Cada noche hacemos un viaje maravilloso, caemos dormidos y una cortina separa la mente consciente del mundo exterior. Es el periodo de descanso, el sueño reparador, que dura un promedio de siete a ocho horas.Esto representa, en término global, una tercera parte del tiempo que dura nuestra existencia. Y pensar que los médicos y la gente común sabemos tan poco de lo que ocurre en ese tercio de nuestra vida.
Sin embargo, algunos científicos, y en especial el doctor William C. Dement, han realizado profundos estudios sobre el sueño y sus perturbaciones, y el riesgo que pueden significar para nuestra salud.
En este Mes del Corazón, dedicado por la Fundación Dominicana de Cardiología a la divulgación de las perturbaciones del sueño y su incidencia sobre el corazón, vamos a escribir una serie de artículos orientados a dar informaciones sobre los riesgos de padecer Apnea del Sueño.
El sueño es un estado natural reversible del que podemos despertar, aun del sueño más profundo, con un ruido o un estímulo físico. Esto lo distingue de otros estados de “sueño aparente” como el coma y la anestesia. Aunque el sueño es un proceso saludable, algunos trastornos que ocurren durante su curso podrían poner en riesgo la vida.
La Asociación Americana de los Trastornos del Sueño ha descrito 78 trastornos del sueño bajo la clasificación de Disomnias, del griego dys, que se caracterizan por dificultad para iniciar o mantener el sueño o que causan somnolencia excesiva, y que se dividen en: trastornos intrínsecos y extrínsecos del ritmo circadiano; las Parasomnias, que no son trastornos primarios del sueño o de estados de vigilia, sino desórdenes del despertar o asociados al sueño REM(movimiento ocular rápido) que interfieren con los estados de transición del sueño; y otros trastornos asociados a patologías psiquiátricas, neurológicas o médicas.
