El estudio incluyó a 481 mujeres en tratamiento en una clínica de enfermedades de transmisión sexual donde fueron evaluadas por historia de violencia y sexualidad, como tener un alto número de parejas o tener relaciones sexuales sin protección.
Los investigadores clasificaron a las mujeres como las que tuvieron expuestas a violencia menor (39 por ciento), las expuestas a la violencia en la comunidad (20 por ciento), las que experimentaron maltrato infantil (23 por ciento) y las que fueron víctimas de múltiples formas de violencia (18 por ciento).
Las mujeres que estuvieron expuestas a la violencia de la comunidad y aquellas que han sufrido múltiples formas de violencia tenían los niveles más altos de comportamientos sexuales de riesgo, dijeron los investigadores de los Centros de Medicina del Comportamiento y Preventiva en el Hospital Miriam de Providence, RI
«Lamentablemente, nuestros resultados muestran que muchas mujeres deben hacer frente a múltiples formas de violencia, y que algunas combinaciones de experiencias violentas a las mujeres en riesgo de contraer VIH, otras Enfermendades de Transmisión Sexual (ETS) o un embarazo no planificado», dijo la autora Jennifer Walsh en un comunicado de prensa del hospital.
Los resultados proporcionan una nueva visión de la relación entre la exposición a la violencia y el comportamiento sexual de riesgo, especialmente entre las mujeres de bajos ingresos y zonas urbanas donde pueden experimentar altas tasas de violencia, dijeron los investigadores.
«Teniendo en cuenta los vínculos entre múltiples experiencias violentas y sexuales la asunción de riesgos médicos, que trabajan con mujeres que sufren violencia o que corren el riesgo de contraer VIH / ETS puede ser necesario considerar la superposición entre los dos con el fin de impactar las consecuencias de salud sexual», dijo Walsh .
Mientras que los investigadores descubrieron una asociación entre las experiencias de violencia y conductas sexuales de riesgo, no prueban una relación causa-efecto.
