Mariano Germán: “No me asusta nada”

¿Cómo se siente con esta designación? Con mucha tranquilidad. Yo tengo 40 años de ejercicio, voy…

¿Cómo se siente con esta designación?

Con mucha tranquilidad. Yo tengo 40 años de ejercicio, voy para 41 años. A mí lo de la profesión no me asusta nada. Lo veo simplemente como un reto. Lo veo como un reconocimiento; como una oportunidad para servirle al país. Dios y la sociedad me han dado mucho. Soy una persona de origen muy humilde, desde el punto de vista económico. Mis padres eran de origen campesino, de Castillo (provincia Duarte), pero además pobre.

Dios me dio el medio de poder estudiar la profesión y haber trabajado todos los años de mi vida, y creo que Dios y la sociedad me han dado la oportunidad. Quizás me han dado más reconocimiento del que yo merezco, lo digo con franqueza, porque lo siento. Dios ha sido muy generoso y pródigo conmigo.

Tengo mucho que agradecerle a mucha gente, porque el hombre no es solamente lo que él es por su esfuerzo personal, sino también por la contribución que quien lo rodea hace por él. Y el hecho de que me hayan designado en la Suprema Corte de Justicia es un reconocimiento.

¿Usted lo esperaba o lo sorprendieron con la noticia?

Pero nunca lo di como un hecho. Yo me he acostumbrado con los años a ver los hechos solamente cuando suceden. Cuando me lo anuncian como adelantado, lo veo siempre como una factibilidad. Una posibilidad. Me hablaban de eso y yo lo tomaba como: si llega asumo la responsabilidad, si no llega, me siento satisfecho, porque me han tomado en cuenta.

Usted ha estado estrechamente ligado al presidente de la República y a los asuntos importantes del Estado. Incluso, fue procurador general y consultor jurídico en pasadas gestiones de este gobierno. ¿Puede sentirse la sociedad dominicana tranquila de que estos vínculos no interferirán en sus funciones como presidente de la Suprema Corte?

Con relación al aspecto político, yo no tengo ninguna opinión. Todos somos políticos. Pero ya eso es otra cosa. Voy a hacer política judicial, más nada. No me asusta para nada. Yo estoy preparado para esto. Humildemente, me siento preparado para esto. Yo conozco la profesión. Yo no me puedo poner guapo porque hablen. No. Esa es la vida. Esa es la democracia. Y el que no acepte la posibilidad de que haya opiniones a favor y en contra, no puede hacer nada en la vida. Yo tengo que oír a todo el mundo. En el ejercicio de la profesión me acostumbré a eso.

¿Ha pensado en alguna recomposición en la Suprema Corte de Justicia?

Ya eso vendrá. Después que llegue, analizaré lo que hay y sobre lo que hay trabajaré. La sociedad es una continuidad: tú estás vivo, andas caminando; si tienes hijos, para que tus hijos puedan seguir viviendo, tú tienes que morir, porque si no muriéramos todos los días, hubiera tanta gente sobre la tierra que ya no cupiéramos (risas a carcajadas).

¿Vislumbra reunirse en estos días con el presidente del Tribunal Constitucional, para intercambiar pareceres?

Los planes de trabajo ya los anunciaré oportunamente. Por el momento, estoy tranquilo; contento. Mi familia está contenta y yo lo asumo como una responsabilidad.

¿Y qué debe esperar la sociedad de su gestión como presidente de la SCJ?

La sociedad debe estar tranquila, porque yo voy a servirle. Yo en 66 años he demostrado que puedo servirle a la sociedad y que la sociedad ha dado mucho por mí, y yo soy deudor de la sociedad, no ella de mí. Yo soy deudor de la sociedad; la sociedad me ha dado muchísimo y Dios me ha dado más todavía. Entonces, le debo a Dios la vida, la familia y todo y la sociedad lo que ella ha hecho por mí. Voy a cumplir con una deuda. Yo tengo una concepción muy clara de lo que es el ejercicio y lo que es ir a desempeñar la función de juez. Yo estoy tranquilo; tranquilísimo. Yo me acosté anoche después de eso (de la designación); me dormí y después de eso me fui a caminar como todos los días. Estoy aquí; ahorita voy y como y sigo igual.

¿Igual, dice usted? Usted fue abogado del Estado también…

No, no. Igual hasta el día de hoy. A partir de que entre en función, ya es otra cosa. Voy a tener mucho trabajo y mi vida va a cambiar, porque no voy a desempeñar el mismo trabajo. Es un trabajo distinto. La vida que uno lleva depende del trabajo que desempeña. Cambiaré de posición: si estaba en el Sur, ahora estaré en el Norte; si estaba en el Norte, ahora estará en el Sur.

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