Cómo el positivismo suma a tu carrera

Lamentablemente, en nuestro sistema educativo no nos imparten materias de actitud y, simplemente, tomamos de nuestro entorno las formas de accionar…

Cómo el positivismo suma a tu carrera

Lamentablemente, en nuestro sistema educativo no nos imparten materias de actitud y, simplemente, tomamos de nuestro entorno las formas de accionar…

Lamentablemente, en nuestro sistema educativo no nos imparten materias de actitud y, simplemente, tomamos de nuestro entorno las formas de accionar que vemos y las copiamos sin discriminar si, para el logro de nuestras metas, son productivas o no.

No hay personas que vienen al mundo con una actitud positiva y otras no: la actitud es una conducta aprendida, que elegimos como respuesta ante los diferentes sucesos que nos van aconteciendo en el día a día.

¿Son más felices las personas con actitud positiva? Por supuesto que sí: eligen prolongar menos sus quejas, ver lo mejor en todo, no victimizarse y por ende viven vidas más tranquilas y llenas de aceptación por lo que no pueden controlar. Es por ello que en la oficina son los más queridos, los más tomados en consideración para promociones y los que, probablemente, facilitan el trabajo en equipo.

Sin embargo, un alarmante informe de la Oficina de Estadísticas Laborales de los Estados Unidos demostró que las empresas estadounidenses pierden cerca de tres mil millones de dólares anuales como consecuencia de la negatividad. ¿Qué que la provoca? los chismes que generan descenso en la productividad, resentimientos, quejas y menosprecio a los esfuerzos de otros. A través del pensamiento positivo, es posible erradicar esas actitudes malsanas y lograr mayores niveles desempeño profesional.

Es importante que analices y diseñes cuáles son las mejores actitudes que puedes tener en el lugar que más tiempo pasas: la oficina. Estas preguntas te podrían ayudar a reflexionar al respecto:

¿Soy yo la de la mejor actitud en mi ambiente de trabajo?

¿Soy optimista? ¿Veo oportunidades en las dificultades?

¿Soy pesimista? ¿Veo una dificultad en cualquier oportunidad?

¿Soy quien propone soluciones o quien más se queja?

¿Llego cada mañana con una sonrisa (y la mantengo durante el día) para contagiar a los demás?

Parecen preguntas sencillas pero pueden ser un marco de referencia para iniciar un proceso hacia una real actitud positiva. No caigas en el error de decir: «Es que yo soy así», es el mito paralizador más grande que puedes ponerte. Cuando sientas la tentación de pronunciar la frase, mejor pregúntate: ¿Quién quiero ser? y darás el primer paso para lograr la mejor versión de ti misma.

Cultura optimi$ta

Según un informe publicado en Success Magazine, las empresas donde se promueven como cultura las actitudes positivas, suelen ser mucho más productivas que donde no se estimula. Pregúntate: ¿En tu trabajo se promueve una cultura de actitud positiva?

 

Suz Amaro – Coach y creadora del programa de liderazgo Vivesmart (www.vivesmart.com)

Posted in Sin categoría

Lamentablemente, en nuestro sistema educativo no nos imparten materias de actitud y, simplemente, tomamos de nuestro entorno las formas de accionar que vemos y las copiamos sin discriminar si, para el logro de nuestras metas, son productivas o no.

No hay personas que vienen al mundo con una actitud positiva y otras no: la actitud es una conducta aprendida, que elegimos como respuesta ante los diferentes sucesos que nos van aconteciendo en el día a día.

¿Son más felices las personas con actitud positiva? Por supuesto que sí: eligen prolongar menos sus quejas, ver lo mejor en todo, no victimizarse y por ende viven vidas más tranquilas y llenas de aceptación por lo que no pueden controlar. Es por ello que en la oficina son los más queridos, los más tomados en consideración para promociones y los que, probablemente, facilitan el trabajo en equipo.

Sin embargo, un alarmante informe de la Oficina de Estadísticas Laborales de los Estados Unidos demostró que las empresas estadounidenses pierden cerca de tres mil millones de dólares anuales como consecuencia de la negatividad. ¿Qué que la provoca? los chismes que generan descenso en la productividad, resentimientos, quejas y menosprecio a los esfuerzos de otros. A través del pensamiento positivo, es posible erradicar esas actitudes malsanas y lograr mayores niveles desempeño profesional.

Es importante que analices y diseñes cuáles son las mejores actitudes que puedes tener en el lugar que más tiempo pasas: la oficina. Estas preguntas te podrían ayudar a reflexionar al respecto:

¿Soy yo la de la mejor actitud en mi ambiente de trabajo?

¿Soy optimista? ¿Veo oportunidades en las dificultades?

¿Soy pesimista? ¿Veo una dificultad en cualquier oportunidad?

¿Soy quien propone soluciones o quien más se queja?

¿Llego cada mañana con una sonrisa (y la mantengo durante el día) para contagiar a los demás?

Parecen preguntas sencillas pero pueden ser un marco de referencia para iniciar un proceso hacia una real actitud positiva. No caigas en el error de decir: «Es que yo soy así», es el mito paralizador más grande que puedes ponerte. Cuando sientas la tentación de pronunciar la frase, mejor pregúntate: ¿Quién quiero ser? y darás el primer paso para lograr la mejor versión de ti misma.

Cultura optimi$ta

Según un informe publicado en Success Magazine, las empresas donde se promueven como cultura las actitudes positivas, suelen ser mucho más productivas que donde no se estimula. Pregúntate: ¿En tu trabajo se promueve una cultura de actitud positiva?

 

Suz Amaro – Coach y creadora del programa de liderazgo Vivesmart (www.vivesmart.com)

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas