Ray Guevara: “Es la mayor responsabilidad que haya tenido”

¿Cómo usted asume esta designación? Lo asumo como un reto; como un gran desafío a una persona que…

¿Cómo usted asume esta designación?

Lo asumo como un reto; como un gran desafío a una persona que tiene una participación importante en la vida pública, pero que ahora le depositan sobre sus hombros con el peso de los años, la mayor responsabilidad que yo haya tenido. Ustedes saben que esta es una institución nueva y colegiada; que en ella se cifran grandes esperanzas.

La gente no puede pensar que el Tribunal Constitucional va a resolver todos los problemas del país. No es la panacea absoluta. Pero tampoco el Tribunal puede hacer quedar mal las aspiraciones que tiene el pueblo dominicano. El Tribunal tiene que caracterizarse por trabajar. Ese no es un tribunal para figurear ni para hablar, sino que es un tribunal para trabajar en defensa de la Constitución; por el fortalecimiento institucional del país; por la primacía de los valores constitucionales.

Creo que es el reto más grande que yo he tenido en vida. Por eso, desde anoche  cuando me enteré de la noticia, le he estado pidiendo a Dios que me dé como siempre las energías que él me da para, junto a los compañeros y compañeras del Tribunal, tratar de estar a la altura por lo menos de las expectativas que tiene el pueblo dominicano y la confianza que depositó en nosotros el Consejo Nacional de la Magistratura.

¿Cómo manejará con independencia partidaria?

La independencia partidaria será total. La independencia del juez constitucional es su sumisión a la Constitución, nada más que la Constitución. La ley es clara: el que esté ahí no puede realizar ninguna labor partidaria. El que quiera hacer vida partidaria, pues tiene que apartarse del Tribunal Constitucional.

¿Lo tomó por sorpresa su designación como presidente del TC?

Más que todas estas cuestiones técnicas de las que estamos hablando, yo creo que esto fue una gran prueba que Dios me mandó. ¿Ustedes saben por qué? Yo no me iba a presentar al Tribunal Constitucional. Y a mí, quienes me llamaron, siendo yo un hombre ligado a la Iglesia Católica, profesor de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, director de la Escuela de Derecho, diez años, unido a la Universidad desde hace 41 años, estudiante graduado. Todo el mundo sabe los vínculos que yo tengo con la Universidad Católica y la Iglesia Católica…

¿Quiénes me presentaron a mí? El Codue (Confederación Dominicana de Unidad Evangélica). Dicho sea de paso, yo tengo en mi familia una gran representación evangélica, y he tenido las mejores relaciones. Y ayudo a los pastores evangélicos y a las iglesias en mi provincia. Esas es mi devoción mayor. Yo creo que Dios obró a través de ellos, porque si ellos no me llaman, yo no me iba a presentar.

Yo no he pensado en la parte institucional. Yo lo que pienso es en el amor infinito, porque Dios me lo ha dado todo a mí. No creo que yo merezca una gran cosa, pero Dios sí me ha dado bendiciones infinitas.

La creación del TC generó debates y controversias. ¿Está usted mentalmente preparado para lidiar con las implicaciones de este nuevo organismo constitucional?

Yo te voy a decir una cosa, no habrá ningún problema, Dios mediante, entre la Suprema Corte de Justicia y el Tribunal Constitucional. Yo, después que las cosas se canalicen, después que nos juramentemos, después que se constituya el TC, la primera propuesta que pienso hacer a mis colegas, es que se firme un acuerdo interinstitucional entre la Suprema Corte de Justicia y el Tribunal Constitucional. Esa será la mayor demostración de que todos tenemos que trabajar para servirle al país, porque a esas instituciones uno no va a servirse, uno va a servir.

Entonces,  la Suprema en su campo de actuación, el Tribunal Constitucional en su campo de actuación, pero tiene que haber un espíritu de colaboración. Hay una experiencia en la Suprema Corte de Justicia, que es aprovechable por el Tribunal Constitucional, cada uno manteniendo su independencia, pero la cooperación es necesaria. Eso está claro.

Eso es un elemento de profunda tranquilidad para el pueblo dominicano y para los poderes públicos dominicanos.

¿Será necesario insistir más en las funciones esenciales del TC, para que la gente pueda saber cómo aprovechar esta nueva figura constitucional?

Lo puedo poner de dos maneras: una simple y una menos simple. La simple es que el Tribunal Constitucional es un espacio ciudadano. Es un lugar para que los ciudadanos vayan a defender sus derechos fundamentales, el derecho a la vida, el derecho al trabajo, el derecho a la propiedad, el derecho a la salud, el respeto al medio ambiente, el derecho a la libre reunión, a la libre manifestación, a la libre reunión. Eso es un Tribunal Constitucional, un espacio para el ciudadano.

Ahora si tú te vas a las competencias que tiene la misión del Tribunal Constitucional, que le da la Constitución, dice claramente: garantizar la supremacía de la Constitución; que la Constitución esté por encima de todo. Defender el orden constitucional y proteger los derechos fundamentales. Es hermoso. Es una cosa bien delicada; bien grande, pero qué bueno, pero qué bueno, porque hay que trabajar en esa línea.

¿Se siente agradecido?

La primera expresión que brota de lo más profundo de mi corazón y de mis sentimientos es agradecer al señor presidente de la República y a todos los miembros del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) que me honraron con esa designación.

Agradecer a la Confederación Dominicana de la Unidad Evangélica (Codue), la filial del Colegio de Abogados de La Romana y a la Academia Dominicana del Derecho, que me presentaron como candidato a las llamadas altas cortes. Una mención especial para mis alumnos, toda esa legión de estudiantes de licenciatura, de Unibe y de la PUCMM, que estaban por el twitter en mi presentación, muy activos y muy encantados, y después haciendo una labor que realmente me hizo sentir muy bien.

Es la única satisfacción que tiene el maestro, es recibir la recompensa y el afecto de sus estudiantes. De manera que, obviamente, yo creo que esto fue un regalo del Señor. Creo que Dios me ha premiado una vez más, que todo lo que he tenido se lo debo a él, fundamentalmente. Y le doy gracias en este momento. Todo el mundo sabe que yo vengo de Samaná, que es provincia de Dios.

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