¿Hacia un milagro educativo?

El Gobierno dominicano invierte muy poco en educación. Durante los primeros años de la administración del presidente Hipólito…

El Gobierno dominicano invierte muy poco en educación. Durante los primeros años de la administración del presidente Hipólito Mejía se registró un aumento significativo en la inversión pública en educación, pasando de 2.19% del producto interno bruto (PIB) en el 2000 a 2.54% en el 2002.

Lamentablemente las finanzas públicas fueron sacudidas por la crisis bancaria mas devastadora de nuestra historia. Fraudes bancarios que comenzaron a gestarse en 1989, desencadenaron el colapso del banco privado más grande del país, seguido de otros dos, acarreando un costo al Estado de 20% del PIB. El equilibrio fiscal fue fracturado, la presión tributaria se redujo y el Gobierno fue forzado a desviarse de la trayectoria de aumento en la inversión en educación adoptada en agosto del 2000, la cual descendió en el 2003 y 2004.

A partir del 2005, pasado el vendaval de la crisis bancaria, la inversión en educación comienza a recuperarse, alcanzando 2.20% en el 2007, el nivel más alto que se ha verificado en las administraciones del presidente Leonel Fernández que se iniciaron en agosto del 2004.

Del 2007 al 2011, las variaciones han sido mínimas, en parte porque no se ha realizado un esfuerzo intenso para ejecutar un programa integral de mejora de calidad de la educación pública que conlleva una creciente asignación de recursos; porque las prioridades estuvieron sesgadas en obras de infraestructura como el Metro de Santo Domingo; y porque el Banco Central ha puesto a crecer el PIB nominal a una tasa que tiene a Juan Hernández, el más eficiente recaudador de impuestos que ha tenido el país, al coger el monte.

Somos actualmente el país de América Latina que menos invierte en educación como % del PIB. Pero la verdad hay que decirla completa. Somos también, después de Guatemala, el país cuyo gobierno recibe menos ingresos corrientes como % del PIB: 13.4% en el 2010. Es cierto que Cuba es un monstruo invirtiendo en educación. En el 2009, siéntese si está de pie, el gobierno cubano invirtió el 18.6% del PIB en educación.

Pero también es cierto que el gobierno cubano recibe ingresos corrientes ascendente al 66.5% del PIB, cinco veces lo que recibe el dominicano. Panamá está invirtiendo actualmente el 4% del PIB en educación; nosotros apenas 2.1%. No es lo mismo, sin embargo, invertir el 4% del PIB en educación cuando los ingresos corrientes del Gobierno ascienden a 26% del PIB, como en Panamá, que cuando ascienden a 13%, como en República Dominicana. Estoy consciente que los ingresos corrientes del Gobierno en nuestro país son superiores al 13% del PIB, una vez corregimos la sobre estimación del PIB existente. Pero si ajustamos el PIB a su nivel correcto, entonces la inversión pública en educación como % del PIB sería también mayor, llegando quizás a 2.5%.

Es por eso que la sociedad debería prestar más atención a un indicador que no está sujeto a errores de cálculo: la inversión en educación como % del gasto total del Gobierno neto de amortizaciones de deuda pública. Entre el 2000 y el 2002, dicho gasto se movió entre 17% y 18%. Cayó con la crisis bancaria y en los últimos tres años se ha mantenido cerca del 13%, inferior al promedio de 18.4% de América Latina. Sólo superamos a Uruguay y a Ecuador en la región aunque estamos cerca de Brasil y Argentina.

Mientras existan dudas sobre el nivel del PIB, sería más sano llegar a acuerdos que relacionen la inversión pública en educación como % del gasto total del gobierno neto de amortizaciones. Si en el 2011 se hubiese invertido el 4% del PIB en educación, la inversión pública en educación habría representado el 25.5% del gasto total del Gobierno neto de amortizaciones, casi empatando con Cuba. ¿Es posible un salto, en un solo año, de la posición 18 a la 2?
Para el 2013 se ha acordado cumplir con el 4% del PIB, lo que implicará aumentar la inversión pública en educación de RD$45,068 millones en el 2011 a RD$105,824 en el 2013.

Hay que ir adecuando las dependencias educativas del Gobierno para que puedan dar un uso eficiente a estos recursos. Si lo hacemos, con un poco de suerte, podríamos de la noche a la mañana pasar a encabezar la región como el país cuyo gobierno más invierte en educación como % del gasto total neto de amortizaciones. Seríamos testigos de un milagro en materia de gasto educativo. 

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