Estudio vincula fertilización in vitro con riesgo congénito

Los bebés de probeta tienen riegos mayores de defectos congénitos, y los médicos se han hecho varias preguntas al respecto desde hace mucho tiempo.

Los bebés de probeta tienen riegos mayores de defectos congénitos, y los médicos se han hecho varias preguntas al respecto desde hace mucho tiempo.

¿Obedece ello a ciertos tratamientos contra la infertilidad o a ésta en sí? Un extenso estudio nuevo de Australia sugiere que ambos factores podrían estar incidiendo.

En comparación con los bebés concebidos naturalmente, aquellos resultantes de una fertilización in vitro simple —uniendo óvulos y esperma en un tubo de ensayo— no tuvieron un riesgo mayor de defectos de nacimiento una vez que fueron tomados en cuenta factores como la edad de la madre y tabaquismo.

Sin embargo, los defectos de nacimiento fueron más comunes en tratamientos que incluyeron inyectar un solo espermatozoide en un óvulo, lo cual se realiza actualmente en muchos de los casos, especialmente si está involucrada la infertilidad masculina.

Aproximadamente 10% de los bebés nacidos de esta manera tuvieron defectos de nacimiento, contra 6% de los concebidos naturalmente, encontró el estudio.

Podría ser que la manipulación adicional de óvulo y espermatozoide ocasione algún daño; o que otros problemas acechen en los genes de espermatozoides tan defectuosos que deben ser forzados a fertilizar un óvulo.

«No quiero asustar a la gente porque la gran mayoría de los bebés nacen saludables», dijo el líder del estudio Michael Davies, de la Universidad de Adelaide en Australia.

Las parejas podrían utilizar la fertilización in vitro simple sin inyección de espermatozoide, congelar los embriones e implantar sólo uno o dos a la vez, señaló. Todo ello puede reducir la probabilidad de un defecto de nacimiento.

El estudio fue publicado el sábado en internet por el New England Journal of Medicine y presentado en una conferencia sobre fertilidad en Barcelona. Agencias de salud en Australia pagaron la investigación.

Cada año nacen más de 3,7 millones de bebés a través de reproducción asistida. Los métodos incluyen de todo, desde fármacos hasta coaccionar a los ovarios para producir óvulos, pasando por la inseminación artificial y fertilización in vitro.

Los tratamientos de fertilidad representan aproximadamente 4% de los nacimientos en Australia y hasta 8% en Dinamarca, donde los costos son cubiertos ampliamente por el sistema de salud, dijo Davies.

En Estados Unidos, nacieron en 2009 más de 60.000 bebés de los 146.000 intentos de fertilización in vitro. Cerca de tres cuartas partes de ellos utilizaron inyección intracitoplasmática de espermatozoide o ICSI por sus iniciales en inglés.

La ICSI fue desarrollada debido a la infertilidad masculina; pero en la mitad de las ocasiones no se utilizaba por esa razón, sino para mejorar las probabilidades de crear al menos algunos embriones en los intentos de fertilización in vitro. Muchas clínicas la realizan en todos los casos.

La fertilización in vitro cuesta entre 10.000 a 12.000 dólares por intento y otros 2.000 dólares por la inyección de espermatozoide.

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