Suroeste “se siente engañado” con la presa de Monte Grande

En la región Suroeste “la población se siente engañada” con el proyecto de construcción de la presa Monte Grande,…

En la región Suroeste “la población se siente engañada” con el proyecto de construcción de la presa Monte Grande, sostiene el obispo de Barahona, quien recuerda que el presidente Leonel Fernández ha prometido la  obra al menos en tres discursos y ya dio el primer picazo.

Monseñor Rafael Leónidas Felipe Núñez explica que la obra beneficiará de manera directa a las provincias Barahona, Bahoruco e Independencia y controlará las avenidas del río Yaque del Sur, que cuando se desborda inunda a los pueblos de su cuenca, como Canoa, Vicente Noble y Jaquimeyes. Dice que a esta problemática se suma la rotura del canal Trujillo que anega la zona de La Hoya y Pescadería, al tiempo que contribuye a aumentar las aguas del lago Enriquillo que dañan miles de tareas de cultivo.

“El Congreso ya aprobó la forma del préstamo (para la presa). Nos preguntamos porqué no ha empezado, porque ya la licitación está ganada, la compañía es Andrade Gutiérrez. Se suponía que iba a necesitar un año para el estudio y preparar el diseño. No sé si en el Presupuesto de 2012 hay alguna asignación para el inicio de la presa. Pero realmente la región está ansiosa, la región está desesperada, se siente como que la han engañado y se pregunta porqué no se empieza la construcción de la presa”, dice.

Calcula que desde que el dique del canal Trujillo colapsó con el paso de la tormenta  Noel, en octubre de 2007, el 80% de las aguas del Yaque sigue por el canal, que amplió su cauce y vierten en la presa de Rincón, que está sedimentada, por lo que al desbordarse,  siguen hacia el lago Enriquillo.  “La provincia Independencia -apunta- está muy golpeada por la inundación del lago”.

Lamenta que, aunque el presidente Fernández declaró en emergencia la zona, los trabajos de acondicionamiento de terrenos para ubicar los conucos de los campesinos se encuentran paralizados. “Comenzó incluso acelerado y bien, pero luego se ha detenido”. “Según el último estudio, el lago va disminuyendo. Claro. No está lloviendo. Está entrando menos agua. Pero si vuelve otra temporada de lluvias  va a crecer más y va a inundar a Boca de Cachón. Esa comunidad está en peligro porque incluso ya el agua ha llegado por el subsuelo. Por supuesto las tierras cultivables, que era de lo que vivía la gente, se ha perdido”.

La falta de incentivo al desarrollo turístico y de promoción al aeropuerto internacional de Barahona figuran entre los principales males que el religioso observa en la región. También el narcotráfico. “Tenemos tres puertas de entrada para la droga, que es la frontera con Haití, la costa y también por aire”, señala. “La parte de aire se ha controlado. En la parte de la costa hay gente que vive de los paquetes que llegan por ahí. Eso ha corrompido y ha dañado a la gente de nuestra zona, sobre todo en la costa. Comunidades en las que antes no había absolutamente nada de contaminación, tanto de drogadicción como del narcotráfico, se han dañado. Se han corrompido. Y la frontera, a pesar de que entre Jimaní y el cruce de Cabral hay ocho chequeos militares, por ahí sigue pasando todo”.

A nivel nacional ve con recelo la agresividad en la actual campaña electoral con miras a las votaciones presidenciales del 20 de mayo. “Cierta agresividad que se está viendo en los dos partidos es señal de que no se sienten tan seguros. Es una campaña que se ve tensa y como que va a una mayor tensión. Por eso el pueblo sensato, que quiere paz, pide a los políticos un gran respeto por la libertad de la persona, el gran respeto por la decisión que tome cada uno”.

También cuestiona a los dirigentes tránsfugas que se pasan de partido. “La política se está convirtiendo más en un comercio. O sea, ya se va perdiendo la mística, se va perdiendo el espíritu de servicio, a nadie se le ocurre ver a los políticos como servidores, y esto no tiene que ver con éste o aquel político. Se están convirtiendo en unos negociantes”.

47 años de sacerdocio

Monseñor Rafael Leónidas Felipe Núñez forma parte de los 13 hijos procreados por Rafael Honorio Felipe y Celina Núñez. Nació en El Coco, Villa Tapia. Ahora tiene 73 años de edad. Se ordenó como sacerdote hace 47 años. “Yo tenía 12 años de edad cuando pasó un sacerdote por mi casa y  le pregunté a mi mamá quién era ese hombre, y mi mamá me explicó. Yo le dije que quería ser como ese hombre y mi mamá lo tomó con interés”. Dos años después entró al seminario. Antes de llegar como obispo a Barahona trabajó en el Seminario Mayor Santo Tomás de Aquino, en la capital, así como como en Mao, Santiago y Puerto Plata. La Diócesis a su cargo cubre las provincias Barahona, Pedernales, Independencia y Bahoruco, con 30 sacerdotes, que trabajan en 23 parroquias, la Universidad Católica Tecnológica de Barahona (Ucateba), Radio Enriquillo y la Fundación de Apoyo al Suroeste.

Es una lástima que los políticos hayan hecho de la política una industria, un comercio, y que todo sea ganar dinero. Yo digo que ya no es democracia, sino dinerocracia”.

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