septiembre de 1983, con el título “Salvador, Cuidado con los Oportunistas”, decíamos: “Hemos observado en los últimos tiempos que personas de dudosa reputación en lo que a moralidad pública y profesional se refiere se dan a la tarea de dar todos los visos de apariencia de estar estrechamente vinculadas con la persona del ciudadano presidente doctor Salvador Jorge Blanco.

En razón de que no teníamos ninguna ligazón política con Salvador no podíamos intervenir en sus decisiones; las veces que le planteamos algo que vimos como no correcto en el seno de su gobierno, lo hicimos, pura y simplemente, como amigo. Y nada más. En ningún momento le dimos consejos políticos a Salvador, no solamente porque él no los necesitaba de nuestra parte, sino porque tenemos por norma no aconsejar a políticos ni a personas mayores de edad, pues “el dar consejos equivale a contraer inmediatamente una responsabilidad”, y no nos comprometemos con ninguna persona u organización política a no ser que se identifique, en la táctica o estrategia, con nuestro pensamiento político. (175)

La actitud de Salvador 

Respetamos el derecho que tiene todo ser humano de actuar conforme su pensamiento, y necesariamente no estamos obligados a compartirlo. La actuación de un hombre es de interés para todo el mundo cuando su acción, actividad o incidencia tiene vinculación con la política nacional.

Decimos lo anterior porque hemos observado que en los últimos días las actuaciones de Salvador, no responden a una coherencia política. Su actitud ante los hechos, ante la realidad práctica de la vida política, nos está demostrando que Salvador, ha actuado sin seguir una línea de coordinación sistemática.

Así, por ejemplo, en menos de veinticuatro horas, Salvador recusa a la Juez de Instrucción; emprende la huída al momento que la magistrada le dice que está detenido y, finalmente, se asila en la embajada de Venezuela. 

Cada una de estas actuaciones debieron ser analizadas políticamente por Salvador; los resultados han demostrado que no hubo un cálculo, razonamiento coherente y político al actuar, ya que los resultados por él perseguidos no han estado a su favor.  Nada logró  con la recusación a la Juez de Instrucción porque, a nuestro entender, expresó su posición tardía. Al emprender la huída cuando se le habló de su detención, su imagen política y de ex presidente resultó seriamente afectada ante la opinión pública sensata del país. Al decidirse por el asilo en una embajada, luego de que se ordenara su detención, dio pábulo para que se pudiera pensar que las imputaciones que se hacen en su contra responden a la verdad.

Creemos que cuando Salvador recibió la citación para comparecer ante la Magistrado Juez de Instrucción, tenía una opción: comparecer ante ella y aceptar la detención si así lo decidía, o no comparecer. Si no hubiera comparecido, su argumento de persecución política hubiera sido más socorrido. La fuga desde el Palacio de Justicia, le restó fuerza a su alegada persecución. Su penetración a la embajada de Venezuela alegando persecución política le ha restado fuerza a sus argumentos y ha limitado el círculo de sus defensores a nivel de opinión pública y partidaria.

Si Salvador ha ejecutado todas sus actuaciones conforme a una determinada táctica y estrategia, los resultados no han sido los mejores, aunque no creemos que la estrategia de Salvador fuera la de terminar en el exilio, y más aún, en un exilio cuyo sentido, contenido y estampa política está muy en discusión partiendo de la realidad política que vive hoy la República Dominicana. Tenemos la creencia de que Salvador tiene que quedarse en el país. Si tiene que ir a la cárcel, ir; si tiene que comparecer ante los tribunales ordinarios, comparecer y allí defenderse, sostener su criterio, sus argumentos, no importa los fuertes o débiles que sean… El exilio sería fatal para él y su futuro político. (176) l

FUENTES:
(174) El Nacional. 4 de mayo 1987.
(175) El Nacional. 5 de mayo 1987.
(176) El Nacional. 12 de mayo 1987.
Continuará la semana próxima

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Continuación del artículo: Colaborador, no; amigo.

Creemos que todo dominicano, salvo raras excepciones, libre de todo perjuicio político, celo profesional o resentimiento personal, tenía la creencia de que Salvador podía hacer un buen gobierno, por lo menos a nivel de pulcritud en el manejo de la cosa pública y en el respeto de los Derechos Humanos y las libertades públicas. Como no teníamos vínculos políticos con Salvador, de su gobierno nada le solicitamos, nada buscamos ni quisimos. Tenemos por norma no ligar las relaciones políticas con las personales y profesionales.

Hoy, Salvador fuera, y con su imagen pública totalmente deteriorada, no nos corresponde levantar bandera en su contra. No porque le debemos ningún favor material, sino porque no acostumbramos hacer leña del árbol que está en el suelo, mucho menos de personas que, como Salvador, gozaron de todo nuestro cariño y el de nuestros familiares y amigos más cercanos.

No saldremos en defensa de las acusaciones que se lanzan contra Salvador. Él muy bien puede defenderse, además de que para eso tiene sus abogados y a los que con él compartieron el poder. No nos pondremos la toga para defenderlo ni para acusarlo; si es sometido a la acción de la justicia y sale libre de culpas, nos alegramos; si resulta culpable, que expíe su culpa.

Nunca hemos olvidado el pensamiento de Máximo Gorki, en el sentido de que “Hay que hacer comprender al hombre que él es el creador y el dueño del mundo, que sobre él recae la responsabilidad de todo el mal de la tierra, pero que a él le incumbe también la gloria de todo el bien de la vida. (171)

Amistad con un Presidente

En nuestro país para muchas personas resulta chocante, inaceptable conforme las reglas del sistema, que un hombre vinculado por relaciones de amistad y profesionales con el Presidente de la República, se mantenga al margen de la política oficial, el ladronismo y el tráfico de influencia.

Pero creemos que sí es posible. Todo depende de qué material está formada la persona relacionada con el Presidente. Así, por ejemplo, si el amigo del presidente es un hombre de formación sinvergüenza, sin criterio, con moral de cafre, oportunista, trepador social, en fin, si es uno de estos dominicanos que viven desesperados esperando que un amigo ocupe una posición oficial para ocupar un cargo, obtener una iguala, una exoneración o un favor cualquiera, de seguro inmediatamente su amigo se coloca la banda presidencial hará una raya subiendo las escaleras del palacio, o se convertirá en una gaveta humana entrando y saliendo de la casa familiar de su amigo, el Presidente.

Hemos dicho lo anterior porque en este país hay muchos “tigres” de cuello y corbata, que no se cansan de pensar, de hacer miles y miles de cálculos alegres, haciéndose la pregunta ¿cómo pudo Negro Veras, compartir durante tanto tiempo con Salvador, siendo éste presidente de la República, sin que se involucrara en su gobierno, sin recibir una iguala, una botella, una exoneración, una prebenda para sí, sus amigos o familiares?

A los que se han hecho estas diferentes preguntas, nos basta con decirles que la práctica de la vida define a los hombres; que los que estamos formados en el trabajo, templados en la lucha política seria; hemos enfrentado el tigueraje en sus diferentes vertientes; el ladronismo de arriba y de abajo; la podredumbre que genera la sociedad por todas partes, en fin, los que no estamos formados de cobre, papel y oro, poco nos importa tener un amigo presidente, pues no buscamos en la amistad el beneficio personal o pecuniario, sino la solidaridad, la comprensión y el sentido de fraternidad, cualidades que solamente pueden ser transmitidas por el ser humano. Al lado de Salvador, y con su amistad, solamente nos interesó el aspecto humano, y nada más.

Los que se hicieron “amigos” de Salvador, cuando él inició su campaña política por la presidencia, a los que se vincularon a él luego de estar en el Palacio Nacional, es muy posible que buscaran algo diferente a lo que Negro Veras buscó al lado de Salvador.

Siempre lo hemos dicho; Salvador, nos decepcionó durante su gestión gubernativa en tres aspectos: derechos humanos, libertades públicas y moralidad pública. Siempre pensábamos que el gobierno de Salvador, llegaría a ser un ejemplo de respeto a los derechos inherentes a la persona humana, a las libertades públicas y a la moralidad pública. 

La matanza de abril del año 1984 y la corrupción, golpearon la creencia que teníamos de Salvador, como el más fino representante de la democracia representativa en el país.

De las relaciones profesionales y de amistad que mantuvimos con Salvador durante muchos años, no nos arrepentimos. Compartimos con él muchos momentos agradables; lamentamos no poder compartir hoy los momentos amargos que él está pasando.

Y esto lo decimos no por agradecimiento ni por resentimiento. Durante el gobierno de Salvador, no recibimos exoneraciones personales, para amigos ni familiares; no recibimos igualas ni prebendas; no le solicitamos favores, ni a título personal ni de índole oficial. Por el contrario, Salvador utilizó los instrumentos de represión de su gobierno para perseguirnos y hostilizarnos. Pero no le guardamos rencor; no guardamos rencor contra nadie, y mucho menos contra Salvador.

Tenemos amigos para querernos con sentido de hermanos, con el cariño que sale del corazón; no hacemos amigos para buscar favores, para escalar socialmente ni para después odiarlos. (172).

El otro Salvador

Con motivo de un artículo que publicamos hace unos días con el título “Colaborador, no; Amigo”, un amigo nos preguntó si teníamos la creencia de que Salvador, había cambiado su conducta y comportamiento luego de ser Presidente, o si por el contrario siguió siendo el mismo. 

Le respondimos al amigo que nos formuló la pregunta que desde el punto de vista físico, Salvador no cambió en nada, pero que el ciudadano que ocupó la función de Poder Ejecutivo, cambió su comportamiento, su forma de ser, en sí, su actitud ante la vida fue otra, lo que se traduce diciendo que en Salvador se produjo un cambio total.

Para nosotros, la persona que desempeñó las funciones de representante del Poder Ejecutivo fue completamente diferente a la que tratamos durante varios años. El Salvador que conocimos en la vida profesional, como defensor de los derechos humanos y las libertades públicas, profesor universitario, amigo sincero y solidario, no fue el mismo que vimos actuar como presidente de la República.

Al amigo que nos hizo la pregunta le hicimos referencia a una carta pública que el 14 de agosto del año 1982, dos días antes de tomar posesión Salvador, le dirigimos, publicada en este mismo periódico, y en la que le decíamos, entre otras cosas: “Espero que desde el poder sigas siendo el hombre coherente con el cual he compartido los últimos años. No permitas que tu vida privada, profesional y pública de hombre honrado se vea manchada por la acción dolosa de uno cualquiera de tus colaboradores. Te deseo suerte, y te pido que te cuides de los amigos de ocasión y de los que, aunque te han fingido ser tus amigos viejos, en determinados momentos te han dado la puñalada trapera, sea en el quehacer político o profesional”.

La parte que hemos citado de la carta que en su oportunidad remitimos a Salvador, demuestra claramente que teníamos la firme creencia de que Salvador era un hombre coherente, que el poder no le haría cambiar, que su actitud seguiría siendo la misma que había tenido en la lucha en el seno de Unión Cívica Nacional, en la Guerra de Abril de 1965, en los tribunales del país y congresos de abogados defendiendo los derechos humanos, las libertades públicas y a los perseguidos políticos.

Conviene precisar que el criterio que teníamos con respecto a Salvador no era exclusivo nuestro, ni fruto de sentimentalismo afectivo; era algo generalizado entre los hombres y mujeres del país con vocación democrática y progresista, que Salvador era un hombre con un pensamiento nuevo en los marcos de la democracia representativa. Recordamos ahora los nombres de muchos dirigentes políticos, comunistas y de izquierda, demócratas sinceros  y avanzados a nivel de la democracia representativa, para los cuales Salvador fue siempre una figura “presidenciable”, de posible apoyo en la búsqueda de un gobierno de dignidad nacional.

La realidad nos ha dicho que el Salvador que aspiró a la presidencia de la República, no fue el que llegó y salió del Palacio Nacional. Pero esa es la vida, la política es relación con las masas y Salvador no asimiló esa situación; él fue una cosa en su vida profesional y privada y otra, muy diferente, desde el Palacio Nacional. (173) l

FUENTES:
(171) El Nacional. 21 de abril 1987.
(172) El Nacional. 22 de abril 1987.
(173) El Nacional. 99 de abril 1987.
Continuará la semana próxima

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El inicio del juicio a Salvador

Desde mucho antes de Salvador abandonar la presidencia el 16 de agosto de 1986, ya yo había advertido y denunciado el alto nivel de corrupción que existía en su gobierno, aunque para mí él nunca, personalmente, estaba involucrado en acciones dolosas.

Por tanto para mí no fue sorpresa que una vez Salvador concluyera su gestión gubernativa se procediera a accionar judicialmente en su contra y de algunos de sus colaboradores más cercanos. Precisamente, el día 3 de octubre de 1986, el doctor Marino Vinicio Castillo -Vincho-, apoderó de una denuncia querella al Procurador General la República, para esa época el doctor Ramón González Hardy, contra Salvador y varios oficiales militares, y policías, y también civiles.

Ante el apoderamiento, el Procurador General de la República invitó a Salvador a comparecer a la Procuraduría, requerimiento que no fue obtemperado por él; ante esta negativa le declaré a la prensa que Salvador había sido mal asesorado por quienes le recomendaron no asistir a la cita que le había hecho el doctor González Hardy; que éste había demostrado humildad al presentarse personalmente a la residencia de Salvador. (168)

Luego, el 29 de diciembre de 1986, el Procurador General de la República, apoderó al magistrado Procurador Fiscal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, de la acción judicial que había ejercido Vincho.

En el curso de la instancia de la denuncia querella de Vincho, en el país se hizo todo un movimiento de opinión pública con la finalidad de que fueran apoderados los tribunales no solamente de los hechos pecaminosos ocurridos durante el gobierno de Salvador, sino de todos los que resultaren responsables de acciones contra el patrimonio público desde la caída de Bosch en 1963 hasta el presente. Fue así como surgió Acción por la Moralidad Pública, organismo del cual formé parte conjuntamente con Jottin Cury, Miguel Vega Goris, José Joaquín Bidó Medina, Abel Rodríguez del Orbe, Ramón Martínez Portorreal, Diómedes Mercedes y otros más. (169)

En el curso del juicio a Salvador escribí varios artículos en los cuales expresé  criterios diversos en torno a mi percepción con relación a Salvador, el criterio que tenía de su persona antes de llegar a la presidencia y su comportamiento en el curso del juicio penal.

Los escritos a los que he hecho referencia los publiqué desde abril hasta diciembre de 1987. He aquí los trabajos publicados:

SJB Y las acusaciones

Hace unos días en un programa de televisión nos preguntaron qué opinión nos merecen las denuncias que se han formulado con relación a la participación o no de Salvador en el caso relacionado con Héctor Méndez, y en los expedientes en los cuales figuran algunos funcionarios del pasado involucrados en actos de corrupción.

Más recientemente, uno de los compañeros que conjuntamente con nosotros forma parte de Acción por la Moralidad Pública, nos preguntó: Negro Veras, ¿qué  opinión tú tienes de la participación de Salvador en los expedientes relacionados con el caso Héctor Méndez? 

A las personas que figuraban como parte del panel de televisión, como al compañero de Acción Para la Moralidad Pública, les respondimos de la siguiente forma: Con toda sinceridad lo decimos, no creemos que Salvador haya tenido participación, desde el gobierno, en el crimen del banquero Héctor Méndez. Lo que sí creemos es que Salvador manejó mal, a nivel de Estado, la investigación y los resultados. La forma como Salvador intervino para dar a conocer los resultados de la investigación, y la forma como se expresaron algunos de los funcionarios de su gobierno, dan pábulo para que la opinión pública se forme la idea de que el crimen de Héctor Méndez, tiene factura o estampa oficial.

Con relación a la vinculación de Salvador en los expedientes en los cuales figuran otros ex funcionarios de su gobierno, le dijimos a los que nos entrevistaron en el programa de televisión, creemos que Salvador va a tener que explicar muy bien su vinculación o no con esos expedientes porque los documentos que se han presentado ante la opinión pública relacionados con las compras a las Fuerzas Armadas comprometen, en una u otra forma, su responsabilidad. Pero como en nuestro país impera el sistema probatorio, todos los hechos que se le han imputado a Salvador, van a tener que ser probados por los medios que la ley y el derecho permiten.

Cuando le dimos la respuesta al compañero de Acción Para la Moralidad Pública, él nos formuló una nueva pregunta. Negro Veras, ¿antes de Salvador llegar al gobierno, tú pensaste en algún momento, que durante su gestión gubernativa se iba a ejecutar la matanza de abril, cuando el pueblo protestó por las alzas de los artículos de primera necesidad?

Le respondimos al compañero de Acción Para la Moralidad Pública, que no; que jamás pensamos que durante un gobierno presidido por Salvador, se llegaría a ejecutar una acción violatoria de los derechos humanos, y mucho menos la matanza de abril, pero que con todo y eso no creíamos que Salvador estuviera involucrado en el crimen contra Héctor Méndez; que para nosotros era algo fuerte creer informaciones y datos que se han aportado de la intervención de Salvador en el crimen de Héctor Méndez, pero que en este mundo cada uno responderá de sus pecados, porque “el que cae en el pecado, es un hombre; el que se arrepiente, un santo; el que enorgullece de él, un demonio”.

En todo caso para externar los criterios antes expuestos no hemos estado dominados por ningún prejuicio afectivo o de revanchismo, de resabio o indulgencia. Cada caso, cada fenómeno, lo analizamos a la luz de la realidad y así formamos nuestra firme convicción. En todo caso, Salvador tendrá la oportunidad de demostrar su inocencia ante los tribunales. Si resulta culpable, que expíe su culpa. Si es inocente, debe ser absuelto, pues “la misma justicia infinita dejaría de ser lo que es, si pudiese castigar al inocente”. (170)

Colaborador, no; amigo

En el programa “Síntesis” que se transmite por un canal de televisión nacional, el doctor Julio Hazim hizo referencia a nuestra persona cuando nos incluyó entre los que, según él, habían colaborado para que Salvador llegara al poder. 

Conviene que precisemos algo con relación a lo dicho por el doctor Julio Hazim. Es de conocimiento público que durante muchos años mantuvimos estrechas relaciones de amistad y profesionales con Salvador. Estas relaciones, de nuestro lado, tenían un sentido que llegaba hasta el afecto de familiaridad, de lo que no nos arrepentimos ayer, hoy, ni nos vamos arrepentir nunca, pues en nuestro corazón no hay espacio para la falsedad, sea en la amistad o en las relaciones políticas. Las relaciones que establecimos con Salvador, no fueron fruto del oportunismo, zalamerías ni de adulonería, sino de respeto mutuo, solidaridad, comunicación y trabajo diario.

De la misma manera que toda persona bien nacida e hija de buena madre sabe que en este país las relaciones nuestras con Salvador, se desarrollaron estrictamente en el plano personal y profesional, también sabe que entre los dos no existía el más mínimo vínculo político. Cada uno, siempre, se respetó su concepción ideológica; solamente transitamos por el mismo camino cuando nos identificamos en la defensa de los Derechos Humanos y las libertades públicas.
Antes de Salvador llegar al poder, mediante carta pública insertada en este mismo periódico en fecha 14 de agosto de 1982, le decíamos, entre otras cosas: “Tú no has prometido cambiar la base económica de la sociedad dominicana, pero sí has dicho que harás un gobierno de ejemplo positivo en lo que a moralidad pública, institucionalidad, Derechos Humanos y libertades públicas se refiere. Los dominicanos que tenemos las manos limpias de sangre y peculado, seremos firmes vigilantes de los actos del gobierno que tú presidirás, para al menor viso de corrupción y violación de los derechos y libertades inherentes a la persona humana, si tú no actúas, exigirte el cumplimiento de las leyes y la Constitución política vigente; los dominicanos con vocación democrática, debemos ser exigentes contigo, en lo que a moralidad pública y Derechos Humanos se refiere, ya que además de ser un abanderado de esos principios, eres, a mi entender, el político del sistema que tiene el criterio más fino de lo que debe ser la democracia representativa”.

Para sostener tal criterio partíamos de la trayectoria política que había exhibido Salvador; su participación en la lucha contra los remanentes del trujillismo; su participación en la Guerra de Abril de 1965; su defensa de los Derechos Humanos y las libertades públicas incluyendo la de presos y perseguidos políticos durante los doce años de Balaguer; su posición democrática en el seno del Partido Revolucionario Dominicano y, para el autor de esta columna, había tenido un ejercicio profesional honesto, en los marcos de la sociedad en que vivimos y conforme su pensamiento político e ideológico.

Aunque teníamos tal criterio de Salvador, en el plano político nunca actuamos como uno de sus colaboradores. Nunca militamos en su tendencia; no invitamos a amigos, colegas, familiares ni allegados a hacer causa común con Salvador en el plano político.

FUENTES:
(168) El Nacional. 23 de diciembre 1986.
(169) La Información y La Noticia. 31 de diciembre 1986.
(170) El Nacional. 10 de abril 1987.
(171) El Nacional. 21 de abril 1987.

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Una vez comenzaron a circular públicamente las pruebas por actos de corrupción contra Salvador y sus colaboradores, escribí el siguiente artículo:

Lo Confesamos

La vida tiene para el ser humano cosas agradables, dulces, que le alegran la conciencia y le producen completa emoción. Pero también la vida le muestra al ser humano su cara fea, su cara oculta, su parte desagradable, la parte que golpea el corazón en lo más profundo. 

Muchas veces recibimos noticias, informaciones o escuchamos comentarios con relación a personas que ocupan o han ocupado en nuestro corazón un lugar de alta distinción, estima, cariño y respeto. Escuchar palabras hirientes, dirigidas contra un ser querido nuestro, es como si fueran lanzadas contra nosotros mismos. Tenemos un gran sentido de los lazos familiares y de la amistad. Nuestros amigos ocupan un lugar muy profundo en el corazón y si algo les afecta lo tomamos como algo nuestro. 

En los últimos días hemos sentido un gran pesar, nos hemos sentido sumamente preocupados, ¿por qué? La razón es que a otra persona le fuera muy sencillo, le bastara comportarse diferente ante lo que le pueda ocurrir, le esté ocurriendo a un amigo, pero, no tenemos temperamento para reaccionar en semejante forma.

Lo que ha motivado nuestra preocupación y pesar en los últimos días es que hemos visto con gran sorpresa que personas estrechamente vinculadas con nosotros están siendo acusadas de corruptas. En nuestra conciencia jamás se pudo anidar la idea de que aquellos con los cuales sosteníamos relaciones de hermanos hoy están señalados como ladrones de los dineros del pueblo o como cómplices de hechos bochornosos.

Con toda sinceridad lo decimos, quisiéramos que fueran falsas las acusaciones que se están lanzando contra muchos hombres y mujeres que fueron nuestros amigos, con los que compartimos muchos momentos difíciles de nuestra vida, con los que recorrimos muchos caminos difíciles, con los que levantamos bandera de decencia, honradez, moralidad, en fin con los que compartimos momentos dulces y amargos de nuestra vida.

Nuestro deseo es que un día cualquiera nos levantáramos de nuestra cama y escucháramos por la radio y pudiéramos leer en la prensa que todo lo que se ha dicho contra determinados hombres y mujeres que fueron nuestros amigos, y que hoy están en la picota, es totalmente falso, que todo se debió a una confusión, a un error o a una intriga política.

Con toda franqueza lo decimos nos resistimos creer que sea verdad todo lo que se está  diciendo contra muchos hombres y mujeres que fueron nuestros amigos entrañables y que en un pasado reciente ocuparon altos cargos en las distintas instituciones del Estado. No cabe en nuestra cabeza que una persona que durante toda una vida rechazó la corrupción oficial como forma de enriquecimiento, de un día para otro se convierta en un asaltante de los dineros del pueblo.

Una persona no puede cambiar de un día para otro por el hecho de ocupar una función pública. La honradez, la honestidad, el alto sentido de lo bueno y lo malo, no puede desaparecer de la conciencia de una persona que se ha formado con criterios, valores y formas de actuar ajustados a la decencia.

Ha sido completamente chocante para nosotros escuchar por la radio, leer en la prensa, ver en la televisión documentos que presentan contra personas muy nuestras, personas a las que siempre levantamos como bandera de decencia, honestidad, sinceridad y moralidad pública en los marcos de la democracia representativa.

En todo el curso de nuestra vida no habíamos recibido una decepción tan grande; nos sentimos anonadados, sorprendidos, aniquilados; nuestro estado anímico está por el suelo. Las acusaciones, las pruebas que se han presentado contra muchos amigos nuestros, nos parecen como un sueño, una pesadilla, un chiste de mal gusto. En nuestra conciencia no cabe la idea de que una persona con la que compartimos sentimientos de rechazo al robo, a la corrupción, al tigueraje, al ladronismo oficial, etc., hoy se ve involucrada en hechos tan sucios.

De todas formas no nos vamos a desesperar. Esperamos que todo lo que se ha dicho de muchos de nuestros amigos y amigas no responden a la verdad y que todo sea pura confusión. Pero si se llega a establecer la verdad de los hechos que les imputan, esos que fueron nuestros amigos siempre recibirán de nosotros el desprecio porque nos engañaron, nos hicieron creer que eran honrados, serios y honestos, cuando en el fondo no eran más que ladrones, “tigres”, falsos, hipócritas y traidores.

Lo único que no expresaremos contra nuestros amigos señalados como corruptos, en caso de que se les prueben los hechos imputados, será odio, porque “odiar a otros es como quemar la casa propia para librarse de algún ratón”. (166)

¡Qué buenas exoneraciones!

Por el hecho de residir en la ciudad de Santiago, muchas veces nos mantenemos completamente desinformados con relación a muchas cosas que ocurren en la ciudad capital y que, a lo mejor, cuando llegan a nuestro conocimiento es porque ya es noticia vieja para otros.

Hace unos días recibimos una especie de folleto, con más de ochenta y cinco hojas, que contiene las exoneraciones e impuesto único concedidos por el pasado gobierno, en el mismo figuran muchas personas que jamás pensamos ver en una lista como aprovechados por un determinado gobierno. Con toda sinceridad lo decimos: para nosotros fue una sorpresa ver los nombres de personas con las cuales mantenemos vínculos profesionales, de amistad, etc., recibiendo exoneración o un impuesto único.

Pero si fue sorpresa ver el nombre de personas que nunca en la vida pensábamos que aceptarían una prebenda, mucho más chocante fue leer los nombres de muchos turpenes que figuran recibiendo dos exoneraciones de vehículo marca Mercedes Benz y hoy los vemos en las calles de Santiago que se mueven en otro de una marca diferente a la de los dos que les fueron exonerados. Fuimos informados de que esas personas que recibieron dos exoneraciones de vehículos, con la marca Mercedes Benz, lo que hicieron fue que vendieron las dos exoneraciones y con el valor recibido por la venta adquirieron otro y luego invirtieron en financieras el dinero restante. Nos llamó mucho a hilaridad el hecho de que algunas de las personas que figuran en el folleto como beneficiadas por exoneraciones de vehículos con la marca Mercedes Benz jamás en su vida pensaron tener ni una motoneta y parece ser que su gusto se puso tan fino que al solicitar la exoneración o impuesto único no se le vino a la mente un vehículo de un precio modesto en el mercado sino el más costoso, el más deslumbrante.

Pero que no se crea el lector de esta columna que el folleto de marras contiene solamente exoneraciones e impuesto único de vehículos, hay exoneraciones de todas clases y calibre. Algunos se contentaron con un carro Chevrolet, otros con dos Mercedes Benz, furgones, etc., y hasta con objetos tan insignificantes que al parecer se “apretaron” o se pusieron nerviosos al momento de pedir, que pidieron baratijas, a lo mejor para venderlas por dos o tres mil pesos. El objetivo era pedir algo al gobierno.

En la lista de los beneficiados con exoneraciones hay “vivos” que no se contentaron con pedir para ellos; extendieron la cuerda de su labor como pedigüeños hasta sus familiares. Así, por ejemplo, una persona figura ella con una exoneración; su esposo con una exoneración; su papá con una exoneración; su hermano con una exoneración, y para colmo, esa misma persona solicitó la jubilación de un familiar cercano. A esta solamente le podemos decir: ¡Que Dios bendiga tu sentido de la oportunidad!

Aquel que quiera saber los oportunistas y sinvergüenzas que hay aquí, que adquiera el folleto que comentamos para que vea distinguidas y honorables personas con dos y tres exoneraciones, y que tienen la cachaza de moverse en Santiago opinando de política, externando criterios de lo que aquí hay que hacer y no hacer, y hasta se mueven con bastón tratando de sorprender con signo de dignidad, honorabilidad y respeto. (167).

FUENTES:
(166) El Nacional. 31 de octubre 1986.
(167) El Nacional. 10 de noviembre 1986.

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La corrupción en la conciencia

Muchas personas creen que las manifestaciones de repudio contra los actos de corrupción es el resultado de un querer fastidiar a los corruptos; pero no es así. El corrupto no solamente se roba los dineros del pueblo, sino que hace reflejar igualdad entre el ladrón y el honrado, entre el que trabaja y el que vive del robo de los dineros del pueblo. Además, los actos de corrupción a nivel estatal generan en amplios sectores una imagen tan mala que algunas personas en nuestro país se han llegado a creer que robarse los dineros del pueblo, es algo normal.

Si extendemos la cuerda de la influencia nociva que produce la corrupción en la conciencia pública, podemos decir que el gobernante que desde el poder estimula, protege y ejecuta la corrupción administrativa, es peor que el que gobierna en forma odiosa, represiva y despótica.

El que aplica métodos violentos y represivos para mantenerse en el poder, su influencia termina con su régimen, pero el que institucionaliza la corrupción deja una mancha, una idea fija, un vicio en la conciencia del pueblo que no termina con su mandato, sino que se extiende, y es posible que afecte a una o varias generaciones. La represión puede ser pasajera; la corrupción llega a lo más hondo de las almas malvadas e influye en amplios sectores, clases y capas sociales que si están dispuestos a enfrentar el despotismo, por el contrario la corrupción los atrapa, los arropa y los hace hasta partícipe.

En nuestro país tenemos ejemplos vivientes de lo que  decimos. Así, por ejemplo, sabemos de personas que han sido firmes luchadoras contra los gobiernos odiosos y despóticos que se han instaurado en el país en los últimos años, pero esas mismas personas han demostrado debilidad, se han inclinado en forma fácil para ligarse con la corrupción oficial.

Muchas veces resulta increíble para nosotros ver a personas que en un tiempo fueron dignos hijos del pueblo, firmes luchadores por la libertad, la independencia plena y levantaron hasta lo más alto la lucha contra el peculado, y de un momento a otro se dejan envolver en el tigueraje de la corrupción oficial. Se podría decir que nunca predicaron con sinceridad sus ideas y principios, que cubrían la realidad, su vida política, con un manto de apariencia para confundir a sus amigos primero, y en última instancia al pueblo dominicano.

No hay que ser un sabihondo para desentrañar todo lo que encierra la corrupción, pero la verdad es que la conciencia del ser humano, en sociedades como la nuestra, vive constantemente tocada por la influencia del medio, el poder material, la vida fácil, y todos los vicios que aparentemente son muy virtuosos pero que en el fondo no son más que halagos que hacen los que disponen de poder político, social y económico para desviar a los hombres nobles de sus objetivos más elevados hacia el ser humano. Muchos de los que habiendo tenido una vida digna de hombres honrados y ejemplares luego han pasado a formar parte del ejército de los corruptos y delincuentes de cuello blanco, se desesperaron por todas las cosas materiales que  les brinda y proporciona el poder político, y a la vez olvidaron que “la rectitud de conducta y la reputación general de honradez recaban para sí mayor confianza y aprecio, y a la larga, por consiguiente, más ventajas, incluso materiales, que cualquier camino sinuoso”.

Pero una cosa es verdad; ser honrado o ladrón es un asunto de conciencia. Aquí  hay muchos que se han robado millones de pesos de los dineros del pueblo y se sienten tranquilos, se sienten realizados como hombres públicos y hasta hacen apología de su habilidad política. (163)

Contra la corrupción: crear conciencia.

Se observa en el país un amplio movimiento contra la corrupción administrativa. Semejante actividad resulta positiva y debe ser estimulada para que más y más hombres y mujeres con sentido de honradez se integren a las acciones y se forme así todo un abanico contra los delincuentes de cuello blanco. 

Sabemos que hay muchos que hoy levantan bandera contra la corrupción, pero a lo mejor si hubieran tenido la oportunidad de estar cerca del poder quién sabe la figura que se hubieran dado. Pero no podemos luchar por estar, hay que sumar fuerzas sanas y es ahí donde hay que hacer el trabajo.

Los que se han robado los dinero del pueblo desde el poder tienen que ser identificados ante las masas populares, en los centros religiosos, educativos, culturales, intelectuales, etc. Hay que hacer toda una campaña de orientación y edificación contra la corrupción y los corruptos.

Hay que ir a las escuelas y hablar con los niños; explicarles la forma cómo aquí un grupo de hombres y mujeres se han enriquecido con los dineros del pueblo; cómo muchos se han hecho millonarios a costa de la miseria de las grandes mayorías nacionales, en fin, en las misas los religiosos deben explicarles a los fieles cómo aquí se roban los dineros del pueblo.

En razón de que los delincuentes de cuello blanco han hecho toda una campaña basada en que aquí, en nuestro país, todos somos iguales en lo que a conducta y honradez se refiere, aquellos que no compartimos tal criterio debemos difundir con mucha fuerza, con todo vigor y vehemencia la idea de que no, que si es cierto que aquí hay una pandilla de politiqueros ladrones, no es menos cierto que hay miles y miles de hombres y mujeres del pueblo que participan en política, que la ven como actividad seria, honrada, buscando el bien de las grandes mayorías nacionales, la liberación del país.

Los que con la actividad política han hecho millones de pesos disponen de recursos económicos, medios de información y hasta de hombres que ponen su talento e inteligencia al servicio de las peores causas. Si la verdad no necesita muletas para moverse, la mentira camina empujada por el poder del dinero, el poder político y el poder social. El que en la política adquiere millones de pesos con el robo al erario, tiene la posibilidad de mantener vigencia política porque aparece siempre algún aliado; cuando se roban muchos millones de pesos, cada peso no aglutina una persona, pero cada millón incorpora al lado del ladrón a muchos que generan poder social, político e influencia ideológica.

Todos aquellos que en este país participamos, en una u otra forma, en la vida política no debemos ser ingenuos y creer que los corruptos están dormidos; no, ellos están activos, militantes y maquinando cómo transformarle la vida a los que se oponen a sus vagabunderías. No nos engañemos con los nuevos millonarios hechos a la sombra del poder estatal, pues “los hombres son naturalmente propensos a creer virtuosos a sus semejantes, esto es precisamente lo que da tanta ventaja a los impostores y a los estafadores”, y traducido esto a lo dominicano quiere decir que hemos confiado en muchos hombres creyendo que son honrados y virtuosos y cuando llegan al poder nos damos cuenta que son unos podridos, charlatanes y de bajo fondo. (164)
 Una vez comenzó el doctor Balaguer su campaña de, supuestamente, edificar a la sociedad con respecto a la corrupción ocurrida en el gobierno de Salvador, escribí  los siguientes artículos:

Conciencia contra la corrupción 

No es cuestión de lanzar palabras hirientes contra los que en forma ilícita se enriquecen desde el poder. Lo que hay que hacer es edificar al pueblo, a las masas populares, en el sentido de que aquí hay una minoría rapaz que ha acumulado dinero a costa del sudor, el hambre, el analfabetismo, la insalubridad y la opresión social de cada hijo humilde del pueblo dominicano.
El disfraz de serio, con cara de perro, hay que arrancárselo a todo un grupito de tigres bien vestidos, con saco, corbata, buenos carros y grandes mansiones que aquí generan poder por todas partes: generan el poder en los medios de comunicación, en el seno de los intelectuales, en las finanzas, en las artes, en las ciencias, en fin, con los maletines repletos del dinero que han acumulado pueden utilizar personas y recursos increíbles.

En este país el que no esté en condiciones de enfrentar con posibilidades de éxitos a los “tigres”, rufianes y asaltantes de los dineros del pueblo, que compre un gato prieto, se quede tranquilo en su hogar desempeñando el papel columpeante de observador político social. No creemos que con la lucha contra la corrupción se vayan a resolver los acuciantes problemas del país; eso es una verdad. Pero también es una verdad, que denunciando esa lepra, ese cáncer de la sociedad vigente se contribuye a hacer avanzar el proceso social dominicano.

No podemos olvidar que la lucha política, social, ideológica y económica se lleva en diferentes frentes. Hoy el frente de lucha contra la corrupción mueve masas, genera opinión pública; estimula la acción política contra los que se mueven con los bolsillos llenos de dinero creyendo que en nuestro país todos somos tontos, que vivimos en el aire, o que estamos dispuestos a ceder en nuestras posiciones y creencias políticas.

Es verdad que aquí  hay hombres y mujeres que luego de predicar la decencia, la honradez y la lucha contra la corrupción, han terminado inclinando la cerviz ante los pillos, los corruptos y los que en una u otra forma han hecho del peculado una forma normal de enriquecimiento ilícito. Pero los ladrones no son los más. Los más en este país son los que no se han ensuciado las manos ni con la sangre de los hijos del pueblo ni con el dinero aportado al erario con el sudor de miles y miles de hijos del pueblo que han dejado su niñez y su juventud, creando riquezas para el país, pero de cuya riqueza solamente una minoría insignificante se beneficia.

Estamos plenamente convencidos de que aquí, en esta tierra de nuestros amores y sinsabores, los más son los mejores hombres y mujeres que nacen de las mismas entrañas del pueblo dominicano; los que no tienen empleo o los que, aunque tienen un empleo, viven en la más horripilantes miseria. Lo mejor de nuestro pueblo está en el extranjero vendiéndole su fuerza de trabajo al imperio, o a las minorías nativas de otros países de América Latina y el Caribe; lo mejor de nuestro pueblo está en las fábricas, en el campo, en el ejército de los que buscan un trabajo y no lo encuentran, o los que teniendo el trabajo, malviven en los barrios marginados. (165)

FUENTES:
(163) El Nacional. 19 de octubre 1986.
(164) El Nacional. 20 de octubre 1986.
(165) El Nacional. 27 de octubre 1986.
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Aunque fue una decisión de Salvador que rompiéramos los vínculos profesionales, y no obstante que él contra mí había lanzado la represión política, nunca le guardé rencor y una muestra de esto es que ya estando en mi nuevo bufete, al llegar el día de su cumpleaños le remití un telegrama felicitándolo.

En respuesta a mi comunicación recibí del secretario Administrativo de la Presidencia, licenciado Rafael Flores Estrella, la siguiente carta:
“Santo Domingo, D. N. 14 de julio de 1986. Doctor Ramón Antonio Veras, presidente de la Asociación de Abogados Santiago, R. D.

Distinguido Dr. Veras:

En nombre del ciudadano Presidente de la República, Dr. Salvador Jorge Blanco, nos complace acusar recibo de su atento mensaje de felicitación, que usted le enviara en ocasión de festejar su fecha natalicia. Le saludamos con sentimientos de agradecimiento y distinción. Muy cordialmente, Lic. Rafael Flores Estrella. Secretario Administrativo de la Presidencia”. (160)

En ningún momento durante la gestión gubernativa de Salvador guardé silencio con relación al fenómeno de la corrupción, y como el doctor Balaguer había dicho, luego de ganar las elecciones en mayo de 1986, que perseguiría a los corruptos, escribí los siguientes artículos:

¡Ay, si los sancionaran!

Hace unos días sostuvimos una conversación con un amigo que nunca ha sido balaguerista ni reformista, y nos dijo que está dispuesto a colaborar con el nuevo gobierno que se instaurará desde el 16 de agosto, sin recibir un solo centavo de sueldo, pero con la condición de que se le designe para ubicar vehículos exonerados ilegalmente y los que han sido adquiridos mediante el famoso impuesto único.

Los que hablan de la democracia representativa y sus alegadas virtudes, tienen que saber que la gran mayoría del pueblo dominicano se siente decepcionado por la forma como se ha gobernado el país, principalmente desde el punto de vista de la moral pública. Solamente los que se han beneficiado materialmente de la corrupción pueden estar de acuerdo con el despilfarro que se ha hecho de los dineros y bienes del pueblo dominicano.

Ningún dominicano honrado y bien nacido puede estar de acuerdo con que una minoría insignificante se haya enriquecido robándose los dineros del erario y las empresas estatales. Solamente hay que tener un mínimo sentido de honradez para rechazar la forma ilícita de enriquecimiento desde el poder.

Nosotros no nos hacemos ilusiones con ningún gobierno defensor del sistema social dominante, sea del Partido Revolucionario Dominicano o del Partido Reformista, pero sea cual sea el que haga cumplir la ley lo vemos con simpatía porque en un país como el nuestro, donde la ley solamente se le aplica a los de abajo, y los de arriba se burlan de ella, hay que ver con simpatía cualquier intento de hacerla cumplir.

Sería muy bueno que los dominicanos que se han hecho ilusiones con el próximo gobierno, no sean nuevamente defraudados y que por lo menos los pillos de cuello blanco sean identificados ante la opinión pública como ladrones para que así, por lo menos, quede algo para la historia hasta el día que se pueda hacer una verdadera y sana justicia. La indignación de los dominicanos decentes, serios, honrados y bien nacidos contra la corrupción oficial ha llegado hasta el grado de que muchas personas, hombres y mujeres, que nunca han simpatizado con la política del doctor Balaguer, han dicho que están dispuestos a expresar simpatía con el próximo régimen reformista si la nueva administración lleva a la cárcel a los que se han enriquecido con los dineros del pueblo.

Por conversación sostenida con varias personas hemos comprobado que el repudio del pueblo a la corrupción abarca todo un abanico de sectores, clases y capas sociales. No es solamente el obrero, el chiripero, el desempleado, sino que también el comerciante no contrabandista ni ladrón, que ha hecho su fortuna con las reglas normales del capitalismo, expresa su disgusto por la forma indecente que muchos se han enriquecido cubriéndose con la sombra del poder.

Creemos que el nuevo gobierno si en verdad quiere enfrentar a los ladrones de cuellos blanco, no tiene que hacer mucho esfuerzo para que los tigres de la política, los que han hecho fortuna con el poder político, sean sancionados. (161)

Para los corruptos sería una lección

Si un extranjero lee la prensa nacional y examina detenidamente lo que los políticos del sistema dicen con relación al fenómeno de la corrupción se puede llegar a creer que en este país hay muchos hombres y mujeres celosos con los bienes del pueblo.

El licenciado Jacobo Majluta, declaró recientemente que estaba de acuerdo con que los corruptos sean llevados a los tribunales y juzgados por los hechos que puedan haber cometido. El doctor Joaquín Balaguer, declaró que en su próximo gobierno enfrentará la corrupción en el orden administrativo y que gobernará con personas serias y honradas.

No ponemos en duda la buena fe e intenciones de lo que dicen enfrentar la corrupción. Todo es posible en este país; los que dudamos es que real y efectivamente los señalados por el pueblo como que se han enriquecido con el dinero del erario y las empresas estatales vayan a la cárcel por disponer de los bienes del pueblo.

Bajo el sistema social que predomina en nuestro país, la corrupción es un fenómeno inherente al mismo sistema, forma parte de cada una de sus instituciones y forma normal de capitalismo originario. Es más, en el país la corrupción se ha convertido ella misma en una mercancía de gran valor y el que ponga en duda su carácter solamente tiene que hacer un recorrido por cualquier pueblo del país.

Cuando un señor le muestra a usted un documento conteniendo una exoneración o un impuesto único, una casa adquirida a precio de róbesela o una extensión de terreno que ayer fue propiedad estatal, usted se da cuenta que la corrupción es una mercancía de gran valor en manos de un “tigre” de la política dominicana.

Y lo más grave del caso es que los que viven de la corrupción son las personas más distinguidas y se quieren hacer pasar como honorables de saco, chaleco y corbata, cuando en el fondo no son más que verdaderos asaltantes de los bienes del pueblo. Las personas que en nuestro país están ligadas a la corrupción oficial, al tráfico de estupefacientes, al contrabando y a todos los negocios ilegales, gozan de impunidad para ejecutar sus fechorías al margen de la ley. El manejo de grandes sumas de dinero, por medio de negocios sucios, es sinónimo de prestigio social, de influencia política e impunidad.

Si un hijo del pueblo desesperado por el desempleo, el hambre y la miseria se roba un plátano, de seguro que le imponen hasta tres y cuatro años de prisión, pero quien obtiene cinco millones de dólares por tráfico de cocaína, cincuenta exoneraciones, cincuenta carros por impuesto único, diez pistolas para su pandilla, de seguro que se puede mover libremente, sin ningún problema y cuando llega a una oficina pública se saluda con toda la reverencia posible.

La indignación de las grandes mayorías nacionales contra los gobiernos que hemos padecido no es solamente porque representan los intereses más atrasados de la sociedad dominicana, sino porque, además, se han burlado de los pobres en una forma que sobrepasa los marcos de la insensibilidad. Si un hombre es padre de cinco niños y no dispone de un centavo para comer, mientras que por el otro lado ve como un politiquero que ayer no disponía ni de una bicicleta, ni de una cueva para vivir, hoy es poseedor de cinco vehículos y tres mansiones hasta con aire acondicionado central. No puede estar tranquilo un país donde una minoría se lo roba todo, y la gran mayoría sufre todas las calamidades sociales.

Con toda sinceridad lo decimos, para nosotros sería una sorpresa si un gobierno que tenga como base de sustentación el sistema social imperante aquí enfrenta la corrupción aunque sea en una forma tibia, aunque sea tocando los ladrones con el pétalo de una rosa. Es más, creemos que nuestro pueblo se sentiría satisfecho si por lo menos los que se benefician de la corrupción son identificados por sus nombres ante la opinión pública. (162).

El manejo de grandes sumas de dinero, por medio de negocios sucios, es sinónimo de prestigio social, de influencia y de impunidad”.

Para nosotros sería una sorpresa si un gobierno con la base del sistema social imperante aquí enfrentara la corrupción”.

FUENTES:
(160) Archivo. Dr.Veras. 14 de julio 1986.
(161) El Nacional. 8 de agosto 1986.
(162) El Nacional. 11 de agosto 1986.

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Para el año 1986 yo presidía las organizaciones de solidaridad en el país con los pueblos de Cuba y Nicaragua, además de ser miembro a nivel internacional del Consejo Mundial de la Paz. En razón de que había recibido informaciones en el sentido de que en el curso de los Juegos Panamericanos y del Caribe a efectuarse en Santiago en 1986 se iban a producir acciones terroristas contra las delegaciones de esos dos citados países, procedí a escribir y a denunciar lo siguiente:
 
A los amigos de Cuba y Nicaragua

Estimados compañeros:
En mi condición de miembro de la Presidencia del Consejo Mundial de la Paz y directivo en Santiago de los Comité Amigos de Cuba, por medio de la presente me permito informarles lo siguiente:

Informado de que delegaciones deportivas de sus respectivos países visitarán nuestro país, y concretamente la ciudad de Santiago de los Caballeros, con motivo de la celebración de los XV Juegos Centroamericanos y del Caribe, he querido llevar hasta ustedes, para que sus delegaciones tomen las medidas de lugar, la realidad existente en Santiago, ciudad sede de los XV Juegos.

Dispongo de datos e informaciones concretas en el sentido de que aquí en Santiago está funcionando una organización de típico corte terrorista integrada por contrarrevolucionarios cubanos ligados a la Agencia Central de Inteligencia y al tráfico de drogas narcóticas.

Por distintas vías he sido informado de que los cubanos mafiosos disponen de todo un equipo de transporte así como de más de un centro de operaciones para sus actividades y que, además, están estrechamente vinculados con grupos de determinados servicios encargados de ejecutar actos criminales contra personas vinculadas al movimiento democrático y progresista de nuestro país.

Aunque el centro principal de operaciones de los terroristas es la ciudad de Santiago, tengo informes de que en otras ciudades del país, particularmente Puerto Plata, Mao y San Pedro de Macorís, existen grupos de pandilleros ligados al crimen internacional.

No tengo la prueba de que los mafiosos cubanos ejecuten sus actos con instrucción oficial, pero sí que gozan de impunidad amparados no sé de qué  institución del Estado. Lo que sí puedo informarles es que he sido testigo directo de la acción de los mafiosos cubanos, de su impunidad, de la forma cómo operan y las relaciones de poder de que disponen. Aunque por ahora no tengo datos de primera mano que me indiquen que los cubanos contrarrevolucionarios estén al servicio de un departamento nacional ligado a la Agencia Central de Inteligencia, posiblemente pagado por ese organismo extranjero, es casi seguro que los mafiosos cubanos entrelacen su actividad de traficantes internacionales con el crimen político.

El objetivo de esta comunicación es que ustedes, como organismos vinculados estrechamente con la lucha de sus respectivos pueblos, hagan saber a sus dependencias deportivas que al visitar la ciudad de Santiago, sede de los XV Juegos Centroamericanos y del Caribe, deben moverse con mucho cuidado, pensando que aquí puede aparecer un contrarrevolucionario cubano, ligado con el crimen internacional, y ejecutar actos criminales contra sus compatriotas. (155)

Después de mi denuncia, el jefe de la Policía Nacional en Santiago hizo la siguiente declaración:

Restan importancia denuncia realizada por abogado Veras

El jefe del Comando Regional Norte de la Policía Nacional restó importancia a la denuncia formulada ayer por el jurista doctor Ramón Antonio Veras (Negro), sobre supuestas actividades terroristas que están fraguando anti-castristas contra la delegación de Cuba, en los XV Juegos.

El general Ramón Eurípides Luna Pérez dijo al ser abordado por los periodistas sobre el tema, que “no tiene importancia la denuncia de Veras. Todas las instalaciones de competencia y la Villa Centroamericana están bien protegidas y habrá una vigilancia acorde con el evento”.

Más adelante expresó “el que venga al país tendrá buena protección en cada lugar, habrá seguridad para todos”. En un artículo publicado en el periódico El Nacional, donde es articulista, Negro Veras, publicó una carta que remitió al Movimiento Cubano por la Paz y la Soberanía de los Pueblos, y al Comité Nicaragüense de la paz, denunciando los planes terroristas que se plantean para Santiago ’86. (156)

Por su parte, el Procurador General de la República declaró que no restaba veracidad a mi denuncia, aunque precisó que los cuerpos de seguridad impedirían cualquier acción terrorista. (157)

En razón de que el comandante de la Policía Nacional en Santiago, para esa época General René Luna Pérez, minimizó mi denuncia, en declaraciones públicas la reiteré y aporté nuevas informaciones. (158)

De los funcionarios del gobierno de Salvador, con el doctor Américo Espinal Hued siempre mantuve buenas relaciones y en ningún momento guardé silencio, siempre fui franco en exponerle públicamente mis opiniones. He aquí lo que en su oportunidad le manifesté a mi amigo Américo.

¡Ay, Américo, qué realidad!

El día sábado, 7 de diciembre del pasado año 1985, a las once de la mañana, mientras el doctor Américo Espinal Hued transitaba en su vehículo de norte a sur por la calle San Luis, de la ciudad de Santiago, al llegar a la calle “16 de Agosto”, se detuvo por unos minutos y me dijo ‘Negro Veras, como tú fuiste intimo amigo de Orlando Martínez, y además eres abogado de sus familiares, ahora es buena oportunidad para que se accione contra los autores materiales e intelectuales de ese crimen; no creas que esto es de juego, esto va en serio; vamos a llevar a todos los criminales a los tribunales; no puedes ser pesimista e incrédulo”.

Con el mismo sentido de humor que siempre hablo con  Américo, a su sugerencia de que moviéramos el expediente de Orlando, en un momento que en el país, con fines politiqueros, se estaban desempolvando expedientes de crímenes espeluznantes ejecutados durante los doce años del doctor Balaguer, le dijimos: “Américo, no soy pesimista ni incrédulo; trato de ser realista; tengo la firme convicción de que el movimiento que se está haciendo es con fines politiqueros; si en verdad se quisiera hacer justicia contra los asesinos de los hijos del pueblo, hace tiempo que yo hubiera ido a tu despacho, no solamente con el expediente de Orlando, sino con cientos de expedientes contra asesinos y ladrones que han hecho gárgara con la sangre generosa de miles de dominicanos y se han hecho millonarios con los dineros robados al erario, a las empresas estatales y con el tráfico de drogas y otros negocios que en este país no pueden ser alcanzados por la vara de una justicia seria y responsable”.

Luego que Américo escuchó mi explicación, me dijo: “Bueno, si esa es tu creencia yo te la respeto, pero te ratifico que esto va en serio.  La práctica de la vida me dio la razón. Américo fue utilizado como un simple instrumento, como una palanca de presión judicial en una coyuntura política que convenía a los intereses políticos de determinado sector social que, de una u otra forma, pretendía intimidar o aislar a grupos sin poder material de represión en ese momento.

Me he hecho la pregunta, si el procurador general de la República, Américo, no tiene la autoridad necesaria para que una simple orden suya sea cumplida, ¿cómo pretendía él sentar en el banquillo de los acusados a hombres con real y efectivo poder señalados por el pueblo como los autores materiales e intelectuales de cientos de crímenes con estampa política?

De seguro que el paso por la Procuraduría General de la República le ha servido a Américo de mucha experiencia. Ese cargo le ha demostrado que no basta con tener la buena fe para hacer cumplir la ley, para que aquí impere la justicia y que la sociedad dominicana sea limpiada de todos los “tigres” que se burlan de los nobles sentimientos de nuestro pueblo.

¡Ay, Américo!, no olvides que la justicia real y efectiva, la verdadera autoridad, surge como consecuencia del poder que genera la acción de las masas en un gobierno democrático y popular, o la imponen grupos minoritarios que controlan el poder represivo del Estado. “El mando y señorío es de aquellos que vencieron en la batalla”.

Para hacerle justicia a los verdugos, a los que aquí roban y asesinan hijos del pueblo, el pueblo dominicano tiene que vencer en la batalla que libra contra sus opresores nacionales y extranjeros, y tú, Américo, no debes ignorar que aquí “el peligro de los representantes del pueblo es que con harta frecuencia se limitan a representarlo en sus defectos”. El Nacional de Ahora. (159).

FUENTES:
(155) El Nacional. 9 de junio 1986.
(156) La Información. 11 de junio 1986.
(157) La Información. 11 de junio 1986.
(158) La Inforamción. 13 de junio 1986.
(159) 13 de junio 1986.
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Ante la persecución lanzada contra mí por el gobierno de Salvador, hice saber que no renunciaría a mi decisión de continuar exponiendo ante el país mis convicciones políticas, como lo escribí en el artículo que transcribo a continuación:

Actividad política permanente

A la acción represiva y despótica de un régimen hay que responderle con la denuncia constante, permanente y firme de los hombres y mujeres que, por su posición ante los problemas económicos, políticos y sociales, mantienen posiciones coherentes, insobornables.

Siempre hemos dicho que en este país el que tenga miedo a los organismos represivos, no debe participar en la lucha social y política. En este país el que denuncia la corrupción, las drogas, la prostitución, el crimen y el ladronismo, la cleptocracia y todo el tigueraje político que se enriquece con los dineros del pueblo, etc. está expuesto a que, un día cualquiera, le desprendan la cabeza.

Aquí en nuestro país la Constitución política vigente contiene toda una serie de disposiciones que, en teoría, garantizan el ejercicio de los derechos humanos y las libertades públicas, pero cuando un ciudadano hace, real y efectivamente, pleno y práctico ejercicio de esas prerrogativas de inmediato se le quiere intimidar o desaparecer. En esa situación hemos vivido los dominicanos durante muchos años y siempre aquí se le rinde homenaje a la Constitución en su día, pero los mismos que alaban la Constitución, patean los derechos consagrados en ella.

Somos de opinión que todos los dominicanos están en la obligación de participar activamente en la lucha política. El que no quiera ser militante político partidista, que forme parte de un organismo que se encargue de la defensa de los derechos humanos, de las libertades públicas, la soberanía nacional y la dignidad y decoro a que aspira vivir la mayoría del pueblo dominicano.

No podemos vivir en este país solamente para trabajar, comer y divertirnos lo que podemos hacerlo. El que tenga algo de sensibilidad tiene que comprender que la gran mayoría de nuestro pueblo vive marginado, sin derecho al trabajo, al pan, a la educación, a la salud y a una vida digna. La minoría nacional, grupo rapaz e insignificante, se cree con derecho exclusivo a disfrutar de todo lo que la naturaleza y el esfuerzo de la mayoría del pueblo dominicano nos ha dado.

Apoyándose en la democracia representativa de una manera formal, y en la democracia blindada real, la minoría controla los instrumentos del Estado, se beneficia de ellos en forma individual y elimina o neutraliza a los que se oponen a tan singular forma de gobernar.

La denuncia sistemática y por todos los medios de la penosa realidad que vive el país es una tarea que se debe imponer cada dominicano con posibilidad de acción. La represión, la persecución, la alta vigilancia, el atropello, el espionaje, la prepotencia oficial y el trabajo de los matones por encargo, no debe limitar la acción de los hombres y mujeres que en este país pueden cerrar las manos para golpear a los vagabundos y abrirlas porque de ellas no caerán monedas del erario ni destilará sangre de los hijos del pueblo. (153).

Estaba consciente de que la única vía que tenía para mantener a la opinión pública nacional debidamente informada de la situación de inseguridad que estaba viviendo, era por medio de la denuncia ante los medios de comunicación, lo que me motivaba publicar cuantas comunicaciones remitía al procurador general de la República, como la que transcribo a continuación:
Última carta al procurador

Estimado Américo:
Con motivo de la persecución desatada en mi contra por organismos de la seguridad del Estado, y que denuncié el día veinte de mayo próximo pasado ante el Servicio Secreto de la Policía Nacional de Santiago, tú visitaste mi casa y me solicitaste que te acompañara ante el jefe de la policía, general Ramón Luna Pérez, para que yo hiciera una exposición de todo lo que había ocurrido con respecto a la denuncia que había hecho.

A tu solicitud respondí diciéndote que aceptaba comparecer ante el jefe policial con la condición de que estuvieran presentes el licenciado José  Persia, Procurador Fiscal de Santiago; los ayudantes del procurador fiscal licenciados Altagracia Uffre y Rafael Nicolás Gómez Ortiz, el licenciado Segundo Pichardo y un miembro de la prensa. Tú no hiciste objeción; el día sábado 24 de mayo pasado junto a ti, la periodista Bienvenida Sardá y las personas señaladas comparecí ante el general de la Policía Nacional, con asiento en Santiago, Ramón Luna Pérez.

Como recordarás, hice una exposición detallada de lo que había ocurrido y que fue corroborada por los dos ayudantes del representante del Ministerio Público. También dije, ante todos los presentes, que la Policía Nacional de Santiago no estaba dirigiendo la persecución en mi contra, pero que la institución policial sí sabía el o los organismos de seguridad que me estaban persiguiendo.

Luego de mi exposición tú ordenaste al general Ramón Luna Pérez, que hiciera una investigación con respecto a mi caso y que se le remitiera copia a la seccional del Colegio de Abogados de Santiago. Hasta ahora no sé si la investigación se ha hecho, pero sí sé que la seccional del Colegio de Santiago nada ha recibido.

He visto con preocupación la poca importancia que ha dado la Policía Nacional a las instrucciones impartidas por ti, porque aunque en tu presencia le suministré  al general Ramón Luna Pérez, y a los otros oficiales de la institución policial presentes, datos tales como: a) lugar donde ocurrió el hecho; b) los funcionarios judiciales que se encontraban presentes al momento de ocurrir el caso; c) el color y la identificación del jeep; d) el lugar donde prestaban servicio los dos hombres que, diciendo ser agentes de la Policía Nacional, ocuparon el jeep junto a su conductor; e) la conversación sostenida por el sargento Ureña con los dos hombres que reemplazaron en el servicio a los dos que estando de servicio en la oficina “Doctor Orlando Cruz Franco” y se marcharon en el jeep; f) el nombre y dirección de la persona que, real o supuestamente, es propietaria del jeep placa No.J01-2300.

La incuria policial en el presente caso debe llenar de pavor a todos los dominicanos porque su comportamiento deja entrever que aquí los ciudadanos decentes, no ligados con las drogas ni la corrupción oficial, estamos a merced de lo que dispongan determinados organismos del Estado, las bandas civiles con real y supuesta protección oficial, o matones al servicio de grupos que, ligados con negocios sucios, ejecutan “tareas” por  encargo contra personas que no están dispuestas a ceder en sus posiciones políticas, en las denuncias de las lacras y todos los subproductos que genera el sistema social dominante en el país.

He pensado en la gran influencia y poder material que tiene el organismo de seguridad que me persigue. Digo esto porque la Policía Nacional de Santiago, ha guardado silencio a mi reclamo de investigación, también al tuyo, no obstante tu investidura de Procurador General de la República.

Sería una necedad de mi parte seguir abundando ante ti sobre este asunto sabiendo yo que tú estás en una imposibilidad absoluta de hacer valer los poderes que te dan tu calidad de Procurador General de la República.

Américo, sí  quiero hacerte la observación de que estando yo consciente de que aquí  en Santiago, y a lo mejor en otros pueblos del país, funciona una organización terrorista, integrada fundamentalmente por mafiosos cubanos que disponen de centros de operaciones, vehículos y hasta impunidad, y vista la situación de que próximamente se efectuarán en esta ciudad los XV Juegos Centroamericanos y del Caribe donde participarán países amigos, estoy en el deber de llevar al conocimiento de organizaciones internacionales, de las cuales formo parte, la situación de inseguridad que existe aquí. (154).

Fuentes:
(153) El Nacional. 2 de junio 1986.
(154) El Nacional. 6 de junio 1986.

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En igual sentido, y con más amplia información y detalles, se pronunció el amigo y periodista Miguel Angel Velázquez Mainardi, al denunciar:

Velásquez pide proteger al doctor Negro Veras

“Las amenazas de que está siendo objeto el doctor Ramón Antonio Veras, por parte de organismos de seguridad del Estado se han agravado, pese a las garantías ofrecidas por el Procurador General de la República, según denunció hoy el diputado independiente Miguel Ángel Velázquez Mainardi.

El congresista envió una carta al doctor Hugo Tolentino Dipp con la finalidad de que en su calidad de presidente de la Cámara de Diputados disponga una investigación en torno al caso denunciado.

“En adición a la carta de ayer, relacionada con las amenazas de que está siendo objeto el doctor Ramón Antonio Veras, debo informarle, autorizado por éste, que su situación, pese a las garantías ofrecidas por el Procurador General de la República no sólo ha variado sino que se ha agravado”, expresa la misiva de Mainardi.

Señala que uno de los organismos de seguridad del Estado obtuvo en la Secretaría de Obras Públicas el plano de la residencia del doctor Veras en Santiago. Dijo que esa información le fue transmitida por una persona que trabaja en la referida dependencia oficial y que le merece confianza al doctor Veras.

“En su opinión, según lo que me confesó, se puede estar urdiendo un atentado, dentro de otro objetivo, someter esa residencia a un sistema de control electrónico para grabar, independientemente de la intervención de su teléfono, todo lo que se habla cuando allí se realizan reuniones, algo que es muy frecuente”, señala Velázquez Mainardi en su carta.

Y añade que un grupo de cubanos exiliados, que presuntamente trabaja para el DNI está involucrado en ese operativo. El diputado Velázquez Mainardi en su carta a Tolentino Dipp, presidente de la Cámara Baja expresa que el doctor Ramón Antonio Veras está dispuesto a rendir un informe a la Comisión Ad-Hoc de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados sobre las amenazas de que es objeto. (150)

A mi denuncia, el Procurador General de la República respondió que la investigaría:

Procurador: Podrían investigar amenazas recibe Negro Veras

“SANTIAGO.- El procurador General de la República dijo aquí, que el gobierno está en la disposición de investigar hasta las últimas consecuencias, la denuncia que hiciera el doctor Ramón Antonio Veras, sobre la vigilancia que mantienen en torno suyo sectores hasta el momento desconocidos.

Durante un encuentro realizado con el jefe del comando norte de la Policía Nacional y el jefe del Servicio Secreto de esa institución, el doctor Américo Espinal Hued, declaró que este gobierno “no permitiría que caiga una sola gota de sangre.

Espinal Hued describió al doctor Ramón Antonio Veras (Negro), como un distinguido abogado y ciudadano, amigo personal del presidente de la República y suyo. Agregó el funcionario que además de unirle una entrañable amistad, juntos han librado luchas y jornadas a favor de las libertades públicas y los derechos humanos en nuestro país.

Declaró el Procurador General de la República, que desde que tuvo conocimiento de la denuncia, se trasladó a la residencia del doctor Veras y al mismo tiempo se reunió con el jefe de la Policía en Santiago, general de brigada René Luna Pérez para impartir instrucciones sobre el caso. Espinal Hued atribuyó el acoso contra el reconocido jurista de esta ciudad de Santiago, a sectores interesados en hacerle daño a la imagen del gobierno, pero advirtió que eso no lo consentirá, ya que se investigará la procedencia de las personas que vigilan al doctor Veras.

Dijo que ese es el interés particular suyo y del presidente de la República doctor Salvador Jorge Blanco. Durante la entrevista del doctor Espinal Hued, con el jefe del comando norte de la policía y del servicio secreto, estuvo presente el doctor Veras quien reiteró la denuncia sobre la vigilancia en su contra aunque desvirtuó que sea patrocinada por la Policía Nacional. (151)

Con el objetivo de que la opinión pública nacional se mantuviera debidamente informada publiqué una carta que tuve a bien enviarle a Américo, la cual dice así:

Otra carta al Procurador

Estimado Américo: En adición a mi carta publicada en el periódico El Nacional de ¡Ahora! De fecha 23 de mayo del año en curso, quiero darte otras informaciones relacionadas con la alta vigilancia y hostigamiento de que he sido objeto en los últimos días por agentes al servicio de los organismos de seguridad del Estado.
Aunque el día martes 20 de mayo, a las tres de la tarde, presenté ante el Servicio Secreto de la Policía Nacional, en Santiago, una formal denuncia en el sentido de que estaba siendo objeto de una permanente vigilancia y persecución por un hombre que conducía el jeep placa número J01-2300, hasta ahora no he recibido ninguna información oficial de a qué persona, física o moral, pertenece el citado vehículo, aunque sé que la Policía Nacional dispone de los mecanismos y canales para obtener esa información en menos de una hora, si lo considera necesario. En vista de que la institución policial no ha aportado ningún dato con respecto al jeep, me permito suministrarte algunos que, a lo mejor, pueden servir para tu adecuada información.

El jeep placa número J01-2300, registro número 511365, chasis 172450, de color rojo, vendido por Importadora del Caribe –INDELCA-, figura registrado a nombre de Diego J. Jiménez, ¿quién es Diego J. Jiménez? Es un señor, que según los datos de que disponemos, tiene su domicilio en la calle Padre Boil No.40, La Isabela, Puerto Plata; está vinculado estrechamente con un alto oficial de las Fuerzas Armadas y en La Isabela se dice que es de la seguridad y que su nacionalidad es cubana. La casa número 40 es propiedad de la señora Teresa Taveras, madre de una joven con la que el señor Diego J. Jiménez, procreó una niña que ahora tiene seis meses de edad. Aunque el señor Jiménez suministra la dirección de La Isabela, no reside en esa ciudad.

Quiero ratificarte lo que te dije el pasado sábado en presencia del general Ramón Luna Pérez y otros oficiales de la Policía Nacional, en el sentido de que si todo lo relacionado con este asunto se hubiera limitado a la vigilancia de mi persona, no me hubiera sentido preocupado. Pero los servicios de seguridad del Estado han extendido su acción hasta mis familiares.

Digo que la acción se ha extendido hasta mis familiares porque tengo informes, que merecen entero crédito y me han llegado por distintas fuentes, de que determinados servicios de seguridad del Estado fueron a procurar a Obras Públicas los planos de mi casa para, según dijeron, “asuntos que interesan a la seguridad del Estado y el orden público”.

También te dije el sábado, en presencia de los oficiales policiales, que no hay que ser un sabihondo ni un mago investigador para, si se quiere, determinar a qué persona o institución pertenece el jeep; qué función desempeña el dueño; a qué institución pertenecen los hombres que, diciendo ser miembros de la Policía Nacional, ocuparon el jeep conjuntamente con la persona que lo conducía, el martes 20 de mayo; en presencia de dos ayudantes del representante del Ministerio Público de Santiago; a qué institución pertenecen los dos hombres que, estando de servicio en la oficina “Dr. Orlando Cruz Franco”, se negaron a acompañar al sargento Ureña del Servicio Secreto; hacia qué lugar se dirigió el jeep luego de emprender la huída, por qué fue retirado el guardián de la puerta de los garajes de la Tabacalera luego que me suministró la información con respecto a los hombres que prestan servicio en la oficina “Dr. Orlando Cruz Franco”.

Sé las limitaciones que tú tienes como Procurador General de la República para enfrentar los grupos de poder que, con saña, se han lanzado contra mí. Pero como hace unos meses tú pusiste en movimiento la acción pública contra reales o supuestos autores de crímenes espeluznantes ejecutados durante los doce años que gobernó el doctor Balaguer, creo que ahora puedes preocuparte por la seguridad de un ciudadano vivo.

Sé los riesgos que entraña la lucha política cuando se abraza con sinceridad en los países de América Latina y el Caribe, y es por eso que las amenazas, vigilancia, hostigamiento, etc., no me preocupan. En el año 1960, formaba parte de una organización de la cual éramos treinta y dos (32); en una noche fueron asesinados veintisiete (27) de mis compañeros; todavía quedamos cinco con vida que hemos jurado seguir la lucha hasta que aquí impere un sistema justo. Wenceslao Guillén, Pedro Jaime Tineo Tejada y otros de mis compañeros me piden desde su tumba desconocida continuar la lucha hasta la muerte. Los matones y asesinos pueden actuar contra mi persona como les plazca, pero mis hijos y demás familiares no están obligados a responder de mis actos. (152)

Fuentes:
(150) La Noticia. 27 de mayo 1986.
(151) El Nacional. 30 de mayo 1986.
(152) El Nacional. 2 de junio 1986.
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Recuerdo que a los pocos días de Salvador plantearme la separación de su oficina de abogados en Santiago de los Caballeros, el periódico Última Hora publicó:

El Otro Negro

Informaciones llegadas a esta columna, que adelanto no han sido confirmadas, dan cuenta de que el doctor Ramón Antonio Veras, ya no pertenece al bufete del presidente Salvador Jorge Blanco, del que formara parte durante muchos años.

La decisión habría sido tomada por el mandatario y sería como consecuencia de unos artículos escritos por Veras que molestaron al gobernante… (146)
En una reseña periodística con relación a la inauguración de mi oficina, se destacó: “Se pudo observar que durante su intervención, el doctor Veras tuvo momentos de emotividad cuando se refería a su rompimiento con el doctor Jorge Blanco y los años que pasó al lado suyo y de su esposa doña Asela Mera de Jorge. (147).

Todavía después de dejar de formar parte del bufete que compartía con Salvador e instalar el mío, él siguió accionando contra mí como se evidencia por el caso que le narré mediante carta al doctor Américo Espinal Hued, en su condición de Procurador General de la República, la cual textualmente dice así:

Una carta al procurador

El día jueves 15 de mayo del año en curso, a las 3:00 de la tarde, recibí en mi oficina una llamada telefónica que me hizo un amigo, dirigente sindical; me informó que un hombre, sospechoso, estaba tratando de abrir una de las puertas de mi vehículo. De inmediato salí de la oficina examiné el carro y lo cambié del lugar, no sin antes advertir la presencia de un hombre joven, con unos lentes, un sombrero, sentado sobre un motor. Inmediatamente cambié de lugar mi vehículo, el señor que estaba sentado en el motor se movió y se estacionó a una corta distancia desde donde yo había colocado mi vehículo. El señor permaneció vigilándome varios días. El día martes 20 de mayo, alrededor de las dos y treinta de la tarde, me di cuenta que un jeep, de color rojo, placa para este año número J-01-2300, estaba siguiendo todos mis movimientos, por lo que decidí visitar al Procurador Fiscal de Santiago, y al no encontrarlo en su despacho decidí entrevistarme con dos de sus ayudantes, los licenciados Altagracia Uffre y Rafael Antonio Felipe, a quienes expuse la situación de vigilancia de que estaba siendo objeto y le señalé el lugar donde estaba estacionado el jeep con la persona que lo conducía.

Conjuntamente con dos ayudantes del procurador fiscal, me acerqué al jeep, pero su conductor al advertir nuestra presencia puso en movimiento su vehículo y se marchó. Los dos ayudantes del procurador fiscal, me aconsejaron que nos trasladaramos a la casa del procurador fiscal titular, para explicarle lo que estaba ocurriendo.

Los licenciados Altagracia Uffre y Rafael Antonio Felipe, en su vehículo, y yo en el mío, nos pusimos en movimiento para dirigirnos a la casa del Procurador Fiscal, pero de inmediato apareció, nuevamente, el jeep, por lo que decidí cruzar mi carro medio a medio a la calle para que el jeep quedara cerrado entre el vehículo de los dos ayudantes del fiscal y el mío. Ante esta situación de tranque el conductor del jeep se vio obligado a detenerse.

El licenciado Rafael Antonio Felipe le solicitó al conductor del jeep que se identificara, a lo que respondió: “Yo soy un ciudadano común y corriente y si no me dejan pasar todo puede resultar peor”.

Los dos ayudantes del Fiscal de Santiago le pidieron al señor que conducía el jeep que los acompañara a la Policía Nacional; el conductor del jeep dijo que sí, que no había problema. En ese instante se presentaron dos hombres, vestidos de civil y dijeron que ellos eran de la policía; se montaron en el jeep acompañando a su conductor. Salimos todos para el cuartel de la policía; los dos ayudantes y yo llegamos al cuartel, pero el señor del jeep, ni los policías llegaron.

En el Servicio Secreto de la Policía Nacional de Santiago hice, conjuntamente con los representantes del ministerio público, ya citados, una exposición completa de los hechos y firmé una denuncia al respecto. Al regresar a mi oficina desde el Servicio Secreto, un colega y amigo me llamó por teléfono y me dijo que los dos hombres que se habían montado con el señor que conducía el jeep, estaban de servicio frente a la oficina “doctor Orlando A. Cruz Franco”, y que en ese momento, cuando hablaba conmigo por teléfono, uno de ellos se encontraba ahí todavía de servicio. De inmediato llamé por teléfono al encargado del Servicio Secreto, y le dije que mandara a uno de los hombres bajo su dependencia para ir con él a identificar a uno de los hombres que dijo ser policía y que se montó con el señor del jeep, y que es uno de los que ahora presta servicio en la oficina “Doctor Orlando A. Cruz Franco”. El capitán del Servicio Secreto, me dijo que de inmediato enviaría al Sargento Ureña para que me acompañara a identificar al hombre.

Tardaron unos veinte minutos en llegar el sargento Ureña. A su llegada a mi oficina, conjuntamente con varios abogados amigos y un amigo periodista de aquí, de Santiago, nos trasladamos a la puerta de los garajes de la Compañía Anónima Tabacalera y al ver que no había ninguna persona de servicio frente a la oficina “Doctor Orlando A. Cruz Franco”, le preguntamos a un guardián privado, que se encontraba trabajando por encargo de la compañía cigarrillera, ¿usted vio aquí a un hombre que está cuidando la oficina del frente? El guardián nos respondió, en presencia de los abogados que nos acompañaban, del periodista amigo y del sargento Ureña: “ahí hay dos hombres de servicio, pero uno se fue con el señor del jeep y el otro lo llamaron hace un momento; en sustitución de ellos enviaron otros dos que están sentados ahí, en la oficina “Doctor Orlando A. Cruz Franco”.

Ante la explicación que nos dio el guardián, le pedimos al sargento Ureña que entrara a la oficina “Doctor Orlando A. Cruz Franco”, y les pidiera a los dos hombres que estaban ahí de servicio que nos acompañaran al Servicio Secreto. El sargento Ureña, penetró a la oficina y a su regreso nos dijo a todos los presentes: “Ellos dicen que no pueden salir”.

Le dije al sargento Ureña, “favor de decirle al Capitán del Servicio Secreto que le doy las gracias por toda la atención que ha tenido para conmigo”.

Al otro día de ocurrir todo esto que te estoy narrando -el miércoles 21- el guardián que me dio las informaciones, vigilante al servicio de la puerta de la Tabacalera, fue retirado de su función y trasladado no sé a qué lugar.
 
He querido hacerte esta carta para que tengas conocimiento de lo que está ocurriendo. Te confieso que no temo por mi vida; tú sabes que las actividades políticas las realizo a la luz del sol; que no cambiaré mi forma de pensar ni de actuar por mucha vigilancia, intervenciones de teléfonos y aperturas de correspondencia que me hagan. 

No estoy revestido de gran valor personal, pero sí he jurado defender y pagar con mi vida el derecho a exponer mis ideas para que mis hijos puedan decir mañana, el día que yo muera, que su padre durante toda su vida trató de ser coherente con su forma de actuar y pensar. Américo, no olvides que en este país comportarse con dignidad y decoro tiene su precio. Atentamente. (148).

El gremio de los abogados y abogadas de Santiago se hizo eco de mi denuncia y la destacó así:

Vigilan Negro Veras

“La filial de Santiago de la Asociación y el Colegio de Abogados de la República Dominicana denunciaron ayer que la Policía Nacional mantiene bajo vigilancia al doctor Ramón Antonio Veras (Negro).

La persecución policial contra el doctor Negro Veras fue denunciada por las entidades que agrupan a los profesionales del derecho en Santiago, en una carta que dirigieron al Procurador General de la República, doctor Américo Espinal Hued. En la misiva los gremios profesionales le demandan al doctor Américo Espinal Hued que disponga una rigurosa investigación acerca de su denuncia.
Asimismo, los abogados de Santiago reclaman del funcionario judicial que explique las circunstancias por las cuales el gobierno está vigilando las actividades normales del jurista Ramón Antonio Veras. Señalan que la persecución es injustificada y que ha llevado el desasosiego a la familia del doctor Veras y a las organizaciones profesionales denunciantes de la situación.

Veras es ampliamente conocido por su labor en defensa de los derechos humanos y de los braceros haitianos que vienen al país a realizar la faena del corte de la caña de azúcar, así como por sus escritos como columnista de un vespertino nacional. El doctor Negro Veras fue constantemente perseguido durante los doce años del balaguerato, por su militante oposición a las ejecutorias del régimen que encabezó Joaquín Balaguer. También le ha hecho duras críticas a los gobiernos del Partido Revolucionario Dominicano (PRD).

La denuncia la hicieron a nombre de los gremios los licenciados José Darío Suárez y Segundo Rafael Pichardo, quienes dicen en la carta que el doctor Veras es un ciudadano conocedor y respetuoso de las leyes nacionales, por lo que no existe ninguna causa que justifique el que sea vigilado en sus labores normales por la Policía Nacional. (149).

Fuentes:
(146) Última Hora. 6 de enero 1986.
(147) Listín Diario. 14 de abril 1986.
(148) El Nacional. 23 de mayo 1986.
(149) El Nacional. 27 de mayo 1986.
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Mi creencia de que Salvador había roto con su pasado democrático se afianzaba cada día porque la represión se convirtió en una línea de su régimen. Particularmente yo, vivía como en los peores momentos de los doce años del doctor Balaguer, en los tribunales penales defendiendo a los perseguidos políticos, como ocurrió con el apresamiento de agrónomos y campesinos; así lo destacó la prensa en junio de 1985.

Libertan agrónomo y dirigente campesino

“Santiago, 24 de junio.- Todos los agrónomos y el secretario general de la Central Nacional Campesina, sometidos esta mañana a la justicia acusados de “organizar movimientos desestabilizadores” contra el Gobierno, fueron libertados por las autoridades judiciales.

El grupo de profesionales agrícolas y el señor Ramón Mercado, principal dirigente de la Central Nacional Campesina, fueron libertados por la justicia. Entre los favorecidos por la orden de libertad figuran los agrónomos Lucildo Gómez, Víctor Medrano, Francisco Sánchez, Persio Henríquez, Ramón Antonio Cabrera, Eduardo Rodríguez y Saturnino Valdez.

Habían sido favorecidos por un juicio de hábeas corpus interpuesto por sus abogados defensores. Formaron parte de la defensa de los profesionales agrícolas los abogados Nelson Gómez, Ángel Julián Serulle Ramia y Ramón Antonio Veras (Negro). La orden de libertad fue expedida por la procuradora fiscal interina, licenciada Luisa Franco de Betances.

Por otro lado, la policía sometió a la justicia a varios sindicalistas acusados de obstaculizar el tránsito, participar en movimientos desestabilizadores contra el Gobierno y otras vinculaciones contrarias al régimen establecido.

Entre los sometidos por la Policía figuran los señores Luis Domínguez, Gerónimo Rivas y Pascual Deláncer. Los dos primeros pertenecen al Sindicato de Trabajadores del Tabaco de Tamboril (Sutrattam) y el tercero a la Central General de Trabajadores (CGT). El expediente acusatorio fue enviado a la procuraduría fiscal de este distrito judicial. Fueron detenidos durante el llamado a huelga realizado por organizaciones sindicales, el pasado fin de semana”. (132)

También me pronuncié  con relación al reclamo de los jueces en busca de mejores salarios.

Demanda de poderes solución huelga jueces

“Santiago.- El doctor Ramón Antonio Veras afirmó que los poderes Ejecutivo y Legislativos deben buscarle solución al caso de los jueces que mantienen suspendidos los roles en todo el país, porque el conflicto podría extenderse a otros sectores.

El doctor Veras indicó que las demandas de los magistrados son justas y por esa razón podrían recibir el apoyo incondicional de otros sectores que están en la mejor disposición de respaldar de manera militante la protesta de los jueces.

Estos luchan por aumento salarial y otras reivindicaciones favorables para el desempeño de sus actividades. El jurista santiagués tiene la creencia de que la posición de los magistrados debe ser mantenida hasta que logren los objetivos que reclaman. Añadió que el mantenimiento del problema podría originar un agravamiento de la situación, debido a que son muchos los sectores que se sienten afectados por la protesta de los jueces.

Yo estoy seguro de que si los poderes Ejecutivo y Legislativo mantienen la posición que han mantenido hasta el momento, este conflicto se agravará porque hay sectores que apoyarán la lucha de los magistrados de manera militante, porque entienden que sus demandas son justas”, añadió el doctor Veras.

Estima conveniente que las autoridades busquen una solución rápida al problema, porque son muchos los sectores, como es el caso de los presos, los que se sienten gravemente afectados por el conflicto. Asimismo, el doctor Veras dijo que “la actitud de cualquier juez que trate de reiniciar sus actividades, no hará cambiar la posición del movimiento.

Aunque señaló que la suspensión del conocimiento de los roles judiciales afecta a sectores que nada tienen que ver con el problema, estima que “es necesario reconocer que los magistrados realizan sus actividades en medio de precariedades.

Afirmó que los jueces deben reflexionar sobre este problema y no violar las disposiciones del Colegio Dominicano de Abogados (CDA), que dispuso la paralización del conocimiento de los roles judiciales”. (133).

En ningún momento perdí la menor oportunidad para aclarar cualquier confusión que se quisiera llevar ante la opinión pública con relación a mi persona y el gobierno de Salvador, como se explica por el artículo que escribí movido por un comentario.

Procede esta aclaración

El día jueves 12 de agosto del año 1982, mientras nos encontrábamos esperando turno en una de las salas de audiencia del Palacio de Justicia de la ciudad de Santiago, se nos acercó el amigo y colega licenciado Rafael Armando Vallejo, y nos dijo: “Negro, te hiciste ahora con el triunfo de Salvador”.

De inmediato le respondimos al colega y amigo Vallejo diciéndole que él se había equivocado en su apreciación; que si es cierto que la costumbre en el país es que cuando está en la presidencia de la República una persona con la cual se tenía alguna relación familiar, de amistad o profesional, uno se aprovecha, si es abogado, con igualas oficiales, de empresas estatales o autónomas con dependencia económica gobiernistas; con “cobros” de cuentas millonarias; con legalizaciones de contratos al por mayor, con una “botella”, utilizando el tráfico de influencia para la designación de amigos, conocidos y familiares en determinadas funciones públicas, etc., con Negro Veras no se daría semejante situación durante el gobierno del doctor Salvador Jorge Blanco.

Si el criterio externado por el amigo y colega Vallejo, fue sano, sin suspicacia, sin intención de herir, no podemos decir lo mismo con el que nos dijo un joven, a quien conocíamos hace varios años, que reside en la ciudad de New York y ahora está de visita en el país. Este joven nos dijo: “Negro, me dicen que andas en un carro Volvo de este año, exonerado por el gobierno”. A este hijo de la mala madre, sí le respondimos de mala forma.

Le dijimos que el ladrón juzga por su condición, que no éramos ladrones, corruptos ni traficantes de influencia; que parece ser que si un familiar suyo hubiera estado vinculado con el representante del Poder Ejecutivo, él se hubiera aprovechado de esa relación para sacar buenos beneficios; que no estábamos acostumbrados a vivir de la politiquería, el ladronismo ni de la corrupción; que ciertamente tenemos un carro Volvo, pero no es de este año, 1985, sino del año 1972, y lo compramos de medio uso en el año 1980, dos años antes de Salvador estar en el poder.

En una sociedad donde la corrupción es una institución y una forma de enriquecimiento, lo más normal es que una persona que tenga alguna relación con el presidente se aproveche para obtener pingües beneficios. Hay personas que ven esto normal, como formando parte de las reglas del sistema social dominante. Nosotros no tenemos igual criterio.

Creemos que se puede estar vinculado, por relación familiar, de amistad, o profesional con cualquier alto funcionario sin tener que aprovecharse de ese vínculo para obtener beneficios.

Para cualquier persona que se aprecie de honesta, decente y le repugne la corrupción en cualquiera de sus manifestaciones, tiene que resultar sucio, cochino, asqueante, que por el hecho de estar relacionada con el representante del Poder Ejecutivo, tenga un cargo y reciba un sueldo sin trabajar; se procure de igualas oficiales sin prestarle servicio a ninguna institución, cobro de cuentas millonarias sin prestar servicio profesional alguno, en fin, una persona que se diga ser honesta tiene que haber renunciado a los principios de decencia y respeto personal para, por relación oficial, estarse procurando beneficios para sí o para sus familiares.

Salvador tiene ya tres años en el poder y no puede decir que Ramón Antonio (Negro) Veras, le ha solicitado un beneficio para sí, un amigo o familiar. Estamos en la misma oficina que compartimos durante varios años con Salvador, pero nadie, nadie, puede decir que Ramón Antonio (Negro) Veras, ha recibido un empleo, una iguala, un cobro o un favor oficial.

Formaríamos parte de los corruptos, tigres, oportunistas y sinvergüenzas, el día que aceptemos una prebenda, un favor o una facilidad. Hay que ser un mal nacido, o tener la moral del sistema en este país donde más de un 28% de la fuerza económicamente activa está desocupada; más de un 40% de analfabetos, una mortalidad infantil de 115 por cada mil nacidos vivos y donde la miseria golpea a las grandes mayorías nacionales, aceptar iguala sin trabajarla, sueldo oficial sin prestar ningún servicio o aprovecharse de la relación oficial para hacer del tráfico de influencia una forma de ejercicio profesional.

Aquí hay personas que hacen cálculos alegres, y llevan la vida fácil, cuando un familiar o amigo llega al poder. Nosotros creemos que no debe ser así. Si usted quiere que un amigo o familiar que está en el poder lo siga respetando como antes, no le pida beneficios para usted, sus amigos o familiares. Si usted es amigo del presidente o de un alto funcionario, y le pide una “botella”, el presidente le dará la “botella”, pero de seguro que se formará el criterio de que usted no vale nada, que usted es un oportunista, un sinvergüenza, un trepador, que ha esperado que él esté en el poder para aprovecharse de su ligazón familiar o de amistad para pedirle un empleo, para cobrar sin trabajar, una iguala sin prestar servicio alguno o un favor para sí o para un familiar. (134).

Fuentes:
(132) El Nacional. 24 de junio 1985.
(133) HOY. 16 de julio 1985.
(134) El Nacional. 29 de julio 1985.

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1985
El gobierno de Salvador, en 1985, ya no era el mismo de sus inicios; había cambiado totalmente, también yo había modificado la forma de analizar sus ejecutorias. No estaba obligado a proceder de otra manera, tal como lo expuse en un escrito al comienzo del año 1985, en el cual expliqué:

Nuestra Amistad con Salvador

Hace unos días nos encontramos en la ciudad capital con un abogado, ex izquierdista, que ahora trabaja en el gobierno, y luego de intercambiar saludos nos dijo: “Negro, he observado que en tus artículos tratas muy mal el gobierno de tu amigo Salvador; creo que ese no es el tratamiento que tú debes aplicar en tus escritos con relación al gobierno”.

Le dijimos al abogado que nos habló con respecto a nuestros artículos, el gobierno y la amistad con Salvador, que tenemos un gran sentido de la amistad y que el afecto que siempre hemos tenido a Salvador, en nada ha variado, pero que sabemos separar las relaciones de amistad y las relaciones políticas.

También le explicamos al abogado y ex izquierdista que Salvador conoce nuestra posición política y nosotros la suya; que siempre hemos respetado las concepciones ideológicas sostenidas por ambos; que el hecho de trabajar juntos durante varios años, realizar tareas por los derechos humanos y las libertades públicas en determinadas coyunturas políticas de la vida del país, no nos identifica en el plano político, y que el hecho de Salvador estar en el gobierno, no nos obliga a compartir los lineamientos de su gestión en el orden político, económico y social.

Sabemos que para algunos es muy difícil comprender la posición política que mantenemos con respecto al gobierno que preside Salvador y la incomprensión viene de que aquí se tiene la idea de que ser amigo del presidente entraña estar de acuerdo con su gobierno y también aprovecharse de ese gobierno. Pero creemos que entre personas serias y que se respeten a sí mismas, tal situación no puede existir.

En el caso concreto nuestro con Salvador, le mantenemos el mismo cariño y afecto que le manteníamos a él y a sus familiares cuando estábamos juntos compartiendo diariamente el bufete profesional y llevando una vida de relación amistosa que se confundía con la familiar. De nuestra parte nada ha variado, aunque hoy, por razones de ocupaciones diferentes, no mantenemos el mismo contacto diario y la comunicación que teníamos ayer.

El cariño y afecto hacia Salvador, no nos obliga a identificarnos con los actos de su gobierno. Sabemos poner cada cosa en su lugar, y el afecto personal no lo extendemos a las actuaciones políticas de ningún amigo, sin importar la posición baja, media o alta que ocupe en una determinada institución o empresa del Estado.

Salvador, luego de que está ocupando la posición de representante del Poder Ejecutivo, tiene amigos y amigos. Tiene algunos amigos que no están de acuerdo con el gobierno, pero por conveniencia personal dicen que sí, que el gobierno de Salvador es un modelo, que es el mejor que ha tenido el país desde que llegó Cristóbal Colón, hasta hoy, y que por eso hay que apoyarlo. Pero Salvador tiene también otros amigos que no son de ocasión, por circunstancia ni por conveniencia política entre los que nos encontramos nosotros.

En nuestros artículos, charlas y conferencias analizamos, a la luz de la realidad dominicana, la gestión gubernativa de Salvador, de la crisis que padece el sistema capitalista mundial y las consecuencias que imprime la crisis a la dependencia de nuestro país a los intereses monopolistas norteamericanos, sin ignorar la coyuntura política que a Salvador le ha correspondido gobernar.

No tenemos razones políticas ni personales para analizar el gobierno de Salvador fuera de contexto ni en forma apasionada o desapasionada. En sus actividades políticas siempre hemos deseado a Salvador los mayores éxitos y al hacerlo así procedemos con toda franqueza, sin buscar halagos ni prebendas.

No formamos parte de los que por un lado critican el gobierno, y por el otro se aprovechan de él con una contrata, una iguala o un cargo para sí o sus familiares. Salvador tiene más de dos años en el gobierno y él no puede decir que Ramón Antonio Veras, le ha solicitado un favor oficial, una iguala, una botella o un empleo para un familiar. Es más, hemos dicho públicamente que el familiar nuestro que se dirija a Salvador solicitándole algo mencionando nuestro nombre, sin perderle el cariño y el afecto de familia, lo aislamos.

Si recibiéramos a sacáramos algún beneficio del gobierno no tuviéramos calidad para criticar una actuación negativa, y se viera como interesada la defensa que hiciéramos de una decisión positiva. En la vida siempre hemos tratado de ser coherentes. Las críticas que hacemos al gobierno que preside Salvador, son fruto de nuestra convicción política y nada más, y nunca tratamos de que las críticas lleguen hasta la persona de nuestro amigo, pues no olvidamos que “la amistad más profunda y exquisita se siente herida a menudo por el pliegue de un pétalo de rosa”.

Creemos actuar con honestidad con la posición que mantenemos frente al gobierno que preside Salvador, y al actuar así recordamos el primer precepto de la amistad: “pedir a los amigos sólo lo honesto, y sólo lo honesto hacer por ellos”. (127)

Estaba en lo cierto cuando escribí que nunca existió compromiso político entre Salvador y yo, además de que los vínculos profesionales y de amistad por fuerte que fueran no me impedían expresar mi sentir.

Los escritos que hice relacionados con las actuaciones del gobierno siempre los enmarqué partiendo de cómo estaba procediendo el gobierno de Salvador, no por caprichos ni prejuicios.

A continuación voy a transcribir varios artículos que elaboré bajo la realidad de las actuaciones de Salvador y su gobierno, principalmente después de los hechos de abril de 1984. Veamos.

Datos de Corde

Salvador debe manejar con mucha prudencia los datos e informaciones de naturaleza económica que aportan los encargados de determinados departamentos de la administración pública y las empresas estatales, porque está llamado a caer en errores si acepta como reales y verídicos lo que afirman algunos de sus colaboradores.

Hace unos días la prensa nacional publicó las declaraciones hechas por el director general de la Corporación Dominicana de Empresas Estatales (Corde) en las que hacía mención de las empresas que en el curso de su gestión han obtenido beneficios, otras que sus deudas se han reducido y terminó diciendo que espera que los beneficios del consorcio estatal sean de unos treinta millones de pesos.

Pero ocurre que el mismo día que el alto funcionario de Corde hizo sus declaraciones, una de las empresas que él considera que se ha fortalecido en su gestión y cuyo capital suscrito y pagado es de un millón de pesos, no tenía un centavo en su cuenta corriente, hasta el punto de que la institución bancaria que la maneja se vio en la obligación de rehusar el pago de varios cheques expedidos por la empresa estatal, por sumas insignificantes, por falta de fondos.

Una empresa con capital sólido y rentable no puede darse el lujo de que le estén rehusando el pago de cheques en las instituciones bancarias, porque cuando semejante situación ocurre cunde el pánico entre sus acreedores. Su solvencia es de inmediato puesta en duda.

Resulta muy raro que una empresa estatal, con un millón de pesos de capital suscrito y pagado, no tenga fondos suficientes, o que la institución bancaria que maneja su cuenta no se arriesgue a pagar a su cargo un cheque por la suma de dos mil pesos.

Cuando una empresa privada o estatal tiene solvencia, los bancos encargados de manejar sus cuentas corrientes pagan los cheques girados en su contra aunque en ese momento no existan fondos suficientes en la cuenta contra la cual se ha girado el cheque.

Es posible que el director general de Corde no esté recibiendo datos estadísticos financieros verdaderos, y por tal motivo no puede llevar ante la opinión pública la expresión de la verdad de lo que ocurre en la Corporación Dominicana de Empresas Estatales (Corde). Si el director de Corde es inducido a error, por falsos datos económicos aportados, él puede contribuir a que Salvador en el momento que haga un análisis de la situación general del país, tomando como base los informes aportados por el director de Corde, lleve una información distanciada de la realidad al pueblo dominicano.

Por los datos y documentos que tenemos en nuestro poder creemos que las empresas estatales no rentables son más que las señaladas recientemente por el director general de Corde. (128).

Fuentes:
(127) El Nacional. 4 de enero 1984.
(128) El Nacional. 7 de enero 1984.

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Una carta a Salvador

Estimado Salvador: El 16 de agosto del pasado año te dirigí una carta con motivo de las persecuciones y detenciones de que fueron objeto, días antes, cientos de ciudadanos, bajo el argumento policial de “realizar actos y proyectos políticos de partidos de izquierda contra el gobierno”.

Lo que motiva la presente es que he visto como lentamente se está deteriorando el clima de libertades públicas y respeto por los derechos humanos que caracterizó tu gobierno durante los primeros meses de tu gestión gubernativa. Si ayer se persiguió a las organizaciones de izquierda porque, supuestamente, “estaban en proyectos de planes conspirativos, de guerrillas, desestabilizadores, etc.”, hoy se ha argumentado que sectores políticos que no asimilan el proceso de institucionalidad democrática que vive la nación, “están en la fase preparatoria de actos atentatorios a la paz pública, a la seguridad ciudadana y a la propiedad pública y privada”.

Ni ayer ni hoy se han probado los hechos que han servido de argumento para perseguir y detener a cientos de hombres y mujeres del pueblo que militan en organizaciones sindicales, estudiantiles, gremiales y culturales. La ciudadanía sensata no ha creído en ningún momento los puntos esgrimidos para perseguir a determinados ciudadanos y ha visto en las detenciones persecuciones de carácter político.

Estoy plenamente convencido de que en el país ningún partido comunista o de izquierda está en planes atentatorios contra la paz pública, ni nada que se parezca. De existir esos planes, creo que hay que lanzar la mirada hacia los que en el país nunca se han adaptado a vivir en la democracia, la legalidad y se resisten a aceptar la lucha política franca, abierta y de masas. La historia de los golpistas del país confirma lo que te digo.

Los partidos comunista y de izquierda están contestes en que un golpe de Estado contra tu gobierno daría paso a un régimen de abierto corte terrorista, y en semejante ambiente prosperan las ideas del fascismo, no del socialismo y el progreso. No escapa a mi conocimiento que hay sectores en el país que tienen interés en venderte la falsa idea de que ante la crisis económica y social que padece el país, “el movimiento revolucionario dominicano prepara actos atentatorios a la paz pública, a la seguridad ciudadana y a la propiedad pública”. Los que te aportan tales datos nunca han luchado por los derechos humanos y las libertades públicas en el país, como sí lo han hecho los que hoy han tenido que sufrir persecuciones, detenciones y hasta virtuales secuestros.

No debes olvidar que muchos de los que hoy, bajo tu gobierno, han sido detenidos, ayer fueron defendidos por ti y por mí, cuando el régimen odioso y despótico de Joaquín Balaguer, los llevó a la cárcel con expedientes infamantes y a todas luces falsos. Sé que no has olvidado que fuimos los abogados de Julio de Peña Valdez y Rafael -Fafa-Taveras, para solamente citar dos.

El cien por ciento de los ciudadanos que han sido detenidos en los últimos días tienen un brillante historial de lucha por la libertad de nuestro pueblo y no creo que gratuitamente se van a oponer a tu gobierno, pero por su condición de revolucionarios, consecuentes con sus ideas, esos ciudadanos no pueden ser indiferentes a la situación de hambre, miseria y desempleo que padece una gran mayoría de la población dominicana.

Los partidos comunistas y de izquierda lo han dicho públicamente y con toda franqueza, que estimulan las luchas sociales y apoyan las demandas de las masas populares. Por sostener esta posición ninguna organización política puede ser perseguida, ni sus dirigentes más destacados detenidos.

Lo que distingue un gobierno represivo y despótico, de un gobierno democrático es, precisamente, que el primero no admite ni permite el libre juego de las ideas, mientras que el segundo garantiza, en los principios legales y constitucionales, el ejercicio pleno de los derechos y libertades consagradas en la Constitución política. Tu gobierno está obligado a respetar los derechos humanos y las libertades públicas, y los comunistas y revolucionarios a ejercer sus actividades políticas en los marcos de la Constitución y leyes vigentes. He ahí la actividad de los partidos revolucionarios en un gobierno de democracia representativa, como lo es el tuyo.

Recuérdate que en la pasada campaña electoral, entre Balaguer y tú el pueblo estableció un claro paralelo: Balaguer el político ligado al trujillismo, el político que durante doce años lanzó la represión y el despotismo contra todos los demócratas; Salvador, el abogado que se había puesto la toga y el birrete para defender a los perseguidos políticos, el abogado que en los centros sindicales y culturales había difundido y defendido los principios constitucionales, los derechos humanos y las libertades públicas. Esto te dio mucho peso político ante tu adversario, hasta el punto de que solamente Juan Bosch, ha llegado al Palacio Nacional con una popularidad semejante a la tuya.

Es evidente que al pasar ya casi dos años en el poder, tu popularidad se ha limitado mucho, no solamente por la crisis económica que padece el país, sino por las violaciones a los derechos humanos y las libertades públicas.

Creo que has confiado mucho en los informes que te han aportado sobre alegados planes conspirativos, y los servicios de seguridad del Estado han extendido mucho la cuerda en un aparente exceso de celo defendiendo una paz pública en ningún momento amenazada. En nombre de defender la estabilidad de tu gobierno, las fuerzas policiales han cometido excesos injustificados contra la ciudadanía.

En la carta que te remití en fecha 16 de agosto de 1983, publicada en esta misma columna, te decía: “Los que te dicen que la izquierda dominicana está en planes conspirativos, de guerrilla, desestabilizadores, etc., te están mintiendo. La izquierda no está integrada por locos ni por sinvergüenzas; solamente los locos y los sinvergüenzas pueden tratar de luchar para que tú seas desplazado del poder antes de 1986. Tú representas, hoy, toda la democracia representativa, y si eres desplazado del poder antes de 1986, los primeros en sufrir las consecuencias negativas de tu desplazamiento serían las organizaciones de izquierda, no la derecha ni los intereses extranjeros que saquean nuestro país”. Este criterio lo mantengo hoy, en 1984.

Quisiera que esta sea la última carta en remitirte abordándote el tema de los derechos humanos y las libertades públicas. Mi deseo fuera, y sé que también es el tuyo, que en lo adelante ninguna persona física, nacional o extranjera, que en forma permanente o accidental viva en nuestro país, sea víctima de un atentado a sus derechos y libertades.

Mi aspiración es que cada vez que se presente una situación en la cual estén en juego las libertades públicas y los derechos humanos, antes de tomar una medida la debes pensar, no proceder con precipitación y si has de consultar a algunos de tus colaboradores recuerda que ninguno de ellos fue más coherente que tú durante el régimen de Balaguer, defendiendo los derechos inherentes a la persona humana.

El día que termine tu mandato constitucional, tú serás responsable de lo positivo y negativo que se haga desde el gobierno en todo el período 1982-86. Al decirte esto último estoy recordando el pensamiento de Máximo Gorki: “Hay que hacer comprender al hombre que él es el creador y el dueño del mundo, que sobre él recae la responsabilidad de todo el mal de la tierra, pero que a él le incumbe también la gloria de todo el bien de la vida”… (115)

Abriendo la correspondencia

En los países atrasados y dependientes ocurren cosas que solamente cuando uno la ve las puede creer. Hace unos días recibimos desde Europa una carta. Pero, tremenda sorpresa, cuando advertimos que el sobre que contenía la comunicación remitida estaba pegado con cinta pegante. Creíamos que ya la etapa de abrir la correspondencia en la Dirección General de Correos, había desaparecido. Pero no ha sido así.

Aunque la inviolabilidad de la correspondencia es un derecho consagrado por la Constitución política vigente, el mismo no es respetado. Se abre la correspondencia de determinados ciudadanos y los encargados de realizar tal labor de espionaje hacen un trabajo tan arduo que resulta notorio sin el mayor esfuerzo.

Muchas veces nos preguntamos ¿qué persiguen los servicios de espionaje que actúan en el país abriendo la correspondencia de ciudadanos que no tienen nada de tontos, ni mantienen comunicación con personas u organismos internacionales que puedan escribir algo que atente contra la seguridad del Estado?

Hace alrededor de tres o cuatro años que denunciamos que nuestra correspondencia, remitida desde el extranjero, estaba siendo violada en la Dirección de Correos, y alertamos a nuestros amigos en el exterior que preferíamos que no nos escribieran; permanecimos más de un año sin recibir una carta.

Cuando le dices a un amigo europeo que aquí se viola el secreto de la correspondencia, se asombra porque no se supone que se lleve a la práctica semejante acción y en forma tal que sea notoria.

La violación que se hizo de nuestra última carta fue tan clara que la persona que la abrió, al parecer, tenía las manos sucias, además de que se quedó  en su poder con un folleto que venía adjunto a la correspondencia. Cuando comprobamos situaciones como la que denunciamos por medio de este artículo, nos preguntamos ¿se justifica que miles y miles de dominicanos hayan muerto para que aquí se respetaran los derechos y libertades, si todavía hoy no disfrutamos del derecho a leer, antes que otros, la correspondencia que nos remiten desde el extranjero?

A los que en la Dirección General de Correos tienen la función de abrir nuestra correspondencia les decimos que existen procedimientos legales que determinan la forma de proceder para abrir la correspondencia privada de los ciudadanos. (116).

Fuentes:
(115) El Nacional. 11 de julio 1984.
(116) El Nacional. 13 de julio 1984.
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La situación seguía difícil a nivel de libertades públicas, y funcionarios que habían demostrado prudencia y comedimiento, como el doctor Américo Espinal Hued, lanzó palabras hirientes con respecto a la doctora Carmen Imbert Brugal, lo que motivó que le remitiera el siguiente telegrama:

Telegrama

Señor: Doctor Américo Espinal Hued, procurador General de la República.
Centro de los Héroes. Santo Domingo, Distrino Nacional.

Considero prudente y atinado hagas disculpa pública a doctora Carmen Inbert Brugal. Errar es de humano. Tu condición de caballero e investidura máximo representante ministerio público del país se elevarían con disculpa a una dama profesional que opinión pública reconoce como honesta. Se sincero y lograrás un triunfo. Con la discupla no inclinas tu cabeza ante la corrupción, sino haces honor a la dignidad, honradez y decencia prendas comunes en el país. Piénsalo. Tu amigo. Ramón Antonio Veras.

A mi comunicación, el doctor Américo Espinal Hued, me contestó, también por telegrama, lo siguiente:

Telegrama

Dr. Ramón Antonio Veras.
Santiago. Gracias por tus amables expresiones. Siempre he estado abierto a una decisión digna y honorable. Tiene la suficiente autoridad moral para mediar en el caso que me planteas. Quedas autorizadop a actuar. Abrazos, Américo Espinal Hued.

Fue una realidad, después de abril de 1984 el Gobierno ya no fue el mismo. Salvador había cambiado totalmente su forma de gobernar, su régimen se hizo intolerante, y yo no podía hacer causa con semejante forma de gobernar. La represión contra el pueblo seguía y mantenía mi posición de defensa a los perseguidos políticos, como lo reseñaba la prensa:

La PN realiza nuevos allanamientos

Un recurso de Hábeas Corpus fue interpuesto hoy a favor de los dirigentes de izquierda detenidos en los últimos días, mientras la policía continuó la persecución de izquierdistas mediante allanamientos a viviendas en la capital y el interior. Agentes del Servicio Secreto allanaron esta mañana la residencia de Arsenio Hernández, del comité central del Partido Comunista Dominicano, y como éste logró evadir la presencia policial arrestaron a su esposa. Iluminada Herasme.

También la Policía allanó una vivienda que habitó hace unos tres años, el dirigente del Bloque Socialista, Rafael Báez Pérez (Cocuyo) en la calle Isabel la Católica y trató de apresar mediante un allanamiento a su residencia a Sucre Reyes, directivo de la Central General de Trabajadores. En Santiago fueron detenidos por motivaciones políticas hoy, los jóvenes José de Jesús Ureña Burgos y Ángel Pérez Collado, y se continúa la persecución de dirigentes de izquierda y sindicales.

El recurso de Hábeas Corpus a favor de los dirigentes izquierdistas detenidos en los últimos días fue levantado por los abogados Abel Rodríguez del Orbe, Ramón Antonio Veras y Julián Peña. Los abogados hacían gestiones desde las primeras horas de la mañana en el Palacio de Justicia de Ciudad Nueva, pero hasta cerca de las once no habían logrado que se habilitara una cámara para el conocimiento del recurso hoy o mañana. El recurso se gestionó luego de cumplidas 48 horas que establece la ley para la formulación de un cargo a una persona detenida.

Los favorecidos serían Narciso Isa Conde, Roberto Santana, Felvio Rodríguez, Sully Saneaus, Pedro Juan Persia, Francia Toribio y el sindicalista Julio de Peña Valdez, entre otros.

La locura del gobierno de Salvador llegó hasta el punto de que liberaba tres opositores en horas de la mañana, y ya en la tarde apresaba cinco o diez, como lo destaca la prensa de la época.

Libertan izquierdistas; apresan otros

La policía puso en libertad hoy a tres militantes del Partido Comunista apresados la noche del viernes, pero allanó esta mañana la residencia de un dirigente de esa entidad, apresó tres directivos medio en Puerto Plata y prosiguió la persecución de otros izquierdistas y sindicalistas.

Entretanto dos grupos de abogados elevaron recursos de Hábeas Corpus por separado a favor de dirigentes de izquierda y sindicales detenidos en los últimos días. Los allanamientos se reanudaron y la persecución se activó hoy estimulados según dirigentes de izquierda y sindicales, por las declaraciones de ayer del secretario de las Fuerzas Armadas, teniente coronel Ramiro Matos González quien afirmó tener pruebas de supuestas tramas conspirativas. Los tres libertados figuraban junto a otros en una instancia de Hábeas Corpus elevada en su favor por los abogados, Ramón Antonio Veras y Abel Rodríguez del Orbe.

No podía guardar silencio ante hechos que repugnaban a mi conciencia y así lo hice saber por medio de varios escritos que hice con posterioridad a abril de 1984, y más concretamente después de las acciones represivas que se llevaron a cabo contra aquellos que, en una u otra forma, no se sintieron bien ante la matanza de abril. He aquí los artículos que escribí en esa etapa del gobierno de Salvador.

Por Américo

A raíz de la designación de Américo Espinal Hued, como Procurador General de la República, escribí un artículo en el que decía entre otras cosas: “como abogado y ciudadano, Américo Espinal siempre se mantuvo formando parte de los abogados que en la ciudad de Santiago se preocupan para que en el país imperara un régimen de derecho, de respeto por los derechos humanos y las libertades públicas”. En ese mismo artículo, dijimos: “Al saber de la designación de Américo como procurador general de la República comentamos que Salvador había puesto en sus manos una papa caliente, porque en la actual coyuntura política que vive el país, y ante la crisis económica que golpea a las grandes mayorías nacionales, no es nada fácil estar al frente de la Procuraduría General de la República, como máximo representante del ministerio público. Muchas veces las movilizaciones populares, en sociedades como las nuestras, hacen poner en entredicho a muchos hombres y mujeres con vocación democrática”.  Hemos hecho referencia al contenido del artículo publicado en fecha 27 de febrero próximo pasado, porque nos hemos sentido sumamente preocupados por el contenido de un comunicado firmado por Américo y el secretario de Estado de Interior y Policía, publicado en la prensa nacional hace unos días, y el que dice, entre otras cosas. “Participamos a la ciudadanía que sectores políticos que no asimilan el proceso de institucionalidad democrática que vive la Nación, están en la fase preparatoria de actos atentatorios a la paz pública, a la seguridad ciudadana y a la propiedad pública y privada, según informaciones de los servicios de seguridad del Estado. Nos sorprende que una persona inteligente como Américo, con buen olfato y sentido político, firme un documento tan infeliz y huérfano de pruebas. No se compadece con su investidura de máximo representante del ministerio público del país, que tome como base informaciones de servicios de seguridad que no han podido exhibir ante la nación la más mínima prueba de los hechos que alegan, ni la Policía Nacional ha podido enviar a la justicia el primer expediente contra un ciudadano fundamentado en hechos denunciados en el citado comunicado”.

Detrás del comunicado que firmó el procurador se esconden otros intereses. No debemos olvidar que José Martí, dijo: “A lo que se ha de estar no es a la forma de las cosas, sino a su espíritu. Lo real es lo que importa, no lo aparente. En la política, lo real es lo que no se ve”. Y, precisamente, en el susodicho comunicado, lo importante es lo que no se ve.

La experiencia práctica le dirá al doctor Américo Espinal Hued, que no se debe llevar de los informes que suministren los servicios de seguridad del Estado. En los países latinoamericanos y caribeños, los servicios de información del Estado la generalidad de las veces actúan movidos por prejuicios o conforme la conveniencia de los intereses norteamericanos. Se da el caso de servicios de seguridad que, aunque integrados por nacionales, están al servicio de intereses extranjeros y también son pagados por esos mismos intereses. Y quien paga la música determina cuando comienza y termina la fiesta.

Hubiera sido bueno que Américo, los días que estaba la Policía Nacional apresando y secuestrando ciudadanos, se hubiera dado una caminadita por las calles de Santiago o la ciudad capital para que escuchara, de vida voz, las expresiones del pueblo con respecto a las persecuciones, allanamientos y detenciones. Hacía tiempo que no escuchábamos del pueblo tanto repudio a medidas represivas.

Los días de las persecuciones más activas se dieron situaciones verdaderamente bochornosas, como fueron los casos de que la policía se presentaba a buscar a un joven y si no lo encontraba en la casa se llevaba a la hermana o a la esposa.
Uno se pregunta, ¿suponía Américo que algún día en su vida iba a ver ligado su nombre con acciones violadoras de los derechos humanos y las libertades públicas; de madres desesperadas buscando a sus hijos, apresados sin justificación alguna?

La vida política desde el poder brinda momentos de satisfacción personal, pero también amargos. Sabemos que para Américo tenía que ser duro, muy duro, saber que a lo mejor en el momento que él estaba sentado en su despacho de la Procuraduría, en ese mismo instante la policía estaba humillando o atropellando a una madre porque no quería informar el paradero de su hijo, o la esposa de un dirigente político de izquierda estaba siendo golpeada porque su esposo había escapado a los agentes policiales. Con toda sinceridad lo decimos, para nosotros fue decepcionante leer el comunicado firmado por Américo y el Secretario de Interior y Policía, y nos causó pesar cuando, tomando como base el mencionado comunicado, los servicios de seguridad del Estado desataron una verdadera cacería contra todos los hombres que en este país militan en organizaciones democrática, campesinas, estudiantiles y sindicales.

FUENTES:
(110 y 111) Archivo Dr. Veras 7 y 8 de junio de 1984. (112, 113 y 114) El Nacional 22 y 25 de junio y 2 de julio de 1984.

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Ahora bien, ¿por qué Salvador me reprochó, en la conversación telefónica que sostuvimos el 24 de marzo de 1984, mis supuestas críticas a Eulogio? Por lo siguiente: Era del dominio de la opinión pública mis estrechas relaciones con el ingeniero Eulogio Santaella Ulloa, además de mis vínculos con Salvador. ¿pero qué ocurre? Lo que voy a exponer a continuación:

Por medio de mi amigo Manuel Fernández (Temístocles) -hijo de Manuel Fernández Mármol-, un grupo de técnicos del Consejo Estatal del Azúcar (CEA) me hicieron llegar un informe que, según ellos, Eulogio había solicitado elaborar y que, luego, él no le hizo caso. Ellos me enviaron el documento con la indicación de que si yo era más amigo de la verdad, la coherencia y la honestidad que de Eulogio lo publicara. Consideré que el informe no lesionaba a Eulogio y tal como me lo enviaron lo publiqué íntegramente con la precisión de encerrarlo en comillas para que se viera que en su redacción y contenido no había intervenido, que sólo me había limitado a transcribirlo. (105).

La publicación de ese artículo molestó a Salvador y también a Eulogio. Hoy como ayer lo ratifico: no fue mi deseo lesionar, fastidiar y mucho menos poner en entredicho la conducta, la honestidad e integridad de Eulogio de quien tenía y tengo un elevado concepto.

Algunos amigos me han dicho que por los estrechos vínculos de amistad entre Eulogio y yo, no debí publicar el informe. Pero les he respondido que, primero, mi intención no fue lesionar a Eulogio hasta el punto de que no hice ningún comentario al informe y, segundo, qué podían pensar de mí los que elaboraron y me enviaron la comunicación? Tenían derecho a creer que yo había silenciado algo que ellos creían como verdadero.

Siempre he lamentado que Eulogio se molestara conmigo por la publicación del informe.

Habiendo explicado mi intervención por Eulogio, expongo ahora por qué mi actuación a favor de Francisco Lora, Nicolás Gómez y Blas Santana.

Francisco Lora Mercado, era un alguacil con décadas como ministerial sin tacha; fue cancelado de sus funciones sin haber cometido falta alguna. Hablé  con Salvador, y fue restituido en su cargo.

El doctor Rafael Nicolás Gómez Ortiz, había sido apoderado para la venta de un solar; abogados mafiosos hicieron falsificaciones y despojaron a su legítimo dueño del inmueble, haciendo creer que Nicolás había participado en el fraude.

Solicité a Salvador una investigación, la cual concluyó sometiendo a un grupo a la cárcel y devolviéndole el solar a su verdadero dueño, y Nicolás libre de toda sospecha en el fraude.

Por Blas Santana, intervine ante Salvador para que éste recibiera al señor Santana en la Gobernación de Santiago donde se encontraba Salvador accidentalmente, con el objetivo de Blas exponerle algo a favor de un hijo suyo. Salvador recibió a Blas, pero nada hizo por su hijo.

Los anteriores fueron los únicos favores que solicité a Salvador, mientras fue presidente y manteníamos cordiales relaciones.

Abril de 1984

Sin lugar a discusión, el 24 de abril de 1984 fue uno de los días más dolorosos que ha padecido el pueblo dominicano; decenas de hombres y mujeres del pueblo fueron masacrados por fuerzas policiales y militares. Nunca pensé que en un gobierno presidido por Salvador podía ocurrir algo semejante.

Por distintas vías y formas expresé mi sentir y condena a esa acción represiva, criminal. Una vez ocurrieron los hechos llamé a Salvador reprochándole lo ocurrido; me respondió de mala forma.

Por medio de telegrama le dije al procurador General de la República en el momento, mi amigo el doctor Américo Espinal Hued:
Telegrama:

Doctor
Américo Espinal Hued
Procurador General de la República.
Centro de los Hérores.

Aplaudo que persigas a los saqueadores y que haga lo mismo con los que han asesinado dominicanos indefensos por el simple hecho de protestar contra el hambre. No creas que hay conspiración alguna contra el gobierno ni que el movimiento de protestas respondió a determinada organización previa. Es la indignación contra las condiciones de vida que impulsó al pueblo a protestar. Si tú y yo ayer recogimos firmas y firmábamos documentos protestando por un muerto de Balaguer, hoy debemos de ser coherentes y no comportarnos indiferentes ante los muertos de hoy. Tu cargo es transotorio. Con los principios no se cede.

Doctor Ramón Antonio Veras. (106)

La prensa reseñó el citado telegrama así:

Piden persigan a responsables de muerte

Santiago, 27 de abril.- El doctor Ramón Antonio Veras solicitó al procurador general de la República que disponga la persecución de los responsables de la muerte de indefensos ciudadanos y de los autores de saqueos de establecimientos comerciales.

“También deben ser perseguidos los responsables de saqueos en establecimientos comerciales”, dijo el doctor Veras en una comunicación remitida al doctor Américo Espinal Hued.

El doctor Veras señala que las personas que murieron en los disturbios, cayeron luchando contra el hambre y la miseria. Agregó que “no es cierto que en el país haya conspiración contra el gobierno”.

Apuntó que los actos de protesta fueron escenificados a causa de las malas condiciones de vida de la mayoría de los dominicanos. En su comunicación enviada al procurador general de la República, el doctor Veras dice: “no creas que hay conspiración alguna en contra el gobierno ni que el movimiento de protesta respondió a determinada organización previa”.

Y añadió. “Fue la indignación contra las condiciones de vida que impulsó al pueblo a protestar”.

Le recuerda al procurador general de la República: “tú y yo ayer recogimos firmas y firmamos por un muerto en el gobierno que dirigió el doctor Joaquín Balaguer… hoy debemos ser coherentes y no comportarnos indiferentes antes los muertos de hoy”.

La comunicación al alto funcionario judicial se refiere a los muertos a tiros durante los actos de violencia ocurridos desde el pasado lunes en los cuales se produjeron como parte de las protestas contra los aumentos en los precios de los productos de primera necesidad y las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Se estima que más de 50 personas murieron durante esos incidentes. (107)

Me movilicé  en defensa de aquellos ciudadanos que habían sido detenidos en esos días; así lo destacó la prensa.

Apresan Sospechosos Participar Saqueos Establecimientos
“También trascendió que una comisión de abogados, presidida por el doctor Ramón Antonio Veras recibió en el antedespacho del general Manuel de Jesús Tejeda Duvergé al sindicalista Carlos Rivas, quien fuera apresado en Tamboril. (108)

En los días siguientes a los hechos del 24 de abril, accioné ante los tribunales a favor de dirigentes sindicales de Santiago.

Ventilarán hoy Hábeas Corpus interponen a favor sindicalistas

SANTIAGO.- Un recurso de Hábeas Corpus será interpuesto hoy a favor de cuatro miembros del Partido Comunista Dominicano que son mantenidos en prisión por la Policía Nacional sin formularles cargo.

El doctor Ramón Antonio Veras comunicó que interpondrá el recurso amparado a favor de Delfino Núñez, Domingo Rosario, del comité central del PCD; Francisca Núñez y Saturnino Rodríguez. Una instancia sobre el particular fue enviada a la juez de la segunda cámara penal y ese tribunal lo ventilará a las diez de la mañana de hoy. Veras califica de ilegal y arbitraria la prisión del grupo.

Y precisa que desde el momento de su detención hasta hoy han transcurrido más de 48 horas (ayer) sin que Núñez y Rodríguez hayan sido sometidos a la justicia.

Recuerda en el recurso interpuesto que es de orden constitucional que toda persona detenida debe ser puesta en libertad o sometida a la justicia en el plazo de 48 horas.

“La sola detención sin sometimiento judicial en el plazo legal constituye una violación a las leyes, a la Constitución de la República y a la Declaración Universal de los Derechos Humanos”, advierte.

Asimismo, expresa que esos ciudadanos no han cometido ningún crimen, delito o contravención que haga obligatorio su mantenimiento en prisión. En ese sentido Veras solicitó mediante el recurso que el jefe de la Policía Nacional en Santiago, el encargado de la cárcel “y/o cualquier persona que tenga bajo sus responsabilidad” a los cuatro detenidos los presente al tribunal de primera instancia para la audiencia. (109).

Fuentes:
(105) El Nacional. 24 de febrero de 1984.
(106) Archivo Dr. Veras. 24 de abril 1984.
(107) El Nacional. 27 de abril de 1984.
(108) La Información. 28 de abril de 1984.
(109) Hoy. 10 de mayo de 1984.

Continuará la semana próxima

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En la citada comunicación a Salvador le hice referencia algunos de los temas que me había tocado en el curso de la conversación vía telefónica del sábado 24 de mayo, con relación al distanciamiento de ambos, las diferencias entre su hermana Lidilia y yo y, finalmente, según él las críticas que yo le había hecho al ingeniero Eulogio Santaella.

Al llegar a este punto voy hacer caso omiso a las explicaciones que le di a Salvador con respecto a Eulogio, para explicar mi relación con éste, cómo llega a formar parte del gobierno y sus diferencias conmigo.

A Salvador durante su gobierno le solicité cuatro favores: el primero en interés de Eulogio, el segundo en provecho del doctor Rafael Nicolás Gómez, el tercero para favorecer al ministerial Francisco Lora Mercado, y el cuarto por el señor Blas Santana.

¿Por qué mi intervención a favor del ingeniero Eulogio Santaella Ulloa ante Salvador? Me explico.
Desde la época de estudiante de la secundaria conocía a Eulogio, siempre fue brillante, sumamente inteligente, talentoso y esas mismas cualidades las ha conservado hoy como profesional.  Es un hombre honesto, no tiene tacha en su conducta en el ejercicio de su profesión ni cuando desempeñó una función pública. Durante muchos años Eulogio, su esposa Luaite y mi familia constituimos una unidad, no de amistad, sino familiar, hasta el punto de que nos comunicábamos diariamente cuando ambos residíamos en Santiago.

Por coincidencia, Eulogio también estaba relacionado con Salvador y con su hermano, el doctor Pedro Jorge Blanco (Perucho). En una época, por allá por la década del setenta del siglo pasado, cuando Eulogio era profesor de la Universidad Católica Madre y Maestra (UCMM), en Santiago, todas las tardes cuando Asela, Salvador y yo salíamos del bufete de abogados que compartíamos, nos encontrábamos con Eulogio en la explanada de el Monumento a la Restauración, en un área donde ahora está el Gran Teatro del Cibao, que funcionaba un pequeño bar, de nombre Los Paragüitas y ahí pasábamos balance a la difícil situación que vivía el país a nivel de la represión y terrorismo de Estado desatado por el doctor Joaquín Balaguer desde 1966 hasta agosto de 1978.

En el año 1977, una vez Salvador decidió aceptar participar como precandidato en busca de la presidencia de la República por el PRD, Eulogio y yo fuimos sus principales colaboradores en todo el curso de su campaña. Los discursos de Salvador, en esa etapa, en todo lo relacionado con economía fueron elaborados por Eulogio.

¿En qué momento intervengo a favor de Eulogio ante Salvador?
El día 6 de agosto de 1982, cuando faltaban diez días para Salvador tomar posesión como presidente de la República, en las primeras horas de la mañana escuché por una emisora de la ciudad capital los nombres de los que serían los posibles altos funcionarios del gobierno de Salvador; no mencionaron a Eulogio.

Una vez terminé de oír la noticia llamé por teléfono a su casa a Salvador y le dije lo que había escuchado y que no mencionaron a Eulogio. Salvador me contestó. “Veras, no son todos los que están, no están todos los que son”.

Le dije: Salvador, creo que a ti y a un gobierno tuyo le conviene tener un funcionario como Eulogio, porque es tu amigo, es preparado y es honesto, además sé que será una persona en la cual puedes confiar.

Salvador me respondió: “Veras, háblate con Eulogio a ver si le interesa la CDE”. Le comuniqué esta sugerencia a Eulogio y éste me contestó: “Negro, no quiero ir a la CDE, no tengo temperamento para estar involucrado con asuntos sindicales, puedes decirle a Salvador que yo creo que el ingeniero José Ramón Bonilla, muy bien puede servirle en la CDE”. Así se lo hice saber a Salvador y éste me contestó: “No estoy de acuerdo”.

Le respondí a Salvador que ese mismo día yo partía para la ciudad capital, que llamaría a Eulogio para que en la noche se reunieran en mi casa y si regresaba temprano me integraría a la reunión. Salvador compartió mi idea al igual que Eulogio; pero en lugar de hacer el encuentro en mi casa lo hicieron en la de Salvador.

Luego le pregunté a Eulogio: “¿Y en qué quedaron?” Me respondió: “yo voy al Consejo Estatal del Azúcar (CEA), y el primo de Salvador, Marcelo Jorge, irá a la Corporación Dominicana de Electricidad”.

Me puse muy contento. Mi compañera Carmen y los niños nuestros, una vez le di la noticia se pusieron muy contentos porque su tío Eulogio iba a trabajar con mi otro hermano, Salvador.

Todo era cuestión de esperar; me sentí tranquilo porque Salvador, teniendo a Asela y a Eulogio a su lado, iba a contar con dos personas que podían, en un momento dado, orientarlo por el mejor camino para el país y en la dirección del gobierno a inaugurarse próximamente.

Para mí ver a Eulogio en el CEA fue como si hubiera sido a Perucho el hermano de Salvador, o como si hubiese sido a mí que éste me designara. Creía, y lo creo hoy, que con Eulogio el país se daba el lujo de tener un funcionario que le daba brillo al cargo.

Nunca escondí mi satisfacción por la presencia de Eulogio en el CEA, y así lo expresé por medio de la prensa nacional. En ese sentido escribí:

Los que ahora están en el CEA 

La pasada semana la prensa nacional publicó un aviso del Consejo Estatal del Azúcar (CEA) invitando a todas las empresas nacionales y extranjeras suplidoras de productos agroquímicos a participar en un concurso para la compra de herbicidas, insecticidas, etc., que hará el CEA.

Lo que nos llamó la atención del aviso fue que en el mismo se hace constar que el nuevo concurso sustituye, en parte, el efectuado en fecha 13 de enero del año en curso, ya que solamente se adjudicaron las partidas correspondientes a fertilizantes y las demás se declararon desiertas.

La publicación hecha por la Dirección Ejecutiva del CEA, tiene significación para nosotros, y la debe tener también para todos los hombres y mujeres del país que se preocupan para que aquí impere la decencia, la honradez y la defensa de los intereses del pueblo de parte de los funcionarios que están encargados de manejar los dineros del erario público y las empresas estatales.

Si los actuales directivos del CEA fueran un grupo pillos y ladrones, en lugar de hacer la publicación llamando a un nuevo concurso, lo que hubieran hecho es ponerse de acuerdo con las compañías que suministran los productos fertilizantes, herbicidas, insecticidas y fungicidas, para que les pagaran una buena ¨comisión¨ y así a esta hora ya tuvieran unos buenos dineros en sus bolsillos. Los directivos del CEA han demostrado que están dispuestos a cambiar la imagen fea, muy fea, que tenía el CEA, cuya institución se identificaba como fuente de enriquecimiento al vapor.

Aunque mantenemos vínculos estrechos de amistad con el director ejecutivo del CEA, y relaciones de amistad con otros de los directivos, no existe entre nosotros identidad ideológica ni nada que se parezca. Pero la honradez de todos los directivos del CEA, hoy, ya ha sido puesta a prueba en funciones que han desempeñado tanto en el sector privado como en el mismo sector estatal, y esto tiene que ser reconocido.

Con muchos amigos hemos comentado que el mejor equipo, el más completo, que tiene el actual gobierno es el que está en el CEA, jamás ponemos en duda su capacidad y honradez.

No es fácil en este país encontrar un equipo de hombres como los que están en la dirección ejecutivo del CEA, que han ido a trabajar, no a robar ni a repartir la corporación azucarera a los politiqueros tigres y vagabundos que por el simple hecho de pertenecer a una determinada tendencia política se creen que el patrimonio del Estado es propiedad particular de cada uno de ellos.

Y que conste que la Dirección Ejecutiva del CEA no está en manos de revolucionarios, comunistas ni socialistas, no; todos son hombres del sistema, que creen que bajo el sistema social dominante se puede hacer algo para cambiar el estado de cosas que nos afectan.

Lo decimos con toda seguridad; no compartimos la concepción ideológica de ninguno de los hombres que integren la Dirección Ejecutiva del Consejo Estatal del Azúcar, pero quisiéramos que mientras en el país predomine la democracia representativa todas las empresas estatales estuvieron en manos de ellos. Creemos que así nuestro pueblo tendría la completa seguridad de que un centavo no se le robaría y que las “comisiones” que pagan algunas compañías manejadas por sinvergüenzas, en lugar de ir a las cuentas bancarias de los funcionarios se quedarían en el patrimonio estatal.

El equipo que dirige el CEA demuestra que no es como dicen algunos politiqueros de que aquí  no hay material humano honrado para dirigir los bienes del Estado. Aquí  hay hombres del sistema y otros que no lo comparten, que tienen la suficiente honestidad para manejar millones y millones de pesos y al término de su gestión salir, a lo mejor, con menos dinero en su patrimonio económico que el que tenían al momento de iniciar sus funciones.

En el país hay muchos hombres que tienen un sentido claro de lo que significa la honradez, pero esos hombres muchas veces no quieren ligarse con las empresas del Estado para que luego no los confundan con los otros que han pasado por ahí y solamente han dejado el “pelerío”. Los que dirigen hoy el CEA, con su director Ejecutivo a la cabeza, están dispuestos a demostrar que se puede ser un servidor público, manejar dinero y no salir millonario al término del mandato. (104).

Fuentes:
(104) El Nacional. 31 de enero 1983.

Continuará la semana próxima

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El año 1984, desde sus inicios no pintaba nada bueno para el pueblo dominicano, para Salvador ni para su gobierno. La crisis económica era notoria, las masas populares la sentían y el gobierno de Salvador dio demostración de que no estaba preparado para enfrentarla con inteligencia, sensibilidad y vocación democrática como se comprobó con la represión lanzada contra estudiantes universitarios en la ciudad capital, y que me motivó a escribir así:

Acción policial

Solamente indignación le puede causar a toda persona sensible y sensata la forma odiosa, despótica, salvaje y brutal como la Policía Nacional atropelló a decenas de estudiantes universitarios el pasado miércoles (14 de marzo) en la ciudad capital.

La represión lanzada contra los estudiantes universitarios nos recordó la época más represiva del régimen cruel y represivo del doctor Joaquín Balaguer. Durante varios minutos pudimos ver por televisión como agentes policiales masacraban a los estudiantes universitarios.

Ninguna justificación puede alegarse para motivar la represión. La acción movilizadora de los universitarios no guardó proporción con la represión que se les aplicó. Los miembros de la Policía Nacional, persiguieron con saña a los estudiantes. Los policías no se limitaron a perseguir a los estudiantes que participaban en la movilización, sino que persiguieron, golpearon y atropellaron a otros que no estaban participando en las acciones.

Al ver los actos salvajes de los miembros de la Policía Nacional, comentamos con uno de nuestros hijos: “Mira, esos métodos que tú estás viendo ahí en la televisión no difieren en nada de los que aplican los carabineros chilenos contra el pueblo”.

Si Salvador vio por televisión, o fue informado por una persona seria de su confianza, no por ningún pelafustán de los que están dispuestos a justificar todo lo malo en este país, de lo que hicieron los agentes de la Policía Nacional contra los estudiantes universitarios el pasado miércoles, lo menos que puede hacer es cancelar a todos los agentes que participaron en la represión, cacería y atropellos.

Lo decimos con toda sinceridad, la movilización estudiantil no guardó proporción con la acción de la policía. Si los estudiantes hubieran estado disparando con metralletas, talvez así se justifica la forma salvaje de cómo actúo la Policía Nacional.

Salvador es doctor en derecho y durante muchos años ejerció en forma brillante la profesión de abogado, y él sabe que hasta en derecho hay toda una doctrina con respecto a la legítima defensa, y nos permitimos hacerle a Salvador la observación de que ni aún argumentando la legítima defensa pueden los agentes policiales justificar la acción represiva que se comenta. La defensa de la persona atacada debe guardar proporción con el ataque de que es objeto. Hasta en la guerra más cruel se respeta a la persona que se rinde en el combate. Y los agentes policiales, en las acciones universitarias, no respetaron ni a los estudiantes que desesperados buscaban refugio en casas habitadas por familias que no tenían nada que ver con las movilizaciones estudiantiles. Los que conocemos a Salvador sabemos que acciones como las ejecutadas por la Policía Nacional, y que motivan este escrito repugnan a su conciencia y convicción política. Salvador, se inició en la vida política pública en lucha abierta contra los abusos, los atropellos, el crimen, el terror y contra todo lo que significara violación a los Derechos Humanos y las libertades públicas.

No nos corresponde darle consejos ni dictarle pautas a Salvador pero como ciudadano le decimos que la acción de la Policía Nacional el pasado miércoles contra los estudiantes universitarios, desdice mucho de su vocación democrática y le resta mérito a su trayectoria política en el campo de los Derechos Humanos y las libertades públicas.

Hemos hablado con muchos ciudadanos que presenciaron los atropellos de la Policía Nacional contra los estudiantes universitarios, y todos coinciden en que Salvador debe dar un ejemplo contra los agentes que en forma salvaje golpearon, con desprecio humano, a los que participaron en las movilizaciones.
Creemos que Salvador no puede permitir que su vida política pasada y futura se manche con la aplicación de métodos que están reñidos con la forma civilizada de impedir una movilización política. Si a la tremenda crisis social y económica que padece el país se le une la represión, de seguro que la salida política será muy dura, difícil y hasta peligrosa para los mismos que atizan las acciones represivas contra el pueblo. Quienes aconsejan la represión no solamente son enemigos del pueblo, sino también de su propio gobierno y de Salvador. (102)

Salvador se molesta. Favores solicitados a Salvador. Caso Eulogio

La publicación del citado artículo le supo a diablo a Salvador, se sintió molesto, lo interpretó como una dura crítica mía a su gobierno; su indignación fue tan profunda que el día sábado 24 de marzo de 1984, me llamó por teléfono; por la forma seca como me saludó y por el contenido de sus palabras comprendí que Salvador había reaccionado de mal humor.

Después de la conversación con Salvador, al día siguiente, el domingo 25 procedí a remitirle una carta la cual le envíe por Línea Duarte, conforme recibo No. 4967. La misiva dice así:

Santiago de los Caballeros, 25 de marzo de 1984.

Señor: Doctor Salvador Jorge Blanco, Santo Domingo, D. N.

Estimado Salvador: Bajo reservas de darte mayores explicaciones en algún momento que podamos hablar personalmente, te dirijo esta carta motivado por tus expresiones del pasado sábado cuando hablamos por teléfono, en el sentido del distanciamiento que, según tú, hay entre nosotros, las críticas que he hecho a Eulogio y a tu gobierno y las diferencias entre doña Lidilia y yo.

Para mí entre tú y yo hay un simple distanciamiento material desde el momento que te fuiste a vivir a la ciudad capital, pero el afecto y cariño, a mi entender, nunca se ha perdido. Te tengo a ti, Asela y tus familiares la misma distinción y cariño que cuando compartíamos juntos el bufete y tú residías en Santiago. En verdad, me sorprendió tu expresión “distanciamiento”.

Con respecto a Eulogio, nadie en este país ha escrito un artículo defendiendo la conducta y honestidad de Eulogio Santaella; yo sí lo he escrito, y varios. Pero por el hecho de que Eulogio sea mi amigo y defienda su conducta, no puedo cerrar los ojos ante la realidad, y en el único artículo que he publicado en el que se hace una crítica a la gestión de Eulogio, recojo la opinión externada por empleados y funcionarios del Consejo Estatal del Azúcar (CEA).

Si se lee detenidamente el artículo que publiqué con respecto al CEA, se observa que las opiniones que tiene dicho artículo no son mías, sino de empleados y funcionarios del CEA que me escribieron aportando datos justificados por documentos, copias de los cuales te anexo. Si personas serias me escriben aportándome datos reales y guardo silencio, no sería coherente con la vida pública que he llevado. No tengo ningún interés personal en criticar en forma gratuita a Eulogio.

En sí no sé a qué críticas te refieres que he hecho a tu gobierno. Las veces que en forma pública he censurado alguna actuación de tu gestión gubernativa, es porque la he considerado necesaria y ajustada a las circunstancias, como el artículo que publiqué el día 19 del mes en curso, censurando la actuación de la Policía Nacional contra los estudiantes universitarios. No puedes decir que soy un enemigo gratuito de tu gobierno.

Las diferencias que han existido entre doña Lidilia y yo, las he puesto, en su momento oportuno en tu conocimiento. Sabes que tu hermana tiene un temperamento algo fuerte, y a pesar de las desavenencias que han existido entre ella y yo, siempre la he tratado con el respeto que me merece como dama, por su edad y, además, porque es miembro de la familia.

Aunque no tengo comunicación con doña Lidilia, su opinión hacia mí nunca se la he tomado en cuenta. Luego de que leas esta carta, debes meditar un poco con respecto a los términos que utilizaste en la conversación que sostuvimos el pasado sábado por vía telefónica.

Con el mismo cariño de siempre te saludo. Abrazos para Asela y los niños. Atentamente, Ramón Antonio Veras. (103). l

Fuentes:
(102) El Nacional. 19 de marzo 1984.
(103) Archivo personal del Dr. Veras.

Continuará la semana próxima

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Esta es la continuación de mi artículo “Trabajo de espionaje chapucero”, que escribí tras enterarme de que mis teléfonos habían sido intervenidos luego de hacerme eco de la denuncia sobre irregularidades en Coraasan: No ignoramos la naturaleza del Estado dominicano y comprendemos su misión y los organismos que lo integran, pero creemos que en los marcos de la democracia representativa el juego político y las actuaciones de los ciudadanos tiene sus reglas que deben ser respetadas cuando se está viviendo, como en la presente coyuntura, bajo un estado de derecho y no de sitio, ni de despotismo ilustrado.

En el caso de la violación grosera a la correspondencia no sabemos si lanzar la mirada hacia el director general de Correos o para donde el jefe del Departamento Nacional de Investigaciones (DNI); mencionamos estos dos organismos del Estado porque solamente ellos pueden, en el círculo del aparato estatal, responder de la forma en que se no está violando el secreto de nuestra correspondencia.

Muchas veces nos preguntamos, ¿qué contenido puede traer una carta o documento que nos sea remitido desde el extranjero, y que sea de interés para la seguridad del Estado dominicano? La pregunta nos la hacemos porque en este país nadie nos puede ubicar en la línea de los conspiradores ni nada que parezca y las actividades políticas que realizamos las hacemos en forma abierta como un libro.

Por ahora nos vamos a limitar a decir que el trabajo que están haciendo los encargados de abrir, leer y examinar correspondencia y documentos privados en la Dirección de Correos, es grosero, de mal gusto, un trabajo chapucero. (93).

Mi cariño hacia Salvador estaba por encima de pequeñeces, no tomaba en cuenta acciones de su gobierno en mi contra; seguía con la creencia de que él necesitaba una persona que, sin estar en su gobierno, le señalara lo que convenía al país y no a intereses particulares.

Al final del año 1983 hice algunos escritos dirigidos a Salvador para que fuera tomando en cuenta que su gobierno no iba por buen camino, que ya se notaba una rápida y alta  impopularidad. He aquí lo que expresé:

Salvador, cuidado con los oportunistas

En este país, en el cual hay muchos hombres y mujeres que tienen un gran sentido de la oportunidad, por no decir que son oportunistas, se aprovechan de la menor situación para obtener beneficios económicos.

Hemos observado que personas de dudosa reputación en lo que a moralidad pública y profesional se refiere, se dan a la tarea de dar todos los visos de apariencia de que están estrechamente vinculados con la persona de Salvador. Esto lo hemos visto en la ciudad de Santiago.

Y los oportunistas saben muy bien hacer su función y esto así porque se da el caso de que, por ejemplo, tal o cual personas que durante la campaña electoral fue colaborador público político de Salvador, ahora se identifica o hace creer que tiene estrecha relación con el presidente  de la República y que por tanto es una persona con influencias para conseguir cualquier cosa en las alturas.

Tenemos el caso por ejemplo en Santiago donde un politiquero, muy sinvergüenza por cierto, se está dando a la tarea de decir que es una especie de comisionado político de Salvador y que está en condiciones de resolver cualquier cosa por su influencia política.

Nosotros sabemos que ese politiquero no tiene ninguna influencia política en el gobierno ni en ninguna parte, pero él sabe cubrir la realidad con una fuerte apariencia. Así, por ejemplo, dice que entra al Palacio Nacional a cada momento; que tiene tres igualas otorgadas por el gobierno; que él es la persona que determina quién debe y quién no debe ser cancelado de su cargo público, en fin, que él es en sí el hombre fuerte en la ciudad de Santiago para hacer y deshacer.

Nosotros hace tiempo que veníamos observando detenidamente la forma sospechosa que se movía el “funcionario” al lado de la persona del presidente, pero creíamos que no eran ciertas las informaciones que nos daban, pero recientemente pudimos comprobar que sí, que el politiquero oportunista, alegadamente continuadora de la persona política del Presidente, vende la falsa idea de que es un todopoderoso en Santiago.

Salvador se debe cuidar de tener a su lado a determinadas personas que si le visitan luego salen diciendo que estaban reunidos con él, que trataron tal y cual cosa, en fin, que son personas de influencia, cuando en verdad no son más que trepadores, oportunistas y sinvergüenzas.

Creemos que los empleados públicos de Santiago no deben hacer caso a ningún tigre que se haga pasar por comisionado político del ciudadano Presidente. En Santiago en los últimos días se han dado dos cancelaciones de funcionarios judiciales reconocidos como serios y los comentarios que circulan son de que las destituciones son la obra de un politiquero chismoso, intrigante y oportunista.

Sabemos que Salvador no se alimenta del chisme, pero es posible que decisiones que sean obra suya se vean a nivel público como resultado de una intriga politiquera; como el trabajo de un tigre que ante la imposibilidad de poder ejercer influencia sobre tal o cual funcionario, lo indispone en las altas esferas oficiales hasta que logra su destitución. (94).

Salvador, también ese contrato

La prensa nacional se ha hecho eco de un contrato firmado entre el Estado Dominicano y la empresa Fomento Agro-Industrial Forestal, C. por A., en fecha 13 de abril de 1983. Dicho contrato, según las informaciones publicadas, tiene por finalidad permitir que la arrendataria disfrute durante diez años, mediante el pago de un peso por tarea anual, de una extensión de 528,511 tareas.

Creemos que el contrato antes indicado en nada beneficia al Estado ni al pueblo dominicano. En un momento en que se trata de desarrollar la foresta nacional, no se puede permitir que una empresa comercial venga a fomentar el cultivo de árboles tropicales para luego elaborar productos derivados de la madera; admitir semejante situación es ir en contra de todo lo que ha dicho el actual gobierno con respecto a la reforestación del país.

El susodicho contrato en lugar de favorecer el interés nacional, se va en contra. No pude estar favorecido el interés nacional cuando a simple vista se lesiona no solamente la soberanía nacional, sino también la salud presente y futura de nuestra población.

Personas con amplios conocimientos en los asuntos relacionados con la sanidad ambiental han considerado que el contrato firmado entre el Estado dominicano y la Fomento Agro-Industrial Forestal, C. por A., también afecta la salud de nuestro pueblo ya que, según se indicaba en el contrato, pueden ocurrir daños ecológicos que a la postre resultarían irreparables para la población dominicana.

Es posible que el Estado dominicano al momento de firmar el contrato ahora comentado solamente tuviera en cuenta el aspecto económico y no las consecuencias negativas que se derivan de la ejecución contractual que van más allá de los intereses pecuniarios en juego.

Si en otras oportunidades Salvador ha procedido a la resciliación de determinados contratos porque considera que el interés nacional resulta perjudicado, creemos que ahora, luego de un estudio pormenorizado que haga el ciudadano Presidente del contrato firmado entre el Estado Dominicano y la compañía Fomento Agro-Industrial Forestal, C. por A., procederá a dejarlo sin efecto.

Es posible que el contrato ahora comentado no llegara hasta las manos de Salvador, porque de haber sido así de seguro que él no lo hubiera firmado.

Todavía es tiempo de que Salvador salve la buena imagen suya y de su gobierno frente a un contrato que ha recibido la censura de todos los sectores sensatos y sensibles del país.

Salvador, todavía es posible dar marcha atrás a ese contrato que en nada conviene al interés nacional. (95).

Fuentes:
(93) El Nacional. 23 de septiembre 1983.
(94) El Nacional. 27 de septiembre 1983.
(95) El Nacional. 3 de octubre 1983.
Continuará la semana próxima

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En un artículo anterior dijimos que una comisión del Sindicato de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santiago -Coraasan-, nos había visitado para exponernos la situación que se ha presentado en la institución con relación al manejo de los fondos. También expusimos que no acostumbramos a poner en duda la honestidad de ninguna persona, pero que creíamos que cuando se están manejando intereses de pueblo las cuentas deben estar lo más claras posible.

Precisamente, tratando el tema relacionado con el manejo de los intereses de Coraasan, tenemos en nuestro poder el cheque No.000239, de fecha 5 de febrero de 1982, por la suma de diecisiete mil pesos oro, expedido a favor de una persona física por concepto de compra de una bomba con su cabeza, según orden de compra No.3628, girado por la Corporación del Acueducto y Alcantarillados de Santiago contra el Banco de Reservas de la República Dominicana.

Un alto directivo de Coraasan, cuestionado con respecto al indicado cheque, nos dijo que la institución no conoce al beneficiario del cheque, y que la orden de compra fue autorizada por la dirección para que se le comprara a una ferretería y no a persona física determinada.

También nos manifestó el directivo de Coraasan, que el cheque fue cobrado por una persona desconocida, en una casa de cambio y no en el banco y que la bomba que se compró no tiene un valor de RD$17,000.00, sino de RD$850.00.

Otro documento depositado en nuestras manos fue una factura en la que se comprueba que la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santiago –Coraasan-, compró 8 unidades de gomas y tubos de tracción a RD$1,350.00, por cuya compra pagó con el cheque No.05379, girado contra el Banco de Reservas de la República Dominicana, a favor de una compañía de la ciudad capital.

Sin embargo, las gomas y los tubos aunque fueron comprados en el año 1982, tienen hoy en el mercado un precio de RD$596.74, es decir, lo que Coraasan compró a razón de RD$1,350.00 la unidad ayer, hoy tiene un valor menor, es decir RD$596.74.

Tenemos otros documentos que revelan que las cosas no marchan como manda Dios en la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santiago –Coraasan-, y lo más prudente y conveniente es que se haga una auditoría, y si ya se hizo una, como nos informaron, que se dé a la publicidad para que el pueblo tenga una idea sana y clara de cómo se están manejando sus intereses.

Creemos que los más interesados en aclarar lo que se ha convertido en el escándalo de Coraasan, son sus directivos. Si todo se aclara y no arroja duda, los directivos de Coraasan saldrán fortalecidos y merecerán el aplauso y reconocimiento de la ciudadanía sensata, y si hay algo que entrañe dolo, los responsables deben ir a donde descansan los ladrones pobres, es decir, a la cárcel.

En este país hay que dejar eso de que porque fulano es hijo de tal o cual persona no se le puede cuestionar su administración, existiendo datos y documentos precisos que pongan en entredicho su administración.

La honradez no es una cosa que se mide por días, mes o años; la honradez es una actitud de conducta permanente; si usted es honrado hoy tiene que seguirlo siendo hasta que se muera.

En el asunto de Coraasan, los que pueden salir mejor parados son sus directivos porque si se hace una auditoría y la misma resulta satisfactoria la opinión pública decente estaría consciente de que en Coraasan hay hombres serios y honrados que no roban ni dejan que otro robe.

Y eso tiene mucha importancia en un país donde hay tantos delincuentes millonarios con los dineros del erario y las empresas estatales. Entonces, que se haga la auditoría en Coraasan y si se hizo que se dé a la opinión pública los resultados de la misma. (91).

La institución de la corrupción
En los países donde imperan sistemas sociales atrasados y dependientes, en los cuales la corrupción forma parte del sistema mismo, es muy difícil erradicar el fenómeno de la corrupción.

Decimos lo anterior porque con motivo de los artículos que hemos escrito de la situación que se ha presentado en la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santiago (Coraasan), por la denuncia hecha por el sindicato de esta corporación, de manejos dudosos de valores, hemos observado cómo personas que en lugar de ser los más interesados en que se aclare todo lo denunciado, son los primeros que se han molestado por nuestros artículos. Si los directivos de una empresa pública o privada están conscientes de lo correcto de sus actuaciones, no tienen nada que temer a una investigación que se haga en los libros y documentos relacionados con el manejo de los valores.

Si los directivos de Coraasan, o algunos de ellos, consideran que han actuado correctamente y que el manejo de los valores está al abrigo de toda crítica, deben ser los primeros en sentirse satisfechos si se hace una auditoría, una investigación contable de la corporación.

Cuando el sindicato hizo la denuncia de irregularidades en Coraasan, los primeros que debieron de pedir una investigación al respecto fueron los directivos de la Corporación y no estar tranquilos hasta que todo quedara claro.

Pero no se procedió así; se inició una guerra de publicaciones, denuncias y contradenuncias, defensa pública de conductas que nunca han sido lesionadas, en fin, se llegó hasta el punto de realizar un acuerdo transaccional mediante el cual se unieron mansos con cimarrones para que los honrados salieran unidos con los señalados como pillos.

No es nada fácil acabar con la corrupción. El sistema tiene sus mecanismos e instrumentos mediante los cuales los ladrones de cuello blanco siempre pueden seguir presentándose como honrados, sin que la vara de la justicia llegue hasta ellos; es muy fácil a un hijo de Machepa, que se apodera de una gallina para comer él y sus hijos, llevarlo a los tribunales, sancionarlo y luego depositarlo en una cárcel para que se convierta en delincuente profesional.

Lo que nadie ha visto aquí es condenar a un delincuente de cuello blanco porque se robó millones de pesos en una empresa o institución estatal; a un alto comerciante porque le robó al fisco diez o quince millones, o a un comerciante preso porque introdujo contrabandos valorados en millones de pesos.

Para estos delincuentes no hay tribunales ni cárceles; sus fechorías se resuelven a nivel de padrinos, de llamadas telefónicas y comunicados en la prensa mediante los cuales seis o siete, que se consideran “notables”, certifican y dan fe pública de la honradez de un buen corrupto evasor de impuestos o contrabandista. (92).

Han transcurrido muchos años después de publicados los tres citados artículos y hoy como ayer creo que cumplí con mi deber, que no me animó lesionar a nadie en particular, que al hacerme intérprete de las denuncias del sindicato de Coraasan, estaba contribuyendo a adecentar la vida pública del país.

Recuerdo ahora que Salvador se molestó por los artículos sobre Coraasan y así me lo hizo saber mediante una llamada telefónica que me hizo desde el Palacio Nacional una vez salió publicado el primero de los escritos.

Aunque fuera por pura coincidencia, resulta que después de los susodichos artículos en torno a Coraasan, comprobé que el teléfono de mi casa fue intervenido y, además, mi correspondencia comenzó a ser violada, por lo que procedía a escribir un artículo denunciando la situación así:
Trabajo de espionaje chapucero

Los servicios de seguridad del Estado muchas veces hacen trabajos que son tan finos que contra quienes los hacen ni se dan cuenta, pero otras veces realizan tareas que son tan notorias y tan mal hechas que uno solamente tiene que decir ¡que trabajo chapucero ha hecho tal o cual servicio de seguridad!
Decimos lo anterior porque solamente como chapucero se puede catalogar el trabajo que están haciendo determinados servicios de seguridad del Estado encargados de leer y revisar la correspondencia que desde el exterior recibimos determinados ciudadanos.

Sinceramente nos da pena y también indignación cuando recibimos correspondencia que por la forma que llega a nuestras manos advertimos de inmediato que ha sido violada en forma grosera.
Hace unos días el mensajero de nuestra oficina nos trajo un sobre conteniendo una carta que nos fue remitida desde México; cuando nos entregó el sobre le dijimos que si lo había abierto, y de inmediato nos contestó: “No, doctor Veras, es que así es que están entregando su correspondencia desde hace algunos días”.
El artículo 8, inciso 9, de la Constitución política vigente reconoce “El derecho de todo dominicano a la inviolabilidad de la correspondencia y demás documentos privados, los cuales no podrán ser ocupados ni registrados sino mediante procedimientos legales en la substanciación de asuntos que se ventilen en la justicia”.

Siendo tan clara la disposición constitucional que garantiza la privacidad de la correspondencia y demás documentos privados, ¿por qué violar la correspondencia de ciudadanos que, como el autor de esta columna, no tiene nada que esconder ni ocultar, que expone sus ideas sin limitaciones, sin dejar nada para que sea investigado por los cuerpos que en este país tienen como misión odiosa espiar desde la conciencia hasta la correspondencia? Nadie se podía imaginar que a esta fecha los ciudadanos dominicanos que no hemos robado ni matado íbamos a tener que soportar que la correspondencia pasara por censura previa, revisada y leída antes de llegar a nuestras manos. (93). l

Fuentes:
(91) El Nacional. 12 de septiembre 1983.
(92) El Nacional. 19 de septiembre 1983.
(93) El Nacional. 23 de septiembre 1983.

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En un trabajo anterior, dijimos que en esta entrega abordaríamos el punto relacionado con la situación política que se presentaría para la izquierda si desaparece del poder Salvador antes de 1986.

Traemos a colación el punto anterior porque en una carta pública que dirigimos a Salvador, publicada en esta misma columna el pasado 16 de agosto, dijimos que él representa toda la democracia representativa, y si es desplazado del poder antes de 1986, los primeros en sufrir las consecuencias negativas de su desplazamiento serían las organizaciones de izquierda, no la derecha ni los intereses extranjeros que saquean al país.

Las organizaciones progresistas, comunistas y de izquierda se desarrollan en un ambiente político de legalidad, donde se respetan las libertades y derechos fundamentales de la persona humana. Solamente en una sociedad donde se pueda difundir libremente la ideología de la clase obrera, se puedan organizar a los trabajadores y a todas las masas explotadas, y se pueda difundir libremente la ideología de la clase obrera, se puedan organizar a los trabajadores y a todas las masas explotadas, y llevar al seno del pueblo el mensaje de los cambios serios y profundos, solamente en semejante situación puede avanzar el proceso social y político e ir acumulando fuerzas para futuras luchas de contenido más amplio.

Las fuerzas que representan el progreso necesitan de la real y verdadera democracia para poder desarrollar sus actividades y hacer conocer a las masas populares el contenido real y efectivo de su programa, la esencia de su mensaje y la verdad de sus objetivos programáticos.

No es lo mismo la relación con los obreros por medio del mensaje escrito y clandestino, que dirigirse directamente a ellos por la comunicación directa o por la prédica diaria por la radio o la televisión. El mensaje se asimila mejor cuando los trabajadores lo reciben directamente de sus más dignos representantes; los sindicatos funcionan mejor en un ambiente de amplias libertades democráticas, o donde se pueden reclamar esas libertades y la opinión pública sensible impone su respeto. Las organizaciones de los trabajadores, estudiantiles, profesionales, etc., realizan mejor su trabajo en una sociedad donde se respeten las libertades públicas formales, que donde impere la violencia institucionalizada, el despotismo o el fascismo al estilo latinoamericano y caribeño, o lo que es lo mismo, a lo Pinochet y Duvalier.

Los dirigentes que saben interpretar seriamente el sentir de las masas no comparten el criterio defendido por algunos cretinos de que “mientras peor, mejor”. Los masoquistas no tienen nada que ver con la lucha por los cambios serios y profundos de la sociedad.

Todo lo anterior lo decimos porque estamos plenamente convencidos de que las organizaciones progresistas y de izquierda jamás lucharán, ni se alinearán con la derecha, para que Salvador sea desplazado del poder antes de 1986, ¿y por qué decimos esto? Porque si Salvador desaparece del poder antes de 1986, no es verdad que el continuador de su gestión será un demócrata, un socialista o un hombre con un pensamiento político fuera de los marcos del sistema.
No justificamos la continuidad del sistema social dominante ni la política de Salvador. Lo que sí creemos es que si en este país desaparece Salvador antes de 1986, los que resultarían más perjudicados serían los hombres y mujeres del pueblo, los luchadores por la democracia plena y por los cambios sociales.

No creemos en el providencialismo de Salvador ni de ningún hombre. Creemos en el papel que puede desempeñar el individuo en la historia cuando se liga a las acciones de las masas, y este no es el caso de Salvador. El papel de Salvador en la actual coyuntura que vive el país es circunstancial, pasajero, pero por la ausencia de un vicepresidente, lo frágil de las instituciones políticas del país, la mentalidad de cavernas de los grupos políticos de la derecha recalcitrante, y por la correlación de las fuerzas que se mueven a nivel mundial, y particularmente en América Latina y el Caribe, no conviene a las organizaciones de izquierda que Salvador sea desplazado del poder antes de 1986.

Conviene destacar que las izquierdas, ante la imposibilidad de hacer dar un cambio profundo a la situación del país por sus propias fuerzas, no hagan alianzas con grupos de conspiradores, y otra muy distinta es que las organizaciones progresistas se crucen de brazos y no luchen contra el sistema social dominante aprovechando el clima de libertades públicas formales existente hoy.

Precisamente, en un ambiente de libertades públicas formales, creado por la acción decidida de las masas populares, es que los partidos progresistas tienen que ponerse en tensión, organizando y concientizando a las masas, principalmente a la clase obrera.

Creemos que el movimiento progresista y de izquierda está llevando a cabo una lucha política de masas que se ajusta a la coyuntura política que vive el país y sus actuaciones no entrañan, en modo alguno, acciones desestabilizadoras. Luchar contra el sistema, denunciar sus lacras y los polos que las generan, es deber de los partidos contrarios al sistema; guardar silencio sin cuestionarlo es hacerle el juego a los partidos de la minoría nacional y a los intereses extranjeros que nos saquean, oprimen y explotan. (89)

El Caso de Coraasan

Siempre he tratado de ser cuidadoso y respetuoso al abordar por los medios de comunicación un tema que, en una u otra forma, puede lesionar a una determinada persona; nunca he escrito ni me he expresado por radio o televisión con ánimo de injuriar o difamar.

He dicho lo anterior porque durante el gobierno de Salvador escribí varios artículos haciéndome eco de denuncias que recibía desde el interior de la Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santiago (CORAASAN).

Al momento de elaborar los artículos con relación a CORAASAN sabía, como lo sé ahora, que su principal ejecutivo no tenía nada que ver con las irregularidades, pero sí otros funcionarios.

Mi buena fe me motivó llevar ante la opinión pública lo que estaba ocurriendo en CORAASAN en aquel momento, no de dañar a nadie. He aquí tres trabajos que escribí en torno al caso CORAASAN:

1.-¿Irregularidades en CORAASAN?

Constantes denuncias hemos recibido por distintas vías con respecto a la situación que se presenta en la Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santiago (CORAASAN), en lo que se refiere a su patrimonio económico.

Hace unos días nos visitó una comisión del Sindicato de Coraasan y nos manifestó su preocupación con respecto a la forma como se están manejando los dineros de la corporación. Los dirigentes sindicales que nos visitaron tenían en su poder documentos que revelan cómo se están moviendo los dineros de la Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santiago.

Creemos que se impone que se haga una auditoría en Coraasan, y si ya se hizo una, que se dé a conocer a la opinión pública el resultado de la misma.
Por los documentos que tuvimos la oportunidad de ver, y que nos fueron mostrados por directivos del Sindicato, así como informaciones que hemos obtenido por órgano de personas estrechamente vinculadas con Coraasan, creemos que se impone una amplia investigación de su activo y pasivo.

No acostumbramos a poner en duda la honestidad de ninguna persona, pero creemos que cuando se están manejando intereses del pueblo las cuentas deben estar lo más claras posible.

En distintas oportunidades hemos dicho que la conducta de Salvador está al abrigo de toda sospecha en lo que al manejo de los dineros del pueblo y honestidad se refiere, y cada vez que se denuncia algo con olor a corrupción, o que ponga en entredicho la moralidad y honestidad de funcionarios que, en una u otra forma, tienen relación con el Gobierno, creemos que el Presidente está en el deber de investigar a fondo para determinar qué hay de cierto en el hecho denunciado, puesto en duda, o en forma reiterada comentado.

Y no es un secreto para nadie, por lo menos en la ciudad de Santiago, los comentarios que hay con la forma que se manejan los dineros de la Corporación de Acueducto y Alcantarillado (CORAASAN).

Ciertamente que los documentos que tuvimos en nuestras manos, y que nos fueron mostrados por dirigentes del Sindicato de CORAASAN, ponen en entredicho la forma de cómo debe ser manejada una empresa o institución cuyo patrimonio es del pueblo. No ponemos en duda la conducta de las personas que están dirigiendo la Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santiago, pero sería muy saludable que, para la tranquilidad y buena imagen de los mismos directivos de CORAASAN, que se hiciera una auditoría, y si ya se hizo una que se dé a conocer a la opinión pública. Todo resultaría más mejor y claro para los directivos de la institución y también para los miembros del Sindicato y el pueblo en general.

Creemos que Salvador, que ante duda en el manejo de valores del Estado ha sido exigente, está en el deber de tomar carta en el asunto CORAASAN. (90). 

Fuentes:

(89) El Nacional. 29 de agosto 1983.
(90) El Nacional. 9 de septiembre 1983.

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Esta es la continuación de una carta que le escribí a Salvador en la que le hice precisas observaciones en lo referente a violaciones de los mismos derechos y libertades que hasta ese momento habían sido respetados. En la continuación de la comunicación le dije:

Tú y yo siempre hemos tenido concepciones ideológicas diferentes, pero hemos coincidido en la lucha por la vigencia de los Derechos Humanos y las libertades públicas en el país. Fueron muchos los tribunales del país que recorrimos juntos, durante los doce años de reformismo, defendiendo los presos políticos; muchos de los dirigentes políticos que ayer defendimos antes los tribunales, hoy son perseguidos bajo tu gobierno, y los organismos de seguridad exponiendo los mismos argumentos de ayer para justificar las persecuciones.

Los que te dicen que la izquierda dominicana está en planes conspirativos, de guerrilla, desestabilizadores, etc., te están mintiendo. La izquierda no está integrada por locos ni por sinvergüenzas; solamente los locos y los sinvergüenzas pueden tratar de luchar para que tú seas desplazado del poder antes de 1986. Tú representas, hoy, toda la democracia representativa, y si eres desplazado del poder antes de 1986, los primeros en sufrir las consecuencias negativas de tu desplazamiento serían las organizaciones de izquierda, no la derecha ni los intereses extranjeros que saquean nuestro país.

Salvador, antes de terminar esta cartita quiero decirte que no debes olvidar que lo que te dio fuerza ante el pueblo dominicano cuando te lanzaste a la política activa en busca de la presidencia, fue tu historial de intelectual honesto y defensor de las causas justas de nuestro pueblo. Los que hoy te dicen que hay que reprimir para garantizar tu permanencia en el poder, no son tus amigos ni se preocupan por tu buena imagen pública. Por ahora solamente me resta pedirte que se termine la represión, y no olvides que los problemas sociales del país no se resuelven con persecución de políticos de izquierda. La represión política agudiza la crisis. (87)

CAPÍTULO V. La izquierda y Salvador y su Gobierno:1983. El caso Coraasan. Se deteriora la imagen del Gobierno, Salvador molesto. Favores solicitados por mí a Salvador. Caso Fulgencio Santaella. Una carta mía privada a Salvador. Abril de 1984. La matanza. Una carta pública a Salvador. Sigue deterioro del Gobierno de Salvador. La represión contra mí.

Con la finalidad de que no se creara confusión alguna del pensamiento político de Salvador, además de una carta pública que le remití el 16 de agosto de 1983, con posterioridad escribí dos artículos en los cuales destaqué lo siguiente:

Izquierda, Gobierno y Salvador

En carta pública que dirigimos a Salvador el 16 de agosto en curso, le decíamos, entre otras cosas: “Los que te dicen que la izquierda dominicana está en planes conspirativos, de guerrilla, desestabilizadores, etc., te están mintiendo. La izquierda no está integrada por locos ni por sinvergüenzas; solamente los locos y los sinvergüenzas pueden tratar de luchar para que tú seas desplazado del poder antes de 1986. Tú representas, hoy, toda la democracia representativa, y si eres desplazado del poder antes de 1986, los primeros en sufrir las consecuencias negativas de tu desplazamiento serían las organizaciones de izquierda, no la derecha ni los intereses extranjeros que saquen nuestro país.

La idea que externamos en el párrafo anterior refleja el criterio que tenemos: a) con respecto a la posición de la izquierda en la actual coyuntura política que vive el país, y b) la situación política que se presentaría en el país si desaparece del poder Salvador.

La posición de la izquierda con respecto al gobierno que preside Salvador ha sido bien clara y definida. Es decir, de oposición, apoyando las demandas de los trabajadores, de los campesinos sin tierras y demás sectores oprimidos, contra la dominación y el saqueo extranjero.

Para la verdadera izquierda dominicana ser consecuente con su posición tiene que apoyar todas las justas demandas de las masas populares. Pero no solamente apoyar las demandas, sino también estimular a las masas para que luchen por ellas, porque ¿sería de izquierda un partido que en nuestro país se comporte indiferente ante el drama que viven nuestros hombres y mujeres del campo?

Pero una cosa es que los partidos de izquierda se apoyen en las masas populares para guiarlas por el camino de sus objetivos inmediatos y las preparen para futuras batallas sociales y políticas, y otra, muy distinta, es que se hable de conspiraciones. Los verdaderos partidos de izquierda nunca se han apoyado en grupos, en el puchismo militar, ni en la conspiración de aposento para llegar al poder.

La izquierda estaría castrada políticamente si en la presente coyuntura política que vive el país se cruzara de brazos y no estimulara la lucha social en el campo y la ciudad. Organizar a los trabajadores, elevar la conciencia social y política de los trabajadores del campo y la ciudad, en fin, hacer que la mayor cantidad de dominicanos se aglutinen alrededor de los reclamos y conquistas más sentidas de nuestro pueblo, son actividades que forman parte del aprovechamiento político de la presente coyuntura.

El espacio político que se ha abierto en el país, desde que el doctor Balaguer fue desplazado del poder, ha sido la obra de todos los hombres y mujeres del pueblo que creen en la lucha política abierta, democrática, sin represión ni despotismo; de ese mosaico político adverso al doctor Balaguer, formó para la izquierda y también el partido blanco que hoy está en el poder.

Con lo anterior queremos significar que no se puede acusar a la izquierda de acciones desestabilizadoras por el hecho de llevar a la práctica una táctica política que se ajusta al actual momento político que en el marco de la democracia representativa vive hoy el país.

Los métodos de lucha que ejecuta ahora la izquierda, acciones de masas, movilizaciones, etc. no se podían poner en práctica durante el régimen de odio, represión y despotismo del doctor Balaguer, ya que la violencia institucionalizada constituía un medio de paralización de la acción de las masas populares.
Hubiera sido una insensatez, un cretinismo político, llevar a las masas populares a acciones políticas con el convencimiento de que el régimen balaguerista iba a lanzar todos los instrumentos de represión del Estado en su contra. Los partidos de izquierda, o por lo menos la gran mayoría de ellos, aplicaron durante los doce años de Balaguer métodos de lucha diferentes a los que aplican hoy. Si ayer se llamaba al pueblo a la lucha por los Derechos Humanos y las libertades públicas hoy, sin dejar de luchar por afianzar esos objetivos, hay que combinarlos con la lucha social, por las reivindicaciones de las masas.

Los partidos de izquierda orientan sus actividades conforme la situación política existente. Así, por ejemplo, no aplican los mismos métodos los partidos de izquierda bajo un gobierno respetuoso de las libertades públicas y derechos constitucionales, que cuando realizan sus actividades en un ambiente donde existe un gobierno que a las acciones de las masas responde con métodos represivos, odiosos y despóticos.

La forma de lucha política, por ejemplo, tiene que ser completamente distinta en la República Dominicana y en Haití. Nadie se supone a un partido de izquierda en Haití llamando a las masas a un mitin en la plaza pública si se sabe que el régimen dinástico de la familia Duvalier va a responder a la movilización de las masas con la metralla como bandera y el crimen como escudo.

La combinación de las distintas formas de lucha, que son cambiantes según la situación política dada en una determinada sociedad, no entraña oportunismo ni táctica conspirativa.

Las actividades de la izquierda en nuestro país no pueden ser limitadas bajo ninguna circunstancia, y esto así porque: a) la Constitución política vigente garantiza la plena libertad de reunión, asociación y de conciencia; b) Salvador y su partido, el PRD, ofrecieron al pueblo plenas libertades públicas para todos los ciudadanos; y c) Salvador personalmente, tiene una historia de lucha política que sin estar ligado a la izquierda, ni nada que se parezca, ha expresado su sentir en el sentido de que los ciudadanos deben gozar de todas las prerrogativas consagradas en la Constitución y las leyes, sin otras limitaciones que las que resulten de las mismas disposiciones constitucionales y legales.
En otro escrito nos referiremos a lo planteado en el punto b) de este artículo, es decir, la situación política que se presentaría en el país si desaparece del poder Salvador. (88). l

Fuentes:
(87) El Nacional. 16 de agosto 1983.
(88) El Nacional. 26 de agosto 1983.

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Cuando digo que la situación que viví en el curso de los primeros meses del gobierno de Salvador fue sumamente difícil, se debe a que tenía que vivir, desde el punto de vista político, con mi reloj en hora, estar al tanto de cómo cambiaba, de un momento a otro, la situación política nacional, con el agravante de que no tenía posibilidad alguna de hacer cambiar, modificar o eliminar una acción gubernamental negativa en razón de que no formaba parte de ninguna institución u órgano del Estado. El único medio de que disponía para fijar mi posición ante la opinión pública eran los medios de comunicación, y una que otra conversación con Salvador.

Al acercarse el primer año del gobierno de Salvador la situación de respeto a los derechos humanos y las libertades públicas había sido real, lo que nos motivó a declarar lo siguiente:

Ve Gobierno respeta derechos

Santiago, 6 de agosto.- El doctor Ramón Antonio Veras (Negro) aseguró ayer que el gobierno que dirige Salvador Jorge Blanco ha sido respetuoso en el mantenimiento de los derechos consignados en la Constitución de la República, pero también “hay que admitir que en el aspecto económico la situación del país no es de lo mejor”.

Agregó que el Presidente ha cumplido con las promesas que hizo cuando era candidato del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), en lo tocante al respeto a la Carta Magna, así como al establecimiento de la moralización en la administración pública.

El doctor Veras analizó las actividades del gobierno al acercarse al cumplimiento de un año de mandato. Precisó que en el orden político, en el país han desaparecido una serie de actos represivos que ocurrieron en regímenes anteriores.

Dijo que en realidad se está cumpliendo con el respeto a la vida y la seguridad de los seres humanos.

“Debemos decir que salvo raras excepciones, el Gobierno ha sido respetuoso, coherente, en el cumplimiento de las libertades públicas en la República Dominicana”, agregó.

Añadió que cuando se refiere al cumplimiento de las libertades públicas y el respeto a los derechos humanos, habla de aquellos que están consagrados en la Constitución política de la República.

“No nos estamos refiriendo a los derechos humanos en el sentido económico real”, aclaró.

Dijo que el gobierno que preside Salvador no ha sido lo mejor para los dominicanos.

Y precisó que para nadie es un secreto que el sistema social del capitalismo a nivel mundial desde hace más de diez años, entró en una crisis que se agrava cada día más. “Y esta crisis se manifiesta en los países atrasados y dependientes, como es el caso de la República Dominicana”, precisa. Dijo que el país está bajo la influencia directa de los monopolios norteamericanos. “Y si la crisis mundial está afectando a los monopolios, los países dependientes, como es por ejemplo la República Dominicana, también sufren ese fenómeno”, señaló. (85)

Pero a los dos días de hacer la citada declaración ocurrieron hechos que me impulsaron a llamar la atención por la deportación de dos cubanas y el apresamiento de dirigentes de izquierda.

Negro Veras Insta a Salvador impedir deportación de dos cubanas
El jurista santiagués Ramón Antonio Veras hizo ayer un llamamiento al presidente Salvador para que deje sin efecto la disposición que obliga a dos sociólogas cubanas a salir del país a pesar de que su documentación está en regla y de que no han realizado ninguna actividad reñida con las leyes dominicanas. Sostuvo que de materializarse la deportación de las licenciadas Rosario Grové y María Luz Hernández, la imagen del Gobierno se deterioraría considerablemente a nivel internacional”.

Ambas sociólogas participaban como delegadas en el Primer Seminario de Métodos y Técnicas de Investigación sobre la Mujer Rural, evento que se desarrolla en el país con el auspicio del Centro de Investigación para la Acción Femenina (CIPAF).

Veras afirmó que la deportación de las dos sociólogas “cambiaría la imagen de nuestro país en el extranjero, sobre la apertura democrática, nuestra hospitalidad y las libertades públicas”.

Añadió a seguidas que de materializarse esa deportación, ese hecho se vendría a sumar a otros actos ejecutados por organismos de seguridad que con el apresamiento y persecución de dirigentes políticos de oposición han creado un ambiente de preocupación en distintos sectores democráticos y sensibles del país.

Indicó que de acuerdo a informes que ha recibido, las delegadas cubanas al señalado evento tienen todos sus documentos en regla, así como el visado correspondiente.

Agregó inmediatamente que “para la buena imagen de su gobierno, y para la fisonomía de su vocación democrática, Salvador debe impedir la materialización de la deportación de las licenciadas Rosario Grové y María Luz Hernández”.

Continuó diciendo: “Quisiéramos escuchar voces sensatas y consecuentes expresando su sentir en contra de esa medida y solicitándole al Presidente de la República que interponga su investidura impidiendo la deportación”.

Las sociólogas cubanas fueron arrestadas por la Policía el viernes último y puestas en libertad al día siguiente. (86)

En una carta a Salvador le hice precisas observaciones en lo referente a violaciones de los derechos y libertades que hasta ese momento habían sido respetados. En la comunicación le dije:

Una carta a Salvador

En los últimos días he estado sumamente preocupado por la situación de deterioro que se advierte en el país a nivel de derechos humanos y libertades públicas. Los apresamientos de dirigentes y militantes políticos de izquierda ha llamado la atención de todos los sectores sensibles y sensatos.

La prensa nacional se ha hecho eco de “fuentes de entero crédito” para revelar lo que, según las autoridades, ha motivado la prisión y persecución de políticos de oposición ligados a las organizaciones comunistas y de izquierda. Con toda sinceridad te digo que lo que la prensa ha publicado como actos y proyectos políticos de partidos de izquierda contra tu gobierno, en nada ha convencido a la ciudadanía.

Lo que los hombres y mujeres del pueblo ven en las persecuciones contra dirigentes políticos de izquierda es que servicios de seguridad integrados por nacionales, pero al servicio de intereses extranjeros, particularmente norteamericanos, han sorprendido tu buena fe haciéndote creer que existe un determinado plan de los comunistas para desestabilizar tu gobierno, pero ese plan, así elaborado, lo que persigue en el fondo no es más que obligarte a colocarte en la política internacional al lado de los que en América Latina y el Caribe hacen coro abierto contra Nicaragua y causa común con la política guerrerista norteamericana en Centro América, y en el plano nacional reprimir los movimientos juntos de protestas sociales.

En fecha 14 de agosto del pasado año, dos días antes de tú tomar posesión, te remití una carta pública en la que decía, refiriéndome a los Derechos Humanos y las libertades públicas, lo siguiente:

“No se esperan de tú Gobierno de Concentración Nacional, las transformaciones que requiere el país, pero sí medidas reformistas que hagan la vida menos áspera y asfixiante a los campesinos sin tierra, obreros y demás sectores, capas y clases sociales que en su conjunto representan a las masas populares. Tú no has prometido cambiar la base económica de la sociedad dominicana, pero sí has dicho que harás un gobierno de ejemplo positivo en lo que a moralidad pública, institucionalidad, Derechos Humanos y libertades públicas se refiere. Los dominicanos que tenemos las manos limpias de sangre y peculado seremos firmes vigilantes de los actos del gobierno que tú presidirás, para el menor viso de corrupción y violación de los derechos y libertades inherentes a la persona humana, si tú no actúas, exigirte el cumplimiento de las leyes y la Constitución política vigente; los dominicanos convocación democrática debemos ser exigentes contigo, en lo que a moralidad pública y Derechos Humanos se refiere, ya que además de ser un abanderado de esos principios, eres, a mi entender, el político del sistema que tiene el criterio más fino de lo que debe ser la democracia representativa”.

Precisamente ahora, cuando faltan horas para que cumplas un año en el poder, la carta que te remití el 14 de agosto de 1982 toma vigencia y me sirve para llamarte la atención en lo que a los Derechos Humanos y las libertades públicas se refiere. No cuadra en un gobierno tuyo que los ciudadanos tengan que volver a tocar las puertas de sus escondites de ayer para escapar de la represión policial, ni tener las madres que ir a mi oficina solicitando mis servicios profesionales para que vaya a la cárcel a saber de la suerte de sus hijos.
He hablado en estos días con muchos amigos comunes y me han externado su preocupación por la situación que existe en el país a nivel de libertades públicas. Se han sentido, al igual que yo, preocupados, sorprendidos por la persecución lanzada contra hombres y mujeres del pueblo.

Tú eres inteligente y sabes que son muchos los intereses que se mueven a tu alrededor. Unos, los menos, van a tu lado a colaborar contigo para que hagas una gestión positiva, pero hay otros que se les importa que mañana abandones el Palacio Nacional y el pueblo te vea como un Joaquín Balaguer o un Triunvirato cualquiera, a quienes el pueblo dominicano desprecia por haber sido violadores y desconocedores de sus derechos y libertades. (87). l

Fuentes:
(85) El Nacional. 6 de agosto 1983.
(86) El Nuevo Diario. 8 de agosto 1983.
(87) El Nacional. 16 de agosto 1983.

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De la misma forma que le cedía el espacio de mi columna a quienes daban respuesta a mis opiniones con relación a determinados actos del gobierno de Salvador, también me expresaba reclamándole a Salvador firmeza contra los que abusando de su confianza habían ido al gobierno a sustraer fondos públicos. He aquí el escrito que hice motivándolo para que no cediera ante funcionarios ladrones.

Salvador, con ellos no cedas

Cuando las sociedades llegan a un determinado grado de descomposición, el gobernante que trata de enfrentar los vicios que la corroen tiene que vivir en permanente estado de alerta, pues el funcionario que cree más honrado, el día menos pensado se le alza con unos millones.

Decimos lo anterior porque Salvador, quien durante la campaña por obtener la nominación presidencial por su Partido, así como en el proceso electoral por alcanzar la presidencia de la República, hizo hincapié en el sentido de que si llegaba al Palacio Nacional no permitiría la corrupción; durante el tiempo que lleva dirigiendo la cosa pública ha demostrado que está dispuesto a hacerle honor a su palabra.

En los últimos días la prensa nacional ha publicado informaciones en el sentido de que empleados del Palacio Nacional y de la Secretaría de Estado de Obras Públicas, han sido sometidos a la acción de la justicia unos e investigados otros porque han estado vinculados a actos dolosos.

En el curso de esta misma semana la prensa escrita informó que dos funcionarios y cinco empleados de la Secretaría de Obras Públicas están siendo investigados por la Policía Nacional, en torno a una acción fraudulenta que envuelve unos setenta y cinco mil pesos.

En nuestro país se juega una pelota muy caliente, en lo que al manejo de los dineros del pueblo se refiere. Aquí hay personas que se han llegado a creer que desde el momento que son nombrados en un cargo, de inmediato están autorizados a apoderarse de lo que sea propiedad del Estado. Salvador no les puede dar tregua a los delincuentes de cuello blanco. Tiene que ser implacable con los que se creen con derecho a disponer de los dineros del pueblo; es posible que algunos empleados y funcionarios confundan la decencia, la prudencia y el compañerismo con el gansterismo, y crean que Salvador es igual que aquellos que han ido al Palacio Nacional a permitir que sus familiares, amigos y colaboradores políticos se hagan millonarios al vapor.

Salvador no puede bajar la guardia; si cede un minuto en su lucha contra la corrupción, le arropan. El que se roba un cheque de mil pesos, como el que utiliza el tráfico de influencia para comprar cosas lujosas y fincas millonarias, tiene que ir a la cárcel.

Cuando Salvador estaba en su campaña por la nominación presidencial dijimos varias veces por esta misma columna que si él llegaba a la presidencia, sus colaboradores tendrían que ser honrados o convertirse en honrados, dejar sus cargos o irían a la cárcel. Y nuevamente lo repetimos: Salvador puede cometer errores, como lo ha cometido en la conducción del país, pero nadie podrá levantar la mano para acusarlo de corrupto o cómplice de los corruptos.

Salvador tiene que ser implacable con los politiqueros ladrones, porque en los últimos tiempos los políticos del sistema han llegado a la firme creencia de que la forma más fácil de hacerse millonarios es llegando al poder y robarse los dineros del erario y las empresas estatales.

El ladronismo con estampa oficial, muy común durante los gobiernos que precedieron al de Salvador, ha contribuido a que muchos hombres y mujeres con vocación democrática se abstengan de colaborar con el Estado para evitar ser confundidos con los politiqueros, con los pillos que con tanta desvergüenza gozan de la buena vida a costa de los dineros del pueblo.

Salvador no puede ceder. El que se roba una maquinilla, como el que recibe medio millón por un tráfico de influencia oficial, tiene que ir preso para que el pueblo comience a darse cuenta que también en los gobiernos de la democracia representativa los ladrones del erario van a la cárcel, que aún bajo este sistema hay hombres y mujeres honrados, aunque son defensores del ordenamiento dominante. (82)

Creía y lo decía públicamente, que mi cariño hacia Salvador en nada comprometía mi independencia política e ideológica, que durante su gobierno mantendría la misma posición que había sostenido durante toda mi vida; siempre tuve plena libertad de externar mi criterio sin importar el tema que fuera, como fue la opinión que expuse con relación al equipo económico de su gobierno, cuando declaré lo recogido por los medios de comunicación y que cito a continuación:
Afirma influyentes representan empresarios extranjeros

Santiago, 7 de mayo.- El doctor Ramón Antonio Veras (Negro) aseguró que la mayoría de los miembros del equipo económico del gobierno que preside el doctor Salvador Jorge Blanco son representantes de instituciones internacionales, razón por la cual no podrán buscar soluciones a los graves problemas que en materia de economía afectan a la República Dominicana.

El doctor Veras dijo que no comparte la composición de personas que integran el equipo económico del régimen, “debido a que este núcleo no responde a los intereses de la nación.

Explicó que el hecho de que la mayoría de personas del equipo económico represente a compañías extranjeras radicadas en el país “es suficiente para señalar que estas no representan los genuinos intereses del pueblo dominicano.

Pero el abogado santiagués estimó que la crisis económica que afecta al país también tiene su incidencia en el deterioro económico de los países capitalistas.

Entiende, a nivel general, que la crisis económica que perjudica la economía, también es propia de las demás naciones dependientes de los países capitalistas.

“La crisis económica que hoy estamos viviendo los dominicanos, así como los habitantes de otras naciones dependientes, es un reflejo del deterioro económico que afecta a todo el sistema capitalista”, dijo.

Con respecto a la crisis por la paralización de la comercialización del tabaco negro dijo que “el Presidente de la República, debe hacer un estudio pormenorizado de esta situación”.

Sugirió la inclusión de la Asociación de Cosecheros de Tabaco del Cibao en la cuota de exportación tabacalera como forma de contribuir al mantenimiento de las instituciones productoras.

Señaló que los que siembran, producen y tienen directamente el manejo del tabaco no pueden estar excluidos de las negociaciones que realizan las autoridades con compañías o gobiernos extranjeros.

Observó que las compañías que comercializan con el tabaco negro en el país no realizan ningún tipo de esfuerzo para producirlo.

“Lo único que las compañías exportadoras hacen con el tabaco es ganar dinero a base del sudor de los campesinos”, señaló el doctor Veras. (83)

De la misma forma que me expresé en torno al equipo económico del gobierno de Salvador, también critiqué la firma del acuerdo entre la Compañía Anónima Tabacalera y la empresa norteamericana Reynolds, como se lo dije al periodista Esteban Rosario:

Negro Veras afirma acuerdo con la Reynolds haría desaparecer la CAT.

El abogado y analista político Ramón Antonio Veras condenó ayer el convenio que está discutiendo la Compañía Anónima Tabacalera con la empresa norteamericana Reynolds para fabricar cigarrillos Winston en el país.

Veras dijo que la opinión pública debe repudiar las negociaciones que realizan los ejecutivos de la CAT con la Reynolds para evitar que la empresa nacional desaparezca en los próximos años por ese acuerdo.

Entrevistado por el periodista de El Nuevo Diario, Veras estableció que los trabajadores se perjudicarán con la firma del contrato entre la Reynolds y la CAT.

Insistió en que los trabajadores y todos los dominicanos tienen que condenar las maniobras de los ejecutivos de la CAT y la Reynolds.

Nosotros creemos que la opinión pública debe condenar las negociaciones de la CAT y la Reynolds”, precisó.

Indicó que las negociaciones entre empresas nacionales y monopolios extranjeros son desfavorables para las de aquí y citó en ese caso la alianza entre E. León Jimenes y la Phillip Morris.

Veras señaló que el sindicato de la CAT descartó y condenó los acuerdos que discuten la Reynolds y la CAT.

El jurista precisó que la Reynolds hará desaparecer a la Tabacalera si se firma el acuerdo que se está negociando para fabricar cigarrillos Winston.

Desde que se supo que la CAT y la Reynolds estaban negociando la fabricación del cigarrillo Winston, varias organizaciones políticas y periódicos han rechazado el acuerdo. (84). l

Fuentes:

(82) El Nacional. 11 de marzo 1983.
(83) El Nacional. 8 de mayo 1983.
(84) El Nueo Diario. 19 de julio 1983.

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Ante la llegada al país de una comisión de la Organización Internacional del Trabajo, toqué nuevamente el tema de los braceros haitiano, así:
¡No Engañen a la O.I.T.

Algunas de las personas e instituciones entrevistadas por la comisión de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) con respecto al trato que reciben aquí los braceros haitianos que cada año el régimen haitiano vende al Consejo Estatal del Azúcar (CEA), se han llegado a creer que las personas que integran la comisión son tontos, locos o no saben qué deben hacer.

Conforme informaciones que nos han sido aportadas, a los miembros de la comisión que nos visita se le ha querido presentar una realidad muy distinta a la que viven los braceros haitianos en los ingenios y bateyes del CEA. Así, por ejemplo, a la comisión de la OIT se le ha dicho que el CEA puede contratar con Haití en virtud de la Ley No.7 que le da vigencia al CEA; que los braceros que vienen desde Haití firman un contrato individual de trabajo con el ingenio para el cual laboran; que los braceros que llegan al país disponen de su pasaporte como documento de viaje; que los braceros trabajan solamente ocho horas al día; que los braceros tienen derecho al Seguro Social, en fin, se le ha dicho a la aludida comisión de la OIT que a los braceros se les dispensa un buen trato igual que al trabajador dominicano.

Las informaciones antes indicadas son falsas de falsedad absoluta. Es cierto que el CEA puede celebrar contratos en virtud de la Ley No.7, pero para traer braceros haitianos al país tiene que existir un Acuerdo entre el gobierno de Haití y el de la República Dominicana, y el acuerdo debe estar aprobado por el Congreso Nacional dominicano y haitiano, tal como se hizo con los acuerdos firmados entre los dos gobiernos durantes los años 1952, 1958 y 1966. Por tanto, ahora el CEA lo que hace es comprar haitianos al régimen de Jean Claude Duvalier.

No es verdad que los braceros que vienen cada año al país a trabajar en las centrales azucareras del CEA firmen un contrato individual de trabajo entre el bracero que llegaba desde Haití y la empresa azucarera para la cual iría a trabajar. Ahora, en razón de que es una compra pura y simple que hace el CEA al régimen de Haití, el bracero que viene a cortar la caña no puede expresar su voluntad en ningún contrato, ya que ha sido vendido como una cosa cualquiera y tiene que ejecutar el trabajo con las condiciones que imponga su adquiriente.

También es falso que los braceros dispongan de pasaporte alguno. Ningún bracero tiene pasaporte cuando llega al país. El bracero que Haití vende al CEA, como ha sido objeto de una operación de compra-venta, solamente se identifica por medio de un carnet que se le entrega al llegar a territorio dominicano. Una demostración de que el régimen haitiano no sabe qué haitiano ha vendido al CEA, es que en el contrato ilegal que hacen se expresa claramente que el CEA está obligado a devolver a Haití, al terminar la zafra, la misma cantidad de haitianos que ha recibido, los cuales deben ser “los mismos que ha recibido”, es decir “los mismos”, como si fueran “cosas”. Si al CEA se le pierde uno de los haitianos que ha comprado, cumple con el gobierno haitiano buscando un haitiano cualquiera y así puede decir que es “el mismo” que compró.

Otra mentira es decirle a la comisión de la OIT que los braceros haitianos trabajan solamente ocho horas diarias. El bracero haitiano sabe que comienza desde las cinco horas de la mañana, pero no sabe cuándo terminará; es posible que la jornada diaria de trabajo de un bracero sea de quince y diecisiete horas.
En lo que se refiere al Seguro Social, tampoco es verdad que el bracero haitiano tenga derecho alguno al servicio médico. Es posible que se le dé servicio médico por caridad, pero no como un deber y obligación del CEA, aunque sí se le descuenta una determinada suma de su salario.

Si es verdad que a los haitianos se les dispensa igual trato que a los dominicanos, entonces ¿por qué los dominicanos se niegan a cortar la caña en igualdad de condiciones que los braceros haitianos? La explicación es sencilla y clara: los dominicanos no cortan la caña porque no están dispuestos a desempeñar el papel de esclavos de nuevo tipo; esclavos de nuevo tipo y no otra cosa son los braceros haitianos que cortan la caña en la República Dominicana.

Si es verdad que aquí se le va a decir a la comisión de la OIT toda la realidad con respecto al trato que reciben los braceros haitianos, que comience la comisión por preguntar si es verdad o no que aquí se ejecutan cacerías de haitianos –hombres, mujeres, niños y ancianos- para obligarlos a cortar la caña en los centrales azucareros del CEA, y que en esas cacerías se incluyen a mujeres embarazadas.

El autor de esta columna está en disposición de responder, con documentos y prueba objetiva en los bateyes, de todo lo que ha afirmado en este artículo. (81)

La situación que viví durante la primera etapa del gobierno de Salvador fue sumamente difícil porque sin estar en el gobierno ni ser perredeísta, por mis estrechas relaciones con Salvador a mi se dirigían personas con inquietudes de diferente naturaleza y quién sabe con cuáles fines ulteriores y yo, porque no estaba obligado a guardar silencio, respondía o daba cabida en el espacio de la columna que, para esa época, escribía en El Nacional, como ocurrió con una comunicación que remitió al vespertino para el cual escribía, un señor de nombre Clemente A. Cruz López, opinando sobre los concursos, en respuesta a un escrito mío que había publicado recientemente. El remitente expuso su criterio así:

Cartas de los lectores

Concursos. Señor director: Cortésmente, me permito dirigirle la presente, solicitándole darle cabida en ese importante órgano informativo de su digna dirección. En la edición del día 31 de enero de 1983 último, aparece publicado un artículo del doctor Ramón Antonio Veras, bajo el título “Los que están en el CEA Ahora”, sobre el cual debemos hacer algunas precisiones, para conocimiento de la opinión pública nacional, con mucha frecuencia mal informada y abrumada con propagandas que generalmente no responde a la verdad.

En el referido escrito alude el conocido abogado y asiduo escritor, probablemente animado de la mejor buena fe, a un concurso celebrado por el CEA para la adquisición de fertilizantes, herbicidas, pesticidas y otros productos agroquímicos, de los cuales algunas partidas quedaron desiertas, lo que según el doctor Veras dio lugar a una nueva licitación con la finalidad de obtener los productos faltantes, circunstancia que aprovecha el articulista para poner de relieve la capacidad, honradez y otras virtudes encomiables, a su juicio, de los que ahora están manejando los negocios de la importante empresa estatal.

Como el doctor Veras ha demostrado, consistentemente, en que las cosas de este país, sobre todo en el sector oficial, se hagan con todas las de la ley, como jurista que, muy ligado a las altas instancias del actual gobierno, por este medio queremos invitarlo a que indague profundamente en torno a la forma en que se vienen realizando muchos concursos de compras, especialmente de parte de organismos descentralizados del gobierno, y sin duda alguna, podrá descubrir cosas muy interesantes.

Recientemente, para ser más exactos, en la primera quincena del mes de noviembre pasado, el propio Consejo Estatal del Azúcar abrió un concurso para la adquisición de sacos de polipropileno y fundas de papel Kraft a cinco capas para envasar azúcar. En las bases del concurso se establecía que la entrega de las ofertas debía de efectuarse antes del día 12 de noviembre, mientras que los pliegos con las especificaciones se entregaron 8 días antes. Entre la serie de requisitos exigidos figuraba entrega de muestra con el logo del CEA y una leyenda impresa a dos colores, lo que resultaba materialmente imposible satisfacer en tan corto plazo”.

Es nuestro criterio, que en esas condiciones hasta a cualquier proveedor local le era muy difícil presentar cotizaciones en tiempo hábil; cuanto más a proveedores extranjeros. Únicamente quien fuera previamente informado podía cumplir con todos los requerimientos en tan breve término.

Esto así, las cosas no parecen ser tan diáfanas como pretende haberlas detectado el doctor Negro Veras.

Y es bueno destacar que de idéntica manera se han efectuado concursos en Inespre, Induspapel, y otras entidades, fijando plazos para la presentación de las ofertas que lógicamente son insuficientes. Deseamos aclarar que al hacer estas objeciones, no nos anima intención alguno de dañar; todo lo contrario, sólo perseguimos coadyuvar a que los asuntos del Estado sean manejados con la mayor pulcritud, para beneficio colectivo.

En tal virtud, pecaríamos de injusto si no señaláramos que hay dependencias del gobierno que en materia de concursos actúan correctamente. Es de justicia significar que la Dirección General de Aprovisionamiento del Gobierno, sobre todo cuando estuvo bajo la orientación de los distinguidos caballeros Don Miguel Saviñón (Gobierno del doctor Balaguer) y Don Américo Camacho (gobierno del PRD), realizó con seriedad su cometido en este aspecto. Ojalá que estas líneas contribuyan a perfeccionar el sistema de compras por concursos, para bien de la nación y honra de quienes tengan a su cargo la responsabilidad de llevarlos a cabo. Saluda atentamente, Clemente A. Cruz López”. (82). l

Fuentes:

(81) El Nacional. 24 de enero 1983.
(82) El Nacional. 11 de marzo 1983.

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Hoy me he dado cuenta de que Salvador no llegó a comprender mi deseo de que él hiciera un buen gobierno, que no defraudara a las grandes mayorías nacionales que depositaron sus votos con la creencia de que él iba hacer un gobierno distinto a los que el país había padecido hasta ese momento.

Por distintas vías yo había recibido informaciones de que desde el gobierno se estaban otorgando obras del Estado grado a grado a cambio de jugosas comisiones que favorecían a altos funcionarios, lo que me impulsó a escribir lo siguiente:

El grado a grado ahora

En los últimos días hemos sostenido reuniones con profesionales de la ingeniería civil y nos han externado su preocupación por la práctica seguida por gobiernos anteriores y continuado por el actual, en el otorgamiento de obras de grado a grado.

Un distinguido ingeniero civil, ligado a la dirección del Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (Codia), nos manifestó que en los últimos días ha estado sumamente preocupado por la línea adoptada por el gobierno que preside Salvador de volver a la vieja y odiosa práctica, que conspira contra el ejercicio normal, legal y decente de la ingeniería, de otorgar obras del gobierno de grado a grado. Conforme los datos que nos aportó ese profesional, la forma más fácil de una persona hacerse de unos buenos dineros desde el gobierno es otorgando obras de grado a grado; el otorgamiento de obras grado a grado permite el enriquecimiento rápido, aunque sucio, con los dineros del erario.

Otro ingeniero, con el que nos reunimos en la ciudad de Santiago, nos dijo que en el actual gobierno se está beneficiando con el grado a grado a personas que no tienen nada que ver con la ingeniería y la arquitectura.

Particularmente para nosotros ha sido una sorpresa saber que personas sin ninguna preparación estén recibiendo obras de grado a grado.

Un distinguido profesional de la ingeniería, que nos pidió reserva de su nombre, nos dijo con pesar que se sentía defraudado al saber que la práctica que el CODIA combatió con tanta firmeza durante el régimen de Balaguer y Guzmán, ahora en el de Salvador se esté haciendo lo mismo.

La preocupación de los ingenieros verdaderamente ligados al CODIA, y que luchan para que las obras del Gobierno se otorguen por concurso, ha llegado hasta el punto de que un ingeniero civil, amigo de Salvador, le dirigió una carta planteándole la situación de otorgamiento de obras de grado a grado. Le explicamos al ingeniero que nos dijo que le había remitido una carta a Salvador, que resultaba difícil que su carta llegara a las manos del Presidente y esto así porque es casi imposible que el ciudadano Presidente reciba una carta planteándole asuntos relacionados con su gobierno, porque parece que las cartas dirigidas a Salvador, primero pasan por un cedazo y ese instrumento, a lo mejor humano, es que determina lo que Salvador puede o no puede leer.
Las personas que en este país sabemos que Salvador no es ningún macutero, ladrón o traficante de los dineros del erario no podemos callar las cosas que sabemos y que están afectando su buena imagen.

Es una realidad; está circulando de boca a boca que obras de grado a grado se están otorgando por favoritismo, por conveniencia política y también económica.
Para obtener una contrata con el método de grado a grado hay que ser muy bien visto, y más cuando esa obra ascienda a una suma superior a ciento cincuenta mil pesos oro, sin que la persona que la recibe sea ingeniero ni nada que se parezca.

Como la carta que el amigo le remitió a Salvador de seguro no ha llegado a sus manos, por medio de este artículo le decimos: Salvador, el otorgamiento de obras del Gobierno de grado a grado, está resultando odioso, desagradable, de mal gusto y se presta a todas clases de comentarios ligados con el tráfico de influencias. (79)

Mucho antes de Salvador llegar a la presidencia siempre hablábamos de la forma ilegal que llegaban al país los braceros haitianos a trabajar en el corte y tiro de la caña en los centrales azucareros del Consejo Estatal del Azúcar.

En fecha 27 de septiembre de 1982, cuando Salvador no había cumplido todavía dos meses de haber llegado al Palacio Nacional como presidente de la República, le remití una carta exponiéndole la situación de ilegalidad bajo la cual laboraban los braceros haitianos para el CEA. Salvador no le hizo caso a mi carta o no la recibió.

Luego, en fecha 22 de enero de 1983, publiqué en la prensa la citada comunicación que dice así:

¡Y llegó la OIT!

Doctor: Salvador Jorge Blanco. Ciudad . Estimado Salvador: Por medio de la prensa escrita me he enterado de tu preocupación con respecto al tráfico ilegal de haitianos a través de la frontera.

El objetivo de esta comunicación es ocupar tu atención con respecto a otro tráfico de haitianos que en forma oficial se viene haciendo cada año desde 1971, y aunque la opinión pública nacional y organismos internacionales le han llamado la atención al Gobierno, nada se ha hecho para legalizar el reclutamiento en Haití y entrada de braceros haitianos en la República Dominicana.

Para que tomes nota de la ilegalidad del tráfico oficial de braceros haitianos, te hago la exposición siguiente:

El primer Acuerdo suscrito entre Haití y nuestro país para la entrada de braceros haitianos es de fecha 5 del mes de enero de 1952. En el artículo 17 de dicho acuerdo se específica:

Art. 17: “El presente Acuerdo, concluido de buena fe y redactado en francés y en español. Con igual valor ambos textos, es válido por cinco años y renovable de acuerdo con el interés de las partes. Entrará en vigor desde el canje de ratificaciones.

El Acuerdo de 1952, que expiró el 25 de febrero de 1958, fue renovado en fecha 21 de diciembre de 1959. Este acuerdo decía en su artículo 17, lo siguiente:
Art. 17: “El presente Acuerdo, concluido de buena fe y redactado en francés y en español, con igual valor ambos textos, es válido por cinco años y renovable de acuerdo con el interés de las partes. Entrará en vigor desde el canje de ratificaciones”.

La renovación del Acuerdo de 1959 fue aprobada por el Congreso Nacional en fecha 24 de diciembre del año mil novecientos cincuenta y nueve.

En fecha 14 de noviembre de 1966, el doctor Francois Duvalier, por Haití y el doctor Joaquín Balaguer, por la República Dominicana, hicieron constar. “…Convencidos de que hay lugar a renovar el Acuerdo mediante el cual se reglamentó la contratación de jornaleros haitianos en Haití… firmado entre la República Dominicana y la República de Haití y cuyos efectos expiraron el 25 de febrero de 1958 ha decidido hacerlo mediante un nuevo Acuerdo”, que es el de fecha 14 de noviembre de 1966.

El artículo 20 del Acuerdo firmado el 14 de noviembre de 1966, dice: Art.20: El presente Acuerdo, concluido de buena fe y redactado en español y francés, con igual valor ambos textos, es válido por cinco años, y renovable de acuerdo con el interés de las partes… Entrará en vigor después del canje de las ratificaciones”.

Como se puede observar, el artículo 20 del Acuerdo de 1966 reproduce, íntegramente, el contenido del artículo 17 que figura en los Acuerdos de 1952 y 1958. En razón de que el Acuerdo de 1966 expiró en el 1971, se impone que un nuevo Acuerdo sea firmado entre Haití y la República Dominicana para la entrada de jornaleros haitianos al país, o que se proceda a la renovación del mismo. En todo caso, un nuevo Acuerdo o la renovación del ya vencido, se debe someter al Congreso Nacional para su aprobación, en igual forma como se hizo con los Acuerdos de 1952, 1958 y 1966.

Quiero que sepas que organismos internacionales, dependientes de la Organización Internacional del Trabajo –OIT- y de las Naciones Unidas, están sumamente preocupados por la forma ilegal que cada año el Consejo Estatal del Azúcar trae braceros al país.

Sé que próximamente el CEA se verá en la necesidad de traer braceros haitianos. Considero que bajo tu gobierno se debe legalizar la entrada de braceros haitianos al país, mediante la firma de un nuevo Acuerdo o la renovación del de 1966, ya que de no hacerse así se continuaría con el tráfico ilegal que se efectúa a través de la frontera y que en forma muy atinada motivó tu preocupación en el recorrido que hiciste la pasada semana por la región fronteriza.

La citada carta se la enviamos a Salvador en fecha 27 de septiembre de 1982, pero lamentablemente no llegó a sus manos.

En estos momentos se encuentra en el país una comisión de la Organización de las Naciones Unidas, que a través de la Organización Internacional del Trabajo –OIT- realiza una investigación en torno al trato que reciben los braceros haitianos en nuestro país. (80). l

Fuentes:

(79) El Nacional. 17 de enero 1983.
(80) El Nacional. 22 de enero 1983.

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Salvador y esos nuevos amigos

En un artículo anterior nos referimos a la posición que han adoptado los oportunistas políticos del país con respecto al gobierno que preside Salvador. Ahora nos vamos a referir al papel que están desempeñando algunos amigos de Salvador y otros que, aunque se dicen sus amigos, se están comportando como sus peores enemigos.

En el Gobierno, empresas e instituciones del Estado, trabajan algunos amigos de Salvador, que son verdaderos amigos y colaboradores suyos. De los verdaderos amigos de Salvador, que están desempeñando funciones en el Gobierno y empresas estatales, algunos han abandonado el ejercicio de su profesión, en la que tenían muy buenas entradas económicas, para recibir sueldos insignificantes que no representan ni el cincuenta por ciento de lo que ganaban en su actividad profesional independiente.

Los amigos sinceros de Salvador, que están colaborando con él en su gobierno, también han arrastrado a otros amigos que, sin tener ninguna vinculación de amistad, profesional o política con Salvador, se han integrado a trabajar en el sector público con sueldos muy bajos, por el simple hecho de aportar los conocimientos adquiridos en el sector privado, para ver si moralizan algunas áreas del sector estatal. Y que conste que estos colaboradores no han hecho como hicieron algunos, que salieron del sector privado a trabajar en el Gobierno y en lugar de moralizar y organizar las empresas estatales para las cuales trabajaron, lo que hicieron fue desfalcarlas. Pero así como hay amigos y sinceros colaboradores de Salvador que trabajan con él en el Gobierno, también hay otros que se han colocado el marbete de “íntimos amigos y colaboradores de Salvador”, que lo que están haciendo es creándole una mala imagen, aprovechando la relación que tienen con él para obtener amplios beneficios personales.

Salvador no puede ignorar que en este país la generalidad de las personas que se acercan al Presidente de la República es buscando algo, una prebenda, una contrata, crear la imagen pública de que como están cerca del Presidente de la República tienen derecho a hacer y deshacer. Y algunos de esos supuestos “amigos” les están creando problemas, verdaderos problemas a Salvador, porque están utilizando su vinculación con el ciudadano Presidente para a nivel público sacar amplias ventajas.

Creemos que Salvador se debe cuidar, no de sus enemigos políticos y de los oportunistas, sino de los que se están presentando como que son sus amigos, pero que en el fondo lo que buscan es cobijarse bajo la sombra que genera ese árbol muy frondoso que es la persona del ciudadano Presidente.

Salvador no tiene por qué cuidarse de sus enemigos políticos porque los conoce, ni de los oportunistas, porque son verdaderas lacras que se conforman con poca cosa. Pero de los supuestos “amigos” sí tiene que cuidarse; a ellos poco les importa que se diga lo peor de Salvador y de su gobierno con tal de salir enriquecidos materialmente. (76)
Muchas personas que me conocen, a lo mejor no llegaron a darse cuenta de las situaciones conflictivas que tuve que resistir por no ceder en mi decisión de mantenerme al margen del gobierno. En un momento dado procedí a escribir explicando mi posición en el sentido de que no estaba dispuesto a hacer el papel de mediador. He aquí lo que dije:

Papel de mediador ante el Gobierno

Dirigentes sindicales de distintos gremios, con motivo de los conflictos laborales que se han presentado entre trabajadores de las empresas e instituciones del Estado, se nos han acercado con el fin de que, tomando en cuenta las relaciones de amistad que tenemos con el ciudadano Presidente, desempeñemos el papel de mediador o intermediario. A las solicitudes que nos han hecho hemos respondido con las mismas explicaciones y motivaciones que son de índole personal y también política.

De índole personal, porque si intervenimos como mediador en un conflicto existente entre el Gobierno y un sindicato, se puede creer que tenemos alguna relación con el actual régimen, lo que no es cierto. Lo hemos dicho, y lo reiteramos nuevamente, que con el gobierno de Salvador no tenemos ninguna vinculación. Una prueba de lo que decimos es que en el gobierno que preside Salvador trabajan ocupando altísimos cargos adversarios rabiosos nuestros, personas que en determinadas coyunturas políticas han estimulado los instrumentos de represión del Estado para que se lancen contra nuestra persona.

Nosotros no acostumbramos a desempeñar el papel de curandero, de bombero social. Si en todo el curso de nuestra vida hemos estimulado las luchas sociales, no hay razón ni motivo valedero para hoy venir a actuar como mediadores.

En este país cada quien debe desempeñar su función, y la de mediador en los conflictos laborales, de cualquier índole que sea, la tiene que llevar a cabo el Secretario de Trabajo. Para eso es que está y como tal tiene que actuar; en el proceso social que vive nuestro país, el papel que tenemos que desempeñar es otro, no el de mediar en conflictos laborales, sin importar que estén enfrentados el Estado como patrono u otra persona física o moral.

Si atendiendo reclamos de dirigentes sindicales intervenimos ante el Presidente de la República para solucionar un conflicto laboral y luego el Presidente solicita nuestra mediación, no tendríamos calidad para negarnos a desempeñar tal papel, ya que antes lo habíamos hecho a requerimiento de los trabajadores, y en semejante situación no queremos encontrarnos, porque personal y políticamente no estamos preparados para hacer tal función que en nosotros se vería muy mal, feo, ridículo y se podría decir que hasta politiquero.

Esperamos que en lo adelante nadie se nos acercará para que tratemos de hacer el papel de mediador. En este país nunca haremos tal función; no estamos formados para tal misión. (77)

En los primeros meses del gobierno presidido por Salvador, me interesé para que el fenómeno de la corrupción no arropara su administración; sabía que el latronismo es de la esencia de la politiquería y que Salvador tenía a su lado colaboradores que habían ido al gobierno a hacer diabluras con los recursos del Estado y que algunos de los mandatarios que le habían precedido tenían en su patrimonio económico dinero robado al erario. Fue por esta razón que escribí:

¡Que investiguen esos patrimonios!

Recientemente, la prensa nacional publicó un cable de una agencia internacional de noticias que informaba que cuatro partidos de la oposición en México, pidieron una investigación “abierta” sobre las propiedades que tiene en la capital mexicana el ex –presidente de México José López Portillo.
Al leer la citada noticia recordamos que durante la pasada campaña electoral el actual Presidente, lanzó la idea de que los ex presidentes constitucionales fueran investidos con la calidad de senadores vitalicios.

Ante la sugerencia hecha por Salvador, publicamos un artículo oponiéndonos a la idea lanzada por él y dijimos, en esa oportunidad, que aquí en nuestro país en lugar de conceder el título de senadores vitalicios a los ex presidentes constitucionales, los mismos debían de ser investigados con respecto a la situación de sus patrimonios antes, durante y después de su gestión gubernativa. Y ahora con la solicitud formulada en México por cuatro partidos de oposición en el sentido de que se proceda a una investigación abierta sobre las propiedades de José López Portillo, la idea que habíamos externado de que los patrimonios de nuestros ex presidentes debían de ser sometidos a investigación para determinar su monto antes, durante y después de su gestión, tiene más fuerza y cobra mayor actualidad.

Si aquí se investiga el patrimonio económico de los ciudadanos que han desempeñado la función de Poder Ejecutivo desde la muerte de Trujillo, es posible que solamente uno salga limpio. Si el Congreso dominicano decide designar una comisión para que investigue el patrimonio de los ex presidentes constitucionales de los últimos veinte años, de seguro que el Estado recuperaría muchos millones de pesos.

Así, por ejemplo, nosotros estamos en disposición de poner en manos de una comisión investigadora seria, designada por el congreso, documentos que revelan que un ex presidente constitucional tiene en su patrimonio por lo menos más de cuatro millones de pesos que son propiedad del Estado Dominicano.

En nuestro país la investidura de Presidente de la República da calidad para disponer impunemente de los dineros del pueblo. Basta con que un ciudadano cualquiera sea elegido Presidente de la República para que pueda robar sin reservas ni limitaciones todo lo que esté a su alcance y disposición, con la ventaja de que luego de terminar su mandato gozará de privilegios económicos, protección social y una evidente inmunidad. Si se sigue permitiendo que la función que desempeña el Poder Ejecutivo entrañe también la de disponer de los dineros del pueblo para su propio beneficio, o el de sus familiares y amigos, por más que se quiera dar lustre a la democracia representativa ésta seguirá siendo la misma de siempre, fuente de enriquecimiento ilícito de los politiqueros oficialistas y sus más cercanos seguidores.

Creemos que se debe seguir el método utilizado en México de investigar el patrimonio de los ex presidentes. Si se hace aquí lo mismo, se comprobará que mucho dinero recibirá el Estado por concepto de recuperación, y muchas calles cambiarán los nombres de presidentes que han asaltado durante su mandato el erario.

El Congreso actual debe designar una comisión que investigue el patrimonio económico de los ex presidentes constitucionales, y de sus familiares y herederos hasta el cuarto grado, desde el año 1962 hasta la fecha, y de seguro que el resultado será muy beneficioso para el país, esto así por dos razones, la primera, porque el pueblo se dará cuenta que muchos de los que aquí se quieren presentar como buenos hijos de Dios, no son más que verdaderos saqueadores del erario, y segundo, porque se podrán recuperar muchos millones de pesos que podrían servir para hacer muchas obras, desde escuelas hasta hospitales. (78).

Fuentes:
(76) El Nacional. 14 de enero 1983.
(77) El Nacional. 10 de enero 1983.
(78) El Día. 8 de enero 1983.
Continuará la semana próxima

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Los cuestionamientos a la administración de Salvador, me seguían llegando por distintas vías; no bien había recibido la denuncia del caso de la publicitaria y la Tabacalera, cuando me hicieron saber lo que estaba ocurriendo en la Dirección General de Aprovisionamiento. No perdí tiempo y de inmediato hice un escrito en el cual dije: Salvador, algo pasa en aprovisionamiento

Salvador no puede bajo ninguna circunstancia permitir que su gobierno sea salpicado con actos de corrupción ni nada que se parezca, y esto así porque si además de la crisis económica que impera en el país se le suman actos dolosos a nivel oficial, entonces si es verdad que la desconfianza se va a expresar en todos los órdenes.

Hemos recibido con sorpresa una carta que nos envía desde la ciudad capital una señora que se dedica conjuntamente con su esposo a actividades comerciales. En la carta la remitente nos informa que en la Dirección General de Aprovisionamiento del Gobierno, se le ha querido extorsionar, tratando de que ella dé comisión de un dinero que se le adeuda por concepto de un trabajo realizado y todavía no pagado.

En la aludida carta la señora que nos escribe señala por sus nombres las personas que, según ella, la han bloqueado para sacarle una comisión a cambio de la obtención de un pago, resucitando los viejos métodos aplicados durante el régimen reformista. “¡Qué inocente está el Presidente de la sonrisa sana y las manos limpias!” Así dice la señora que nos escribe en uno de los párrafos de su extensa carta.

En su oportunidad aportaremos directamente al ciudadano presidente los nombres y apellidos de las personas que, de acuerdo con los datos que nos aporta la señora que nos escribe, han tratado de extorsionarla solicitándole comisión a condición de pagarle una cuenta que el Gobierno tiene pendiente con ella, todo relacionado con la Dirección de Aprovisionamiento.

Al leer la carta ya indicada quedamos sorprendidos pero también indignados al saber que Salvador tiene en su gobierno personas de semejante calaña, personas que están dispuestas a hacer que Salvador pierda calidad, pierda la confianza que el pueblo tiene en él como hombre honrado. Parece ser que aquí hay algunos colaboradores de Salvador que se han llegado a creer que él es como otros que han pasado por el Palacio Nacional, que se han comportado indiferentes con los ladrones del erario y las empresas estatales.

La señora que con todo respeto y dignidad nos remitió la carta puede estar consciente de que buscaremos todas las formas para que el ciudadano Presidente haga las investigaciones de lugar a fin de que tomando en cuenta los datos aportados se quite de su lado a todas las alimañas que quieren hacer de su gobierno una fotocopia de los anteriores, donde el robo, el ladronismo y la vagabundería tenían carta de paso. En otras oportunidades hemos dicho por esta misma columna que si hasta nosotros llegan datos precisos, aportados por personas serias, con respecto a actos de corrupción en el actual Gobierno, lo denunciaremos sin reservas ni limitaciones. No silenciamos las vagabunderías, no importa de dónde vengan. (74).

Ante la denuncia que hice, el director general de Aprovisionamiento del Gobierno, mediante carta publicada en la prensa, dio su explicación así:
República Dominicana. Dirección General de Aprovisionamiento del Gobierno.

Secretaría de Estado de Finanzas. Santo Domingo, D.N. Señor Ramón Antonio Veras. Santiago, R. D. Estimado amigo: Hemos leído con mucho interés el artículo titulado “Salvador, Algo Pasa En Aprovisionamiento”, en la edición del 6 de enero de 1983, firmado por usted, y tomando nota de su denuncia, que mucho agradecemos, porque nos está ayudando en la labor que nos hemos impuesto de que este Departamento desarrolle sus actividades en los lineamientos de moralidad que el Gobierno de Concentración Nacional que dirige el ciudadano Presidente de la República, Dr. Salvador Jorge Blanco se ha impuesto. Esta posición la asumimos con firmeza desde la toma de posesión el día 8 de diciembre del año 1982, o sea, hace hoy 29 días”.

Precisamente, en ese afán, nos hemos encontrado con algunos expedientes que han merecido nuestra atención y a los cuales le hemos dedicado todo el esfuerzo tratando de resolver con espíritu de equidad y moralidad, sean éstas de carácter interno o externo pudiendo entre estas mencionar la que se refiere a la empresa Multicopias Instantáneas, S. A., a la cual le solicitamos una exposición por escrito de las razones por qué dejaron de entregar parte de la Orden de Compra No. 195, destinada a la confección de “Tickets para Maletas de Aduanas”, y la cual se intentó cobrar sin haber sido entregada completa a esta Dirección General, con su Factura No.3204, de fecha 27 de diciembre de 1982.
Como era de esperarse en una administración decente, no se procedió a dicho pago requerido en su totalidad, sino que después de haber solicitado las informaciones de nuestros encargados de inspeccionar mercancías, hemos procedido al pago de las cantidades recibidas, lo cual hemos hecho con el cheque No.20193, de fecha 4 de enero de 1983, habiendo constatado también por nuestro personal especializado, de que no hay evidencias de ninguna solicitud de comisiones de parte de encargados de recibir dichas mercancías, sino que todas las actividades de éstos desarrollaron, según consta en las documentaciones anexas que remitimos.

Deseamos, señor Veras, que todo asunto relacionado con casos similares en esta Dirección de Aprovisionamiento del Gobierno, se nos informe a la mayor brevedad posible, pudiendo usted contar con nuestra participación para impedir cualquier forma de inmoralidad, de privilegios, extorsiones, etc., situaciones que afrontaremos “sin reservas ni limitaciones. Muy atentamente, Nicolás Acosta. Director General de Aprovisionamiento del Gobierno.

Siempre he comprendido la forma como los sinvergüenzas intervienen por pura conveniencia en la política desde el seno de los partidos tradicionales. Con la llegada de Salvador al poder comprendí más cómo se la buscan los politiqueros poniéndose al lado de quien dispone de los recursos del poder del Estado.

Tuve la oportunidad de ser testigo directo del comportamiento de los oportunistas de la política que con la misma cara que difamaron a Salvador antes de ser Presidente, con la misma sinvergüencería le andaban detrás buscando beneficios económicos desde el Gobierno. Esto me impulsó a escribir lo siguiente:

Salvador y los Oportunistas

El oportunista es que a nivel político lleva la vida más tranquila. Si gobierna el reformismo, está con el reformismo, si toma el poder el perredeísmo y gana el sector de Antonio Guzmán, está en buena con el grupo de Guzmán, si gana Salvador está en buena con éste. El oportunista se adapta a todo, está conforme con cualquier gobierno y colabora hasta con el que lo patea.

La práctica de la vida política dominicana nos ha enseñado que el comportamiento de un oportunista se identifica con el de un sinvergüenza. No hay separación en la moral política para un oportunista, entre un régimen odioso y despótico y un régimen democrático; para el oportunista el comportamiento está determinado, no por los métodos que aplique ante el pueblo, sino por la complacencia que tenga ante él y los beneficios de que pueda disfrutar. Si el oportunista recibe beneficios de un régimen fascista, ese régimen él lo cree bueno para el pueblo, y si recibe prebendas de un gobierno democrático, también admite como bueno a ese régimen. En sí, el oportunista todo lo analiza partiendo de su individualismo, de su interés, sin importar que al pueblo se lo lleve el mismo Diablo.

En los días que Salvador estaba en campaña por obtener la nominación presidencial en su partido, en 1977, sus adversarios de la tendencia de Antonio Guzmán lanzaron en su contra todos los insultos políticos y de índole personal.

Lo mismo hicieron contra sus amigos, incluyendo el autor de esta columna. La misma campaña difamatoria e injuriosa contra Salvador, seguidores y amigos, fue empleada durante la campaña interna del PRD en 1982.

Sin embargo, muchos de esos difamadores contra Salvador y sus amigos, hoy están disfrutando de altos cargos en el gobierno que preside Salvador.

Recientemente vimos en la prensa a uno de los difamadores contra Salvador juramentándose para ocupar un alto cargo en el actual gobierno.

Y ese mismo oportunista que se estaba juramentando, fue uno de los que en 1977 organizó toda una campaña difamatoria y de persecución contra el autor de esta columna, y en 1978 y 1979, estimuló al finado Antonio Guzmán Fernández, para que lanzara los instrumentos de represión contra nosotros.

Parece mentira, pero todos aquellos que durante la precampaña de 1977 y 1982 difamaron a Salvador y extendieron su odio político hasta nosotros, han sido premiados por el actual régimen. Esta actitud de Salvador, frente a los que fueron sus más encarnizados opositores políticos, lo presenta como un hombre sin rencores, pero por otro lado presenta a sus adversarios, hoy favorecidos por él, como verdaderos sinvergüenzas, charlatanes y oportunistas de la política dominicana.

Cuando Salvador designa en un cargo a uno de los que fueron sus adversarios y difamadores políticos, se eleva su condición de hombre y su estatura política.

Pero si se observa la cosa desde el ángulo del difamador, y ahora beneficiado con un cargo, entonces hay que decir que éste es un oportunista, sin criterio político y que, como una prostituta política, se entrega al gobierno que le extienda un cheque, sin importar que sea el gobierno de Trujillo, Balaguer, Guzmán o Salvador.

A nuestros hijos siempre les decimos que deben ser buenos observadores de la situación política del país porque aquí hay muchos malvados; les advertimos que no se pueden dejar confundir por las simples palabrerías de los politiqueros; que el hombre no se define por sus palabras, sino por sus hechos, que la práctica de la vida define a los hombres. (75). l

Fuentes:
(74) El Nacional. 6 de enero 1983.
(75) El Nacional. 7 de enero 1983.
Continuará la semana próxima

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Se advierte con facilidad que los escritos que elaboré en todo el curso del mes de diciembre de 1982, respondían a una inquietud que buscaba que Salvador orientara su administración por un camino correcto, libre de abusos, de corrupción, de complicidades oscuras en el manejo de los dineros del erario y de las empresas estatales. Debo aclarar que decidí incluir la carta enviada por el doctor Jorge Martínez Lavandier, como demostración de que coincidían conmigo ciudadanos que habiendo desempeñado altas funciones públicas, y salido sin tachas, se identificaban con la línea de mis observaciones al gobierno de Salvador.

El año 1983 y el gobierno de Salvador

Aunque en reiteradas ocasiones expliqué que nada tenía que ver con la dirección que tomara Salvador en su gobierno, por mi estrecha vinculación con él en el orden personal, y por mi posición de incidir ante la opinión pública por los medios de comunicación, no podía sustraerme a la realidad de ser abordado sobre cualquier hecho o acto en el curso de su gestión gubernativa.

A pocos meses de iniciado el gobierno de Salvador comenzaron las denuncias de actos que ponían en entredicho la limpieza y honestidad de su gobierno, lo que me motivó a escribir algunos artículos fijando mi posición al respecto, como ocurrió con una publicitaria y la Compañía Anónima Tabacalera. He aquí el escrito que hice al respecto.

Salvador y una publicitaria

Con motivo de las pasadas fiestas navideñas asistimos a una cena-recepción organizada por un partido político, y en el curso de la misma se nos acercó una persona con la que mantenemos relaciones de amistad, y nos dijo:

“Negro Veras, tú siempre vives atacando por medio de tus escritos el tráfico de influencia que se lleva a cabo a nivel oficial en los distintos gobiernos; entonces, ¿por qué ahora no denuncias el privilegio de que goza en el actual gobierno la publicitaria La Latina?”

Le respondimos a la persona que nos hizo la pregunta que no sabíamos si la publicitaria a que él se refería tenía o no privilegios, pero que en su oportunidad nos habíamos dirigido a Salvador, planteándole los comentarios que circulaban en torno a La Latina, que estábamos plenamente convencidos de que el ciudadano presidente nada tenía que ver con publicitaria alguna. Para que el amigo que nos formuló la pregunta se dé cuenta que lo que le dijimos responde a la verdad, a continuación insertamos la carta que en fecha 21 de septiembre de 1982, remitimos a Salvador.

“Doctor Salvador Jorge Blanco. Santo Domingo, D. N. Estimado Salvador:
Ante el cúmulo de problemas que tú tienes que enfrentar, el que te voy a plantear a lo mejor carece de relevancia, pero tratándose de un asunto que se refiere a la conducta de tu gobierno creo procedente exponértelo.

La pasada semana -el martes 24 de septiembre- si mal no recuerdo, por la vía telefónica te dije que en los periódicos “Listín Diario”, “Última Hora” y “El Nacional de Ahora”, se hacía mención de una compañía publicitaria que estaba recibiendo los favores de un alto funcionario para manejar cuentas de publicidad del Gobierno y empresas estatales. Lo que me ha movido a tratarte nuevamente el tema es que en la calle se comenta con insistencia que Bolívar Espinal, hermano del licenciado Fulgencio Espinal, es uno de los dueños de la publicitaria “La Latina, S. A.” y que a esta empresa se le ha otorgado la cuenta de publicidad de la “Compañía Anónima Tabacalera”.

Debes tomar en cuenta que lo que expongo por medio de la presente es simplemente la información que he obtenido por medio de la prensa escrita y los comentarios callejeros.

Es posible que todo sea fruto de la mentira o pura “chismografía”, pero la suma de todos estos comentarios puede minar la buena imagen de tu gobierno.
Lamento haber ocupado parte de tu precioso tiempo, pero no puedo guardar silencio ante algo que yo sé puede afectar tu gestión gubernativa desde el punto de vista de la moral pública”.

Luego de enviada la carta a Salvador fuimos informados que hace unos días la publicitaria a que hemos hecho referencia sometió un proyecto de contrato a la Compañía Anónima Tabacalera, y que el Consejo Directivo de la compañía cigarrillera, al no estar conforme con los términos del contrato, solicitó la opinión del ciudadano Presidente y que éste rehusó opinar diciéndole a los integrantes del Consejo Directivo que todo lo dejaba a la libre decisión de ellos, que en nada tenía que intervenir con respecto a dicho contrato y la publicitaria.

El Consejo Directivo de la Compañía Anónima Tabacalera está integrado por personas serias y responsables, quisiéramos que uno cualquiera de ellos dijera si lo que acabamos de decir responde a la verdad o es mentira.

En más de una oportunidad hemos dicho que nosotros no compartimos los criterios ideológicos y lineamientos políticos del gobierno que preside Salvador, pero que su honradez está fuera de toda discusión; que Salvador puede cometer, como ya ha cometido, muchos errores en la dirección de su régimen, pero que nadie puede poner en duda su honradez, la que nosotros siempre defenderemos como libre de toda tacha o duda. (72)

Al día siguiente de salir publicado el citado artículo, mi amigo el doctor Américo Espinal Hued, por sí y en representación de los demás miembros del Consejo de Directores de la Compañía Anónima Tabacalera, emitió un comunicado con los siguientes términos:

“Dr. Américo Espinal Hued. Enero 6, 1983. Dr. Ramón Antonio Veras. Ciudad. Distinguido colega y amigo:

En la edición de ayer de El Día publicas tu artículo “Salvador y una Publicitaria”, donde reproduces una carta que le enviaste al Presidente de la República, denunciándole los privilegios que, a juicio de tus informantes, goza Latina, S. A., una publicitaria de reciente formación. En esa exposición haces referencia al contrato de publicidad que suscribió la Compañía Anónima Tabacalera y emplazas a su consejo de directores, o a uno de sus miembros, a responder tus justas inquietudes.  Cuando recibimos el proyecto de contrato lo sometimos al estudio y opinión de la Oficina Cabral, nuestros abogados, y mediante su memorando del 25 de noviembre de 1982 hizo dos observaciones que, a su juicio, afectaban los intereses de la empresa. El proyecto con su opinión legal fueron conocidos en la sesión del consejo del 26 de los mismos mes y año. Las observaciones legales fueron aprobadas, solicitándoles que redactaran, con nuestras recomendaciones, un nuevo contrato que se ajustara a los intereses de la empresa, sin desconocer los intereses de la publicitaria.

El proyecto se discutió y analizó ampliamente con el presidente de Latina, S. A., señor Bolívar Espinal, el cual, después de agotadoras jornadas, fue aprobado tal como lo había decidido el consejo y la dirección de Corde, según acto de fecha 10 de diciembre de 1982 y carta de intención del 14 de los mismos mes y año.
“En mis dos artículos Rehabilitación de las empresas de Corde y Una reunión sin precedentes, publicados en el Listín Diario, ediciones de fechas 10, 23 y 29 del pasado diciembre, hago referencia a las históricas reuniones que sostuvo el consejo de directores de la CAT con el Presidente de la República, y con el director de Corde, licenciado Partenio Ortiz, con el propósito de unificar criterios para dirigir la CAT y las demás empresas del consorcio estatal. En esa reunión recibimos el apoyo de ambos altos funcionarios para administrar y dirigir la poderosa y tradicional empresa como mandan sus estatutos y con firme criterio empresarial y profesional, libre de presiones políticas y presiones que veníamos recibiendo de diversas vertientes del poder”.

En las reuniones que sostuvimos con los jefes de departamentos y con los dirigentes del Sindicato narramos todos los inconvenientes y los acuerdos a que llegamos con el Presidente de la República y con el director de Corde, reiterándole a todos que el consejo no va a rendirse ni a desertar de sus obligaciones, manteniendo  nuestra firme empresa sus estatutos y las decisiones de la asamblea y el consejo. Una vez más te felicito por tus valientes denuncias. Sólo una opinión pública seria y responsable puede contribuir a rescatar al país de la grave crisis social y económica en que lo han sumido la mayoría de los que han ocupado el poder en las últimas décadas, con honrosas excepciones. En mi propio nombre y a nombre de los demás miembros del consejo de directores de la CAT, te saluda con el afecto de siempre. (73). l

Fuentes:
(72) El Día. 5 de enero 1983.
(73) El Día. 6 de enero 1983.
Continuará la semana próxima

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La CDE, que le cobre a los ricos

En este país de nuestros amores y sinsabores, se ve bien clara la dominación que ejerce la minoría nacional y los intereses extranjeros sobre todos los instrumentos del Estado en el orden económico y también político.
Aquí si un hombre del pueblo se apodera de un racimo de plátanos para él y sus familiares satisfacer el hambre, la justicia le impone uno o dos años de cárcel, pero si un rico hace lo mismo, de inmediato es puesto en libertad; si un ciudadano común y corriente comete un delito común se le impone una pena, pero si un contrabandista introduce mercancías de contrabando, por lo general el nombre del contrabandista nunca aparece en los periódicos; si una pobre mujer que mantiene ocho o diez hijos planchando se atrasa en el pago de la energía eléctrica, de inmediato  el servicio le es suspendido, pero si un latifundista hace instalación trifásica en su finca, con personal, equipo y dinero de la Corporación Dominicana de Electricidad, ese latifundista o sus familiares pueden dormir tranquilos porque nada les pasará.

Y precisamente, hablando de la Corporación Dominicana de Electricidad, lo más normal es que diariamente doscientos o trescientos dominicanos sufran las consecuencias del corte de la energía eléctrica por falta de pago de diez o veinte pesos. Sin embargo, hace unos días publicamos un artículo en el que decíamos que tenemos en nuestro poder documentos que revelan que una sola familia es deudora del Estado Dominicano por un millón novecientos mil pesos oro, y también deudora de la Corporación Dominicana de Electricidad por más de trescientos mil pesos, y a esa familia nunca se le ha cobrado ni un centavo a requerimiento del Estado ni de la Corporación Dominicana de Electricidad.

La Corporación Dominicana de Electricidad, no tiene hoy calidad para cobrarle el consumo de energía eléctrica a los infelices que se atrasan en el pago de dos o tres, ni de cien recibos.

Hay que tener la cara como una tabla para tomar una escalera y subirse a cortar el alambre de la casa de un obrero que adeuda a la Corporación Dominicana de Electricidad cuarenta o cincuenta pesos, mientras que un ricachón adeuda doscientos mil, y no lo tocan.

Debemos de confesar que nos ha sorprendido que estando actualmente la dirección de la Corporación bajo la dependencia de un profesional brillante en su capacidad intelectual, profesional y honesto a toda prueba en el manejo de los intereses económicos, se comporte indiferente con los que adeudan fuertes sumas a la institución encargada de suministrar energía eléctrica a nivel estatal.
No debe escapar a la inteligencia del máximo funcionario de la Corporación que su autoridad se pone en entredicho cuando se comporta firme ante los pobres que adeudan centavos, mientras se mantiene indiferente frente a los millonarios que tienen deudas millonarias con la Corporación Dominicana de Electricidad. Si se mantiene la indiferencia de la dirección de la Corporación Dominicana de Electricidad para cobrarle las deudas a los millonarios y politiqueros oficialistas, presentes y pasados, debe surgir todo un movimiento de opinión pública con el fin de que nadie pague el servicio de energía eléctrica hasta tanto la Corporación demuestre que ha cobrado los valores que tienen pendientes de pago muchos politiqueros y abusadores de toda laya. Muchas veces nos preguntamos ¿qué papel desempeña el Departamento Legal de la Corporación Dominicana de Electricidad, ante tantos deudores solventes, que no pagan a la institución estatal que suministra la energía eléctrica? Parece ser que los abogados de la Corporación están impedidos, por orden superior, de accionar legalmente contra los morosos ricos que adeudan fuertes sumas a la empresa.

La forma más fácil de la Corporación cobrar las acreencias que tiene frente a los ricos y politiqueros es que los pobres se nieguen a pagar el servicio de suministro de energía. Ante tal situación, la dirección de la Corporación se encontraría en una encrucijada: para poder cobrarle a todo el pueblo humilde y trabajador, tiene que hacerle frente a la minoría nativa, que se beneficia del Estado en todos los aspectos. (70)

Una carta que no ha llegado

El día lunes 13 del mes de diciembre del año en curso, en esta misma columna publicamos un artículo con el título “Para Ellos También, Ya”. En dicho artículo decíamos, entre otras cosas, que una sola familia adeuda a la Corporación Dominicana de Electricidad, más de trescientos mil pesos oro, y a esa familia nunca se le ha cobrado un centavo a requerimiento de la Corporación.

A los pocos días de publicado dicho artículo, más precisamente el día miércoles 15 de diciembre de 1982, a las 12:30 de la tarde, recibimos en nuestra casa una llamada del ingeniero Marcelo Jorge, director general de la Corporación Dominicana de Electricidad, y nos dijo que le habían dicho que habíamos publicado un artículo haciendo mención de una familia que adeudaba una fuerte suma a la Corporación, pero que como él no tenía conocimiento de qué familia era, quería que nosotros le suministráramos el nombre de esa familia.

Le respondimos al ingeniero Jorge, que como él nos estaba expresando que no había leído el artículo, sino que le habían dicho, nosotros le invitábamos a que procediera a leerlo y se comunicara con nosotros nuevamente.

El ingeniero Marcelo nos dijo que así lo haría; a los 15 minutos, volvió a llamarnos y nos dijo que ya había leído el artículo y que por tanto nos solicitaba que le suministráramos el nombre de la familia a que habíamos hecho referencia en el artículo.

Le dijimos a Marcelo, que estábamos en disposición de suministrarle el nombre de la familia, con la condición de que él nos dirigiera una carta en la que nos solicitaba la información y nos prometía que, de nosotros aportarle el nombre de la familia, él se comprometía a cobrarle la suma adeudada a la Corporación; el ing. Jorge nos preguntó dónde nos enviaba la carta, y nosotros le dijimos que la podía dirigir a nuestra oficina de la ciudad capital o de Santiago. Hasta el momento de escribir este artículo no hemos recibido la carta que nos prometió remitir Marcelo.

Creemos que la más interesada en obtener el nombre de la familia deudora es la misma CDE; creemos que si la Corporación se mueve puede obtener el pago de la deuda a que hicimos referencia en el artículo, porque la familia deudora es lo suficientemente  solvente para hacerle frente a dicha deuda.

Si le requerimos la carta al ingeniero Marcelo Jorge, no fue porque pusiéramos en duda su firmeza en la defensa de los intereses de la institución que representa, sino porque en otras oportunidades hemos aportado documentos de deudas que personas privadas tienen pendientes con el Estado dominicano, ascendentes a millones de pesos, y nunca esas deudas han sido cobradas, por la sencilla razón de que los deudores tienen ligazón con el oficialismo y al parecer en este país para usted disponer de los bienes del Estado basta con estar vinculado, en una u otra forma, al Estado como politiquero. (71).

FUENTES:
(70) El Nacional. 28 de diciembre 1982.
(71) El Nacional. 31 de diciembre 1982.
Continuará la semana próxima

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