Ellas triunfaron el gran día. Cópialos y colecciona miradas y sonrisas en la boda.
Grace Kelly
“Grace Kelly, princesa de la idoneidad (y de Mónaco) sabía que en Estados Unidos idoneidad significa confundirse, mientras que en Europa implica sobresalir un poco”, dicen Olivia Goldsmith y Fine Collins, autoras de Simple isn’t easy (Lo simple no es fácil). El día de su boda con el príncipe Rainiero, Kelly usó un vestido clásico (muy propio de la realeza), pero a la vez impresionante, cuyo punto focal era el corpiño elaborado con encajes de 125 años hecho en Bruselas.
El vestido fue un regalo de los estudios MGM, creado por Helen Rose. La plebeya que conquistó al príncipe se convirtió en un ícono de moda nupcial y su vestido ha inspirado muchos otros.
Truco y legado: Adapta tu sueño acorde al evento, el entorno y la ocasión. Rompe las reglas, pero respeta el protocolo.
Wallis Simpson
Wallis Simpson fue la divorciada plebeya que movió por amor al monarca de Inlgaterra Eduardo VIII a renunciar al trono. En su boda, el 3 de junio de 1937, Wallis vistió una creación del estadounidense Mainchober. El sencillo vestido fue confeccionado en satín crepé, color azul y acompañado de un saco corto entallado. “La más importante regla es la sencillez, que debe entenderse como sinónimo de elegancia”, afirma Caterina Berthelot, autora de Ideas y trucos para planear una boda. “Algunas mujeres caen en el error de creer que cuanto más rico y adornado sea su vestido, más guapas estarán”.
Truco y legado: No te obsesiones con el vestido. El principio de Wallis es: no se trata de opacar, llamar la atención, sino de escoger un modelo que se sienta bien y con el que te sientas cómoda. Muchas veces la sencillez imprime la nota de estilo.
Carrie Bradshaw
En la película Sex and The City, Carrie asusta a Big con un listado de 200 invitados a la boda y le hizo literalmente salirle “corriendo” al matrimonio. Después de reconciliarse, se casaron sólo con la asistencia de las amigas de Carrie y luego se sumaron los más cercanos a una recepción improvisada en un restaurante.
“Una boda es un momento especial e íntimo que debe compartirse sólo con la gente, en verdad, cercana y querida por los novios”, dice Robbi G.W. Ernst III, autora de Great Wedding Tips from the Experts (Grandiosos consejos de boda de los expertos). Además, tienes que tener presente que el número de invitados determinará los gastos y las dimensiones de los lugares para la ceremonia y la recepción.
Truco y legado: Simplifica tu lista y olvídate de gastar sumas cuantiosas. Limita el número de invitados sólo a aquellos que han sumado en la relación tuya y de tu bombón y que se merezcan, de verdad, celebrar el gran día contigo.
Jennifer López
Se casó con Ojani Noa, Cris Judd y Mac Anthony y su sentido de independencia ha prevalecido por encima de la condición económica de sus maridos. “A las muchachas se las educa para considerarse naturalmente dependientes, se les concede el privilegio de apoyarse en la mayor fuerza de los hombres, y van al matrimonio plenamente convencidas de que verán cumplidas tales esperanzas”, dice Jessie Bernard, socióloga de la Universidad Estatal de Pensilvania y autora de The Future of Marriage (El futuro del matrimonio). Por encima de que ahora tu hombre te represente o no, tu autonomía, independencia económica y tu identidad deben no debes perderlas.
Truco y legado: Si te casas esperando que él lleve las riendas de la casa, de las finanzas, de tu vida… le estarás otorgando demasiado poder y perdiéndote a ti misma. Debes ser capaz de tener tu propio proyecto de vida, ya sea para compartirlo felizmente con él o no. Del futuro nadie sabe.
Diana de Gales
Cuando Diana Spenecer se convirtió en la princesa de Gales todo parecía perfecto. Un gran vestido, una gran boda, una gran corona y un supuesto príncipe encantador que terminó, para muchos analistas, siendo un sapo. “El hombre perfecto es un término vago, así que, antes de salir a buscarlo, debes pensar bien lo que quieres”, dice Leslie Karsner, autora de The Long Distance Romance Guide (Guía para el romance a larga distancia).
Eso significa pensar en lo que realmente te importa, y no en lo que supones que debe importarte de acuerdo a las normas de Hollywood y sus finales felices. Además debes conocer bien con quien te casas, para que tu final de cuento de hadas sea feliz.
Truco y legado: El matrimonio no es ilusión con una moña rosa. Un matrimonio implica convivencia, madurez y responsabilidad compartida. ¿Estás segura de que querer asumir un nuevo rol junto a ese nombre? ¿Lo conoces lo suficiente? ¿Te imaginas teniendo hijos con él?