Khan Academy: ¿Un aula global?

En 1999, junto a Jaime Aristy Escuder, tuve la oportunidad de realizar una investigación para el BID denominada “Los Maestros en la República…

En 1999, junto a Jaime Aristy Escuder, tuve la oportunidad de realizar una investigación para el BID denominada “Los Maestros en la República Dominicana: Carreras e Incentivos”.

El BID estaba consciente de que uno de los pilares más importantes para una reforma educativa exitosa era la disponibilidad de maestros académicamente bien preparados, con salarios decentes, incentivos por productividad y un ambiente  adecuado para ejercer la docencia.

Digo la verdad cuando afirmo que ambos quedamos muy desalentados con los resultados. 

Jaime había estudiado Economía en Europa y yo en Estados Unidos.  Sabíamos la importancia que tienen las matemáticas y las ciencias para dar origen a los cambios tecnológicos que permiten a las naciones avanzar hacia el desarrollo. 

Nuestra investigación, sin embargo, puso de relieve la fuerte aversión a la enseñanza de los cursos de matemáticas y ciencias que mostraba más del 80% de los maestros de las escuelas públicas dominicanas. 

La realidad era que nuestros maestros temían enseñar matemáticas y ciencias, provocando que para la mayoría de los estudiantes dominicanos, las matemáticas y el “cuco” eran sinónimos perfectos.

La deficiencia en la enseñanza de matemáticas y ciencias explica el porqué los estudiantes dominicanos de 3er y 6to grado, obtuvieron las calificaciones más bajas  de todo el continente en matemáticas y ciencias, en el último estudio del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE) para la UNESCO. 

No es por casualidad que la RD es uno de los países de la región con uno de los porcentajes más bajos de estudiantes que ingresan a las universidades a estudiar carreras que como ingeniería, física, y química, requieren un buen dominio de las matemáticas.

¿Qué podía hacer RD frente a este drama?  Recuerdo que en una reunión con el Presidente Fernández en el período 1996-2000, le sugerí que una opción era traer maestros y capacitadores del exterior en el ámbito de matemáticas y ciencias. 

Estos profesores entrenarían a los nuestros, pero se les permitiría impartir docencia a los estudiantes para que,  mientras nuestros maestros tendrían la oportunidad de compenetrarse con los métodos modernos de enseñanza, los estudiantes provenientes de hogares pobres y de bajos niveles de ingresos, se beneficiarían de una mejor enseñanza.

El Presidente Fernández me recomendó conversar con la entonces Secretaria de Educación, Ligia Amada Melo.

A la Secretaria le pareció interesante la propuesta, pero mostró sus reservas ante la reacción negativa que ella preveía vendría de la ADP, el gremio de maestros, debido a la “amenaza” de un ejército de 2 ó 3 mil maestros provenientes de Cuba y de los países de la ex –URSS, a los cuales se unirían unos mil profesores de inglés que proponíamos traer de los EUA. Ahí murió la propuesta.

Estoy consciente que la clase política teme a la reacción de la ADP.  Yo le temo más al estallido social que podría  eventualmente producirse en el país, si sigue profundizándose la desigualdad, debido en gran parte a que los niños y niñas provenientes de los hogares más pobres del país, no tienen acceso a la educación de calidad que están recibiendo los niños y niñas que provienen de hogares de altos niveles de ingresos. 

Hasta hace un par de meses tenía muy pocas esperanzas de que nuestro sistema educativo pudiese, en un período de tiempo razonable, reformarse y crear las condiciones para un cambio dramático en la calidad de la enseñanza de las matemáticas y ciencias básicas. Sin maestros bien calificados, pensaba, el cambio no era posible.

Todo cambió un día que llegué a mi casa y encontré a mi hija Andrea -que está tomando dos cursos avanzados de cálculo y estadística en su último año en el colegio Carol Morgan-, frente a su laptop, la cual mostraba en su pantalla una especie de pizarra electrónica donde una voz explicaba en un inglés con un ameno acento hindú, un problema de probabilidad condicional. Le pregunté a Andrea qué era eso y me respondió: Khan Academy, papi.

Fue así que comencé a enterarme de la existencia del portal creado por Salman Khan, un joven brillante que había estudiado  “computer science”, matemáticas e ingeniería eléctrica en MIT y un MBA de Harvard, y que trabajaba en Whol Capital Management, un fondo de cobertura (hedge fund) de Boston.

Todo comenzó cuando su sobrina Nadia estaba teniendo problemas para comprender cómo convertir galones en litros y onzas en gramos en su curso de 6to. Grado, y mostraba un rezago para entrar al carril de matemáticas avanzadas de su escuela al año siguiente.

Salman, utilizando la función Doodle del Messenger de Yahoo!’s comenzó a explicar las unidades de conversión a su sobrina mientras conversaban por teléfono. 

Como era buen programador, escribió unos códigos que permitían generar nuevos problemas a su sobrina.

Nadia pudo entrar el año siguiente al carril avanzado de matemáticas de su escuela. Sus hermanitos Arman y Ali se enrolaron en la tutoría del tío Salman, a la que se unieron luego algunos de sus amigos. 

El creciente interés que estaba despertando su tutoría, llevó a Khan  a construir módulos por concepto, creando una base de datos que permitía llevar un registro de cuantos problemas sus “estudiantes” habían resuelto y por tanto, medir el progreso de cada uno en particular.

Salman sabía que el Messenger no era adecuado para varios estudiantes observando al mismo tiempo.

Decidió comprarse una tableta Wacom con un lápiz electrónico por 80 dólares y comenzó a subir los videos de aproximadamente 10 minutos a YouTube. La reacción ante sus videos fue tan reconfortante, que Salman en poco tiempo se dio cuenta que su vocación real no era hacerse millonario trabajando en un fondo de cobertura ofreciendo a sus clientes un buen retorno, independientemente que las acciones suban y bajen, recurriendo a modelos complicados que determinan en cuáles acciones el inversionista debe mantener una posición larga porque se espera que van a subir de precio y en cuáles una posición corta porque se prevé que van a bajar.

La vocación de Salman era la de contribuir a mejorar la comprensión de las matemáticas en los niños y niñas del país que había acogido a su madre  y donde él nació.

Muchos no lo saben pero EUA ocupa la posición 51 entre 142 países analizados por el Foro Económico Mundial en cuanto a la calidad de la enseñanza de las matemáticas y las ciencias, un verdadero desastre para la economía más poderosa del mundo.

Khanacademy.org es la vía que Salman Khan ha encontrado para avanzar en su objetivo.  Entre a este portal y encontrará más de 3,000 entretenidos videos de unos 10 minutos, en los cuáles Salman y los demás “maestros globales” que han hecho de Khan Academy su “religión”, muestran cómo resolver problemas de algebra, aritmética,  pre-cálculo, cálculo, ecuaciones diferenciales, geometría, trigonometría, algebra lineal, probabilidad,  estadística y “computer science”.

También tiene módulos que explican cómo dominar, entre otros,  los exámenes SAT y GMAT que requieren las universidades norteamericanas para comparar a los estudiantes que solicitan admisión a los programas de licenciatura y de MBA, respectivamente. 

Pero también de física, química, biología, macroeconomía, microeconomía,  dinero y banca, finanzas, valoración e inversión, y mercados de capitales. Como si esto fuera poco, ofrece también videos de  historia, historia del arte,  cosmología, y astronomía.

¿Cuánto cuesta tener acceso a esta aula global? Nada.  Khan Academy es una institución sin fines de lucro. 

Las mentes más brillantes del mundo, reconociendo el extraordinario valor que puede tener esta institución para revolucionar la enseñanza no sólo en los EUA sino en todo el mundo, han comenzado a hacer donaciones importantes a Khan Academy. 

La Fundación de Bill y Melinda Gates, Google, la Fundación de la Comunidad de Silicon Valley  y la Fundación O’Sullivan son las que más apoyo le están brindando.

Actualmente más de 4 millones de estudiantes reciben la tutoría gratis que ofrece  Khan Academy. 

Más de 40 escuelas en los EUA están combinando en sus clases de matemáticas la enseñanza tradicional del profesor con los ejercicios accesibles por internet de Khan Academy.

Uno de los beneficios que ofrece el portal del llamado Moisés de las matemáticas, es la herramienta que permite a los maestros dar seguimiento a la evolución del desempeño de los estudiantes, mostrando cuáles áreas han llegado a dominar y cuáles muestran rezago.

Algunos podrían estar pensando que esta revolución en la enseñanza de las matemáticas podría permitir a los EUA subir en el ranking del Foro Económico Mundial, pero no a la RD, país que ocupa la posición 139 entre 142 países analizados.

La razón: Salman y sus colegas, en su videos, hablan en inglés. Por un instante tuve la misma preocupación, hasta que comprobé que gracias a la contribución solidaria de latinoamericanos, que se han apasionado con el aporte de Khan a la humanidad, más de 900 videos ya están traducidos al español.

El BID ha presentado muchos de los videos de Khan Academy en español.

¿Qué necesitamos para enrolar el sistema educativo dominicano en esta revolución de la enseñanza de las matemáticas?  Una inversión considerable en computadoras, preferiblemente laptops, acceso a internet, y maestros que puedan guiar a los estudiantes en este proceso combinado de enseñanza.

Y claro, voluntad política y honestidad. Sé que a algunos no les agradará la propuesta, pues el acceso a Khan Academy es gratis y los precios de las laptops a nivel internacional se conocen, limitando las posibilidades de corrupción. 

¿Quién iba a decir que Salman, cuya madre es una inmigrante soltera procedente de Calcuta, la antigua “capital mundial de la pobreza”,  y cuyo padre  es originario de Bangladesh, uno de los países más pobres del mundo, gracias a la globalización de las comunicaciones, podría estar siendo el responsable de una de las iniciativas más poderosas para sacar a millones de personas de la pobreza?
Salman Khan, sin lugar a dudas, debe ser el próximo Premio Nobel de la Paz.

¿Qué apenas tiene 34 años y es muy joven para merecer el Premio? Jesús murió más joven y transformó la humanidad, para siempre. l

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