Una estampa histórica de la Zona Colonial

Alos asiduos visitantes a la Zona Colonial se les suele tildar de bohemios o “boncheros”, pues en la actualidad este sector de la ciudad de Santo Domingo es popular por los parques que llaman a la gente “sencilla” a disfrutar de la

Una estampa histórica de la Zona Colonial

A los asiduos visitantes a la Zona Colonial se les suele tildar de bohemios o “boncheros”, pues en la actualidad este sector de la ciudad…

Alos asiduos visitantes a la Zona Colonial se les suele tildar de bohemios o “boncheros”, pues en la actualidad este sector de la ciudad de Santo Domingo es popular por los parques que llaman a la gente “sencilla” a disfrutar de la brisa que regala una fresca noche sentados en algún banco de la zona; mientras que a otros les atraen los distintos centros de diversión nocturna que abundan en el área. Pero sin importar las razones por las que decidan adentrarse en las estrechas calles de la Ciudad Colonial, siempre hay un momento para detenerse, mirar el entorno y admirar las edificaciones que la conforman, en especial, una ubicada entre las calles peatonal El Conde y Arzobispo Meriño: el Palacio Consistorial de Santo Domingo.

Este edificio, conocido por su sencilla pero imponente torre, es un legado histórico vigente de las distintas etapas por las que la sociedad dominicana ha atravesado. Su construcción data entre 1502 y 1504, pero su estructura, debido a diversos acontecimientos en el transcurrir de los años, ha sido objeto de constantes modificaciones desde el 1880.

La primera de estas a gran escala fue efectuada durante los años 1911 y 1913 por el ingeniero Osvaldo Báez, según el arquitecto Lisandro Pérez Fernández, encargado del departamento de Registro y Control de la Dirección de Patrimonio Inmueble de Santo Domingo.

Pérez detalla que el palacio no conserva su arquitectura colonial original debido a los cambios que Rafael Leonidas Trujillo ordenó hacer durante su mandato, pero que de igual forma la infraestructura es digna de admirar porque representa un legado histórico y cultural.

Pérez Fernández habla sobre el mural que engalana la Sala Magna pintado por el artista español José Vela-Zanetti. Las paredes de esta amplia estancia que es complementada con los bustos de los Padres de la Patria, un viejo piano de cola, el escudo del Ayuntamiento y hermosas lámparas chandelier, son un relato pintado desde la época de la pre-colonización de la isla hasta la historia reciente de nuestra sociedad.

Allí, llama la atención la escalera señorial que comunica la planta baja con el gran salón que sirvió como Sala Capitular a mediados del siglo XX, en la cual se atribuye al arquitecto Tomás Auñón los trabajos de ambientación interior, barandas y carpintería de madera preciosa.

Aspectos representativos del Palacio Consistorial

El Palacio Consistorial de Santo Domingo, sede del gobierno de la ciudad, posee un estilo ecléctico que conjuga diversos elementos del repertorio clásico debido a los cambios sufridos, siendo la torre el elemento más representativo del edificio un reloj que se destaca en la cima, y que por años fue considerado el reloj público de la ciudad.

La torre, que destaca el palacio de los demás edificios de la Zona Colonial, fue agregada durante la dictadura de Trujillo y es una de las últimas reformas notables que se le hizo al palacio.

A pesar de esto, esta se acopla a la base del mismo, tanto , que muchos piensan y aseguran que pertence a su construcción original.

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A los asiduos visitantes a la Zona Colonial se les suele tildar de bohemios o “boncheros”, pues en la actualidad este sector de la ciudad de Santo Domingo es popular por los parques que llaman a la gente “sencilla” a disfrutar de la brisa que regala una fresca noche sentados en algún banco de la zona; mientras que a otros les atraen los distintos centros de diversión nocturna que abundan en el área.

Pero sin importar las razones por las que decidan adentrarse en las estrechas calles de la Ciudad Colonial, siempre hay un momento para detenerse, mirar el entorno y admirar las edificaciones que la conforman, en especial, una ubicada entre las calles peatonal El Conde y Arzobispo Meriño: el Palacio Consistorial de Santo Domingo.

Este edificio, conocido por su sencilla pero imponente torre, es un legado histórico vigente de las distintas etapas por las que la sociedad dominicana ha atravesado. Su construcción data entre 1502 y 1504, pero su estructura, debido a diversos acontecimientos en el transcurrir de los años, ha sido objeto de constantes modificaciones desde el 1880.

La primera de estas a gran escala fue efectuada durante los años 1911 y 1913 por el ingeniero Osvaldo Báez, según el arquitecto Lisandro Pérez Fernández, encargado del departamento de Registro y Control de la Dirección de Patrimonio Inmueble de Santo Domingo.

Pérez detalla que el palacio no conserva su arquitectura colonial original debido a los cambios que Rafael Leonidas Trujillo ordenó hacer durante su mandato, pero que de igual forma la infraestructura es digna de admirar porque representa un legado histórico y cultural.

Pérez Fernández habla sobre el mural que engalana la Sala Magna pintado por el artista español José Vela-Zanetti. Las paredes de esta amplia estancia que es complementada con los bustos de los Padres de la Patria, un viejo piano de cola, el escudo del Ayuntamiento y hermosas lámparas chandelier, son un relato pintado desde la época de la pre-colonización de la isla hasta la historia reciente de nuestra sociedad.

Allí, llama la atención la escalera señorial que comunica la planta baja con el gran salón que sirvió como Sala Capitular a mediados del siglo XX, en la cual se atribuye al arquitecto Tomás Auñón los trabajos de ambientación interior, barandas y carpintería de madera preciosa.

Aspectos representativos del Palacio Consistorial

El Palacio Consistorial de Santo Domingo, sede del gobierno de la ciudad, posee un estilo ecléctico que conjuga diversos elementos del repertorio clásico debido a los cambios sufridos, siendo la torre el elemento más representativo del edificio un reloj que se destaca en la cima, y que por años fue considerado el reloj público de la ciudad.

La torre, que destaca el palacio de los demás edificios de la Zona Colonial, fue agregada durante la dictadura de Trujillo y es una de las últimas reformas notables que se le hizo al palacio.

A pesar de esto, esta se acopla a la base del mismo, tanto , que muchos piensan y aseguran que pertence a su construcción original.

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