Con fe y esperanza

Han transcurrido estos días de recogimiento, retiro, conmemoración cristiana, regocijo espiritual y descanso del alma y del cuerpo. Días a los cuales debimos sacarles el mejor provecho.

Han transcurrido estos días de recogimiento, retiro, conmemoración cristiana, regocijo espiritual y descanso del alma y del cuerpo. Días a los cuales debimos sacarles el mejor provecho.
Para quienes lo tomaron como un simple descanso, ha sido una oportunidad para recargarse de energías y recomenzar las jornadas o metas personales, y para quienes descansan, reflexionan y profundizan en sus credos, igual resultan para reafirmarse en sus votos, en la forma de asumir la vida, aún sin esos afanes a que conducen los retos y aspiraciones bien medidas.

Incluso, para aquellos que cifran su futuro en una carrera en la que sólo ven la oportunidad de lograr lo que buscan, por cualquier medio o precio, el período, si se acepta siquiera como un simple remanso, puede ser útil para mejores cálculos.

En cualquier caso, lo importante es que todos aquellos que tuvieron la oportunidad de hacer un alto en el camino, descubran hoy que no hay más alternativa que continuar, sin miedos, persuadidos de que estamos atados a valores, que siempre deben ser llevados de la mejor forma.

Y que cada día debemos trabajar para fortalecerlos, para que cada período pascual que nos queda por delante sirva para elevar los espíritus, reafirmar los compromisos personales, familiares, sociales, para bien de la sociedad en la que vivimos.

La dedicación por las buenas causas dará resultados. Confiamos en la calidad del dominicano para construir y avanzar en la dirección adecuada en los propósitos que tenemos por delante.

Ahora es  tiempo de avanzar o recomenzar, siempre por la senda del bien y no del mal, del servicio y no de la holgazanería. Tiempo de trabajar cada día, con fe y esperanza en que siempre el futuro será mejor. l

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