“La justicia tiene aún sus debilidades”

JustoPedro Castellanos es un hombre optimista, está convencido de que la vida es una lucha permanente a través de la que se puede construir un mejor futuro individual y colectivo.

JustoPedro Castellanos es un hombre optimista, está convencido de que la vida es una lucha permanente a través de la que se puede construir un mejor futuro individual y colectivo.Es el primero de los tres hijos de Justo Castellanos Díaz e Idalia Khouri, hermano de Ana y Jacqueline; esposo de Claudia Padilla, padre de Laura y Pedro Castellanos Hernández y de María y Diego Castellanos Padilla. Para él, esta es la mejor presentación.

l ¿Cómo ve usted la educación en el país?

l La educación en nuestro país tiene luces y sombras. Es un tema en el que hay muchas oportunidades de mejora. Urge sembrarlo en el centro de la agenda nacional, no sólo por el Gobierno sino por toda la sociedad. Debemos lograr un cambio cultural, a partir del cual la familia dominicana aprecie la educación como el vehículo fundamental para el desarrollo del país y de sus hijos en términos humanos, intelectuales y culturales.

l ¿Cree usted que el gobierno aporta suficientes recursos a la educación?

l La cantidad de recursos que el Gobierno aporta para la educación debe incrementarse. Recientemente Unapec ha estado entre las instituciones que suscribieron con los candidatos un compromiso para que a partir del 2013 se cumpla con el cuatro por ciento legal. En torno a ello, sin embargo, reitero dos cosas relevantes: una, el reconocimiento de que la cantidad de recursos que se aportan en la actualidad es muy superior a la que se ha aportado antes, en términos absolutos y en términos porcentuales. Y otra, que el problema de la educación dominicana no es solamente de recursos; urge una reingeniería profunda en el sistema, que garantice que esos recursos tendrán el impacto que todos deseamos. Los recursos son un componente de un problema mayor, mucho más complejo. Solamente con más recursos no se logrará impacto alguno en la mejora de la educación nacional. Si la solución fuera más recursos, se trataría de una muy fácil y rápida solución y no es el caso.

l¿Usted está propuesto para integrar a alguna de las denominadas “altas cortes”?

lDiversas organizaciones me han propuesto para integrar el Tribunal Constitucional y para la Suprema Corte de Justicia.

l¿Qué piensa usted de la justicia dominicana?

l Ha vivido una auténtica revolución desde que se integró la nueva Suprema Corte de Justicia en 1997. Este progreso no niega, sin embargo, la realidad de que necesitamos continuar superando debilidades de todo tipo. La Suprema Corte de Justicia, con su nueva integración tendrá la responsabilidad de lanzar lo que se ha llamado la segunda ola de la reforma judicial.

l Las Altas Cortes nacen con la nueva Constitución, ¿qué opinión tiene sobre la nueva Carta Magna?

l La nueva Carta Magna debe llenarnos de orgullo a los dominicanos no sólo por la calidad de su contenido, sino también por la forma abierta, democrática y participativa en que fue aprobada. Es la Constitución más moderna que hemos tenido. Una pequeña muestra de sus muchos nuevos aportes son estas dos instituciones, especialmente el Tribunal Constitucional.

l Se habla mucho sobre el Tribunal Constitucional, ¿cuál entiende que sería el aporte de este al país?

l El Tribunal Constitucional marcará un antes y un después en la sociedad dominicana. Como ha ocurrido en otros países: en España, en Colombia, por ejemplo. Será un espacio, sobre todo, para construir ciudadanía; tendrá un impacto fundamental en nuestro desarrollo institucional y democrático.

l ¿Cuál sería su aporte a estas cortes?

l Soy abogado. He ejercido mi carrera y me gusta. La vida me sacó del ejercicio profesional y me trajo hasta Apec, una experiencia que me ha enriquecido como profesional y como ser humano y que nunca terminaré de agradecer. La judicatura es un escenario envidiable para quien, como yo, tiene un compromiso ético y político (hablo en sentido amplio) con su país, con la humanidad; para continuar participando, tratando de aportar a nuestro desarrollo. En esa eventualidad, me daría muchísima pena salir de la universidad pero me llenaría de alegría entrar a esa liga a jugar ese juego. l

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