Ballet Folklórico de Santiago: embajador de la cultura dominicana

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Haber paseado nuestra cultura por distintos continentes, ganando decenas de premios internacionales y nacionales, entre ellos cinco Casandra, de 18 nominaciones, son algunos de los logros que exhibe el Ballet Folklórico de Santiago a sus 32 años que tiene de fundado.Los maestros Fradique Lizardo y Antonia Alcántara Pimentel han de estar más que orgullosos donde quiera que estén al ver que su legado no ha perecido con el paso del tiempo; por el contrario, afianza cada día más las raíces que identifican la cultura dominicana.

Y es que el otrora Ballet Folklórico del Centro de la Cultura, relanzado en el 2011 por el Ministerio de Cultura, al arribar a sus 32 años se convierte en la compañía de danza activa más antigua en su género, gracias al seguimiento que le han dado sus integrantes, muchos de los cuales entraron desde niños o adolescentes y aún permanecen en sus filas.

Sobre los hombros del folklorista y gestor cultural Thony Liriano descansa la dirección del colectivo de baile, quien ha dado seguimiento a la corriente creada por Lizardo. Al igual que él, sienten un compromiso con nuestro folklor su directora artística María (Daisy) Cepeda, quien tiene 25 años en la agrupación; así como Jorge E. Vásquez Mora, director musical, con 26.

Liriano aclara que solo el nombre le fue cambiado por el Ministerio de Cultura, para hacerlo más abarcador y no sujetarlo a una institución, pero que siguen perteneciendo al Centro de la Cultura, donde tienen sus vestimentas y se reúnen a ensayar.

Al cuestionarlo sobre cómo han logrado mantenerse tantos años, con ritmos que vienen y van, Liriano respondió que tuvieron un maestro que fue muy estricto en la conservación de los valores, la autenticidad. “Fradique Lizardo fue muy estricto con eso y estando en su lecho de muerte nos dijo que somos la continuidad, que no teníamos que inventar con lo que ya fue investigado, y fue aprobado por investigadores y científicos”, expresa Liriano, afirmando que Fradique hizo una escuela, ya que donde quiera que hay un ballet folclórico, surge de esa corriente.

“La esencia está en respetar lo que el maestro nos enseñó por tantos años, y eso nos ha dado resultado, porque no tenemos que estar inventando, si inventamos dejamos de ser auténticos, y eso es lo que más le ha gustado a las personas, que estamos lo más cerca posible del folklor dominicano, del campesino”, expresa con orgullo su director.

Permanencia en el tiempo

Para Thony Liriano, el Ballet Folklórico de Santiago es algo generacional, ya que tienen una escuela que se encarga de enseñarles a los niños y adolescentes este arte. “Vamos utilizando esos recursos como fuente, para ir nutriendo el ballet. Por ejemplo, de los fundadores no queda ninguno, si no hubiese sido por la visión de Fradique, de la escuela, el ballet hubiese desaparecido”, expresó Liriano.

Diversos ritmos son danzados por este ballet, gracias a las investigaciones hechas por su fenecido fundador Fradique Lizardo, quien hizo una recopilación de las variantes del merengue existente en el país, tales como: merengue de figura, cibaeño, campesino, ocoeño, redondo de Samaná, merengue Palm Beach o apambichao de Puerto Plata y el Juangomero, entre otros.

“Otra danza que nunca dejamos es la de los palos o atabales, porque es la danza de resistencia de mayor repunte a nivel nacional. Siempre hay un motivo para bailar palos”, expresó Liriano, citando otros bailes como el de la cinta, chenché matriculado y La tumba.

En el país no se le da mucho apoyo

María –Daisy- Cepeda, directora artística, está en el ballet desde los 12 años, experiencia que define como satisfactoria, ya que la ha llevado a conocer la cultura dominicana y de otros países, aparte de que la ha ayudado mucho en su trabajo como profesora de Educación Artística. “Aunque no ha sido fácil permanecer tanto tiempo, porque en nuestro país no le dan mucho apoyo al folklor”.

En tanto que el director musical Jorge Vásquez, quien está allí desde los 14 años, dice que esto ha sido maravilloso, porque pese a que el folklor no es una profesión de la que se puede vivir netamente, le ha llevado a escalar puestos que nunca imaginaba, porque viene de un barrio.

Distinción
La compañía fue declarada por el Ayuntamiento como Patrimonio Artístico, Cultural y Folklórico de Santiago.

Galardones
Además de haber ganado cinco estatuillas en los Premios Casandra, en su vitrina exhiben un Dorado, el único de Santiago.

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