TRIPOLI (AP) — Seif al-Islam, hijo de Moamar Gadafi, juró el miércoles pelear a muerte, insistiendo en que nadie aún leal al régimen se rendiría a los rebeldes. Afirmó que estaba en los suburbios de Trípoli y que su padre estaba bien.
Líderes leales al régimen, reunidos en la fortificación de Gadafi en Bani Walid, han insistido en que «vamos a morir en nuestra tierra», dijo Seif al-Islam en un mensaje de audio transmitido en la estación de televisión Al-Rai. «Nadie se va a rendir», enfatizó.
Su comunicado ocurrió poco después de otro comunicado de su hermano, al-Saadi, quien en un tono moderado dijo que está dispuesto a mediar en negociaciones con los rebeldes para detener el derramamiento de sangre.
«Lo más importante es detener el derramamiento de sangre», dijo al-Saadi a la televisora Al-Arabiya.
Un comandante rebelde en Trípoli, Abdel Hakim Belhaj, dijo el miércoles temprano que al-Saadi estaba tratando de negociar los términos de su propia rendición. Cuando se le preguntó sobre ese reporte, al-Saadi dijo que había hablado con Belhaj y otros varios oficiales rebeldes, pero hubo confusión sobre los detalles exactos de la oferta. Señaló que estaba dispuesto a rendirse, pero sólo para detener el derramamiento de sangre.
Los contradictorios comentarios ocurrieron en momentos en que la fuerza rebelde se dirigía hacia dos de las principales fortalezas de los leales a Gadafi: el poblado natal del líder libio, Sirte, y el poblado de Bani Walid, en el desierto. Los rebeldes dijeron además que están pisándole los talones a Gadafi, quien ha estado huyendo desde que los combatientes insurgentes atacaron la capital la semana pasada. Belhaj dijo antes que probablemente Moamar Gadafi ya no está en Trípoli.