“Mi familia fortalece mis ganas de vivir”

Cuando Julissa tenía 19 años, tras asistir a un examen en la universidad, se dio cuenta que en su cuerpo pasaba algo anormal,  ya que su mano derecha le temblaba sin control y no podía escribir, por lo  que pensó que

Cuando Julissa tenía 19 años, tras asistir a un examen en la universidad, se dio cuenta que en su cuerpo pasaba algo anormal,  ya que su mano derecha le temblaba sin control y no podía escribir, por lo  que pensó que podía estar un poco nerviosa.
Pasado un tiempo, al salir del aula se percató de que el síntoma continuaba, por lo que se sintió un poco preocupada y procedió a informárselo a su madre, quien decidió llevarla al médico. Es así como inicia la batalla de esta joven, que hasta ese momento se veía como una persona sana.

Evaluación tras evaluación daban un diagnóstico diferente de su caso, pero día tras día ella se sentía peor, a pesar de los tratamientos a lo que fue sometida,  por lo que sus padres, en su desesperación, pidieron su opinión a un médico amigo, quien les recomendó llevarla a los Estados Unidos y les dio información sobre un hospital del Bronx. Ellos accedieron, y sin pensarlo dos veces  partieron en busca de la salud de su hija.

A su llegada, Julissa también fue sometida a otros estudios y biopsias por una masa que se veía en su cerebro, y el  15 de septiembre del 2008 fue diagnosticada con Meduloblastoma, un tumor maligno que residía entre el cerebro y el cerebelo, haciendo presión, causando así la “descoordinación de sus órdenes cerebrales”, y por ende su equilibrio.

En palabras simples, cáncer.

Con estos resultados, precisó, los médicos del hospital Montefiore Children´s tuvieron la solución al problema y procedieron a aplicarle a la joven unas cuatro quimioterapias, y otras 30 radioterapias; fueron tiempos difíciles y de mucho dolor, pero llegó el gran día, el 19 de marzo de 2009, cuando le fue informado que ya estaba libre de cáncer, que estaba sana.

Julissa, al sentirse tan agradecida por el cuidado que recibió del staff del hospital, de los médicos y las fundaciones que cubrieron por completo su tratamiento, tuvo la idea de crear una institución en  República Dominicana donde pudiera brindar ayuda a niños, niñas y adolescentes con problemas de cáncer.

De inmediato se lo comunicó a sus familiares y ellos la han apoyado cien por ciento en este proyecto, al igual que sus amigos y allegados; y desde entonces se encuentra inmersa en esta labor a través de su fundación Amor, Vida y Esperanza (Ave). 

¿Cuál fue tu reacción al saber que tenías cáncer?

Al escuchar mi diagnóstico, mi primera reacción fue pánico, me pasaron mil preguntas por la cabeza: ¿Por qué yo? ¿Por qué ahora? ¿Por qué y Por qué?, pasé días sin dormir pensando en qué podría pasar conmigo, en qué habría de parar mi existencia, sentí que el mundo se me venía encima; pero Dios, mi familia, mis amigos, el staff médico, conocidos y muchos sin conocer estaban ahí para darme valor y esperanza, eso multiplicó mis ganas de vivir y me ayudó a asumir actitud de sobreviviente desde el principio.

¿Cómo ha sido tu vida luego de superar esta enfermedad?
Ya tengo 23 años y gracias a Dios vivo una vida normal, estoy cursando el último semestre de mi carrera universitaria.

En el plano personal, cada vez que tengo oportunidad disfruto al máximo de la compañía de mi familia y mi novio, y trato de vivir el día a día al máximo como si fuera el último.

¿Cuántos niños se benefician con esta labor?
Nuestra fundación tiene muy poco tiempo de creada, por lo pronto estamos trabajando con niños del Instituto Oncológico Doctor Heriberto Pieter,  hasta la fecha hemos podido cubrir en su totalidad el tratamiento de unos cuatro niños, incluyendo uno de Constanza que fue atendido en la ciudad de Santiago, pero tenemos la esperanza de aumentar el número.

¿Quiénes aportan a la fundación?
Entidades bancarias, entre ellas el Banco Popular, la Asociación Cibao y el Banco Múltiple León , además de algunas  manos caritativas que se han unido a nuestra labor.

¿Qué tipo de actividades realizan para recaudar fondos?
Solo hemos realizado dos actividades, la primera fue una rifa para cubrir los gastos del tratamiento de un pequeño y la otra fue una cena de gala y show artístico benéfico.
¿Cuáles son tus planes futuros?
Queremos integrar más personas a nuestra labor, principalmente a los jóvenes, y es por esto que estamos planificando visitar algunas universidades para realizar charlas que conciencien sobre el cáncer, sus causas y consecuencia, y cómo ayudar a revertirlo.

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