Una noche con Pitbull: crónica de una Bureísta

Recuerdo el día que supe que Pitbull se presentaría en concierto en el Estadio Olímpico. Lo primero que llegó a mi mente…

Recuerdo el día que supe que Pitbull se presentaría en concierto en el Estadio Olímpico. Lo primero que llegó a mi mente fueron todas sus canciones (al menos las que yo conocía) y con ellas todas las demás estrellas con las que las cantaba. Lo más lejano que tenía era que iría al concierto y mucho menos que relataría mi experiencia, pero ya que es así comencemos.

De inicio pensé que era algo ambicioso de los organizadores del evento presentar a un artista como Pitbull en el Olímpico. Mis conjeturas eran que pondrían la tarima en el centro como en otras ocasiones y sólo llenarían una grada, pero al entrar al área de terreno me sorprendí al ver la tarima justo en el fondo y de una vez puse cara de “esto no se va a llenar”. Pero más sorprendida me quedé al ver los instrumentos y el arreglo de la tarima y pensé: “Esto va a ser interesante”.

El Cata abrió la noche, ataviado con un “tracksuit” azul y dándome la impresión de que acababa de llegar de algún lugar recóndito; no tenía la menor idea de lo que iba a pasar. Fue divertido verlo despedirse después de cada canción que cantó, pero al menos, fue entretenido. Le siguió Vakeró, abriendo con un “skit” titulado 0.23 SPM, que relataba cómo se le había olvidado a él y sus músicos su compromiso para el concierto esa noche. Fue con su presentación que la gente comenzó a encenderse, hasta bailó bachata y bajó hasta el público que cantó a coro con él “No me dé cotorra” y “Que mujer tan chula”.

La presentación de los dominicanos terminó con Don Miguelo, y que sorpresa me llevé cuando canté a coro cada una de sus canciones, desde “Ella se cree”, “A beber” y por supuesto terminando con “7 locas”, donde le acompañaron siete chicas en bikini, y subió al escenario a Nico, Mozart LaPara, El Sujeto y Sensato.

Los problemas de sonido no fueron desapercibidos ni siquiera por el equipo de producción que antes de salir Pitbull al escenario aún estaban trabajando con eso; pero cuando el cubano salió a escena, vestido todo de negro y con sus lentes oscuros que nunca se quitó, el público se olvidó de todo y se dedicó a disfrutar. La verdad es que me sentí que más en un concierto estaba en un “party”, donde no paré de bailar, me olvidé de los playback y vi a Pitbull hasta bailar salsa y gozarse cada una de sus canciones y agradecer a Republica Dominicana mil y otra vez por la oportunidad. Entre canciones que muchos no conocíamos, nos puso a brincar con “International Love”, “Rain Over Me”, “I know you want me”, “Watagatapitusberry”, “On The Floor” y muy humildemente escucharle decir que cuando un éxito es mundial, él tiene que poner sus manos en él y así nos cantó su remix de “Ai si eu te pego”. La noche terminó con “Give Me Everything” y el mensaje de Pitbull de que de toda experiencia negativa sale algo positivo.

Al terminar el concierto dejé el Olímpico satisfecha. Quizás no fue un espectáculo de un calibre como el de otros artistas de mayor trayectoria y repertorio; no escapó a los problemas de sonido, y sí hubo más playback que canto, pero disfruté cada segundo de él, terminé con dolor en mis pies, ronca y sobre todo contenta. Al final del día eso fue lo que fui a buscar, un desestresante y un buen rato. ¡Ahhh y por cierto!… si alguien sabe el número del sastre de Pitbull, por favor hacérmelo llegar.

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