Que no haya sido la mejor producción no es una novedad. El espectáculo quedó corto. Los supuestos aires de internalización que tanto promueven sus organizadores, patrocinadores y productores, quedaron a la espera. No basta con luces y una gran escenografía, esto se logra con un buen guión, línea gráfica y sobre todo, organización; todas casi ausentes. Al parecer, la producción no tuvo tiempo de ver los Oscar o los Golden Globe y tomar un poquito de cada uno.
Por suerte, los ganadores seleccionados en el renglón clásico, todos fueron merecedores de los mismos. Aquí podríamos sacarle un plato aparte a Acroarte; quien gracias a Dios no «metió la pata», como en otras categorías.
La bailarina clásica de este año fue la reconocida Lisbell Piedra por su excelente participación en el espectáculo Los colores de la danza, presentado en el Palacio de Bellas Artes; este espectáculo además recibió el galardón de Mejor Espectáculo Clásico y/o Moderno. Mientras que Elizabeth Crooke se llevó la estatuilla de Coreógrafa Clásica y/o Moderna, por su trabajo realizado en el también premiado Los colores de la danza.
Aunque muchos se preguntaban quien era Juan Cuevas, este tenor ha sabido poner en alto el nombre de nuestro país en tierras extranjeras. Este dominicano, que forma parte de la Compañía Lirica Dominicana, se llevó el premio como Cantante Lírico.
En la categoría Teatro Musical, los nominados pudieron ser merecedores del premio, sin embargo, siempre debe de haber un ganador. En esta ocasión fue el montaje realizado por el ya experimentado Maestro de los musicales Amaury Sánchez: Dreamgirls.
Fausto Rojas, quien viene trabajando desde hace años en el mundo teatral, fue reconocido como Actor del Año, por su papel realizando en la obra Confesión de una máscara. Por su parte, «La polifacética», Cecilia García, se alzó con la estatuilla a Mejor Actriz por su participación en el Máster Class, donde interpretó de la mejor forma al icono del la ópera internacional, Maria Callas.
El aplaudido montaje Máster Class, que produjo Carlos Espinal resultó ganador del Casandra a Mejor Obra; y Haffe Serulle, por su puesta en escena Pros-Tíb en el Palacio de Bellas Artes, fue merecedor del galardón a Director Teatral.
