Reformas para seguir en lo mismo

En el país se ha llevado a cabo un intenso debate sobre la necesidad de superar las prácticas clientelares en el sistema político.…

En el país se ha llevado a cabo un intenso debate sobre la necesidad de superar las prácticas clientelares en el sistema político. En tal sentido, se han realizado un conjunto de reformas políticas e institucionales, hasta culminar con la Constitución del 2010, que intentan hacer del dominicano, un Estado social y democrático de Derecho. Eso ha estado provocando la ilusión de que la República Dominicana avanza en materia institucional. Incluso, algunos han llegado a proclamar, sin esconder su entusiasmo, que el país está viviendo una verdadera revolución democrática.

El problema es que la transformación de una sociedad no se agota en el discurso, ni siquiera en las reformas jurídicas. Los cambios reales implican transformar la cultura política de una sociedad, es decir, las prácticas y actitudes de sus distintos actores. Sin embargo, los líderes políticos dominicanos, con su comportamiento nos demuestran que las reformas no son más que cambios cosméticos, que atienden la forma, más no el fondo. Por más moderna que sea nuestra Constitución, seguimos con las mismas prácticas que caracterizaron a los regímenes más autoritarios de nuestra historia política.

Aquellos líderes que se suponían comprometidos con la modernización del Estado dominicano, se auto-complacen en su retórica de la modernidad democrática, pero privilegian el pragmatismo político en busca del éxito electoral. Éxito que no ha servido para el bienestar de la sociedad dominicana, sino para perpetuar sus penurias.

Actos de una supuesta solidaridad pública, ponen de relieve los profundos atrasos que aún mantiene el país en términos democráticos. El primero, la denigrante repartición de canastas por parte del Ejecutivo, una forma de atropellar en su dignidad a miles de familias que sufren las carencias más absolutas. Esto desvela el fracaso de los partidos tradicionales, que en más de tres décadas de democracia han sido incapaces de transformar la situación de pobreza y desigualdad en gran parte de los dominicanos.

El segundo acto fue el realizado por varios bloques de legisladores, quienes en un supuesto gesto de altruismo, rifaron con dinero del pueblo varios vehículos entre periodistas. Esto pone en evidencia que no hay ningún reparo en usar los recursos del Estado como si fuera de una persona o de un grupo político en particular. Ambas acciones no son más que la vergonzosa reiteración de una práctica clientelar, que lejos de contribuir con el avance de la democracia, nos estanca en un sistema político, que por su deficiencia, permite la vigencia del liderazgo político actual.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas